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Cultura

El Rototom Sunsplash cancela su edición de 2021 ante la obligación de distancia social

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El festival de música reggae Rototom Sunsplash de Benicàssim cancela su edición de 2021 ya que las actuales medidas sanitarias obligarían a celebrar los conciertos con distancia social, algo que, aunque «necesario», sería «incompatible con la esencia y la atmósfera» de la cita.

La dirección del Rototom ha emitido este jueves un comunicado para anunciar esta decisión y ha emplazado al público a una edición «inolvidable y enorme» el verano de 2022.

El director del festival internacional reggae Rototom Sunsplash de Benicàssim, Filippo Giunta, ha afirmado: «Este año tampoco podremos encontrarnos como habríamos querido».

El actual escenario de crisis sanitaria conlleva una serie de medidas hoy por hoy que «entran en contradicción con el espíritu y la esencia del festival. Rototom Sunsplash es un lugar de encuentro, de intercambio de experiencias, de mestizaje, de convivencia. Y mantener esta idiosincrasia es incompatible con la distancia social, entre otras medidas a las que obliga por una cuestión sanitaria el contexto actual», ha indicado Giunta.

La decisión se ha adoptado tras la reunión con responsables de la Conselleria de Sanidad y del área de Turismo de la Generalitat a la que había sido emplazada esta semana la dirección del Rototom Sunsplash en un intento de buscar una fórmula para poder salvar esta edición de la macrocita reggae con todas las garantías sanitarias.

El objetivo era abrir así un camino hacia la celebración de eventos de cierta magnitud de público en los próximos meses.

«Agradecemos enormemente el gesto y el interés por buscar una solución», han indicado desde el festival. Sin embargo, han señalado que este momento y debido al riesgo de rebrotes, la organización de citas de este tipo se limita al plano estrictamente musical (únicamente conciertos), sin programación gastronómica y cultural paralela, con aforo limitado, distancia social y mascarilla y zona de acampada con grupos burbuja y sin zonas comunes.

«Entendemos sus preocupaciones y responsabilidad en tema sanitario y sabemos que es realmente difícil tomar decisiones de este calado, pero aun poniendo todo el esfuerzo de nuestra parte, como la realización de test de antígenos en los accesos, recorte de aforo o cambios en la logística, la atmósfera Rototom no está garantizada», dicen desde el festival, previsto del 16 al 22 de agosto próximos.

Giunta ha asegurado que Rototom Sunsplash «es mucho más que música. Ha cambiado de país, de localización, pero siempre ha sido fiel a su espíritu. Cuando se pone en riesgo esta esencia y lo único que queda es hacer conciertos, tenemos claro que no es lo que queremos».

«Sería también engañar al público, que ha comprado un ticket para un evento con unas características y ahora lo transformamos en algo diferente. No sería correcto», ha añadido.

Las personas que habían adquirido ya su abono para esta edición recibirán un correo en los próximos días con todos los detalles y dispondrán de un plazo de dos semanas para decidir si solicitan la devolución o lo mantienen para el verano de 2022.

«Tenemos más de un año por delante para añadir un programa espectacular al que ya tenemos y empezar a darle forma a una edición enorme y muy especial», ha señalado Giunta, quien ha agregado que será una edición en la que «una vez más, podremos recrear nuestra atmósfera y volver al mestizaje, a la convivencia y crear un espacio de encuentro, de familia, en torno al reggae».

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El misterio del nicho 1501 del cementerio de Valencia

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El misterio del nicho 1501
El misterio del nicho 1501 del cementerio de Valencia

El Cementerio General de València esconde una curiosa historia en la que el amor, la desgracia, el terror y la fortuna se dan la mano. La historia de un nicho, el nicho de Emilia. Un enigmático caso que parece salido de la mente de Edgar Allan Poe Lovecratf, pero que es real y nos vuelve a confirmar que la realidad supera siempre a la ficción.

Para conocer quien descansa en el nicho 1501 y la historia olvidada que allí yace, debemos trasladarnos hasta finales del siglo XIX. Vicente García Valero era un actor y autor teatral nacido a mediados del siglo XIX que se enamoró perdidamente de Emilia Vidal Esteve. A pesar de su juventud, él contaba con 15 años y ella con 13 no tardaron mucho en casarse.

