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Las Fallas de València, un trámite para sortear la pandemia y cerrar un ciclo

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València, 28 ago (EFE).- Las atípicas Fallas de València de este año serán un trámite con algunos actos festivos mermados y marcados por la mascarilla, distancias y ausencia de público, que permitirán sortear la pandemia y quemar los monumentos que estaban almacenados desde hace 17 meses para cerrar un ciclo y renacer en 2022.

Pospuestas a septiembre por la pandemia, que ya las suspendió en marzo de 2020, las fiestas de 2021 -del 1 al 5 de septiembre- verán limitado el impacto de unas Fallas que habitualmente llevan a la ciudad en sus cinco días grandes a un millón de personas y que se alborota con sus cientos de calles cortadas, carpas y puestos de chocolate y buñuelos y que se empapa del olor a pólvora, música y arte y sátira por todos sus rincones.

Este año las medidas sanitarias dejarán huérfana de mascletaes la plaza del Ayuntamiento, y de castillos de fuegos artificiales el viejo cauce del río, para evitar aglomeraciones; pero sí que habrá Ofrenda a la Virgen de los Desamparados -entre el 3 y el 4- y Cremà el domingo 5, aunque con medidas especiales.

La celebración ha divido a los valencianos, entre los que querían quemar ya los monumentos y cerrar un ciclo y los que no consideran Fallas una fiestas tan edulcoradas por la pandemia, e incluso el propio alcalde, Joan Ribó, aseguró que no le gustaba llamarlo Fallas porque no lo eran, solo «actos falleros».

Todos esos actos, pactados con la Conselleria de Sanidad, se celebrarán con mascarilla obligatoria, incluso en espacios al aire libre, con aforos limitados y garantizando en todo momento la distancia de seguridad.

DESDE LA EXPOSICIÓN DEL NINOT A LA PLANTÀ: SE SIENTE LA FIESTA

Las Fallas de 2021 empezaron a ser una realidad cuando se abrió en La Marina la Exposición del Ninot, la muestra donde las comisiones falleras exhiben sus figuras más destacadas y que se someten a la votación popular para salvarse del fuego, y que permanecerá abierta hasta el miércoles 1 de septiembre.

El inicio del montaje de las carpas este fin de semana en zonas que no afecten al tráfico de las líneas de la EMT es otro indicativo de la cercanía de la fiesta, aunque estas instalaciones no podrán utilizarse hasta el 31 de agosto, cuando se inicia también la actividad en mercadillos y puestos de venta de alimentos.

Esta pasada semana también empezó el trasiego de camiones que trasladaban los monumentos que han estado almacenados desde marzo de 2020 en las instalaciones de Feria Valencia o en los talleres de los artistas falleros hasta las calles de la ciudad, que ha empezado a vestirse de color e ironía fallera, aunque con el calor de agosto en vez del tradicional marzo preprimaveral.

El primero de los cinco días grandes de las Fallas será el 1 de septiembre, cuando se haga la tradicional plantà de las fallas infantiles, y al día siguiente será el turno de sus hermanas mayores.

Se plantarán prácticamente todas las fallas -solo dos han informado de que no lo harán, según Junta Central Fallera– y en 2020 iban a montarse 761, con un presupuesto total de 7.758.933 euros, algo más que el año anterior.

LA OFRENDA: UN 40 % DE FALLEROS, SIN PÚBLICO Y CON MASCARILLA

La Ofrenda a la Virgen de los Desamparados, conocida popularmente como la «Geperudeta» y cuya veneración floral es uno de los actos más masivos y emotivos de las fiestas, apenas contará con entre un 30 y 40 % de participantes entre falleras, falleros y músicos, tras el récord de 108.983 personas en 2019.

Las entradas tradicionales de la Ofrenda por las calles de la Paz y San Vicente se han modificado a las del Mar, Avellanas, Palau y Almoina por una parte y a Quart, Caballeros y plaza de Manises por otra, por la reforma de la plaza de la Reina, y se celebrará el viernes 3 por la tarde y en sesiones matinal y vespertina el sábado.

El recorrido de la Ofrenda será cerrado y sin público para evitar que se acumule el gentío; los falleros se verán obligados a desfilar con mascarilla, en filas de cuatro personas y con indumentaria tradicional «más ligera» pero dentro del reglamento, como establecen las normas del desfile de la Junta Central Fallera.

La distancia entre las filas será de unos tres metros, incluidos con el estandarte de la comisión fallera, la Senyera y las canastillas de flores que pudieran llevar, y solo las falleras mayores podrán estar a cinco metros.

MASCLETAES DISPERSAS Y CREMÀ A PUERTA CERRADA

Durante la celebración de las Fallas está previsto el disparo de varias mascletaes, pero la plaza del Ayuntamiento no será el epicentro de la pólvora donde las falleras mayores invitarán al pirotécnico a comenzar el disparo, sino que se repartirán por la ciudad, sin anunciarlo de antemano para evitar aglomeraciones.

Tampoco se celebrarán en el viejo cauce del río los castillos nocturnos de fuegos artificiales, pero se han programado la Nit d’Alba el 1 de septiembre desde las diferentes fallas y la Nit del Foc para la noche del 4 al 5, también desde diversos puntos y como previa al día del ritual fallero de la cita con el fuego de la Cremà.

Precisamente, la cremà de los monumentos se ha adelantado un par de horas para cumplir con el toque de queda vigente en la ciudad, por lo que el ritual empezará a las 20 horas con los monumentos infantiles y acabará a las 23 horas con la Cremà de la falla de la plaza del Ayuntamiento.

