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Cómo sería Lady Di ahora: la Inteligencia Artificial recrea el rostro

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como seria lady di ahora

La coronación de Carlos III como rey de Inglaterra ha vuelto a poner en boca de todos a Diana y muchos ciudadanos se han preguntado cómo sería Lady Di ahora, en el caso de que ella hubiera sido coronada y no Camila.

Algunas aplicaciones como FaceApp u otras de inteligencia artificial son capaces de generar una idea de cómo sería el rostro de Diana a sus 61 años. Os mostramos son algunas de esas recreaciones, recogidas por La Vanguardia.

Cómo sería Lady Di ahora:

¿Cómo sería Lady di en la actualidad?

¿Cómo sería Lady di en la actualidad?:

Lady Di, Carlos y Camilla: así fue la historia del triángulo amoroso

El triángulo amoroso formado por Lady Di, el príncipe Carlos y Camilla Parker Bowles ha estado en boca de todos, pero no es de extrañar si tenemos en cuenta que hablamos de un matrimonio de la corona británica.

El primer encuentro entre Carlos y Camilla

No se sabe bien la fecha exacta, pero sí se sabe qué se dijeron los duques de Cornualles cuando se conocieron. Fue Camilla quien rompió el hielo con esta mítica frase: «¿Sabía que mi bisabuela fue amante de su tatarabuelo?». En aquel momento aún era Camilla Shand y hacía referencia a la aventura que tuvieron el rey Eduardo VII y su bisabuela, Alice Keppel. Aquella frase le pareció muy tierna al príncipe Carlos, que le arrancó una sonrisa. Así comenzaría su historia de amor aunque aún no lo sabían.

Eran almas gemelas

Eran perfectos el uno para el otro, tenían el mismo sentido del humor y compartían gustos y aficiones como la equitación, el polo, la pintura o la jardinería. Todo parecía estar a favor de esta relación, todo menos la corona. A pesar de los deseos de Carlos por hacer a Camilla su esposa, la Familia Real británica no podía permitir este enlace por una norma en la que se establece que el heredero al trono debía casarse con una mujer virgen.

Por eso, Carlos decidió poner tierra de por medio y alejarse unos meses pensando que esto ayudaría a la pareja, pero sucedió todo lo contrario. Él se fue con la Royal Navy en enero de 1973 y Camilla se casaría con Andrew Parker Bowles en julio de ese mismo año. Aquello dejó destrozado al príncipe Carlos que pensaba que lo suyo sería para siempre. Ahora con el tiempo hemos descubierto que era verdad.

Diana Spencer: la elegida

En 1981 la monarquía británica se desesperaba por encontrar una mujer al príncipe Carlos. El tiempo apremiaba y era su obligación casarse y tener descendientes. Entre las múltiples opciones se eligió a Diana Spencer, una joven de 19 años y de una de las familias más antiguas y prestigiosas de Reino Unido. Lo que parecía una fortuna se convirtió en una maldición. Diana fue elegida por su ingenuidad y su virginidad, dos características imprescindibles para la tarea que le aguardaba.

Lady Di descubrió casi al principio de su matrimonio que su marido no la quería, que jamás se había enamorado de ella y sufrió mucho por ello. Aun así, ella tuvo que mantener la imagen del matrimonio perfecto y enamorado. Esa fue la tarea más difícil, fingir una felicidad absoluta cuando en realidad ambos terminaron odiándose.

La famosa conversación del ‘tampax’

La dicha de Carlos y Camilla producía la infelicidad de Diana; pero estaban enamorados y no lo podían evitar. Lady Di intentó llevar la infidelidad de su marido con la mayor discreción posible; pero en 1992 se filtraron unas conversaciones grabadas entre Carlos y Camilla de tan solo tres años antes, cuando aún estaba casado con Diana. Un rumor que acabaría por confirmarse en una entrevista al príncipe Carlos donde se sinceraba y reconocía que había sido infiel a Lady Di. Una entrevista que no solo sentó mal a Diana, que apareció con el ya conocido como ‘vestido de la venganza’ reivindicando su lugar, sino también en la Casa Real inglesa, que no aprobó el comentario de Carlos en televisión.

Un divorcio muy esperado

Finalmente en 1996 se divorciaban. La situación era insostenible y la reina Isabel II decidió tomar parte en el conflicto para no ensuciar más la imagen de la monarquía. Diana siguió viviendo en el palacio de Kensington para mantener una buena relación con la familia real y estar cerca de sus hijos; pero a partir de ese momento se centró en otras tareas, aquella que la convertirían definitivamente en el princesa del pueblo.

Tan sólo un año antes Camilla había hecho lo mismo con Andrew Parker Bowles. Así habían conquistado los dos de nuevo su libertad, una sensación que se vio reforzada tras la muerte de Lady Di en 1997, lo que les permitía vivir su historia de amor sin depender del letrero de «amantes».

En 1999 hacían su primera aparición pública con cierto miedo por la opinión del pueblo inglés, pero para sorpresa de todos aquello fue aprobado por todos. En 2003 pudieron vivir juntos en su residencia de Clarence House y solo tres años después, en 2006, consiguieron casarse en una discreta boda con los hijos de ambos apoyando el gran amor que siempre se habían manifestado.

