Seguro que más de una vez te has encontrado al romper un huevo con unas motas rojizas en la clara o la yema. ¿Qué son? ¿Significa que no se puede comer? ¿Es peligroso? Aunque pueda resultar asqueroso no representan el más mínimo riesgo para la salud.
En contra de los que muchos puedan pensar ni el huevo está en malas condiciones ni indican falta de frescura. Pero, entonces, ¿qué significan esas manchas?
¿Qué son esas manchas rojas en los huevos?
Esas manchas rojas son restos de sangre debidos a la ruptura de algún vaso sanguíneo o pequeños pedazos de tejido que el propio huevo ha arrastrado en su proceso de formación. Muchas veces son también de color marrón o blanquecino.
Existe la creencia popular de que es un signo de que el huevo ya ha sido fecundado y por eso rechazan ese tipo de huevo. Pero eso es un falso mito. No nos estamos comiendo un embrión.
Aunque no es peligroso, es mejor quitarlo antes de consumir el huevo con ayuda de un tenedor, cuchara o cuchillo.
¿Por qué se encuentra en ese lugar? La situación de la mancha en la clara o en la yema se debe a que la ruptura de la venita se ha producido en el interior del ovario. Mientras que la que aparece en la clara, procede del oviducto, que es el conducto que van recorriendo los óvulos mientras se desarrollan.
Este puede llegar a alcanzar hasta 70 centímetros de longitud en las gallinas adultas, y el huevo tarda un cierto tiempo en recorrerlo mientras se va formando hasta completar la cáscara antes de la puesta.
Los ovarios de las gallinas están repletos de esos diminutos vasos sanguíneos y es normal que alguno de ellos se rompa durante el proceso.
Pero aunque todos nos hemos encontrado alguna vez con uno, la presencia de esas marchitas rojas no es demasiado frecuente, se calcula que las tienen entre el 1 y el 3% de los huevos comercializados, porque en las revisiones que se hacen en los centros de selección suelen retirarse los que las tienen muy evidentes, y ya no llegan al mercado.
El anisakis es un parásito presente en muchos pescados y cefalópodos que puede causar anisakiasis, una enfermedad que provoca trastornos digestivos y reacciones alérgicas graves. La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) advierte que el consumo de pescado crudo o poco cocinado es el principal riesgo, y ofrece recomendaciones para disfrutar del pescado con seguridad.
1. Selección y manipulación del pescado
El primer paso para evitar la infección es elegir pescado fresco y limpio, preferiblemente sin vísceras. Si compras el pescado entero, retira las vísceras inmediatamente, ya que el parásito se encuentra principalmente en ellas. Este gesto reduce significativamente el riesgo de anisakiasis.
2. Cocción adecuada: el método más efectivo
Cocinar el pescado correctamente es fundamental para eliminar el anisakis. Asegúrate de que la temperatura interna alcance al menos 60 °C durante un minuto. Como guía práctica:
Una pieza de pescado de 2,5 cm de grosor necesita unos 10 minutos de cocción, dándole la vuelta a la mitad del tiempo.
Puedes freír, hornear, cocer o cocinar a la plancha, siempre controlando la temperatura uniforme.
3. La congelación salva vidas
Cuando el pescado se va a consumir crudo o semicrudo, la congelación es obligatoria. Las recomendaciones de AECOSAN incluyen:
Congelar a –20 °C o menos durante mínimo cinco días.
Usar frigoríficos con tres estrellas o más para asegurar la temperatura.
Comprar pescado ya congelado de proveedores que cumplan esta norma.
4. Preparaciones que requieren congelación
Algunas recetas tradicionales o internacionales deben seguir este paso:
Boquerones en vinagre, ceviche, sashimi o sushi.
Carpaccios y pescados marinados.
Huevas crudas, arenques o pescados ligeramente salados.
Semiconservas y pescados curados: anchoas, bacalao, mojamas.
6. Legislación y responsabilidad
La UE y España obligan a que los productos de la pesca estén libres de parásitos visibles y que los establecimientos garanticen la seguridad de los alimentos crudos o semicocidos. Además, los consumidores tienen derecho a información sobre congelación previa.
7. Prevención: clave para disfrutar del pescado
La prevención del anisakis combina:
Elección de pescado limpio y fresco.
Cocción a temperaturas seguras.
Congelación adecuada cuando sea necesario.
Siguiendo estas recomendaciones, es posible disfrutar de la merluza y otros pescados sin riesgos, equilibrando tradición culinaria y seguridad alimentaria.
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