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Cultura

Este es el árbol más grande de Valencia

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Este es el árbol más grande de Valencia
Este es el árbol más grande de Valencia

El eucalipto que vive junto a la estación de metro de Les Carolines, en Benimàmet, es el árbol más alto de la ciudad de Valencia, de la provincia, y el cuarto en altura de toda la Comunitat Valenciana.

El ejemplar mide 41,20 metros, el tronco tiene un diámetro de 6,1 metros y la copa alcanza los 30.

Tiene entre 80 y cien años, está protegido por el Ayuntamiento y también forma parte del Catálogo de Árboles Monumentales y Singulares de la Generalitat.

Árbol monumental

El gigante forestal es un árbol monumental. En concreto, se trata de un eucalipto rojo o de hoja estrecha de origen australiano, de la familia myrtaceae, cuyo nombre botánico es Eucaliptus camaldulensis.

Para salvaguardar este titán protegido por ley, los técnicos de jardinería deben desarrollar trabajos verticales y de cirugía arbórea que comprenden podas, tareas de saneamiento y tratamientos de infecciones. Hay que poner en marcha un dispositivo especial, con el apoyo de una plataforma elevadora y con la colaboración de los bomberos, para cortar y quitar las ramas secas más elevadas.

En el Parque Lineal

El gigante de los Pobles de l’Oest se encuentra en el Parque Lineal, junto al trazado de las vías del tranvía, ahora soterradas.

Según el personal del Observatorio Municipal del Árbol de València (OMAV), es emblemático por sus dimensiones no solo dentro del término municipal, sino en el ámbito de la Comunidad Valenciana; está muy valorado por el vecindario, quien propuso su inclusión en el catálogo arbóreo autonómico, y se ha convertido en un aliado de València en la lucha contra el cambio climático.

Este es el árbol más grande de Valencia

Los Árboles Más Imponentes de Valencia

Valencia, una ciudad conocida por su rica historia, arquitectura y cultura, también es hogar de una variedad impresionante de árboles que embellecen sus parques, jardines y calles. Estos árboles no solo contribuyen a la biodiversidad urbana, sino que también son testigos vivos del patrimonio natural de la ciudad. A continuación, exploramos algunos de los árboles más imponentes de Valencia, destacando su importancia, características y ubicación.

1. El Ficus de la Plaza del Parterre

Descripción: Uno de los árboles más emblemáticos de Valencia es el Ficus macrophylla situado en la Plaza del Parterre. Conocido por su enorme tamaño y sus raíces aéreas, este árbol es una joya botánica.

Características:

  • Especie: Ficus macrophylla
  • Altura: Puede alcanzar más de 20 metros.
  • Diámetro de la copa: Hasta 30 metros.
  • Edad: Aproximadamente 150 años.

Significado: Este árbol no solo es impresionante por su tamaño, sino también por su capacidad para crear un microecosistema a su alrededor, albergando diversas especies de flora y fauna.

2. El Olivo Milenario del Jardín de Parcent

Descripción: En el Jardín de Parcent se encuentra uno de los olivos más antiguos de Valencia, con más de mil años de historia.

Características:

  • Especie: Olea europaea
  • Altura: Alrededor de 6 metros.
  • Diámetro del tronco: Varios metros, con un tronco retorcido que muestra su antigüedad.
  • Edad: Más de 1000 años.

Significado: Este olivo es un símbolo de resistencia y longevidad, representando la historia agrícola y cultural de la región.

3. El Plátano de Sombra del Jardín del Real (Viveros)

Descripción: El Jardín del Real, conocido también como Viveros, alberga numerosos árboles impresionantes, entre ellos varios plátanos de sombra.

Características:

  • Especie: Platanus hispanica
  • Altura: Hasta 40 metros.
  • Diámetro de la copa: Más de 30 metros.
  • Edad: Aproximadamente 200 años.

Significado: Estos árboles ofrecen sombra y frescura, convirtiéndose en puntos de encuentro y descanso para los visitantes del jardín.

4. El Ombú del Jardín de Monforte

Descripción: El Jardín de Monforte es hogar de un majestuoso ombú, un árbol que destaca por su tronco ancho y su copa extensa.

Características:

  • Especie: Phytolacca dioica
  • Altura: Alcanza hasta 15 metros.
  • Diámetro del tronco: Puede superar los 3 metros.
  • Edad: Más de 150 años.

Significado: El ombú es conocido por su resistencia y adaptabilidad, y en el Jardín de Monforte, añade un toque exótico y monumental al paisaje.

5. La Araucaria del Jardín Botánico

Descripción: El Jardín Botánico de Valencia cuenta con una impresionante araucaria, un árbol que destaca por su peculiar forma y su gran altura.

Características:

  • Especie: Araucaria heterophylla
  • Altura: Hasta 30 metros.
  • Diámetro de la copa: Entre 10 y 15 metros.
  • Edad: Aproximadamente 100 años.

