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Maratón Valencia 2023: Tariku Novales revienta el récord de España

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Maratón Valencia 2023
El atleta Tariku Novales estableció este domingo un nuevo récord de España en el Maratón Valencia Trinidad Alfonso al parar el cronómetro con una marca de 2:05:48. EFE/Manuel Bruque

Todos los datos y clasificaciones sobre el Maratón Valencia 2023:

El Maratón Valencia Trinidad Alfonso ha vuelto a ver cómo en su pasarela azul se batían de nuevo los récords de España gracias a la espectacular carrera de Tariku Novales y de Majida Maayouf, que han cruzado la meta en 2:05:48 y 2:21:27, respectivamente.

Maayouf estrena su nacionalidad pulverizando el récord de España en el Maratón Valencia

La jornada ha sido histórica especialmente en el caso de las mujeres, pues las tres primeras clasificadas han entrado por debajo del récord de España que Marta Galimany estableció en el propio Maratón Valencia en 2022 (2:26:14). Maayouf, con su 2:21:27, ha rebajado la plusmarca nacional casi cinco minutos, mientras que la segunda clasificada, Fatima Azaharaa Ouhaddou ha entrado con una también espectacular marca de 2:25:30 y la tercera, la debutante Laura Luengo, con 2:25:35. Todas ellas han conseguido el pasaporte para los Juegos Olímpicos París 2024.

Novales

En hombres, Novales ya había avisado que venía muy fuerte y no ha decepcionado a nadie, rebajando el anterior récord de España (Ayad Lamdassem, 2:06:25) más de medio minuto y consiguiendo también la mínima olímpica para París. Tras él, el segundo español ha sido Yago Rojo con 2:07:47, que también ha logrado el objetivo olímpico, y el tercero ha sido Dani Mateo con 2:10:46.

Roig promete un millón de euros a quien bata el récord del mundo en el Maratón Valencia

La etíope Degefa gana el Maratón Valencia con la octava mejor marca de la historia

La etíope Worknesh Degefa conquistó este domingo el Maratón Valencia Trinidad Alfonso, una prueba en la que la atleta de origen marroquí y con nacionalidad española desde el mes de junio Majida Maayouf reventó el récord de España de la distancia.

Maayouf, quinta en la prueba, paró el cronómetro en 2:21:27, casi cinco minutos menos que las 2:26:14 que logró el año pasado en esta misma prueba Marta Galimany, que era hasta ahora el mejor tiempo de una atleta española.

También lo batieron aunque se quedaron sin récord y sin los veinticinco mil euros que había consignado la organización para quien firmara una mejor marca española, Fatima Azaharaa Ouhaddou, que firmó 2:25:30, y la debutante Laura Luengo, con 2:25:35. Las tres salen de València con el pasaporte en forma de marca mínima para los Juegos Olímpicos París 2024.

Tras una salida al ritmo del valenciano Nino Bravo, de cuya muerte se cumplen en este 2023 cincuenta años, la cabeza de cabeza de la carrera de la categoría femenina se fundió con uno de los grupos masculinos, lo que dio pie a un grupo numeroso que a un ritmo alto fue descolgando integrantes.

Degefa, que llegaba con una marca de 2:17:41, acabó por dejar atrás a su compatriota Almaz Ayana, que tenía como mejor marca 2:17:21. Las dos acabaron por debajo de sus registros, una confirmación más de la facilidad con la que se baten marcas propias en el circuito valenciano, pero la ganadora lo hizo en casi dos minutos al parar el tiempo en 2:15:51.

Su tiempo se quedó algo lejos de los 2:14:58 que Amare Beriso logró en estas mismas calles hace un año pero no dejó de ser la octava mejor marca de todos los tiempos en categoría femenina, en la que Tigst Assefa, rompió todos los esquemas con su 2:11:53 de este 2023 en la prueba de Berlín.

En un censo récord para la prueba con treinta y tres mil atletas inscritos, las mujeres representaron el 20%, un porcentaje que no deja de crecer aunque de manera más lenta que en otras distancias.

