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Valencia

¿Por qué aumentan los delitos violentos entre jóvenes?

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Acusado de violar a una mujer inconsciente por embriaguez
Un furgón de la policía nacional patrulla por el centro de la ciudad. EFE/Biel Aliño/Archivo

València, 14 nov (OFFICIAL PRESS/EFE/Jordi Ferrer).- La Fiscalía de Menores de Valencia ha observado en los últimos meses un incremento de casos violentos cometidos por menores, bien en enfrentamientos entre ellos o bien hacia los progenitores, en algunos casos «de forma gratuita o sin que exista una provocación o una motivación clara».

En declaraciones a EFE, la fiscal delegada de la sección de menores en la Fiscalía Provincial de Valencia, Consuelo Benavent, explica que los delitos más habituales con los que trabajan los especialistas de esta sección son los delitos contra el patrimonio, los robos con violencia y las lesiones.

La especialista en menores no ha observado que se estén reproduciendo en Valencia los patrones de peleas entre bandas juveniles que ya existen en otras grandes ciudades españolas.

Benavent explica que tiene conocimiento de que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado están vigilando la situación de forma especial, pero indica que no se ha producido ninguna comunicación a la Fiscalía al respecto.

«Vemos casos de agresiones totalmente gratuitas, en ocasiones en grupos, desde peleas con las manos hasta agresiones con armas blancas, y también de violencia filio-parental», señala para advertir del crecimiento de este último tipo de casos.

Respecto al uso de armas blancas, añade que ha observado en varias ocasiones cómo algunos menores han afirmado que llevaban cuchillos de cocina u otro tipo de herramientas afiladas encima «para defenderse», lo cual considera «muy preocupante» porque las agresiones «dejan de ser fortuitas».

«Hemos observado también poca tolerancia por parte de algunos menores en situaciones de conflicto. Es decir, que se llega a situaciones límite con mucha rapidez, y cuando intervienen compañeros o amigos es para participar en la pelea y ampliar el conflicto, no para separar o evitar problemas», advierte Benavent.

EL PAPEL CLAVE DE LAS AMISTADES

Por ello, esta especialista apunta que «el entorno familiar de los menores y los valores que se les inculcan es importante, pero quizá lo es más el entorno de iguales.

Los jóvenes, por lo general, son bastante influenciables y sus amistades cercanas suponen un gran condicionante».

Así, apunta que es habitual encontrar ciertas carencias familiares o situaciones de riesgo en el ámbito familiar de los menores con los que trabajan pero «casi más determinante que las familias es el entorno de iguales, junto con los hábitos de consumo de alcohol y drogas».

Respecto al acoso escolar o conflictos que, sin llegar a constituir una situación literal de acoso suponen un problema en el ámbito escolar, Benavent señala que «no está erradicado ni mucho menos», pero «no se observa un repunte».

En este sentido, cree que el aumento de las denuncias en su día o la publicidad a determinadas situaciones, junto con el papel de los centros educativos, «que tienen responsabilidades en la gestión de estas situaciones», han contribuido a manejarlos mejor, hasta el punto de que «algunos casos se resuelven dentro de cada centro educativo».

EL PROBLEMA AÑADIDO DE LAS REDES SOCIALES

Por el contrario, la fiscal advierte sobre las redes sociales, que constituyen un problema añadido a las relaciones tóxicas en las que intervienen los menores.

«Existe quizá una falsa sensación de impunidad al estar escondido tras una pantalla», señala a EFE Benavent, que de nuevo insiste en que «hay que explicar a los menores las consecuencias de sus actos, algo tan sencillo como el respeto, tratar a los demás como desean ser tratados».

«También debemos mirarnos un poco al espejo los adultos y preguntarnos si los menores están reproduciendo alguna conducta que ven en casa», subraya.

Preguntada por la carga de trabajo en su sección, Benavent lamenta que, pese al incremento de casos y la dificultad de los mismos, la sección sigue contando con los mismos once fiscales con los que contaba hace veintiún años, cuando se puso en marcha.

 

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Valencia

Alertan de una «epidemia» en salud mental infantil que dispara los ingresos hospitalarios

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epidemia salud mental infantil

València, 2 may (OFFICIAL PRESS-EFE).- El incremento en los últimos años de los trastornos de salud mental entre niños y adolescentes hace que la situación sea considerada como una epidemia por los expertos en psiquiatría, que reclaman un esfuerzo especial para la detección precoz de unas patologías que han aumentado casi un 40 % los ingresos hospitalarios pediátricos previos a la pandemia.

