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¿A quién beneficia la abstención el 23J?

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Pool Moncloa/Fernando Calvo

Madrid (EFE).- Cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, decidió convocar elecciones para el 23 de julio, muchos se echaron las manos a la cabeza al coincidir la fecha con las vacaciones de gran parte de los españoles. El hecho de que cayera en periodo vacacional podría llevar a la inmovilización del electorado, pero ¿a quién beneficiaría la abstención el 23J? ¿A la derecha o a la izquierda?

Uno de los grandes tópicos electorales es que una alta abstención desmoviliza a la izquierda y favorece a que se conforme una mayoría de derechas. ¿Cuánto de verdadero hay en ese tópico?

Mayorías socialistas con altos porcentajes de participación

Grandes victorias del PSOE en España, como la de Felipe González en 1982 o la de José Luis Rodríguez Zapatero en 2004, se han producido en comicios con alta participación y con datos de abstención por debajo del 25%: de un 20,03% en 1982 y un 24,34% en 2004.

Pese a esto, también ha habido momentos en la historia de la democracia española en los que el PP ha ganado las elecciones con bajos niveles de abstención. Ocurrió en 1996, cuando llegó Aznar a la Moncloa con un 22,62% de abstención.

Victorias del PP con altos niveles de abstención

Es cierto que la tendencia en los últimos 22 años ha sido ver victorias del PP con niveles de abstención superiores al 30%.

De hecho, el 28 de abril de 2019, cuando el PSOE se hizo con la victoria en las generales, la abstención disminuyó en comparación con los años anteriores. Se alcanzó una participación del 71,76%.

Sin embargo, en la repetición electoral de noviembre de ese mismo año, en la que también ganaron los socialistas, se tuvo la cifra más alta de abstención de la serie histórica: 33,77%.

El director de Opinión Pública y Estudios Políticos de Ipsos, José Pablo Ferrándiz, aporta un aspecto que ayuda a entender esta excepcionalidad, en declaraciones a EFE: “En esa repetición electoral hubo una desmovilización prácticamente idéntica del electorado de izquierda y del electorado de derecha”.

Y añade: “Algo totalmente raro es que hubo un empate entre los dos bloques a 11 millones de votos aproximadamente”. El politólogo achaca la victoria socialista con baja participación a que ambos bloques estuvieran desmovilizados.

Gráfico de elaboración propia a partir de los datos de resultados electorales del Ministerio del Interior, disponibles en https://infoelectoral.interior.gob.es/opencms/es/elecciones-celebradas/resultados-electorales/

Picos de participación: cambio de ciclo

Entonces, ¿qué hay de cierto en este tópico? Si echamos un vistazo a los datos, podemos afirmar que el Partido Socialista ha obtenido más victorias con baja abstención que el Partido Popular. Aun así, no es algo que se repita siempre. Lo que parece estar claro es que se dan picos de participación cuando hay un cambio de ciclo.

Por ejemplo, en 1996 cuando ganó el PP tras 14 años de gobierno de Felipe González, hubo una abstención del 21,92%. Algo similar sucedió en 2004, cuando llegó José Luis Rodríguez Zapatero a la Moncloa con una abstención del 22,74%.

“Habitualmente, la derecha obtiene mejores resultados cuando se produce una desmovilización que la izquierda”, comenta Ferrandiz, “sobre todo cuando hay gobiernos de izquierda, que está hipermovilizada”.

¿Qué podemos esperar en las elecciones del 23J?

Las elecciones del 23 de julio son algo especiales por coincidir con las vacaciones de un gran número de españoles llamados a votar.

La mayoría de encuestas apuntan hacia el cambio de ciclo político y, aunque este suela producirse acompañado de una gran participación, Ferrándiz esperan que el porcentaje de participación sea similar al de noviembre de 2019.

“Serían unas elecciones de cambio con baja participación o participación moderada”. El politólogo explica que estiman que el porcentaje de participación se encuentre en torno al 70%, por debajo de la media.

¿Hay antecedentes de cambio de ciclo con baja participación? En 2011, con un 31’06% de abstención, el PP se alzó con la victoria, después de dos legislaturas del PSOE. Aun así, el contexto de ambas elecciones es radicalmente distinto. En 2011 lo que llevó a parte del electorado progresista a quedarse en casa fue la crisis económica.

Actualmente, todo lo contrario. “Los ciudadanos consideran que su economía personal está bien, nada que ver con 2011”, asegura Ferrándiz, quien explica que ahora no es la economía, sino otras motivaciones, las que juegan un papel relevante en campaña. “Tiene que ver sobre todo con cierta desafección de una parte importante del electorado del PSOE con el gobierno actual”, zanja.

Según explica el director de Opinión Pública y Estudios Políticos de Ipsos, son motivos relacionados con la cuestión identitaria: “En el momento que mencionas el tema de Cataluña, el cambio de la ley de secesión, el indulto a los políticos catalanes, ahí es cuando detectas que es el motivo”.

¿La izquierda está desmovilizada?

En las elecciones autonómicas del 28 de mayo se detectó una desmovilización del electorado del PSOE y un traslado del voto de la izquierda alternativa a las candidaturas socialistas.

“Lo que estamos viendo ahora es que esa movilización de la izquierda alternativa sigue siendo elevada”, comenta José Pablo Ferrandiz. Según el experto, es el centroizquierda, que correspondería al votante tradicional del PSOE, el que está desmovilizado.

