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«Podrían estar muriendo por la acción humana más tortugas de lo que se creía», aseguran investigadores de l’Oceanogràfic

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VALÈNCIA, 19 Dic. (EUROPA PRESS) – Investigadores de la Fundación Oceanogràfic han descubierto la causa del «mal del buceador» en las tortugas atrapadas en redes de pesca, un trabajo que han publicado en la revista ‘Journal of Experimental Biology’ y que han elaborado a partir de estudios in vitro con tejidos de cinco tortugas.

Según ha informado el Oceanogràfic en un comunicado, hasta hace menos de una década no había evidencias de que los animales que bucean pueden sufrir el síndrome de descompresión o enfermedad del buceador. Sin embargo, el descubrimiento en 2014 por parte de investigadores de la Fundación Oceanogràfic de que muchas tortugas atrapadas en redes de pesca mueren por esta enfermedad ha abierto toda una nueva área de estudio, y ha alertado de que «podrían estar muriendo por la acción humana más tortugas de lo que se creía».

Ahora, los mismos autores describen en ese trabajo el mecanismo fisiológico que está detrás de este fenómeno. Los investigadores proponen cómo estos animales evitan la descompresión en condiciones normales y por qué puede fallar el sistema en situaciones de estrés, provocando el denominado «mal del buceador».

El nuevo trabajo, liderado por el veterinario de la Fundación Oceanogràfic Daniel García-Párraga, pone el foco en un esfínter específico situado en la arteria pulmonar de las tortugas marinas. Cuando estos animales bucean normalmente este esfínter cierra el acceso de la sangre a los pulmones, mientras que en situaciones de estrés, por ejemplo, cuando quedan atrapados en las redes, ocurre lo contrario: el esfínter se relaja y la sangre llega a los pulmones.

El acceso de la sangre a los pulmones durante la inmersión es lo que pone a la tortuga en riesgo de padecer el síndrome de descompresión. Cuando un buceador humano se sumerge, el nitrógeno pasa de los pulmones al torrente sanguíneo y a los tejidos. Durante su regreso a la superficie, deberá hacer paradas a distintas profundidades para dar tiempo a que el gas regrese a los pulmones para ser expulsado puesto que, de lo contrario, el nitrógeno disuelto en sangre puede formar las burbujas que dan lugar a la enfermedad del buceador.

Las tortugas marinas no hacen paradas al subir, sino que cierran su esfínter en la arteria pulmonar desde el inicio de la inmersión, evitando así en todo momento que el nitrógeno llegue a la sangre.
«Nuestro trabajo demuestra que cuando la tortuga bucea normalmente su sistema circulatorio funciona de manera diferente de cuando está estresada», explica García-Párraga.

«Cuando la tortuga bucea tranquila aguanta bien, porque tiene la capacidad de que la sangre no pase por el pulmón -o que pase muy poca-, pero cuando se queda enmallada y libera adrenalina, el esfínter se relaja», ha descrito.

DEMOSTRACIÓN ‘IN VITRO’
Se trata de una primera demostración hecha in vitro, no con animales vivos. Los investigadores recurrieron a tejidos de cinco tortugas que ya tenían heridas letales, y los expusieron a los neurotransmisores que se emplean habitualmente para estudiar fisiología de los vasos sanguíneos y del músculo liso respiratorio (acetilcolina, serotonina, epinefrina e histamina).

Se sabe que los animales secretan o no estos compuestos en función del grado de estrés que sufren, así que variando sus concentraciones los investigadores pudieron simular situaciones de buceo «normal» y de estrés, y comparar ambas.

«Este trabajo propone un mecanismo que permite a las tortugas restringir el flujo sanguíneo a través de los pulmones y limitar el intercambio de gases durante el buceo, para reducir el riesgo de embolia gaseosa», especifican en el trabajo. Dado que en situaciones de estrés el esfínter se relaja, «este mecanismo se vuelve una desventaja, y aumenta el riesgo de enfermedad descompresiva cuando la tortuga queda atrapada en las redes».

IMPORTANTES IMPLICACIONES PARA LA CONSERVACIÓN
El hallazgo de que las tortugas pueden en efecto sufrir el síndrome de descompresión es el logro que precede al trabajo que ahora se publica, y supuso en su día un importante cambio de paradigma.

