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Esta es la tercera equipación del Valencia CF para la temporada 2023/2024

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equipación Valencia CF 2023/2024

El Valencia CF presentó este viernes su primera equipación para la próxima temporada 2023/2024, que mantiene el blanco como color principal y el negro como secundario pero que añade en esta ocasión el color arena para otros detalles tanto de la camiseta como de los pantalones. En cambio, a pesar de los malos resultados de la última temporada, el equipo ha decidido subir el precio de las equipaciones, siendo 95 euros el precio de la edición «fan».

El Valencia CF sube el precio de su equipación 2023/2024: 95 euros por la camiseta de edición fan

La nueva equipación cuenta con un diseño vanguardista a la vez que clásico y un simbolismo arraigado en la historia del Club que representa el espíritu festivo, alegre y comprometido de los valencianos. Una combinación perfecta entre lo tradicional y lo moderno para esta indumentaria que caracterizan al Valencia CF y al valencianismo.

Inspirado en los valores fundamentales y en la rica herencia del Club, t presenta un diseño que combina elegancia y modernidad con el estilo de vida mediterráneo como referencia principal. El clásico color blanco se mantiene como protagonista en la camiseta. Además, presenta detalles en negro tanto en el cuello, que cuenta con un diseño de polo, como en los acabados de las mangas. Cuenta de sorprendentes toques de color arena que se repiten en los pantalones y en las medias.

Una equipación llena de simbolismo

El color arena, que evoca el Mediterráneo, se plasma además junto al color negro en el logo de TM Grupo Inmobiliario, Main Global Partner, logrando integrarse de forma perfecta en el diseño. El simbolismo de esta camiseta no acaba ahí y es que el jacquard aparece en el print emulando las dunas de las playas bañadas por el Mediterráneo.

La camiseta incorpora los últimos avances técnicos, entre ellos, la tecnología ULTRAWEAVE que proporciona máxima ligereza y confort para un rendimiento óptimo de los jugadores. Finalmente la camiseta de «competición», que es la misma que llevan los jugadores, tiene un precio de 140 euros y la edición «réplica», tiene un precio de 95 euros.

Los pantalones negros, que contarán con la presencia de Škoda, Premium Plus Partner, añaden un toque de fuerza al conjunto que se completa con las medias, también en color negro, que vuelven a la indumentaria home tras varias temporadas. La nueva equipación es el emblema de la entrega en el terreno de juego de un equipo con una conexión única con su afición. El nuevo uniforme representa no sólo la identidad del club sino también la de sus seguidores, genuinos y embajadores del estilo de vida mediterráneo.

equipación Valencia CF 2023/2024

Una imagen de las camisetas, facilitadas por el Valencia CF. EFE

Así es la segunda equipación del Valencia CF

El Valencia presentó este martes su segunda equipación, que tiene un diseño futurista con el color azul como protagonista y con la que que el club quiere llegar especialmente a los más jóvenes, a la llamada ‘generación Z’.

Diseñada por Puma, ha sido concebida como “un viaje al futuro”, parte de dos conceptos “diseño y creatividad” y tiene “la era digital como marco de referencia”, se destaca desde el Valencia. “Esta equipación, con un estilo atrevido y rompedor, encajará a la perfección con la Gen Z”, añade.

equipación Valencia CF 2023/2024

Los centrocampistas Javi Guerra (izq) y Pepelu posan con la segunda equipación del Valencia para la temporada 23-24, en un imagen facilitada por el club valencianista. EFE

Tanto la camiseta como el pantalón tiene el azul como color de referencia, aunque en varios tonos. También son de este color unas llamativas franjas verticales “con efecto neón” que son una de las partes más llamativas de su diseño.

Otra de las novedades está en el escudo, que mezcla el naranja y el azul. Está fabricado con un material en relieve, reflectante y multicolor, con la idea de que brille “intensamente” bajo las luces de los estadios.

La tercera equipación del Valencia CF

El Valencia ha presentado  la tercera equipación del equipo para la presente temporada en la que se rinde un tributo a los barrios y calles que rodean el centenario estadio de Mestalla.

La equipación reproduce en su camiseta un estampado abstracto que representa las calles que forman el tejido social de la ciudad de Valencia y que simboliza el arraigo, la conexión y la unión entre la afición, la ciudad y el club, explicó en un comunicado.