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¿Qué precios suben y cuáles bajan en 2026? La lista completa que marcará el coste de la vida

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Qué precios suben y cuáles bajan en 2026: la lista completa

Con 2026 a la vuelta de la esquina, familias y empresas encaran el nuevo año con una preocupación común: cómo evolucionarán los precios y qué impacto tendrá la inflación en el día a día. Tras un 2025 marcado por fuertes tensiones en el coste de la vida, las previsiones apuntan a un escenario más moderado, aunque con subidas significativas en algunos ámbitos clave y alivio en otros.

La cesta de la compra, el acceso a la vivienda, los gastos del hogar, los impuestos, el transporte y la evolución de salarios y pensiones seguirán siendo determinantes para el bolsillo en 2026. A continuación, repasamos qué precios subirán y cuáles bajarán el próximo año.


Vivienda: el mayor foco de tensión económica en 2026

El precio de la vivienda continuará siendo la principal preocupación. Tras un 2025 de incrementos históricos, los alquileres volverán a subir en 2026, con estimaciones que sitúan el aumento entre el 3% y el 8%, dependiendo de la zona.

Este encarecimiento estará impulsado, en parte, por la renovación de contratos firmados tras la pandemia, cuando los precios eran más bajos. Se calcula que este ajuste afectará a más de 1,6 millones de contratos, lo que podría suponer un sobrecoste medio anual de unos 1.700 euros para los inquilinos.

En el mercado de compraventa, bancos y analistas prevén subidas cercanas al 7%, lo que seguirá dificultando el acceso a la propiedad, especialmente para jóvenes y familias con rentas medias.


Gastos del hogar: luz y gas bajan, pero sube la parte fija

En cuanto a los suministros básicos, 2026 traerá un comportamiento desigual:

  • Electricidad: se espera una bajada de entre el 5% y el 10% en la parte variable de la factura gracias a la moderación de los precios energéticos. Sin embargo, la parte fija del recibo subirá, lo que limitará el ahorro final.

  • Gas: la factura podría reducirse alrededor de un 8,7%, una de las pocas buenas noticias claras para los hogares.

  • Agua: será más cara en grandes ciudades. En Madrid subirá cerca de un 3% y en Barcelona alrededor de un 2,9%.


La cesta de la compra: subidas más suaves, pero persistentes

Los precios de los alimentos seguirán al alza en 2026, aunque a un ritmo más moderado que en 2025. Tras el fuerte repunte de productos básicos en los últimos meses, los expertos prevén incrementos más contenidos, aunque sin volver a los niveles previos a la inflación.

Los hogares seguirán notando el encarecimiento en productos frescos, mientras que los congelados y marcas blancas continuarán ganando peso como estrategia de ahorro.


Seguros y otros servicios: tendencia claramente ascendente

Los seguros de salud privados, que ya registraron subidas de dos dígitos en 2025, volverán a encarecerse en 2026, aunque con incrementos algo más moderados. También se esperan ajustes al alza en otros seguros y servicios vinculados al coste sanitario y a la inflación general.


Pensiones y salarios: suben los ingresos, pero también las cotizaciones

En el capítulo de los ingresos, 2026 traerá mejoras, especialmente para los pensionistas:

  • Pensiones contributivas: subirán un 2,7%

  • Pensiones mínimas y no contributivas: aumentarán por encima de ese porcentaje

  • Ingreso Mínimo Vital: también se revalorizará

Los funcionarios verán incrementado su salario al inicio del año, mientras que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) está pendiente de confirmarse, aunque las previsiones apuntan a una subida superior al 3%.

No obstante, la reforma del sistema de pensiones seguirá traduciéndose en mayores cotizaciones sociales:

  • Aumento del Mecanismo de Equidad Intergeneracional

  • Incremento de la cuota de solidaridad para los salarios más altos

  • Subida de casi el 4% en la base máxima de cotización

Esto elevará el coste laboral tanto para empresas como para trabajadores con mayores ingresos.


Transporte: alivio en el transporte público, presión en los vuelos

El transporte público será uno de los aspectos más positivos de 2026. El Gobierno ha decidido prorrogar las ayudas, lo que permitirá mantener tarifas reducidas en los servicios de titularidad estatal y, previsiblemente, en muchas redes autonómicas y municipales.

En cambio, viajar en avión podría ser más caro. El canon aeroportuario que cobra AENA subirá más de un 6%, un coste que las aerolíneas podrían trasladar al precio final de los billetes.


Resumen rápido: qué sube y qué baja en 2026

🔺 Suben en 2026

  • Alquileres y precio de la vivienda

  • Parte fija de la factura de la luz

  • Agua en grandes ciudades

  • Seguros de salud privados

  • Cotizaciones sociales

  • Posibles billetes de avión

🔻 Bajan en 2026

  • Parte variable de la factura eléctrica

  • Gas

  • Ritmo de subida de la cesta de la compra

  • Transporte público (mantiene tarifas reducidas)


Un 2026 de ajustes y planificación

El nuevo año se presenta como un periodo de ajustes más que de alivio total. Aunque algunos gastos clave darán un respiro, otros seguirán presionando el presupuesto familiar. La planificación, el control del gasto y la búsqueda de alternativas seguirán siendo fundamentales para afrontar un 2026 marcado por la moderación, pero no por la bajada generalizada de precios.

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