«Antes se daba por hecho que las tortugas marinas, como otros animales buceadores, habrían desarrollado mecanismos de adaptación a los cambios de presión, y que por tanto no sufrían la descompresión», explica García-Párraga. Pero en 2014 este grupo postulaó que los animales sufrían la enfermedad descompresiva al observar que algunas tortugas que habían quedado atrapadas en redes de pesca y que, en apariencia, estaban sanas, morían a los pocos días.

El hecho de que los animales se curaran tras pasar unas horas en una cámara hiperbárica, igual que se hace con los buceadores humanos, les dio la razón.

Este hallazgo tuvo un gran impacto en la comunidad científica y también en la conservación, ya que implica que muchas de las tortugas capturadas en las redes, y devueltas al mar, podrían morir poco después. El impacto real de la pesca sobre las tortugas puede ser mayor de lo estimado hasta ahora.

CASI CIEN TORTUGAS ENFERMAS AL AÑO
En la actualidad llegan cada año al Oceanogràfic casi un centenar de tortugas marinas, principalmente tortuga boba o Caretta caretta, que han sido capturadas accidentalmente o aparecen enfermas en la costa. Los pescadores ya conocen el problema y la solución y no las devuelven inmediatamente al mar, sino que facilitan el que puedan ser descomprimidas en la cámara hiperbárica de la Fundación Oceanogràfic antes de regresar a aguas abiertas.

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¿Qué coste tiene celebrar una boda?

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El coste medio de celebrar una boda en la Comunitat Valenciana es de casi 40.000 euros, donde la partida más cara suele ser la recepción, el banquete y los diferentes añadidos para los invitados, según un informe de la Unión de Consumidores.

El objetivo de este informe es el de proporcionar una visión general del coste de organizar una boda, así como consejos y recomendaciones para planificar este evento dentro de un presupuesto establecido, evitando excesos económicos y que se ajuste a los servicios contratados.

Aunque se organizan bodas a lo largo de todo el año, la Unión de Consumidores ha precisado que, con el inicio de la primavera, empieza la temporada en la que se concentran más celebraciones de bodas.

Un evento que, han advertido, requiere de una planificación cuidadosa, identificación de prioridades, comparar servicios y, sobre todo, tiempo para que ese día «se ajuste a las expectativas de los protagonistas».

Además del coste medio de la celebración, también han recopilado otras partidas como el coste del novio y la novia, que asciende a 1.000 euros y 3.725 euros respectivamente.

Otros de los servicios que se contratan son los servicios de peluquería y tratamientos faciales para ambos cuyo coste asciende a 516 euros.

La partida más costosa suele ser el lugar de recepción, el banquete y los extras, que habitualmente incluyen música, animación tanto para adultos como para niños, mesa de dulces, barra libre y autobuses para el traslado.

Todos estos servicios para una boda tipo de 150 invitados pueden ascender a 18.190 euros.

También han puntualizado en su informe el coste adicional que implica los servicios de fotógrafo y vídeo.

Una pareja ojea álbumes de fotos nupciales, en un expositor de una feria destinada a las bodas. EFE/Javier Cebollada/Archivo

 

Aun así, en este apartado los precios pueden variar mucho, según el tipo de reportaje que se vaya a realizar o si se van a utilizar drones.

También hay que contar con el alquiler del coche nupcial, el coste de la floristería, detalles que se entregan a los invitados, alianzas, invitaciones, y en su caso el coste de la ceremonia. En contratar estos servicios el coste medio puede subir a 6.973 euros.

Por último, el viaje de novios a destinos como las Maldivas, Kenia, Madagascar, Polinesia, Nueva Zelanda, EEUU o Costa Rica puede oscilar entre los 7.000 y 10.000 euros en función de los días y los servicios que se incluyen en el viaje.

Vicente Inglada, secretario de la Unión de Consumidores de la Comunitat Valenciana, ha recordado que este desembolso económico no tiene que suponer un sobreendeudamiento que supere las posibilidades económicas familiares.

Como recomendaciones, ha explicado que lo mejor es la planificación con antelación, priorizar los elementos más importantes, elaborar un presupuesto detallado y ceñido y guardarse toda la documentación que acredite la contratación de servicios.

Celebrar una boda en la Comunitat Valenciana cuesta unos 40.000 euros, según la Unión Consumidores

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