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Principales recomendaciones para elegir una agencia ecommerce

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Principales recomendaciones para elegir una agencia ecommerce

De sobra es conocido que tener una presencia en internet con buena apariencia y de garantías se convierte en uno de esos básicos para cualquier empresa. Y una de las mejores formas de establecer esa presencia es a través de una agencia ecommerce de confianza. 

Elegir la agencia adecuada puede marcar la diferencia entre un sitio web que genera ventas y uno que pasa desapercibido en Internet.

Experiencia y especialización

Cuando busques una agencia ecommerce, es importante considerar su experiencia y especialización en el campo. ¿Cuánto tiempo han estado en el negocio? ¿Han trabajado con empresas similares a la tuya en el pasado? 

Una agencia con experiencia en tu nicho específico entenderá mejor tus necesidades y podrá ofrecerte soluciones personalizadas para maximizar tus resultados.

Portafolio de proyectos anteriores

Otro aspecto crucial a tener en cuenta es el portafolio de proyectos anteriores de la agencia. Examina cuidadosamente los sitios web que han desarrollado anteriormente. ¿Son visualmente atractivos? ¿Son fáciles de usar y navegar? ¿Tienen características avanzadas que te gustaría implementar en tu propio sitio web? 

El portafolio de la agencia es un reflejo de su habilidad y puede darte una idea clara de lo que puedes esperar de ellos.

Equipo de profesionales

El equipo de profesionales que conforma la agencia ecommerce es otro factor importante a tener en cuenta. Asegúrate de que cuenten con expertos en diseño web, desarrollo de aplicaciones, marketing digital y atención al cliente. 

Un equipo sólido y multifacético será capaz de abordar todas las áreas necesarias para construir y mantener un sitio web exitoso.

Servicios ofrecidos

Es esencial que la agencia ecommerce ofrezca una amplia gama de servicios que se adapten a tus necesidades. Algunos de los servicios clave que deberías buscar incluyen diseño y desarrollo de sitios web, optimización de motores de búsqueda (SEO), estrategias de marketing digital, gestión de redes sociales y servicios de alojamiento y mantenimiento. 

Cuanto más amplio sea el abanico de servicios, más fácil será para ti mantener todos los aspectos de tu presencia en línea bajo un mismo techo.

Además, valora que puedan proporcionarte diferentes opciones a la hora de construir una tienda online, es decir, que tengan profesionales cualificados en las plataformas más potentes del mercado, que puedan hacer desarrollos en Magento, Shopify, Bigcommerce, Woocommerce, etc.

Comentarios y testimonios de clientes

Antes de tomar una decisión final, investiga los comentarios y testimonios de clientes anteriores de la agencia ecommerce. Lee las reseñas disponibles y busca opiniones de otras empresas que hayan trabajado con ellos. 

Estos testimonios pueden darte una idea de la calidad del trabajo que ofrecen y de cómo es su servicio al cliente. Si la agencia ha dejado una buena impresión en otros, es más probable que te den un servicio excepcional.

Presupuesto y ROI

Finalmente, pero no menos importante, debes considerar tu presupuesto y el retorno de la inversión (ROI) esperado. Asegúrate de entender claramente los costos asociados con los servicios que la agencia ecommerce ofrece y evalúa si se ajustan a tu presupuesto. 

Además, discute las expectativas de ROI con la agencia y verifica si están alineadas con tus objetivos comerciales. Recuerda que invertir en una buena agencia ecommerce es una inversión a largo plazo para el crecimiento de tu negocio.



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Carrocería sin dramas 

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Rafa, vecino de Valеncia, conduce su Volkswagen desde hace más de diez años. Su ruta diaria no tiene nada de épico: trabajo, colegio, playa los fines de semana. Y, como la vida misma, el coche guarda sus huellas: un pequeño desconchón en la puerta tras salir del súper, una esquina del parachoques rozada en la rampa del garaje, una fina línea en el guardabarros que sólo se ve cuando le da el sol de lado. Nada de accidentes graves ni ambulancias: simplemente, una colección de marcas cotidianas en las que se reconoce media España. Y todo iría bien, si no fuera por las tarifas: cuanto más se retrasa la reparación, más caro acaba siendo – y eso se nota en el valor del coche y en el dolor de cabeza cuando toca venderlo. 

Cómo hemos llegado hasta aquí y por qué justo ahora 

El parque automovilístico español ha envejecido y se renueva cada vez más despacio. En nuestras calles abundan los coches veteranos, fieles compañeros de rutina: la edad media ronda los 14,5 años, y los vehículos con más de veinte años ya suman varios millones en circulación. No es una alarma, sino una nueva normalidad, confirmada por los datos del sector: cuanto más envejece la pintura y el metal, menos perdonan los retrasos, sobre todo cerca del mar, donde la sal y el sol actúan como aceleradores naturales. 

Los talleres también cambian. Su crecimiento no llega por arte de magia, sino por pura realidad: materiales más caros, procesos de secado con alto consumo energético, reparaciones más complejas. Todo suma, y el precio medio sube. Las cifras del mercado lo confirman: la facturación del sector de carrocería en España ha aumentado, en parte porque cada reparación cuesta más. 

