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Cultura

Descubre los secretos ocultos de la Plaza del Tossal

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los secretos de la Plaza del Tossal

La Plaza del Tossal es un lugar lleno de vida. Situada en el corazón de la ciudad, es punto de encuentro, de ocio, de tiendas con encanto y restaurantes desde los que disfrutar de la magia de un sitio especial.

Pero lo que muchos desconocen es que debajo de todo ese ajetreo de ir y venir de personas, se esconde parte importante de la historia de Valencia.

València, capital de un reino taifa

A principios del siglo XI, depués de la caída del califato de Córdoba, València se convertía en la capital de un reino taifa. Nos encontramos entre los años 1021 y 1061 cuando la ciudad construye una nueva muralla bajo el reinado de Abd al-Aziz.

Los visitantes que llegaban de otros puntos de Al-Anadalus eran recibidos por sus cinco puertas de acceso. La ciudad se fue reforzando con nuevos elementos de defensa y es a partir del siglo XII cuando se amplia el recinto fortificado.

Con la conquista cristiana, València crece y la muralla islámica es derribada de manera parcial cambiando la fisonomía de la ciudad.

Se instalan varios obradores de calderos sobre los restos de la fortificación que estuvieron en funcionamiento hasta época moderna y se aprovechó el foso de la muralla para canalizar, en el siglo XIV, por la antigua trampilla, un ramal de la acequia de Rovella, que sirvió como colector hasta hace no mucho tiempo.

Además también sirvió para abastecer a varios talleres artesanales.

Los secretos ocultos de la Plaza del Tossal

Mucho ha cambiado esta plaza a lo largo de su historia hasta llegar al aspecto que tiene hoy en día. De hecho, desde sus orígenes hasta el medievo uno de los brazos del Turia rodeaba València siendo este enclave lugar de contención.

Es ya durante los años 60 del siglo XX cuando, con el derribo de algunos edificios queda la plaza que tenemos hoy.

Siglos y siglos de cambios que han quedado atrás borrado por el paso del tiempo. Pero las huellas y algunos de los secretos de esa València del pasado quedaron ocultos bajo tierra y la Galería del Tossal nos los muestra.

Balansiya islámica

Este lugar es visita obligada para comprender cómo era nuestra ciudad siglos atrás gracias a los restos arqueológicos que ahí se conservan. Su interior, testigo de la Balansiya islámica, nos transporta en un viaje en el tiempo.

Concretamente hasta un tramo de muralla y la torre, elementos que formaban parte de una puerta en codo, que se cree pudo ser una remodelación de la antigua puerta de al-Hanax, del siglo XI, y que daba paso a la entrada de la calle Caballeros.

Nada más bajar contemplamos restos de una torre de planta cuadrada. Su construcción fue realizada con tapial de mortero y lienzo de la muralla islámica del siglo XII.

El paso del tiempo no ha podido borrar de su piedra las marcas en forma de agujeros ocasionadas por los apoyos de las cajas de madera utilizadas por los alarifes, maestro de albañilería mudéjar, para su construcción.

Justo delante de la muralla encontramos los arcos que se conservan dentro de la galería que sostenían la bóveda de ladrillos que cubría la acequia de Rovella.

Paseando por el Carmen nos encontramos con restos del trazado de la muralla así como parte de algunas torres, algunas en estado total de abandono.

calle Caballeros, la Plaza de San Jaime, el Colegio Mayor Rector Peset son lugares que nos cuentan los secretos ocultos de Balansiya y de València.

 

 

 

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Cultura

Muere a los 55 años Esther Uria, actriz de ‘Hospital Central’ y ‘Cuéntame cómo pasó’ 

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Esther Uria
Esther Uria, en una imagen del sindicato vasco de actores. (Euskal Aktoreen Batasuna)

El mundo de la interpretación y la cultura vasca llora la pérdida de Esther Uria, actriz y pedagoga donostiarra conocida por sus papeles en series de televisión tan emblemáticas como Hospital Central, Cuéntame cómo pasó, Doctor Mateo o El comisario.
La intérprete falleció el pasado jueves 23 de octubre a los 55 años, en el Hospital Donostia, tras sufrir una breve enfermedad que sorprendió a familiares, compañeros de profesión y antiguos alumnos.