Mestalla, como epicentro de la pasión futbolística en Valencia, ocupa un lugar central en este estampado ya que destaca como la única forma cuadrada en medio de un grafismo geométrico de la equipación naranja con pequeños detalles en azul oscuro.

El patrocinador principal de la camiseta de Puma será TM Grupo Inmobiliario, que estará en el frontal de la camiseta. Mientras que Škoda, otro de los patrocinadores del club, se ha incluido en el pantalón.

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Javi Guerra, 27-04-2023: radiografía de un gol que cambió el rumbo del Valencia

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Javi Guerra
La piña de compañeros, segundos después de haber marcado su celebrado tanto. EFE/ Kai Försterling/ARCHIVO

Nacho Herrero

València, 26 abr (OFFICIAL PRESS- EFE).- A las 21.25 del jueves 27 de abril de 2023, este sábado hace un año, Javi Guerra hizo estallar Mestalla con un gol en el descuento ante el Valladolid que sacó al Valencia del descenso y que en el imaginario colectivo del club ha quedado como punto de inflexión hacia una agónica salvación.

Cuando aquella tarde el autobús de la plantilla llegó a Mestalla sobre las 17.30, dos horas antes del choque de la jornada 31, le recibieron cientos de seguidores en la Avenida de Suecia, muchos de ellos jóvenes dada a hora.

Guerra, que tenía 19 años y cumplió 20 dieciséis días después, tenía sus cosas preparadas en el vestuario entre las de Alberto Marí y Jaume Doménech. No era una taquilla personalizada con su foto porque entonces tenía ficha del filial.

De hecho, llegaba con un escueto bagaje de 68 minutos en Primera que había conseguido en los anteriores once días y que se dividía entre los 18 en la derrota por 0-2 ante el Sevilla, incluidos ocho de descuento, y los 50, con cinco de prolongación y mucho más felices, del domingo anterior en Elche, donde hubo un desplazamiento masivo de aficionados.

Pese al 0-2 del Martínez Valero, el Valencia era decimoctavo, antepenúltimo, con 30 puntos, los mismos que el Almería, que era cuarto por la cola y que el día antes había aumentado la presión sobre los de Rubén Baraja al ganar en Getafe.

Aquella tarde, la angustia se disparó en Mestalla entre las 19.35 y las 20.43. Fueron casi setenta minutos en los que se asomó al abismo del descenso. A los seis de empezar el partido, un error de Mouctar Diakhaby en un control permitió a Cyle Larin adelantar al Valladolid. Cuarenta minutos después, Javi Puado marcó para el Espanyol en Vila-real. El equipo ‘perico’, que tenía 28 puntos, estuvo virtualmente durante media hora, con 31 y dejaba al Valencia penúltimo.

Antes de las 21 horas, la historia empezó a cambiar en los dos escenarios. Entre las 20.44 y las 20.54, Étienne Capoue y Dani Parejo le dieron la vuelta al marcador en La Cerámica. Sobre las 20.52 Mestalla había vivido su primera explosión de júbilo. Diakhaby remató un córner de cabeza sin aparente peligro pero el portero Jordi Masip, en otro error mayúsculo, pensó que iba fuera y dejó pasar el balón a su red.

Guerra lo vio desde el banquillo y saltó como un resorte. Se abrazó a Cenk Özkacar y a Marí, al que tenía a su izquierda en el banquillo tras haber salido a calentar su primer ‘vecino’, Diego López. En el asiento de la derecha tenía a Cristhian Mosquera.

Ese día acudieron a Mestalla 42.217 espectadores y un invitado: Kily González. El argentino había jugao su último partido oficial en Mestalla veinte años antes, cuando Guerra acababa de nacer. En verdad, los 27 de abril ya se veneraban en Mestalla antes del gol de Guerra y en parte era por él.

Aquel día pero en 2002, el Valencia recibió al Espanyol en la jornada 36. El equipo perico se adelantó, Amadeo Carboni fue expulsado y el sueño del título se esfumaba. Rafa Benítez dio entrada al Kily en el 66 y en el 78 el Valencia había enloquecido Mestalla con una remontada con dos asistencias suyas a Baraja. Ocho días después, el club conquistó la Liga tras más de treinta años de sequía.

De nuevo en 2023, pese a que el Espanyol ya perdía en Vila-real y el Valencia había recuperado un punto, el empate era poco consuelo. Se quedaba con 31 puntos, empatado con el Getafe en la frontera del descenso y ni eso parecía seguro. El Valladolid, inmerso también en la batalla por la permanencia, buscaba el triunfo e Iván Fresnada estrelló en el larguero el 1-2.

