Síguenos

Deportes

Juan Bautista Soler, condenado a dos años de cárcel por intento de secuestro de Vicente Soriano

Publicado

en

VALÈNCIA, 1 Oct. (EUROPA PRESS) – La Audiencia de Valencia ha condenado a dos años de prisión al expresidente del Valencia C.F. Juan Bautista Soler por el intento de secuestro al también expresidente ‘che’ Vicente Soriano, según consta en la sentencia de la Sección Segunda a la que ha tenido acceso Europa Press.

Para la sala, los hechos son constitutivos de un delito de conspiración para cometer un secuestro en concurso con un delito de conspiración para robo con violencia en casa habitada, al considerar probado que hubo un «propósito serio» de llevar a cabo el plan, cuya «seriedad» ha quedado demostrada, y con un móvil «puramente económico». La sentencia cuenta con el voto particular de uno de los magistrados que pide la absolución de los acusados.

En concreto, el fallo, fechado este pasado lunes, recoge condenas de dos años de prisión por estos delitos para Soler, el empresario italiano Ciro d’Anna, y el ciudadano magrebí Abdellatif Laarouibi, conocido como ‘Tati’, a quienes se aplica la atenuante de dilaciones indebidas, por el retraso que provocó el tiempo de incomparecencia del cuarto condenado, el confidente policial Rachid Behdaoui, a quien no se aplica esta reducción por ser el causante de la dilación.

Para Rachid, la condena es de 13 meses de cárcel por los mismos delitos, pero la Sala aplica la atenuante muy cualificada de confesión, al haber colaborado con la Policía. Además, Soler, d’Anna y ‘Tati’ deberán indemnizar por vía de responsabilidad civil y de forma solidaria a Soriano en 3.000 euros.

Por otra parte, el abogado de la acusación particular que representa a Soriano, Ricard Sala, ha anunciado a Europa Press que está estudiando pedir la ejecución de la sentencia, lo que podría implicar la entrada en prisión de Soler y los otros tres condenados, un confidente de la Policía y dos empresarios.

En la sentencia, los dos magistrados que coinciden en sus conclusiones condenatorias sostienen que los encausados «urdieron un plan para privar de libertad a Soriano, con el fin de obligarle a transferirles una suma indeterminada de dinero desde las cuentas que supuestamente este tenía en Panamá, Suiza y en diversos fondos de inversión en el extranjero como condición para ponerlo en libertad».

Este plan, añaden, «comprendía igualmente el aprovechar su privación de libertad para entrar en la vivienda de Soriano y hacerse con una cantidad de varios millones de euros que pensaban que guardaba allí».

La idea fue, según considera probado el tribunal, que «tras averiguar sus rutinas diarias, acordaron que cuando Soriano saliera de desayunar y se dirigiera a su despacho profesional, situado a escasa distancia, unos sicarios contratados a tal fin lo abordarían e introducirían por la fuerza en una furgoneta para trasladarlo a un local alquilado donde lo retendrían hasta que facilitara las claves bancarias».

GRABACIÓN VÁLIDA
Entretanto, Rachid se puso en contacto con la Policía para comunicarle el plan urdido para el secuestro y se ofreció para grabar una de las reuniones del grupo. Las defensas pidieron en el juicio la nulidad de esta prueba. A este respecto, la Sala entiende que «debe considerarse válida por cuanto se respetaron en su obtención los principios de necesidad y proporcionalidad (a la vista de la gravedad de los hechos)».

En la iniciativa para grabar por parte de Rachid, sigue el fallo, «no se aprecia un ardid engañoso por parte de la Policía dirigido a obtener una confesión de los acusados mediante la misma y, finalmente, estos han declarado sobre los extremos que se recogen en la conversación debidamente asistidos de letrado». Asimismo, «nada indica que haya sido manipulada».

INDICIOS CONTRA SOLER
La sentencia recoge un conjunto de indicios que la Sala considera probatorios contra Juan Soler. Entre ellos, que tiene un «crédito millonario» frente a Soriano que no ha podido cobrar al no tener este último bienes en España para hacer frente al pago, que encargó un informe a una agencia de detectives para que averiguaran si Soriano tenía bienes en el extranjero –algo que habrían confirmado–, y que acepta reunirse con Rachid, un «peligroso delincuente con antecedentes».

Asimismo, destacan que Soler no acude a la Policía cuando Rachid le propone cometer el secuestro y el robo en casa de Soriano, y tampoco lo hace una vez conocidos sus antecedentes penales y pese a «haber sido supuestamente amenazado o extorsionado» por este. De hecho, le entrega las llaves de un piso en el que podría haber cumplido con el cometido encargado.

Además, Soler es observado por agentes de la Policía en «actitud vigilante» hacia la vivienda de Soriano, en la grabación de Rachid no se aprecia ningún «miedo» por parte de Soler e incluso el expresidente valencianista «alude al lugar donde podría guardarse el dinero procedente del robo y a circunstancias relacionadas con el secuestro».