Significado: Esta especie, originaria de las islas Norfolk, es un ejemplo de la diversidad botánica que se puede encontrar en el Jardín Botánico, uno de los espacios verdes más importantes de Valencia.

 

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El misterio del nicho 1501 del cementerio de Valencia

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El misterio del nicho 1501
El misterio del nicho 1501 del cementerio de Valencia

El Cementerio General de València esconde una curiosa historia en la que el amor, la desgracia, el terror y la fortuna se dan la mano. La historia de un nicho, el nicho de Emilia. Un enigmático caso que parece salido de la mente de Edgar Allan Poe Lovecratf, pero que es real y nos vuelve a confirmar que la realidad supera siempre a la ficción.

Para conocer quien descansa en el nicho 1501 y la historia olvidada que allí yace, debemos trasladarnos hasta finales del siglo XIX. Vicente García Valero era un actor y autor teatral nacido a mediados del siglo XIX que se enamoró perdidamente de Emilia Vidal Esteve. A pesar de su juventud, él contaba con 15 años y ella con 13 no tardaron mucho en casarse.

El trabajo de Vicente le llevó a trasladarse a Madrid, donde un día la alegría se transformó en desgracia cuando la joven falleció 1876 por un brote de fiebres tifoideas. 

El misterio del nicho 1501

Su cuerpo fue enterrado en una fosa común debido a que la familia no podía costear los gastos, pero el actor quiso recuperar el cuerpo de su amada costara lo que costara y finalmente logró exhumarla de manera clandestina casi dos años más tarde en el día de Nochebuena de 1877. Cuentan que Vicente tuvo que sobornar con dinero al sacerdote que pocas semanas atrás había enterrado a la chica.

Cuando abrió el féretro, Vicente relató que la joven «parecía como dormida». Tal vez lo viera así fruto de su enamoramiento ya que por el tiempo transcurrido su estado debía ser el de putrefacción y descomposición.

250 pesetas fue el precio que le tocó pagar, sin duda toda una pequeña fortuna para la época, para hacerse con el nicho número 1501 a perpetuidad. Y allí en el Cementerio General de València descansa desde entonces.

El tiempo pasó y Vicente se casó con Ángela, la hermana de su difunta esposa. Pero la historia no queda ahí, ya que el matrimonio tuvo una hija, a la que curiosamente llamaron Emilia, el mismo nombre que el amor de su vida.

Porque Vicente seguía obsesionado con su primera mujer. No la podía olvidar, y así lo demostraba cada año, mandando todos los 1 de noviembre dinero al cementerio para que limpiaran el nicho y lo adornaran de flores, hechos que relata él mismo en su libro ‘Páginas del pasado’.

Pero la desgracia volvió de nuevo a su vida con la muerte de su hija a la edad de 4 años y la de su esposa. Duro es el testimonio de un cartero, que fue testigo de la muerte de la pequeña cuando acudió a la casa para entregar un correo y le abrió la puerta Vicente con su hija en brazos. El cartero pensó que la niña estaba dormida y García Valero le respondió «no, está muy dormida, esta muerta.»

Pero en la mente de Vicente permanecía Emilia. No podía olvidar su recuerdo y tal vez fuera por eso que se volviera a casar con la otra hermana, Amparo. ¿Buscaba en ellas a su amada?

El décimo 1501

Si el relato hasta el momento es ya sorprendente todavía faltaba una última vuelta de tuerca. Un nuevo giro que hace de esta, una historia increíble pero cierta. Vicente, dedicó su vida al teatro, repartiendo su tiempo entre Madrid y València, pero tomando como residencia la capital de España. Allí le inundó la pena y tristeza por estar tan lejos del nicho de su amor a pesar de encargarse desde la distancia de su cuidado.

Hasta que un día dejó de enviar dinero. Era el 1 de noviembre de 1911 y su situación económica había empeorado por lo que no pudo hacer que limpiaran la lápida y le colocaran flores. Pero por fin a Vicente García Valero le iba a sonreír la suerte. El destino o lo que ahora llaman karma o tal vez, quien sabe si su amor, le iba a devolver todo el cariño que le había dedicado Vicente durante años.

Caminando por una administración de lotería próxima al teatro Apolo, Vicente vio un décimo y lo compró. Era el 1501.  En el sorteo del 10 de octubre de 1912 su número fue premiado con 6000 pesetas de la época. “Tantos años enviando dinero a mi amada y ahora es ella la que me lo devuelve”, exclamó Vicente según narra en su libro de memorias.

Ahora Vicente podía seguir pagando los arreglos y cuidados de la lápida cada 1 de noviembre. Y así lo hizo hasta que le llegó la muerte en Madrid el 12 de octubre de 1927. Y allí lejos de su amada se piensa que está enterrado.

Hoy en día nadie se acuerda ya del nicho 1501. La inscripción de la lápida está casi borrada por el paso del tiempo. “Recuerdo de V. García Valero” se puede leer.

Pero desde hace unos años, alguien coloca flores en el nicho 1501…

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