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Valencia

Grau niega el cohecho y afirma que los relojes que devolvió fueron regalos de familiares

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Alfonso Grau sentencia

VALÈNCIA, 8 Abr. (EUROPA PRESS) – El que fuera vicealcalde de València, el ‘popular’ Alfonso Grau, ha negado este lunes haber recibido ningún regalo de un conocido empresario y ha declarado, en el juicio que se sigue contra él por un presunto delito de blanqueo y cohecho, que los dos relojes de lujo que devolvió para cambiarlos por otros más caros le fueron regalados por familiares en las Navidades de 2010 y Reyes de 2011, aunque se ha negado a identificarlos para no someterlos al «linchamiento mediático y social» que él ha sufrido. «No voy a colgarles ese sambenito» ha señalado.

Grau se ha sentado este lunes en el banquillo acusado de blanqueo y cohecho por supuestamente aceptar dos relojes de lujo de un contratista del Ayuntamiento en 2010 y 2011, cambiarlos por otros más caros y pagar la diferencia.

Así, ha comentado que sabía que Transvía tenía contratos con el Ayuntamiento porque él formaba parte de la Junta de Gobierno y todos los concursos pasaban por este órgano. No obstante, ha recalcado que él «no presionó» y que no podía condicionar «nada» porque «no tenía ni competencias ni la autoridad».

Grau, que también está investigado en el conocido como caso Imelsa, ha apuntado que cuando tomó posesión en el Ayuntamiento el 7 de julio de 1995 se les advirtió de la prohibición expresa de recibir regalos y ha insistido en que nunca aceptó ningún obsequio ni de Transvia «ni de nadie» más allá» de una botella de vino o de champagne o una corbata».

Por contra, ha asegurado que los dos relojes objeto del juicio fueron regalos de familiares que devolvió porque no le gustaban como, ha dicho, también devolvió el 80% de los relojes que le regalaban.

«Desde el caso Nóos vengo siendo víctima de una persecución mediática y social inmisericorde y las entidades bancarias me han echado por riesgo reputacional y yo no voy a hacer a nadie de mi familia que sea víctima a la misma persecución. Qué importa quién me los regaló, si no fue Catalán no hay cohecho», ha señalado para justificar su negativa a revelar a Fiscalía el nombre del familiar que le regaló los relojes.

Grau ha apuntado que nunca ha sido un cliente con cuenta ni de la joyería Rabat ni de ninguna otra aunque sí que iba a comprar cosas porque , ha comentado, «en aquella época me gustaban los relojes pero después de esta experiencia dejaron de gustarme», ha relatado.

No obstante, ha afirmado que no se ha acordaba de las marcas de todos los relojes que tenía en casa aunque sí de haber cambiado enero 2012 el original que le regalaron –un Piaget Pol de 11.575 euros, según mantiene Fiscalía– por un Vachever Patrimony que costó 16.825 euros. La diferencia de 5.250 euros la pagó en metálico.

En 2010, sucedió «exactamente lo mismo» y cree recordar que además porque el original que le regalaron estaba defectuoso. «Me dijeron que lo llevaban arreglar y dije que no», ha relatado. Cambió, según Fiscalía, un Brequet Cassique de 13.530 euros por un Lange de 25.680 euros.

Grau ha explicado que en estos dos casos acudió a la tienda sin el ticket pero con la caja y con la garantía sellada para hacer la devolución y que los cambió personalmente porque «no tenía nada que ocultar».

DINERO DE LAS CONSULTAS

Asimismo, ha explicado que pagó en efectivo la diferencia de los relojes con el dinero que entonces guardaba en su casa de las consultas médicas que pasaban tanto él como su mujer. «Si el importe era más elevado nos hacían un cheque y lo ingresábamos en el banco pero el dinero de las consultas nos lo llevábamos siempre a casa y lo teníamos en una caja de caudales», ha afirmado. Entonces declaraba unos 130.000 euros anuales.

Asimismo, ha explicado que tras recibir la primera carta de Hacienda se personó en la joyería para reclamar las facturas y en una conversación «poco agradable» le respondieron que no las tenían, que eso se llevaba desde Barcelona.

Además, ha aclarado que «con todo el dolor de su corazón» siguió el consejo de su asesor fiscal y procedió a una regulación fiscal complementaria por el dinero en efectivo de los dos relojes para «comprar paz» ya que al ser un cargo público podía acarrearle problemas. No obstante, ha apuntado que él ya había tributado por ese dinero.

Grau ha comentado que ya no tiene estos dos relojes porque los vendió a través de un mediador aun perdiendo dinero porque le «reportaban malos recuerdos y disgustos». «Algo que era objeto de placer se ha convertido en un objeto de displacer», ha apostillado.

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Sucesos

Muere un trabajador tras caer por el tragaluz de una nave industrial en Albal

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Muere trabajador tragaluz Albal

Un nuevo accidente laboral mortal vuelve a sacudir el área industrial de l’Horta Sud. Un trabajador de 52 años ha fallecido este lunes 22 de diciembre tras precipitarse desde la cubierta de una nave situada en Albal, después de que cediera un tragaluz por el que cayó desde una altura aproximada de diez metros.

El suceso se produjo durante la mañana, cuando el operario realizaba labores de mantenimiento en el tejado de una empresa dedicada a estructuras metálicas para la instalación de paneles solares. Según las primeras informaciones, el trabajador estaba revisando el sistema de aire acondicionado de la nave cuando el tragaluz se rompió, provocando la caída al interior de las instalaciones.

Quinta muerte laboral en poco más de un año en la zona industrial

Este nuevo fallecimiento eleva a cinco las muertes por siniestralidad laboral registradas en poco más de un año en el entorno industrial de Albal y Beniparrell, en un radio inferior a un kilómetro, lo que vuelve a poner el foco en la seguridad en los trabajos en altura y en las condiciones laborales en este tipo de instalaciones.

El trabajador no llevaba arnés de seguridad

Fuentes consultadas han señalado que el operario no portaba arnés de seguridad en el momento del accidente. Como consecuencia de la caída, sufrió graves traumatismos, especialmente un fuerte golpe en la cabeza, que resultó determinante.

Hasta el lugar del siniestro se desplazaron rápidamente efectivos sanitarios del SAMU, que intentaron reanimar al trabajador durante varios minutos. Sin embargo, los esfuerzos resultaron inútiles y su fallecimiento fue confirmado pasadas las once de la mañana.

Un compañero sufre una crisis de ansiedad

En el momento del accidente, otro trabajador se encontraba junto a la víctima en la cubierta de la nave. Tras presenciar la caída y no poder hacer nada por evitarla, sufrió una crisis de ansiedad y tuvo que ser atendido en el lugar.

También acudieron efectivos de la Policía Local de Albal y de la Guardia Civil, concretamente de la demarcación de Alfafar, además de la ambulancia medicalizada.

Investigación judicial y de Inspección de Trabajo

Agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil se han hecho cargo de la investigación de este nuevo accidente laboral mortal para esclarecer las circunstancias exactas de lo ocurrido. Asimismo, un inspector de Trabajo se ha desplazado hasta la nave para comprobar si se cumplía la normativa vigente en materia de prevención de riesgos laborales.

El Juzgado de Instrucción número 3 de Catarroja ha autorizado el levantamiento del cadáver, que ha sido trasladado al Instituto de Medicina Legal de Valencia, donde este martes se le practicará la autopsia.

De forma provisional, la causa de la muerte apunta a un traumatismo craneoencefálico severo provocado por el impacto contra el suelo tras la caída desde gran altura.

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