En la carretera ocurre lo que todos vemos: los grandes siniestros, por suerte, son pocos, pero los incidentes menores se multiplican. En 2023 y 2024, la Dirección General de Tráfico (DGT) registra cada año más de cien mil accidentes con víctimas; los grandes siniestros siguen estables, pero los golpes menores en ciudad y aparcamientos alimentan el trabajo de los talleres. 

Y luego están los aparcamientos. No todos los “arañazos” ocurren en movimiento. Las aseguradoras lo repiten sin rodeos: buena parte de los daños urbanos se producen a baja velocidad y en espacios estrechos – ese pilar en el garaje comunitario, la rampa del parking o el muro del patio. Muchos de estos casos entran en la categoría de “siniestro sin segundo implicado”, y su cobertura depende de si la póliza incluye daños propios. Es un detalle práctico, no estadístico: cada conductor repara según lo que le permite su seguro. 

Lo que de verdad preocupa y dónde se esconde el ahorro 

Si entendemos el mantenimiento no como estética, sino como inversión, la lógica es clara. En la costa, donde el sol y el aire salino son parte del paisaje, un microdesconchón no es algo “para más adelante”: es una puerta abierta a la corrosión. En el interior, el sol castiga menos, pero la mayoría aparca en la calle, lo que multiplica los “besos de aparcamiento” y los actos vandálicos: rayones con llave, golpes de menos de 500 euros… la rutina urbana. El resultado es el mismo: cuanto antes se repare el daño, menor será la pérdida al revender -sobre todo en coches populares como los Volkswagen, donde el ojo del comprador no perdona. 

El sector lo tiene claro: en Europa, la pintura para coche y los trabajos cosméticos representan buena parte del negocio de colisión. En climas como el nuestro, escatimar en el barniz transparente es, literalmente, ahorrar contra el sol. 

Rafa y su plan “sin drama”: cómo hacerlo con cabeza 

Rafa no busca la perfección, sino evitar males mayores. Lo primero: que el agua no llegue al metal. Si el barniz no está roto, un pequeño retoque puede salvar la pieza: limpieza, desengrasado, una capa de barniz local y un pulido final. Segundo: acertar con el color. Ahí manda el código de pintura, que en Volkswagen suele venir en una placa o en el libro de mantenimiento. Con ese código se obtiene la base exacta, y se evita el clásico “casi igual” que se ve desde tres metros. Para los propietarios de VW es fácil comprobarlo en las el catálogo de colores de Volkswagen, donde se muestran las combinaciones disponibles de base y barniz. 

Tercero: evaluar la geometría. Una puerta plana y un paso de rueda con curvas no son lo mismo. En las zonas con nervios, uniones o anclajes de ópticas, el hazlo tú mismo suele acabar en el taller. Si el metal o la imprimación ya están a la vista, harán falta imprimación, base y barniz; la clave del ahorro está en la precisión y la calidad de los productos, no en añadir capas baratas. 

Cuando posponer deja de ser ahorrar 

En la costa -Valеncia incluida- el sol y la sal no perdonan. Lo que hoy es un arañazo, mañana puede convertirse en una pieza entera a repintar: imprimación, base, barniz, preparación y, si hay lista de espera, una semana sin coche. El panorama es claro: los trabajos de carrocería se encarecen por materiales y energía, y no es un problema de un solo taller, sino una tendencia general. 

España, país de coches y de responsabilidad 

España se mantiene entre los principales fabricantes de automóviles de Europa. Pero, al mismo tiempo, aumentan los coches veteranos y sus dueños se vuelven más metódicos: menos pánico, más mantenimiento. A escala nacional eso se traduce en una siniestralidad estable; a escala familiar, en una o dos visitas al taller al año para mantener el coche en forma. 

Dónde acaba el “hazlo tú mismo” 

Tú mismo: pequeños desconchones, arañazos superficiales, siempre que el barniz siga intacto y el entorno esté limpio.
El profesional: todo lo que afecta a nervios, uniones o anclajes, y cualquier daño donde el barniz se haya levantado o el metal esté visible. 

Y un detalle que Rafa aprendió con la experiencia: el medidor de espesores de pintura. Diez minutos antes de cerrar una compraventa bastan para saber si una pieza fue repintada. Para el comprador es una ventaja en la negociación; para el dueño, una pista sobre cuánto trabajo llevará igualar el color. 

Último paso: rutina sin dramatismo 

Un par de buenos hábitos se amortizan en cualquier comunidad autónoma. Dos veces al año -en primavera y otoño- conviene revisar el coche con buena luz y reparar todo lo que supere cinco o diez milímetros o haya llegado a la imprimación. Son las mejores épocas para trabajar al aire libre: sin polvo en suspensión y sin calor extremo. Y si tu coche es un Volkswagen, ten siempre a mano el código de color y una referencia fiable para pedir el kit exacto para pinturas Volkswagen. 

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