Su muerte ha provocado un hondo pesar en el sector audiovisual y educativo, donde era muy querida por su doble faceta como actriz y docente.


Una artista con alma de educadora

Nacida en San Sebastián, Esther Uria se formó en Arte Dramático y dedicó buena parte de su vida a unir dos de sus grandes pasiones: el teatro y la educación.
En el escenario, destacó por su talento natural, su versatilidad y su compromiso con los textos clásicos y contemporáneos. Participó en obras como La cacatúa verde y La importancia de llamarse Ernesto, donde demostró una sólida técnica interpretativa.

Su rostro también se hizo familiar en la pequeña pantalla, con participaciones en algunas de las series más populares de la televisión española.
Entre ellas, Cuéntame cómo pasó, El comisario, Doctor Mateo y Hospital Central, donde interpretó a personajes secundarios cargados de humanidad y cercanía.


Una nueva etapa dedicada a la investigación y la enseñanza

En 2008, en el punto álgido de su carrera artística, decidió dar un giro radical y retomar sus estudios universitarios. Su inquietud intelectual la llevó a obtener el Premio Extraordinario en Educación Especial y la Licenciatura en Psicopedagogía con Premio Fin de Carrera.
Posteriormente, cursó un Máster de Formación del Profesorado en Secundaria (2012) y una beca internacional en la Universidad de Victoria (Canadá) para desarrollar una tesis sobre el teatro como herramienta pedagógica para fomentar la convivencia en las aulas.

Esa investigación culminó en 2018 con su doctorado en la Universidad del País Vasco (EHU/UPV), bajo el título:
Diseño, desarrollo y evaluación de un programa basado en las técnicas del sistema teatral para el fomento de la convivencia positiva en el alumnado de secundaria del País Vasco.

Con este trabajo, Esther Uria consolidó una línea de investigación pionera sobre el poder del teatro como motor educativo y emocional.


Teatro, pedagogía y vida: su legado

Pese a su dedicación a la docencia, Esther Uria nunca abandonó del todo los escenarios. En 2013, junto a su pareja y colaborador artístico Edu Errondosoro, estrenó la obra Cada día es solo una vez al día, un montaje íntimo y reflexivo sobre la importancia de la risa, el amor y el presente.

En una entrevista concedida a El Diario Vasco, Uria resumía su filosofía vital con una frase que hoy resuena con fuerza:

“No nos lamentamos del pasado, tenemos el presente y una forma muy positiva de vivirlo es empezar a hacerlo con humor reflexivo. Vivamos el presente con humor y amor.”

Esta obra representaba fielmente su manera de entender la existencia: optimismo, resiliencia y humanidad. A través de su trabajo, defendía que el teatro no solo debía emocionar, sino también educar y sanar.


Una figura querida en Donostia y en el ámbito cultural vasco

En el País Vasco, su figura trascendía el ámbito artístico. Esther Uria fue reconocida por su compromiso con la cultura local, la enseñanza inclusiva y la promoción del arte como herramienta de convivencia.
Sus compañeros de la Universidad del País Vasco la definen como “una mujer brillante, entusiasta y profundamente humana”.

También numerosos intérpretes que coincidieron con ella en platós y escenarios han expresado su tristeza en redes sociales, recordando su sonrisa constante, su humildad y su forma de hacer del teatro un espacio de encuentro.


El adiós a una vida dedicada al arte y la educación

La muerte de Esther Uria deja un vacío en el panorama cultural español, pero también un legado de inspiración para nuevas generaciones de actores, docentes y creadores.
Su vida fue una lección sobre cómo reinventarse sin perder la esencia, y cómo el arte puede convertirse en una herramienta de transformación personal y social.

El funeral se celebrará en Donostia-San Sebastián en la más estricta intimidad familiar, aunque sus allegados no descartan organizar más adelante un acto público de homenaje para celebrar su vida y su obra.

A los 55 años, Esther Uria se despide dejando tras de sí una huella imborrable: la de una mujer que hizo del teatro una forma de entender el mundo y del humor una forma de resistirlo.

Las tragedias de los protagonistas de la serie Hospital Central

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