Así se ha puesto de manifiesto en el EFE Fórum «El reto de la salud mental en la Comunitat Valenciana», que ha reunido a expertos para abordar un problema que va en crecimiento ya que, según el último informe del Sistema Nacional de Salud, el 37 por ciento de la población española sufre algún trastorno de salud mental.

Eduardo Aguilar Garcia-Iturrospe, psiquiatra en el Hospital Clínico de València, ha indicado durante el encuentro, promovido por Johnson & Johnson con la colaboración de À Punt, que la pandemia no ha causado los principales problemas de salud mental, pero los ha aflorado y «ha tenido algún efecto», especialmente por la influencia que las redes sociales o algunos videojuegos han tenido en niños y adolescentes.

Alertan de una «epidemia» en salud mental infantil

Concretamente, en España se registraron 7.763 ingresos psiquiátricos hospitalarios de personas menores de 20 años en 2019, por los 10.763 que se contabilizaron en 2021 y los 10.785 de 2022, lo que supone un aumento de casi el 40 % que se ha estado manteniendo.

Cifras parecidas se han registrado en la Comunitat Valenciana, donde se pasaron de los 792 ingresos psiquiátricos de menores de 20 años en 2019 a los 1.064 de 2022.

Aguilar, que también es investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam) y del Instituto de Investigación Sanitaria del Clínico (INCLIVA), ha señalado que las personas más vulnerables son las que tienen un trastorno mental grave, pero también «dos colectivos con una sensibilidad especial: los ancianos y adolescentes», que tienen «una necesidad de atención que antes de la pandemia apenas se veía».

Es muy frecuente que «cuando antes en el hospital teníamos uno o dos niños ingresados en pediatría, ahora hay dos o cuatro», por lo que «están demandando más del doble de la atención» que tenían antes, ha advertido.

A su juicio, esto «se puede calificar como epidemia» entre los jóvenes y niños, no tanto en cuanto a suicidios porque «no es tan común como en gente mayor, pero son enfermos que sí presentan conductas autolesivas, que se producen cortes y lesiones», lo que provoca «un sufrimiento muy grande para ellos y sus familias».

«Faltan recursos para diagnosticar» los problemas de salud mental en niños y adolescentes y es una situación «que no podemos dejar pasar», ha asegurado.

El director de la Oficina de Salud Mental y Adicciones de la Comunitat Valenciana, Bartolomé Pérez, ha destacado que la cuestión prioritaria es «detectar el malestar que lleva a la conducta suicida».

En este sentido, ha añadido, «es necesario introducir la detección precoz en los exámenes en la infancia, con psicólogos dependiendo de los servicios de salud mental en la escuela, en colaboración con Educación, para detectar ese malestar» porque, según el experto, se sabe que «la prevalencia en patologías que desembocan en intentos de suicidio es elevadísima».

Un tratamiento interdisciplinar

Por otra parte, Bartolomé Pérez ha señalado que «no hay forma de plantearse» el abordaje con éxito de la salud mental sin la implicación de psiquiatras, psicólogos y enfermeros, pues se necesita un tratamiento interdisciplinar.

La doctora Pilar Sierra San Miguel, psiquiatra en la Unidad de Trastornos Bipolares del Hospital La Fe de València, ha resaltado que la implicación de las tres ramas sanitarias es fundamental no solo para el tratamiento, sino para «evitar recaídas».

En su opinión, también juega un papel crucial las asociaciones de pacientes y figuras como la del «paciente experto», quien según apunta Bartolomé Pérez «es una persona con experiencia de vida» con una enfermedad mental grave que tiene una formación regulada para el asesoramiento de otra persona que también padece la enfermedad.

Una figura que «requerirá una formación dirigida por la OMS y por nosotros» y que sean «personas con cierta estabilidad», según Pérez, pero que son «excelentes» y les «ayudan a tener una visión más realista sobre las necesidades de la persona que tiene la enfermedad».

La falta de recursos

Bartolomé Pérez ha resaltado además que la Comunitat Valenciana, pese a tener las tasas más altas en algunas patologías, no cuenta con los mismos recursos que otras comunidades autónomas como Cataluña, País Vasco o Madrid por el problema de la infrafinanciación.

Y Pilar Sierra ha añadido en este sentido: «Paradójicamente, la Comunitat Valenciana tiene el liderazgo en prevalencia pero estamos a la cola en recursos» como hospitales de día.

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