En definitiva, los jueces concluyen que «ninguna de las versiones exculpatorias que ofrecen los acusados tiene una mínima consistencia a la vista de la prueba practicada, así como que la tesis de las acusaciones se ha visto sin embargo corroborada por la declaración de los propios acusados, la de los agentes de la Policía Nacional, que contrastan la información que les va suministrando Rachid, por el resto de testificales y, finalmente, por la conversación mantenida el 3 de abril (la grabada), sumamente ilustrativa de todo lo anterior».

VOTO PARTICULAR
Uno de los magistrados del tribunal emite un voto particular en el que asegura que «en realidad no sabemos lo que pasó» y resuelve: «Parafraseando a un excelente magistrado, en otras palabras, no sé si los hechos de la acusación son ciertos o no, pero sí sé que, tras el juicio celebrado, los acusados debían ser absueltos».

También se pronuncia el juez sobre la grabación de Rachid, sobre la que cree que debió decretarse la nulidad demandada por las defensas debido a que el confidente «actuó en connivencia con los agentes policiales (…), como agente provocador, siendo conforme la jurisprudencia citada en la sentencia ilícita la confesión obtenida».

Advertisement
Click para comentar

Tienes que estar registrado para comentar Acceder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Deportes

Javi Guerra, 27-04-2023: radiografía de un gol que cambió el rumbo del Valencia

Publicado

en

Javi Guerra
La piña de compañeros, segundos después de haber marcado su celebrado tanto. EFE/ Kai Försterling/ARCHIVO

Nacho Herrero

València, 26 abr (OFFICIAL PRESS- EFE).- A las 21.25 del jueves 27 de abril de 2023, este sábado hace un año, Javi Guerra hizo estallar Mestalla con un gol en el descuento ante el Valladolid que sacó al Valencia del descenso y que en el imaginario colectivo del club ha quedado como punto de inflexión hacia una agónica salvación.

Cuando aquella tarde el autobús de la plantilla llegó a Mestalla sobre las 17.30, dos horas antes del choque de la jornada 31, le recibieron cientos de seguidores en la Avenida de Suecia, muchos de ellos jóvenes dada a hora.

Guerra, que tenía 19 años y cumplió 20 dieciséis días después, tenía sus cosas preparadas en el vestuario entre las de Alberto Marí y Jaume Doménech. No era una taquilla personalizada con su foto porque entonces tenía ficha del filial.

De hecho, llegaba con un escueto bagaje de 68 minutos en Primera que había conseguido en los anteriores once días y que se dividía entre los 18 en la derrota por 0-2 ante el Sevilla, incluidos ocho de descuento, y los 50, con cinco de prolongación y mucho más felices, del domingo anterior en Elche, donde hubo un desplazamiento masivo de aficionados.

Pese al 0-2 del Martínez Valero, el Valencia era decimoctavo, antepenúltimo, con 30 puntos, los mismos que el Almería, que era cuarto por la cola y que el día antes había aumentado la presión sobre los de Rubén Baraja al ganar en Getafe.

Aquella tarde, la angustia se disparó en Mestalla entre las 19.35 y las 20.43. Fueron casi setenta minutos en los que se asomó al abismo del descenso. A los seis de empezar el partido, un error de Mouctar Diakhaby en un control permitió a Cyle Larin adelantar al Valladolid. Cuarenta minutos después, Javi Puado marcó para el Espanyol en Vila-real. El equipo ‘perico’, que tenía 28 puntos, estuvo virtualmente durante media hora, con 31 y dejaba al Valencia penúltimo.

Antes de las 21 horas, la historia empezó a cambiar en los dos escenarios. Entre las 20.44 y las 20.54, Étienne Capoue y Dani Parejo le dieron la vuelta al marcador en La Cerámica. Sobre las 20.52 Mestalla había vivido su primera explosión de júbilo. Diakhaby remató un córner de cabeza sin aparente peligro pero el portero Jordi Masip, en otro error mayúsculo, pensó que iba fuera y dejó pasar el balón a su red.

Guerra lo vio desde el banquillo y saltó como un resorte. Se abrazó a Cenk Özkacar y a Marí, al que tenía a su izquierda en el banquillo tras haber salido a calentar su primer ‘vecino’, Diego López. En el asiento de la derecha tenía a Cristhian Mosquera.

Ese día acudieron a Mestalla 42.217 espectadores y un invitado: Kily González. El argentino había jugao su último partido oficial en Mestalla veinte años antes, cuando Guerra acababa de nacer. En verdad, los 27 de abril ya se veneraban en Mestalla antes del gol de Guerra y en parte era por él.

Aquel día pero en 2002, el Valencia recibió al Espanyol en la jornada 36. El equipo perico se adelantó, Amadeo Carboni fue expulsado y el sueño del título se esfumaba. Rafa Benítez dio entrada al Kily en el 66 y en el 78 el Valencia había enloquecido Mestalla con una remontada con dos asistencias suyas a Baraja. Ocho días después, el club conquistó la Liga tras más de treinta años de sequía.