El trabajo de Vicente le llevó a trasladarse a Madrid, donde un día la alegría se transformó en desgracia cuando la joven falleció 1876 por un brote de fiebres tifoideas. 

El misterio del nicho 1501

Su cuerpo fue enterrado en una fosa común debido a que la familia no podía costear los gastos, pero el actor quiso recuperar el cuerpo de su amada costara lo que costara y finalmente logró exhumarla de manera clandestina casi dos años más tarde en el día de Nochebuena de 1877. Cuentan que Vicente tuvo que sobornar con dinero al sacerdote que pocas semanas atrás había enterrado a la chica.

Cuando abrió el féretro, Vicente relató que la joven «parecía como dormida». Tal vez lo viera así fruto de su enamoramiento ya que por el tiempo transcurrido su estado debía ser el de putrefacción y descomposición.

250 pesetas fue el precio que le tocó pagar, sin duda toda una pequeña fortuna para la época, para hacerse con el nicho número 1501 a perpetuidad. Y allí en el Cementerio General de València descansa desde entonces.

El tiempo pasó y Vicente se casó con Ángela, la hermana de su difunta esposa. Pero la historia no queda ahí, ya que el matrimonio tuvo una hija, a la que curiosamente llamaron Emilia, el mismo nombre que el amor de su vida.

Porque Vicente seguía obsesionado con su primera mujer. No la podía olvidar, y así lo demostraba cada año, mandando todos los 1 de noviembre dinero al cementerio para que limpiaran el nicho y lo adornaran de flores, hechos que relata él mismo en su libro ‘Páginas del pasado’.

Pero la desgracia volvió de nuevo a su vida con la muerte de su hija a la edad de 4 años y la de su esposa. Duro es el testimonio de un cartero, que fue testigo de la muerte de la pequeña cuando acudió a la casa para entregar un correo y le abrió la puerta Vicente con su hija en brazos. El cartero pensó que la niña estaba dormida y García Valero le respondió «no, está muy dormida, esta muerta.»

Pero en la mente de Vicente permanecía Emilia. No podía olvidar su recuerdo y tal vez fuera por eso que se volviera a casar con la otra hermana, Amparo. ¿Buscaba en ellas a su amada?

El décimo 1501

Si el relato hasta el momento es ya sorprendente todavía faltaba una última vuelta de tuerca. Un nuevo giro que hace de esta, una historia increíble pero cierta. Vicente, dedicó su vida al teatro, repartiendo su tiempo entre Madrid y València, pero tomando como residencia la capital de España. Allí le inundó la pena y tristeza por estar tan lejos del nicho de su amor a pesar de encargarse desde la distancia de su cuidado.

Hasta que un día dejó de enviar dinero. Era el 1 de noviembre de 1911 y su situación económica había empeorado por lo que no pudo hacer que limpiaran la lápida y le colocaran flores. Pero por fin a Vicente García Valero le iba a sonreír la suerte. El destino o lo que ahora llaman karma o tal vez, quien sabe si su amor, le iba a devolver todo el cariño que le había dedicado Vicente durante años.

Caminando por una administración de lotería próxima al teatro Apolo, Vicente vio un décimo y lo compró. Era el 1501.  En el sorteo del 10 de octubre de 1912 su número fue premiado con 6000 pesetas de la época. “Tantos años enviando dinero a mi amada y ahora es ella la que me lo devuelve”, exclamó Vicente según narra en su libro de memorias.

Ahora Vicente podía seguir pagando los arreglos y cuidados de la lápida cada 1 de noviembre. Y así lo hizo hasta que le llegó la muerte en Madrid el 12 de octubre de 1927. Y allí lejos de su amada se piensa que está enterrado.

Hoy en día nadie se acuerda ya del nicho 1501. La inscripción de la lápida está casi borrada por el paso del tiempo. “Recuerdo de V. García Valero” se puede leer.

Pero desde hace unos años, alguien coloca flores en el nicho 1501…

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