Las cifras del Maratón Valencia Trinidad Alfonso 2023

  • 33 000 participantes, de los que:
    • 6958 son debutantes en la distancia de maratón
    • 13 502 corren por primera vez en Valencia
    • 466 falleros y falleras compitiendo en el Running Fallero por su comisión
  • 2400 personas formando parte del voluntariado
  • 26 394 euros han aportado los corredores de forma voluntaria para la entidad solidaria de la prueba, Casa Ronald McDonald
  • 147 373 mails enviados con los planes de entrenamiento de Objetivo 42K Valencia de José Garay durante 17 semanas
  • 6 personas dedicadas al servicio de Atención al Corredor 365 días al año
  • 195 profesionales de MMCC acreditados para el evento
  • 10 000 metros lineales de vallas
  • 4500m2 de plataforma sobre el lago de la Ciudad de las Artes y las Ciencias
  • 4970m2 de alfombra azul para la meta
  • 550 aseos portátiles
  • 157 contenedores amarillos + 11 azules + 2 contenedores para envases mezclados + 2 autocompactadoras de cartón para el reciclaje con Ecoembes
  • 1600 litros de pintura de Isaval para la línea del recorrido
    357 000 elementos/productos de bolsa de la carrera (sin contar camiseta) y de bolsa de post meta (sin contar medallas)
  • 66 000 geles Enervit para los Red Points
  • 366 240 botellas de agua Aquabona para los avituallamientos
  • 71 496 litros de Aquarius
  • 43 317 prendas de New Balance (entre camisetas de la carrera, ropa de la organización, voluntariado, prácticos, médicos en carrera y hoteles)
  • 10 000 m2 de Feria de la Carrera y 61 expositores en la feria
  • 37,5 m2 mide el panel con los nombres de los participantes inscritos
  • 2 hospitales de campaña
  • 6 piscinas de agua helada entre 3º y 5º para el hospital de campaña
  • 60 desfibriladores
  • 30 médicos en carrera

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Javi Guerra, 27-04-2023: radiografía de un gol que cambió el rumbo del Valencia

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Javi Guerra
La piña de compañeros, segundos después de haber marcado su celebrado tanto. EFE/ Kai Försterling/ARCHIVO

Nacho Herrero

València, 26 abr (OFFICIAL PRESS- EFE).- A las 21.25 del jueves 27 de abril de 2023, este sábado hace un año, Javi Guerra hizo estallar Mestalla con un gol en el descuento ante el Valladolid que sacó al Valencia del descenso y que en el imaginario colectivo del club ha quedado como punto de inflexión hacia una agónica salvación.

Cuando aquella tarde el autobús de la plantilla llegó a Mestalla sobre las 17.30, dos horas antes del choque de la jornada 31, le recibieron cientos de seguidores en la Avenida de Suecia, muchos de ellos jóvenes dada a hora.

Guerra, que tenía 19 años y cumplió 20 dieciséis días después, tenía sus cosas preparadas en el vestuario entre las de Alberto Marí y Jaume Doménech. No era una taquilla personalizada con su foto porque entonces tenía ficha del filial.

De hecho, llegaba con un escueto bagaje de 68 minutos en Primera que había conseguido en los anteriores once días y que se dividía entre los 18 en la derrota por 0-2 ante el Sevilla, incluidos ocho de descuento, y los 50, con cinco de prolongación y mucho más felices, del domingo anterior en Elche, donde hubo un desplazamiento masivo de aficionados.

Pese al 0-2 del Martínez Valero, el Valencia era decimoctavo, antepenúltimo, con 30 puntos, los mismos que el Almería, que era cuarto por la cola y que el día antes había aumentado la presión sobre los de Rubén Baraja al ganar en Getafe.

Aquella tarde, la angustia se disparó en Mestalla entre las 19.35 y las 20.43. Fueron casi setenta minutos en los que se asomó al abismo del descenso. A los seis de empezar el partido, un error de Mouctar Diakhaby en un control permitió a Cyle Larin adelantar al Valladolid. Cuarenta minutos después, Javi Puado marcó para el Espanyol en Vila-real. El equipo ‘perico’, que tenía 28 puntos, estuvo virtualmente durante media hora, con 31 y dejaba al Valencia penúltimo.

Antes de las 21 horas, la historia empezó a cambiar en los dos escenarios. Entre las 20.44 y las 20.54, Étienne Capoue y Dani Parejo le dieron la vuelta al marcador en La Cerámica. Sobre las 20.52 Mestalla había vivido su primera explosión de júbilo. Diakhaby remató un córner de cabeza sin aparente peligro pero el portero Jordi Masip, en otro error mayúsculo, pensó que iba fuera y dejó pasar el balón a su red.

Guerra lo vio desde el banquillo y saltó como un resorte. Se abrazó a Cenk Özkacar y a Marí, al que tenía a su izquierda en el banquillo tras haber salido a calentar su primer ‘vecino’, Diego López. En el asiento de la derecha tenía a Cristhian Mosquera.

Ese día acudieron a Mestalla 42.217 espectadores y un invitado: Kily González. El argentino había jugao su último partido oficial en Mestalla veinte años antes, cuando Guerra acababa de nacer. En verdad, los 27 de abril ya se veneraban en Mestalla antes del gol de Guerra y en parte era por él.

Aquel día pero en 2002, el Valencia recibió al Espanyol en la jornada 36. El equipo perico se adelantó, Amadeo Carboni fue expulsado y el sueño del título se esfumaba. Rafa Benítez dio entrada al Kily en el 66 y en el 78 el Valencia había enloquecido Mestalla con una remontada con dos asistencias suyas a Baraja. Ocho días después, el club conquistó la Liga tras más de treinta años de sequía.