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Iñaki Urdangarin rompe su silencio en su entrevista más dura: “Perdí prácticamente todo y uno de los amores de mi vida, que es Cristina”

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Iñaki Urdangarin
IÑAKI URDANGARIN/ EUROPAPRESS

Iñaki Urdangarin ha concedido la que ya es su entrevista más impactante desde que fue condenado por el caso Nóos. Durante 55 minutos de conversación en el programa Pla seqüència, de La 2 Cat, el exduque de Palma se ha abierto como nunca y ha repasado, sin filtros, los episodios más dolorosos de su vida reciente: la cárcel, la soledad, la caída personal y profesional y, sobre todo, el final de su matrimonio con la infanta Cristina.

En una charla íntima, en catalán y con un periodista al que le une una amistad de más de 30 años, Urdangarin ha mostrado una faceta desconocida para el gran público, marcada por la autocrítica, la emoción y el reconocimiento de las pérdidas que arrastra desde hace más de una década.

“Lo peor de mi condena fue perder a mi mujer”

La pregunta fue directa y la respuesta, demoledora. Al ser interrogado por el momento más duro de su etapa en prisión, Iñaki Urdangarin no dudó:
“Lo que perdí en prisión fue mucho tiempo. Materialmente perdí prácticamente todo. Y después hay una pérdida muy grande, uno de los amores de mi vida, que es Cristina”.

El exmarido de la infanta Cristina reconoció que el proceso judicial y la posterior condena no solo le arrebataron su libertad, sino también su estabilidad emocional y familiar. “Fue un periodo muy duro. Lo pasamos muy mal durante toda esa época y hubo consecuencias. Me da pena porque es una mujer a la que quiero mucho”, confesó, visiblemente emocionado.

Cataluña, el lugar desde el que decide hablar

Urdangarin explicó que eligió este formato y este idioma por una razón muy personal. Cataluña es el territorio donde creció, donde fue feliz y donde nacieron sus cuatro hijos. “La vinculación con esta tierra es muy importante. Mis hijos son catalanes y ahora estoy a medio caballo entre Vitoria y Barcelona”, señaló al inicio de la entrevista.

Esa cercanía emocional marcó el tono de toda la conversación, en la que se mostró tranquilo, aunque con nervios inevitables al enfrentarse por primera vez a una entrevista televisada tras años de silencio.

El día que supo que entraría en prisión

Uno de los momentos más reveladores llegó al recordar el instante exacto en el que supo que su ingreso en prisión era inevitable. “Estaba comiendo con mi mujer, Cristina, en Ginebra. Yo había trabajado 16 años para darle la vuelta a las acusaciones. Hasta el último momento pensamos que podíamos lograrlo”, relató.

Tras conocer la sentencia, reunió a sus hijos en Suiza para explicarles la situación y decidir juntos cómo afrontar lo que estaba por venir. Un episodio que, según él, marcó un antes y un después en su vida familiar.

“El primer día en la cárcel fue el peor”

Iñaki Urdangarin describió su llegada a prisión como un golpe devastador. “Cuando entras te das cuenta de que se ha acabado una etapa y empieza otra larga y dura. Todo cae. No tienes teléfono, no tienes nada. Los tres primeros meses lo pasé muy mal”, aseguró.

Por motivos de seguridad, eligió cumplir su condena en la prisión de mujeres de Brieva, donde vivió prácticamente aislado. “Era estar en un módulo vacío. Fueron mil noches dentro, con sus mil días”, recordó, reconociendo que no gestionó bien emocionalmente aquel periodo.

“Lloré muchísimo y entré en un bucle negativo”

El exdeportista olímpico no escondió su vulnerabilidad al hablar de su estado psicológico. “No estoy orgulloso de cómo gestioné emocionalmente mi situación. Lloré muchísimo y preocupé a la gente que estaba fuera”, confesó.

Con el paso del tiempo, encontró en la escritura una vía de escape. Durante meses llenó cuadernos con pensamientos, miedos y reflexiones que le ayudaron a recomponerse. No descarta que algún día esos escritos puedan convertirse en unas memorias, siguiendo la estela de otros miembros de la familia real.

El apoyo clave: su madre y sus hijos

Si hubo una figura esencial durante su caída, esa fue su madre, Claire Liebaert. “Ha sido mi primer apoyo siempre. Ella me conoce, igual que mis hijos”, afirmó. Urdangarin insistió en que su entorno más cercano nunca dudó de él: “Mi madre y mis hijos saben que es imposible que yo tuviera voluntad de delinquir”.

Una afirmación con la que vuelve a defender su versión de los hechos y su papel en el caso Nóos, aunque asegura que hoy vive sin rencor.

“El rencor no te ayuda, solo te resta energía”

El cierre de la entrevista estuvo marcado por un mensaje de aprendizaje personal. Urdangarin explicó que el rencor fue uno de los sentimientos que más trabajó en prisión. “Tienes que repasar honestamente lo que has hecho bien y lo que has hecho mal, aceptar dónde estás y darte cuenta de que el rencor no te ayuda. Eso se quedó allí, cuando se cerró la puerta de la prisión”, concluyó.

Con esta entrevista, Iñaki Urdangarin rompe definitivamente su silencio y ofrece su testimonio más crudo hasta la fecha, poniendo palabras al coste personal, familiar y emocional de uno de los mayores escándalos de la historia reciente de la familia real española.

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