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Valencia

Entierran al teclista de Mocedades sin informar a su familia

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teclista Mocedades
EFE-Archivo
València, 18 jul (OFFICIAL PRESS-EFE).- La familia del músico valenciano Javier Mustieles, teclista en grupos como Mocedades, Tennessee o el de Ximo Tébar, ha denunciado que el Hospital General de València, donde falleció el 5 de julio, decidió que fuera enterrado en una tumba de la beneficencia del cementerio valenciano cinco días después de su muerte sin comunicárselo a su familia a pesar de tener un contacto.

Así lo explica a EFE la exesposa del músico fallecido, Alicia Renales, que señala que ha puesto el caso en manos de su abogado e interpondrá una queja al Hospital porque asegura «no entender» la «premura en inhumar» el cuerpo de su exmarido y padre del hijo de ambos, de 16 años, cuando estaba «perfectamente identificado» porque llevaba documentación.

Desde el Hospital General han informado a EFE de que en el centro «se ha cumplido todo el protocolo, se intentó localizar a algún familiar sin éxito», y añaden que era una «situación delicada».

«Se contactó con la Policía, que facilitó un teléfono al que se llamó en repetidas ocasiones, así como a instituciones para saber si alguien lo conocía y se podía localizar a alguien», añaden.

«Cuando la familia vino se les explicaron todas las actuaciones que se habían tomado», apuntan desde el centro hospitalario.

El teclista de Mocedades

La exmujer del músico valenciano ha explicado que este entró en el hospital la tarde del 4 de julio afectado de una enfermedad grave que tenía desde hace un tiempo; falleció la noche del día siguiente, el 6 de julio comenzaron a tramitar su entierro con el Ayuntamiento y, según consta en el certificado del Registro Civil, fue enterrado el día 10, como adelanta este martes el diario Las Provincias.

«Le dije a la trabajadora social: ¿qué prisa teníais? Porque estaba identificado, tenía toda su documentación, encontraron su número SIP y el teléfono de un hermano, pero no pudieron contactar con él porque estaba de mudanza, recibía muchas llamadas y no atendió al móvil. Fue un cúmulo de calamidades», señala para preguntarse si «la administración puede tomar esas decisiones tan precipitadas».

Según explica, el mismo día 10 a primera hora, un compañero de trabajo llamó al hospital porque tenían una actuación en Navarra, pero tras negarse el centro hospitalario a darle información otro compañero fue al General y allí finalmente le comunicaron que había fallecido.

Fue entonces cuando la familia se enteró de su muerte, ya que sus compañeros de trabajo preguntaron la hora del entierro, explica la exesposa del músico, que añade que su contacto con Javier, que continuamente estaba haciendo conciertos, era una vez por semana.

El teclista tenía una fuerte depresión

Javier tenía una «depresión profunda» y una «enfermedad crónica que le avergonzaba» y por eso, cuando le preguntaban las trabajadoras sociales, les decía que no tenía familia, recuerda Alicia, que añade que su exmarido quería ser incinerado, pero no podrán inhumar su cuerpo hasta dentro de cinco años.

«Entiendo que no haya facilitado un número, pero el trabajo del trabajador social es encontrar a un familiar y aunque su hermano no haya contestado al principio deberían haber seguido insistiendo. Si tienen cadáveres de indocumentados durante meses en el depósito, qué prisa había en enterrar a Javier en cinco días», lamenta.

Además, indica, en anteriores ingresos de Javier, tanto ella como su hermana dieron sus números de teléfono. «Otra cosa es que los apunten» pero luego no los incluyan en el historial clínico del paciente, señala.

«Tenía familia y tenía amigos, pero me da la sensación de que se le prejuzgó y metieron la pata hasta el fondo», ha dicho para añadir que aquí «deberían cambiar los protocolos».

«Esto me asusta como ciudadano: ¿cómo se puede tomar una decisión tan sagrada como es el enterramiento de un ser humano en tan poco tiempo -se pregunta-, disponiendo del contacto de un familiar y sin haber dado tiempo a este último a contestar las llamadas?».

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Valencia

Los afectados del incendio de Campanar podrán seguir 3 meses más en las viviendas municipales de Safranar

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Familias afectados incendio Campanar dejan Safranar
Viviendas facilitadas por el Ayuntamiento de València en el barrio de Safranar a los afectados por el incendio de Campanar. EFE/Manuel Bruque

València, 26 abr (EFE).- Las personas afectadas por el incendio de un edificio en el barrio de Campanar de València el pasado 22 de febrero y que fueron alojadas en unas viviendas municipales del barrio de Safranar para un periodo de tres meses, podrán seguir en ellas tres meses más.

Así lo ha aprobado la Junta de Gobierno municipal tras informar la alcaldesa de la ciudad, María José Catalá, al resto de formaciones políticas municipales en la Junta de Portavoces.

Catalá ha afirmado que el objetivo de esta prórroga es que las personas afectadas por el incendio en el que murieron diez personas tengan «un poco más de margen para buscar una vivienda de alquiler y recomponer su situación».

Con esta prórroga de tres meses, que ya no podrá ampliarse más, ha destacado la alcaldesa, se hace coincidir el tiempo ofrecido por el Ayuntamiento en estas viviendas públicas de forma totalmente gratuita con el plazo que tienen para presentar la solicitud de ayudas al alquiler de la Generalitat.

De esta forma, ha añadido Catalá, «las personas saldrían de las viviendas de Safranar y podrían estar en viviendas con una ayuda para pagar el alquiler de la Generalitat».

Ha asegurado que se trata de un «criterio objetivo» con el que se tiene una «especial sensibilidad» con la situación que han vivido estas personas, y al mismo tiempo, se hace compatible con el uso final de las viviendas de Safranar y el listado de más de 1.000 personas que esperan una vivienda de alquiler asequible.

Catalá ha asegurado que no van a dejar a nadie atrás, ni a los vecinos de Campanar ni a los de la avenida de la Constitución, que fueron desalojados el miércoles tras detectarse una grieta en la finca, supuestamente provocada por unas obras contiguas.

 

Familias de afectados por incendio de Campanar dejan Safranar

Las familias fueron alojadas en el edificio de 131 viviendas de propiedad municipal y según explicó en su momento el concejal de Urbanismo, Juan Giner, comenzaron a trasladarse pocos días después del siniestro, con prioridad para las familias con niños, mayores, dependientes y con necesidades especiales.

De las 131 viviendas, 85 tienen dos dormitorios con una superficie útil de 45-53 metros cuadrados, mientras las 46 viviendas restantes tienen tres dormitorios y cuentan con una superficie entre 65 y 74 metros cuadrados.

El edificio tiene una superficie de 15.104,05 metros cuadrados, de los que 10.476,04 metros son de uso residencial y también dispone de 84 plazas de garaje distribuidas en dos sótanos y 22 cuartos trasteros, igualmente construidos en los dos sótanos.

Además, tiene habilitadas 131 plazas de bicicleta en la planta baja con acceso desde el zaguán.

Los trabajos de adecuación de los inmuebles se llevaron a cabo por una treintena de trabajadores de la Concejalía de Vivienda y Urbanismo que, desde el día siguiente al incendio trabajaron voluntariamente para dotar a estos hogares de los servicios de luz y agua.

El personal de esta Concejalía se sumaba a otros centenares de trabajadores y trabajadoras municipales que se movilizaron para atender las necesidades surgidas y varias empresa contribuyeron para su adecuación total como hogares.

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