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Valencia, la comunidad que más ucranianos ha acogido

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Detalle de un cartel que da la bienvenida a las instalaciones del Centro de Refugiados que la Generalitat instaló en Ciudad de la Luz de Alicante, con motivo de la guerra. EFE/Morell/Archivo

València, 20 feb (OFFICIAL PRESS, EFE).- Se cumple un año del comienzo de la guerra de Ucrania, durante la que más de ocho millones de personas han tenido que abandonar su país para buscar refugio. Nuestro país ha otorgado protección temporal a casi 170.000 personas a lo largo de este año.

Protección temporal a más de 45.000 ucranianos en Valencia

La protección temporal es una directiva europea aprobada en 2001 debido a los conflictos de los Balcanes. Esta directiva fue puesta en marcha por primera vez 20 años más tarde, en 2022, tras la invasión rusa a Ucrania.

Residencia, permiso de trabajo y asistencia social, educativa y médica

La normativa de protección temporal compromete a los países de la Unión Europea a ofrecer, principalmente, autorización a la autorización de residencia, el permiso temporal de trabajo, el acceso a la asistencia social, acceso al sistema educativo y la asistencia médica, además de ayudas económicas. Gracias a esta protección, 13.695 ucranianos han encontrado un empleo.

Protecciones concentradas en la Comunitat Valenciana, Cataluña, Andalucía y Madrid

Han obtenido esta ayuda 167.596 ciudadanos y residentes de Ucrania (el 63 % mujeres y el 37 % hombres), según los últimos datos del Ministerio del Interior. El 78% de ellas se han otorgado en la Comunitat Valenciana, Catalña, Andalucía y Madrid. La Comunitat se encuentra en primer lugar con 45.159 protecciones concedidas a ciudadanos ucranianos.

Más de 80.000 ciudadanos ucranianos se han empadronado en España

Antes de la invasión rusa, la población ucraniana empadronada en España era de 110.977 personas (el 57,6 % mujeres y el 47,3 hombres) y 96.687 tenían permiso de residencia. Al terminar 2022, los ucranianos inscritos en el padrón ascendían a 193.292 (61,5 % mujeres y 38,5 % hombres), 157.180 contaban con documentación de residencia y, para los mayores de 16 años, también de trabajo, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

De los 109.388 ucranianos en edad de trabajar con autorización gracias a la protección temporal, solo 13.695 (el 13 %) estaban dados de alta laboral en la Seguridad Social a 31 de diciembre de 2022. De ellos, 2.013 trabajan en hostelería, 1.170 en construcción y 1.064 en programación, consultoría y otras actividades relacionadas con la informática.

Un año después de la guerra: 37.000 ucranianos escolarizados

Las mismas cuatro comunidades autónomas, de nuevo con la Comunitat a la cabeza, acogen el 74 % de los 37.208 refugiados ucranianos que han sido escolarizados en España desde que comenzó la guerra, según los últimos datos del INE al finalizar 2022.

Por niveles educativos, el 36,2 % se concentra en Educación Primaria (13.500), el 23 % en Educación Secundaria y FP Básica (8.570), el 19,1 % en otros estudios como Escuela Oficial de Idiomas y Educación de Personas Adultas (7.116), el 15 % en Educación Infantil (5.613) y el 3,1 % en Bachillerato y FP Grado Medio y Superior (1.178).

El CREADE de Alicante ha asistido a más de 31.000 refugiados

El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha puesto en marcha cuatro Centros de Recepción, Atención y Derivación (CREADE) en Madrid, Alicante, Barcelona y Málaga por los que hasta el 31 de enero han pasado 91.889 refugiados. En la Comunitat Valenciana, el CREADE de Alicante ha asistido a 31.368 personas.

El primero en funcionar fue el de Madrid, el 11 de marzo del pasado año. Por Pozuelo de Alarcón han pasado 22.745 personas; 25.588, por el de Barcelona; y por el de Málaga han pasado 12.188 refugiados.

De todas ellas, 12.898 han solicitado acogida de emergencia y se ha dado asistencia a 43.736 familias, según los datos de Inclusión.

El perfil de refugiado: Refugiada, 31 años, estudios superiores

El perfil de los ucranianos atendidos en los centros de asistencia es claro: mujer, de 31 años y con estudios superiores entre las que destacan las economistas, informáticas e ingenieras.

El 31 % de las personas atendidas en los CREADE son menores y el 62 % de los adultos son mujeres. La edad media de los refugiados es de 31 años y, por franjas de edad, la mayoría tiene menos de 17 años, seguido del grupo que va de los 18 a los 34 y el que comprende entre los 35 y los 49.

Según el análisis de los cuestionarios recopilados en los cuatro centros, el 62 % de las personas que han pasado por ellos tiene estudios superiores; el 29 % ha completado una formación profesional o el bachillerato y el 7 % cuenta con estudios secundarios.

El 26,4 % de los ucranianos atendidos proviene de la región de Kiev, mientras que el 8,8 % procede de Odessa, el 8,5 % de Kharkiv y 7 % ha llegado de Leópolis.

Protección temporal en las otras comunidades autónomas

En cuanto a la concesión del estatus de protección temporal a ciudadanos ucranianos, a las cuatro comunidades mencionadas siguen Murcia (5.328), Canarias (4.359), País Vasco (4.144), Castilla y León (3.960), Aragón (3.613), Baleares (3.178), Castilla-La Mancha (2.925), Galicia (2.848), Navarra (1.635), Asturias (1.584) y Cantabria (1.500).

