El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha destacado que el Maratón de València es «la mejor imagen» que la Comunitat Valenciana puede exportar al mundo, al tiempo que ha señalado que, durante esta jornada, la ciudad se ha convertido en «la capital del running».
Puig ha asistido a la salida simultánea del Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP y de la 10K Valencia Trinidad Alfonso en el puente de Monteolivete, así como a la entrega de trofeos a los ganadores de la 10K, encabezados por el sueco Jonas Leanderson, que ha conseguido batir el récord de la prueba en 28 minutos y 41 segundos.
«Los valores que van acompañados a este deporte son los valores que queremos trasmitir», ha expresado Puig, quien ha incidido en que son estos valores de «esfuerzo, cooperación y sacrificio positivo» los que hacen «que una sociedad avance».
Asimismo, el president, que ha estado acompañado del conseller de Educación, Investigación, Cultura y Deporte, Vicent Marzà, ha destacado que más de 50.000 personas hayan llegado a la ciudad con motivo de estas carreras y ha explicado que es un objetivo que el de València se sitúe en el futuro como uno de los World Marathon Majors.
En este sentido, Puig ha señalado que «el evento está creciendo cada año de una manera exponencial», y ha agradecido la buena organización del evento «con constancia, esfuerzo, dedicación y persistencia», para que se consolide como «uno de los grandes maratones del mundo».
M. Elena Navarro
2 diciembre, 2018 en 3:32 pm
Que le transmitan también estos valores, que no solo cuentan los que llegan prumero, si no del primero al último. Y el último o uno de los últimos participantes de la maratón, a la altura del parque del Oeste con Archiduque Carlos, le han abierto el tráfico, han quitado todas las vallas y les ha dado igual que estuviera corriendo todavía, todos los coches le han venido de frente y se ha tenido que arrinconar para seguir avanzando, además ya si han quitado todas las vallas, supongo que tendrá que saber él el recorrido y no me quiero imaginar cuando haya llegado a la Av. Del Cid con toda la avalancha de coches y nadie protegiéndolo.
De verguenza, de verdad, una pena.