De nuevo en 2023, pese a que el Espanyol ya perdía en Vila-real y el Valencia había recuperado un punto, el empate era poco consuelo. Se quedaba con 31 puntos, empatado con el Getafe en la frontera del descenso y ni eso parecía seguro. El Valladolid, inmerso también en la batalla por la permanencia, buscaba el triunfo e Iván Fresnada estrelló en el larguero el 1-2.

En el minuto 83, Baraja hizo entrar a Diego López y a Ilaix Moriba. En ese momento mandó a Guerra a calentar, al parecer, más por precaución que por otra cosa, porque la activación previa suele ser mucho más larga. Pero André Almeida estaba muy fatigado.

Guerra no estuvo en la banda ni cuatro minutos e incluso su calentamiento ‘exprés’ fue algo más largo porque Baraja le tuvo que llamar dos veces. Cuando el reloj marcaba 86 minutos y 57 segundos, su primera señal para que regresara y saliera confundió al jugador. Veinticinco segundos después, contrariado, tuvo que repetir la llamada para poder sustituir al luso.

El joven llegó a la carrera y se puso la camiseta que ahora guarda en su casa de Gilet y que colgaba de su silla con el número 36, el que se le asignó en pretemporada. No fue Baraja, con el que apenas intercambió un par de palabras, sino su ayudante, Toni Seligrat, quien le dio indicaciones.

Finalmente, entró en el minuto 88 y 35 segundos y participó en tres acciones antes de la jugada decisiva. En ella, frenó un contragolpe pucelano al interceptar un pase de Robert Kennedy y soltó a Ilaix un balón que pasó por Diego López y de nuevo por Moriba antes de regresar a sus pies.

Controló la pelota con el izquierdo y con el primer toque con el derecho dejó atrás a Óscar Plano; con el segundo y el tercero avanzó y retomó la zurda para disparar desde la cruceta de la línea del área con su corona. Su trallazo cruzado pasó juntó a Joaquín Fernández y entró por el palo más alejado de Masip. Era el minuto 92 y 9 segundos y llevaba apenas 214 segundos en el campo.

Como veintiún años antes hiciera Baraja tras marcar contra el Espanyol en esa misma portería del fondo norte, Guerra abrió los brazos cuando vio la pelota en la red. Como le pasó al vallisoletano, la inercia de la diagonal que había trazado le llevó al córner más cercano a la tribuna. Ambos goles comparten lugar de celebración y piña colectiva.

Guerra, algo incrédulo, se giró a mitad de su carrera. El primero que le alcanzó fue el capitán José Luis Gayà pero pronto llegaron otros, incluso el portero Giorgi Mamardashvili, que se recorrió todo el campo. Mestalla había explotado y los vídeos y las fotografías muestran euforia, liberación y algún torrente de lágrimas incontrolable.

Sobre la bocina del minuto 95, sin añadir más de los cinco minutos previstos, José Luis Munuera Montero, señaló el final. Sus tres pitidos pillaron a Guerra en el medio campo y Toni Lato y Hugo Duro se lanzaron a abrazarle. De ahí fueron todos al fondo sur a agradecer el apoyo de la Grada de Animación.

Fue entonces cuando se le avisó de que era el elegido para la ‘Flash Interview’ de la televisión con derechos. “Me la ha dado Ilaix y tampoco veía un pase claro. He amagado, me he ido del defensor que tenía y me dio por tirar”, explicaba.

Esa temporada Guerra había acumulado 2164 minutos en Primera RFEF con un único gol, ante el Espanyol B. Tampoco había visto puerta ante el Sevilla y el Elche ni, al parecer, apenas en Paterna. “Javi Guerra no ha metido un gol en un entrenamiento, os lo juro”, escribió jocoso esa noche Hugo Duro en las redes sociales.

Antes de retirarse al vestuario, Guerra abrazó a sus padres y a su abuelo que le esperaban en la grada más cercana al túnel. Con el anciano empezó a jugar al fútbol en el jardín de una urbanización de Canet entre dos árboles, y era él quien le llevaba en tren a Vila-real, puesto que se formó en la cantera ‘grogueta’ hasta 2019.

Tras un nuevo estallido de alegría en el vestuario, regresó al césped. Era de los que menos había jugado y tuvo que hacer el ‘compensatorio’, un suave entrenamiento, ya con las gradas vacías.

Baraja había llegado a la sala de prensa y desde allí le recomendó que apagara el móvil, se fuera a casa y le diera un abrazo a sus padres. No le hizo caso y salió a cenar con sus amigos, que le esperaban en la Avenida de Suecia, donde cinco horas antes había comenzado todo.

Puedes seguir toda la actualidad visitando Official Press o en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter o Instagram.

Continuar leyendo