Rabat, 30 nov (EFE).- El toque manual de campanas español, una tradición extendida en el país y sostenida actualmente por grupos de voluntarios y vecinos, ha sido incluida este miércoles por la Unesco en su lista de patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
El Comité del Patrimonio Inmaterial de la Unesco reunido en Rabat sumó esta práctica a su lista, un logro que el embajador de España ante este organismo, José Manuel Rodríguez Uribe, agradeció a las asociaciones de todo el territorio español que conservan esta tradición, algunos de cuyos miembros acudieron a la capital marroquí.
«Representan -dijo el embajador- ese gran legado histórico que es el toque manual de campana, que han sabido mantenerlo en el tiempo, trasladarlo a los jóvenes. Es un ejemplo de memoria, de historia, de tradición y comunicación».
Al escenario de la sala donde se reúne el comité subieron campaneros de Palencia, Albaida (Valencia), Utrera (Sevilla) y Zamora. Habló en primer lugar Javier García Fernández, en nombre de la asociación de protección del patrimonio Hispania Nostra, para recordar que desde 2017 lleva luchando por conseguir la protección de esta tradición.
Acto seguido, Antonio Berenguer, coordinador de Campaners d’Albaida, afirmó que «el toque manual de campanas es un lenguaje rico y diverso con características propias de cada región, es un código sonoro que se ha transmitido en el tiempo de los campaneros jóvenes a los mayores».
«Los toques manuales de campanas siempre comunican algún mensaje, son siempre inmediatos y objetivos» y hacen saber a los lugareños «el transcurrir del día, la alerta, la fiesta, la devoción, la pena, la despedida».
«El sonido de las campanas es un lenguaje universal que une pueblos, países y continentes y a la vez marca una identidad propia», concluyó.
Según el expediente de candidatura presentado por España, el toque manual de campanas ha persistido a lo largo de los siglos como parte de la identidad colectiva de sus comunidades y se usa para marcar acontecimientos de la vida diaria, así como fiestas, funerales, incendios o inundaciones.
Las diferentes formas de las campanas y tipos de sonidos reflejan, según el escrito, la riqueza de la cultura española, contando actualmente con más de treinta tonos diferentes.
«No hay pueblo o aldea en España que no tenga un campanario desde el que se toquen las campanas», dice la candidatura española.
Actualmente, es una tradición que se apoya en asociaciones de campaneros voluntarios, aficionados que actúan de forma solitaria y en los sacristanes.
«Es un lenguaje musical de comprensión universal, donde el campanero es fundamental para preservar la función de comunicación social de las campanas. La relación de entendimiento entre el campanero y la campana es imprescindible para salvaguardar esta práctica ancestral», dice la candidatura.
El documento añade que personas de todas las edades, géneros, procedencias y niveles socioeconómicos se identifican con el sonido de las campanas, que están asociadas a las fiestas de más de 8.000 municipios españoles.
«A lo largo de los siglos, el repique de campanas se ha utilizado como medio de expresión y comunicación, cumpliendo una serie de funciones sociales: transmisión de información, coordinación, determinación de un territorio determinado, protección y cohesión», dice el expediente.
Los tonos de llamada, fácilmente comprensibles y reconocibles por las diferentes comunidades, sirven además para estructurar la vida cotidiana y para marcar eventos festivos e inusuales.
Se trata, dice la candidatura, de «un rico repertorio en el ámbito religioso y civil para marcar diferentes momentos del día, alertar a la población en caso de incendio o inundación, anunciar funerales, decretos u otras noticias y acompañar eventos, celebraciones, actuaciones y otras circunstancias de la vida, especialmente en el plano profesional y litúrgico».
España destaca en ella que el toque manual de campanas existe en muchas culturas alrededor del mundo, por ejemplo en América Latina, donde todavía está viva.
Pero añade que en el contexto europeo la realidad es muy diferente de un país a otro y, si es casi inexistente en Alemania y Francia, está muy extendido en Italia.
«En España, la diversidad y el florecimiento actual del toque tradicional de campanas gracias al esfuerzo de las comunidades campaneras es un referente para Europa, contribuyendo a la diversidad cultural que nos enriquece mutuamente a todos».
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