En el minuto 83, Baraja hizo entrar a Diego López y a Ilaix Moriba. En ese momento mandó a Guerra a calentar, al parecer, más por precaución que por otra cosa, porque la activación previa suele ser mucho más larga. Pero André Almeida estaba muy fatigado.

Guerra no estuvo en la banda ni cuatro minutos e incluso su calentamiento ‘exprés’ fue algo más largo porque Baraja le tuvo que llamar dos veces. Cuando el reloj marcaba 86 minutos y 57 segundos, su primera señal para que regresara y saliera confundió al jugador. Veinticinco segundos después, contrariado, tuvo que repetir la llamada para poder sustituir al luso.

El joven llegó a la carrera y se puso la camiseta que ahora guarda en su casa de Gilet y que colgaba de su silla con el número 36, el que se le asignó en pretemporada. No fue Baraja, con el que apenas intercambió un par de palabras, sino su ayudante, Toni Seligrat, quien le dio indicaciones.

Finalmente, entró en el minuto 88 y 35 segundos y participó en tres acciones antes de la jugada decisiva. En ella, frenó un contragolpe pucelano al interceptar un pase de Robert Kennedy y soltó a Ilaix un balón que pasó por Diego López y de nuevo por Moriba antes de regresar a sus pies.

Controló la pelota con el izquierdo y con el primer toque con el derecho dejó atrás a Óscar Plano; con el segundo y el tercero avanzó y retomó la zurda para disparar desde la cruceta de la línea del área con su corona. Su trallazo cruzado pasó juntó a Joaquín Fernández y entró por el palo más alejado de Masip. Era el minuto 92 y 9 segundos y llevaba apenas 214 segundos en el campo.

Como veintiún años antes hiciera Baraja tras marcar contra el Espanyol en esa misma portería del fondo norte, Guerra abrió los brazos cuando vio la pelota en la red. Como le pasó al vallisoletano, la inercia de la diagonal que había trazado le llevó al córner más cercano a la tribuna. Ambos goles comparten lugar de celebración y piña colectiva.

Guerra, algo incrédulo, se giró a mitad de su carrera. El primero que le alcanzó fue el capitán José Luis Gayà pero pronto llegaron otros, incluso el portero Giorgi Mamardashvili, que se recorrió todo el campo. Mestalla había explotado y los vídeos y las fotografías muestran euforia, liberación y algún torrente de lágrimas incontrolable.

Sobre la bocina del minuto 95, sin añadir más de los cinco minutos previstos, José Luis Munuera Montero, señaló el final. Sus tres pitidos pillaron a Guerra en el medio campo y Toni Lato y Hugo Duro se lanzaron a abrazarle. De ahí fueron todos al fondo sur a agradecer el apoyo de la Grada de Animación.

Fue entonces cuando se le avisó de que era el elegido para la ‘Flash Interview’ de la televisión con derechos. “Me la ha dado Ilaix y tampoco veía un pase claro. He amagado, me he ido del defensor que tenía y me dio por tirar”, explicaba.

Esa temporada Guerra había acumulado 2164 minutos en Primera RFEF con un único gol, ante el Espanyol B. Tampoco había visto puerta ante el Sevilla y el Elche ni, al parecer, apenas en Paterna. “Javi Guerra no ha metido un gol en un entrenamiento, os lo juro”, escribió jocoso esa noche Hugo Duro en las redes sociales.

Antes de retirarse al vestuario, Guerra abrazó a sus padres y a su abuelo que le esperaban en la grada más cercana al túnel. Con el anciano empezó a jugar al fútbol en el jardín de una urbanización de Canet entre dos árboles, y era él quien le llevaba en tren a Vila-real, puesto que se formó en la cantera ‘grogueta’ hasta 2019.

Tras un nuevo estallido de alegría en el vestuario, regresó al césped. Era de los que menos había jugado y tuvo que hacer el ‘compensatorio’, un suave entrenamiento, ya con las gradas vacías.

Baraja había llegado a la sala de prensa y desde allí le recomendó que apagara el móvil, se fuera a casa y le diera un abrazo a sus padres. No le hizo caso y salió a cenar con sus amigos, que le esperaban en la Avenida de Suecia, donde cinco horas antes había comenzado todo.

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