Será el momento en el que el fuego queme los monumentos que las fallas guardaron en 2020 tras suspenderse la celebración de la fiestas con la declaración de la pandemia del coronavirus y ponga fin a un mal sueño del mundo fallero, que confía en renacer de sus cenizas para recuperar las tradicionales Fallas en marzo de 2022.

Mónica Collado

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Fallas

La asamblea de presidentes paraliza el Programa de Fallas 2026 por el conflicto del 16 de marzo lectivo

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asamblea Programa Fallas
Fotos: JUNTA CENTRAL FALLERA

El rechazo al calendario escolar bloquea la aprobación oficial de los festejos falleros

La asamblea de presidentes de falla ha decidido bloquear la aprobación del Programa Oficial de Festejos de las Fallas 2026 como medida de presión ante la decisión de mantener el 16 de marzo como día lectivo. La votación, poco habitual en este órgano, deja en suspenso la aplicación del calendario festivo y obliga a retrasar su validación hasta una futura asamblea extraordinaria, incluso aunque algunos actos ya tengan que ser reubicados.

La protesta tiene como objetivo forzar al Ayuntamiento de València a reabrir el debate con el Consejo Escolar Municipal y la Generalitat para lograr una jornada no lectiva adicional, que permita la participación de los niños y niñas en actos clave como la entrega de premios infantiles.

El malestar fallero por un día clave para los infantiles

El detonante del conflicto es la consideración del 16 de marzo como día lectivo, una circunstancia que, según los presidentes, impide materialmente la asistencia de los menores a uno de los actos más relevantes de las Fallas. La asamblea entiende que aprobar un programa que deja fuera a los infantiles supone una contradicción con el espíritu de la fiesta y con su proyección de futuro.

Durante el debate, se defendió que la normativa educativa autonómica contempla excepciones por circunstancias extraordinarias, lo que permitiría declarar no lectivo ese día aunque el curso escolar finalizara ligeramente más tarde. Esta posibilidad fue esgrimida como una solución viable si existe voluntad política.

Un boicot liderado desde las agrupaciones falleras

La intervención más contundente corrió a cargo de Jesús Hernández Motes, ex presidente de la Interagrupación, que actuó como portavoz de una iniciativa impulsada desde la Agrupación de Fallas de Rascanya. Desde el atril, defendió el rechazo frontal al programa mientras el 16 de marzo siga siendo lectivo y reclamó que, a medio plazo, la libranza escolar se garantice desde el día 15 de marzo.

También se criticó que decisiones previas del calendario escolar hayan priorizado intereses ajenos a la fiesta fallera, en referencia a otros festivos puente que no beneficiaron a las Fallas, reforzando la sensación de agravio comparativo.

La respuesta del Ayuntamiento y de Junta Central Fallera

El concejal de Fallas, Santiago Ballester, reconoció públicamente compartir el malestar del mundo fallero y admitió que la propuesta municipal defendía que los días 16, 17 y 18 de marzo fueran no lectivos. Sin embargo, explicó que el Ayuntamiento quedó aislado en el Consejo Escolar, sin apoyos suficientes por parte de sindicatos y Ampas, lo que limita su margen de maniobra dentro del marco legal vigente.

Ballester advirtió de las consecuencias prácticas de bloquear el programa, subrayando que, aunque las reivindicaciones son legítimas, la decisión puede generar un perjuicio organizativo inmediato.

JCF

Actos en el aire y calendario en suspenso

Con el Programa de Festejos sin aprobar, los primeros actos oficiales de 2026 quedan en el aire, entre ellos la presentación de los pasodobles, la Gala de la Indumentaria o la Gala de la Pirotecnia. La mesa de la asamblea ha dejado claro que no se celebrará ningún acto que contradiga la decisión adoptada por los presidentes, aunque se trate de eventos considerados menores dentro del calendario general.

Desde el entorno fallero se confía en que el conflicto esté resuelto antes de los grandes actos centrales, como las exaltaciones, pero el impacto burocrático y organizativo ya es evidente.

División interna y baja participación

La asamblea estuvo marcada por una escasa asistencia, con apenas 70 comisiones representadas en un debate de gran calado para las Fallas. El resultado ha dejado al colectivo dividido entre quienes consideran que se ha dado un golpe de autoridad necesario y quienes creen que la medida puede volverse en contra del propio mundo fallero.

Incluso dentro de la propia Junta Central Fallera se evidenció el enfado, con reproches directos sobre la eficacia real del bloqueo como herramienta para resolver el conflicto educativo.

Un debate recurrente en la ciudad de València

El caso del 16 de marzo no es nuevo. Cada año, miles de escolares de València ya viven esta situación, especialmente quienes estudian fuera del término municipal, lo que en la práctica genera absentismo escolar y laboral durante las Fallas. A ello se suma que muchos alumnos tampoco acuden a clase el 20 de marzo, agotados tras la semana festiva.

Durante la sesión también se plantearon alternativas como trasladar el festivo local de San Vicente Mártir al fin de semana para ganar un día lectivo libre, una opción que el equipo de gobierno descarta por el momento.

Incertidumbre a corto plazo

El Programa de Fallas 2026 queda ahora pendiente de una compleja cadena de decisiones: una posible rectificación del Consejo Escolar, su validación por la Generalitat y la convocatoria de una nueva asamblea extraordinaria. Hasta entonces, las Fallas avanzan sin calendario oficial, en un pulso institucional que enfrenta educación y tradición festiva y cuyo desenlace marcará el futuro inmediato de la fiesta.

El 16 de marzo de 2026 será lectivo en València pese a las protestas del mundo fallero

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