Por debajo del millar figuran Extremadura (743), La Rioja (595), Melilla (19) y Ceuta (15).

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Valencia

Valencia dice adiós a los maceteros de Ribó: así será el nuevo mobiliario urbano de la plaza del Ayuntamiento y la calle Colón

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AYUNTAMIENTO DE VALENCIA

El centro de Valencia se prepara para una profunda transformación urbana. La Junta de Gobierno Local ha aprobado este viernes el catálogo de criterios técnicos del nuevo mobiliario urbano que definirá el futuro de espacios emblemáticos como la plaza del Ayuntamiento, San Agustín, la avenida del Oeste o la calle Colón. La propuesta, desarrollada por la firma Barri Studio, marca el punto de partida para una nueva etapa en el diseño del paisaje urbano de la capital valenciana.

Con esta medida, el equipo de gobierno de María José Catalá pone fin a los maceteros de gran tamaño instalados durante el mandato de Joan Ribó, apostando por un modelo más coherente, ordenado y respetuoso con la movilidad peatonal y la identidad arquitectónica del centro histórico.

Un nuevo concepto de mobiliario urbano: funcional, sostenible y mediterráneo

El catálogo aprobado establece los criterios estéticos, materiales y técnicos que se aplicarán en futuras obras de reforma. Entre ellos destacan los bancos y jardineras de piedra natural y hormigón pulido, integrados con vegetación autóctona, y la agrupación estratégica del mobiliario —bancos, papeleras y luminarias— en islas o zonas de descanso que no interrumpan el tránsito peatonal.

Los bancos combinarán materiales como madera tratada y reposabrazos metálicos, con opciones individuales o grupales, y estarán ubicados preferentemente en zonas con sombra natural o pérgolas. En áreas con arbolado joven, se contemplan estructuras temporales o toldos para ofrecer refugio climático.

“El objetivo es que cada elemento forme parte de una red viva, no de objetos aislados. Se trata de crear espacios urbanos resilientes, confortables y con identidad propia”, explican desde Barri Studio.

Microclimas urbanos y biodiversidad en pleno centro de Valencia

Una de las claves del nuevo catálogo es la creación de microclimas urbanos, inspirados en el modelo de la plaza de la Reina, en su confluencia con la calle de la Paz y San Vicente. Se busca fomentar el confort térmico mediante bioswales (zanjas de drenaje con vegetación), jardines de lluvia, franjas verdes y sistemas de drenaje integrados en bancos y jardineras.

Estas “infraestructuras vivas” servirán para retener agua de lluvia, reducir el calor y mejorar la biodiversidad urbana, convirtiendo los espacios de tránsito en áreas de estancia y encuentro.

Diseño accesible y continuo: prioridad al peatón

El nuevo mobiliario urbano de Valencia tendrá que garantizar accesibilidad universal y un pasillo peatonal continuo de al menos 1,80 metros, libre de obstáculos.
No se podrán colocar elementos frente a accesos, rampas, esquinas o señalizaciones, y deberán dejarse áreas despejadas de 1,20 metros para mantener la visibilidad y la seguridad.

Además, el catálogo recomienda incorporar reposabrazos laterales o centrales en los bancos para facilitar su uso por parte de personas mayores o con movilidad reducida. Las papeleras seguirán el modelo implantado en el entorno del Mercado Central y la Lonja, con diseño rectangular y cubierta antilluvia, mientras que las arquetas y registros quedarán integradas en el pavimento para reducir el impacto visual.

Materiales duraderos y coherencia estética

El documento incide en la necesidad de utilizar materiales resistentes al vandalismo y de bajo mantenimiento, como acero pintado, madera tratada y hormigón pigmentado.
También se especifica que el mobiliario se adapte a la escala del espacio público, con tamaños pequeños, medianos o grandes según la ubicación, y que se coordine con las tramas del pavimento para evitar cortes o interferencias visuales.

La vegetación, por su parte, deberá estar formada por especies mediterráneas o adaptadas al clima valenciano, resistentes a la sequía y de porte contenido, que aseguren una composición estable con mínimo mantenimiento.

Adiós a la heterogeneidad y al caos visual del centro de Valencia

El informe técnico hace un repaso a la situación actual del mobiliario urbano en Valencia, señalando la fragmentación estética del centro histórico: coexistencia de bancos de piedra, madera o metal, jardineras de hormigón o acero corten, y pavimentos con distintas texturas y colores.

Esta falta de coherencia, apuntan, genera barreras perceptivas y funcionales, especialmente para personas con movilidad reducida. En plazas como la del Ayuntamiento, de la Reina o del Tossal, la ausencia de sombra y la disposición aleatoria de los elementos convierten los espacios de encuentro en simples zonas de paso.

“La superposición de estilos y materiales ha dado lugar a una imagen fragmentada del paisaje urbano. Con este catálogo se busca recuperar la identidad visual y la armonía del centro de Valencia”, explican los responsables del estudio.

Un modelo de ciudad más habitable y resiliente

El nuevo catálogo no impone soluciones cerradas, sino que plantea un marco flexible de criterios para adaptar el diseño del mobiliario a las particularidades de cada espacio.
Su objetivo final es consolidar un lenguaje urbano común, mejorar la habitabilidad y activar ecologías urbanas que fortalezcan la resiliencia climática de Valencia.

Con esta medida, el Ayuntamiento da un paso más hacia un modelo de ciudad mediterránea sostenible, donde el mobiliario no sea un obstáculo, sino un elemento que dialogue con la arquitectura, el clima y las personas.

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