De nuevo en 2023, pese a que el Espanyol ya perdía en Vila-real y el Valencia había recuperado un punto, el empate era poco consuelo. Se quedaba con 31 puntos, empatado con el Getafe en la frontera del descenso y ni eso parecía seguro. El Valladolid, inmerso también en la batalla por la permanencia, buscaba el triunfo e Iván Fresnada estrelló en el larguero el 1-2.

En el minuto 83, Baraja hizo entrar a Diego López y a Ilaix Moriba. En ese momento mandó a Guerra a calentar, al parecer, más por precaución que por otra cosa, porque la activación previa suele ser mucho más larga. Pero André Almeida estaba muy fatigado.

Guerra no estuvo en la banda ni cuatro minutos e incluso su calentamiento ‘exprés’ fue algo más largo porque Baraja le tuvo que llamar dos veces. Cuando el reloj marcaba 86 minutos y 57 segundos, su primera señal para que regresara y saliera confundió al jugador. Veinticinco segundos después, contrariado, tuvo que repetir la llamada para poder sustituir al luso.

El joven llegó a la carrera y se puso la camiseta que ahora guarda en su casa de Gilet y que colgaba de su silla con el número 36, el que se le asignó en pretemporada. No fue Baraja, con el que apenas intercambió un par de palabras, sino su ayudante, Toni Seligrat, quien le dio indicaciones.

Finalmente, entró en el minuto 88 y 35 segundos y participó en tres acciones antes de la jugada decisiva. En ella, frenó un contragolpe pucelano al interceptar un pase de Robert Kennedy y soltó a Ilaix un balón que pasó por Diego López y de nuevo por Moriba antes de regresar a sus pies.

Controló la pelota con el izquierdo y con el primer toque con el derecho dejó atrás a Óscar Plano; con el segundo y el tercero avanzó y retomó la zurda para disparar desde la cruceta de la línea del área con su corona. Su trallazo cruzado pasó juntó a Joaquín Fernández y entró por el palo más alejado de Masip. Era el minuto 92 y 9 segundos y llevaba apenas 214 segundos en el campo.

Como veintiún años antes hiciera Baraja tras marcar contra el Espanyol en esa misma portería del fondo norte, Guerra abrió los brazos cuando vio la pelota en la red. Como le pasó al vallisoletano, la inercia de la diagonal que había trazado le llevó al córner más cercano a la tribuna. Ambos goles comparten lugar de celebración y piña colectiva.

Guerra, algo incrédulo, se giró a mitad de su carrera. El primero que le alcanzó fue el capitán José Luis Gayà pero pronto llegaron otros, incluso el portero Giorgi Mamardashvili, que se recorrió todo el campo. Mestalla había explotado y los vídeos y las fotografías muestran euforia, liberación y algún torrente de lágrimas incontrolable.

Sobre la bocina del minuto 95, sin añadir más de los cinco minutos previstos, José Luis Munuera Montero, señaló el final. Sus tres pitidos pillaron a Guerra en el medio campo y Toni Lato y Hugo Duro se lanzaron a abrazarle. De ahí fueron todos al fondo sur a agradecer el apoyo de la Grada de Animación.

Fue entonces cuando se le avisó de que era el elegido para la ‘Flash Interview’ de la televisión con derechos. “Me la ha dado Ilaix y tampoco veía un pase claro. He amagado, me he ido del defensor que tenía y me dio por tirar”, explicaba.

Esa temporada Guerra había acumulado 2164 minutos en Primera RFEF con un único gol, ante el Espanyol B. Tampoco había visto puerta ante el Sevilla y el Elche ni, al parecer, apenas en Paterna. “Javi Guerra no ha metido un gol en un entrenamiento, os lo juro”, escribió jocoso esa noche Hugo Duro en las redes sociales.

Antes de retirarse al vestuario, Guerra abrazó a sus padres y a su abuelo que le esperaban en la grada más cercana al túnel. Con el anciano empezó a jugar al fútbol en el jardín de una urbanización de Canet entre dos árboles, y era él quien le llevaba en tren a Vila-real, puesto que se formó en la cantera ‘grogueta’ hasta 2019.

Tras un nuevo estallido de alegría en el vestuario, regresó al césped. Era de los que menos había jugado y tuvo que hacer el ‘compensatorio’, un suave entrenamiento, ya con las gradas vacías.

Baraja había llegado a la sala de prensa y desde allí le recomendó que apagara el móvil, se fuera a casa y le diera un abrazo a sus padres. No le hizo caso y salió a cenar con sus amigos, que le esperaban en la Avenida de Suecia, donde cinco horas antes había comenzado todo.

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