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Las consecuencias de espiar el móvil de tu pareja

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espiar el movil de tu pareja
Una mujer mira una publicación en una red social en su teléfono móvil. EFE/Archivo

Espiar el móvil o el ordenador de la pareja para controlar sus actos se convierte en una obsesión para muchos individuos cuando el amor se vuelve tóxico. Pero lo que a priori parece un hecho ingenuo tiene consecuencias y puede conllevar serios problemas jurídicos.

Legálitas analiza qué consecuencias penales tiene espiar el móvil de la pareja, instalarle una app de espionaje o contratar un detective privado y si las pruebas de infidelidad son válidas en el caso de divorcio o custodia compartida de los hijos.

¿Es legal espiar el móvil de la pareja?

El 73% nunca ha espiado ni espiaría el móvil a su pareja. Así lo refleja una consulta realizada a más de 2.700 seguidores a través del perfil de Twitter de Legálitas, que muestra también que el 16% lo ha hecho o tiene ganas de hacerlo y que el 11% restante no lo hecho, pero tiene ganas. Y, de hecho, hay seguidores que afirman que no tienen ningún problema en mirar el móvil de su pareja y viceversa.

Para todos aquellos que confiesan que han espiado o espiarían el móvil de su pareja, Legálitas recuerda que revisar las conversaciones de WhatsApp, leer los emails o entrar en las redes sociales de la pareja, aunque sea un hecho puntual, no es legal. El artículo 197 del Código Penal castiga a todo aquel que para descubrir los secretos o vulnerar la intimidad de otro, sin su consentimiento, se apodere de papeles, cartas, mensajes de correo electrónico, etc. intercepte sus telecomunicaciones o utilice artificios técnicos de escucha, transmisión, grabación o reproducción, castigándole con las penas de prisión de uno a cuatro años y una multa de doce a veinticuatro meses, con una cuota diaria que oscila entre los dos y los cuatrocientos euros. En este sentido, no hay diferencias entre espiar emails o mensajes telefónicos y apoderarse físicamente de una carta del buzón o instalar una cámara oculta y grabar a otro en la intimidad.

Espiar el móvil de tu pareja: hasta cuatro años de prisión

Además, acceder de forma ilegal a un sistema informático, a través de cualquier dispositivo, vulnerando las contraseñas y medidas de seguridad o navegar por él contra la voluntad de su titular también acarrea consecuencias penales. El artículo 197 bis del Código Penal castiga estas acciones con penas de prisión que van desde los seis meses a los dos años. Por lo tanto, salvo que se tenga autorización expresa, no se puede invadir la intimidad de la pareja, ni acceder a sus contenidos, llamadas, mensajes o WhatsApp, ya que se puede ser imputado por este tipo de delitos.

Las penas se agravan de dos a cinco años de prisión si los hechos descubiertos o las imágenes captadas se difunden a terceros.

¿Qué consecuencias jurídicas tiene instalarle una app de espionaje?

El Código Penal también castiga esta acción con penas de prisión de seis meses a dos años o multa de tres a dieciocho meses a quien, sin estar debidamente autorizado, produzca, adquiera para su uso o facilite a terceros un programa informático concebido para cometer estos delitos, incluyendo una contraseña de ordenador, código de acceso o elementos similares que permitan acceder a un sistema informático.

De esta manera, se castiga incluso la mera adquisición de esos programas o contraseñas. Pero si además de adquirir el programa, se instala en el móvil de otro y se descubre su intimidad, las penas pasarían a ser las relativas al delito de descubrimiento y revelación de secretos regulado en el artículo 197: prisión de uno a cuatro años y multa de doce a veinticuatro meses.

¿Y crear un perfil falso en redes sociales para controlar a la pareja?

Darse de alta en redes sociales como Instagram o Facebook con un perfil y datos falsos para intentar entablar una conversación con la pareja y ver cómo actúa, salvo que se esté suplantando la identidad real de alguien -delito de usurpación de estado civil- es una acción que, aunque podría considerarse reprochable moralmente, no tiene trascendencia penal.

¿Es legal contratar a un detective privado para seguir a la pareja?

Cuando crece el ansía por tener información real, se puede llegar al extremo de que una parte de la pareja contrate a un detective para conocer qué sucede cuando el otro sale de casa, con quién va y con quién se junta. Como persona física se puede contratar a un detective para seguirle, aunque las investigaciones privadas cuentan con restricciones y están castigadas.

Al detective que cometa este delito contra la intimidad con fines lucrativos se le impondrán las penas que establece el Código Penal en su mitad superior, es decir, si este acto está castigado con prisión de uno a cuatro años, el detective será penado con un mínimo de dos años, seis meses y un día.

Por su parte, la persona que contrata este servicio también se verá acusado penalmente en concepto de coautor necesario, sin poder escudarse en que quien llevó materialmente a cabo la acción de espiar fue el detective, ya que realmente fue él quien le contrató para que se cometiera el delito.

Estar en una relación tóxica, ¿permite solicitar una indemnización?

Si se sufren alguno de los casos anteriores y crees que la otra parte de la pareja ha sobrepasado todos los límites, debes, en primer lugar, recabar todas las pruebas de cargo disponibles como conversaciones de WhatsApp, etc. en las que la otra parte reconozca los hechos, posibles testigos de ellos o cualquier prueba obtenida sin vulnerar los derechos y libertades fundamentales. Es decir, si la otra parte reconoce en el perfil de Instagram que ha estado espiándote, se podrán hacer capturas de pantalla y aportarlas como prueba siempre y cuando su perfil sea público. Si, por el contrario, para lograr esas pruebas se utilizan mecanismos fraudulentos que vulneren su intimidad, la prueba será declarada nula y podrás verte también en el banquillo.

Con las pruebas obtenidas de forma lícita, se puede acudir a la Policía Nacional, Guardia Civil o al Juzgado de Instrucción de guardia de la localidad y explicar todo lo ocurrido a través de una denuncia, que dará lugar al posterior proceso penal.

El culpable de estos delitos no solo responde penalmente, también puede ser condenado a reparar los daños y perjuicios que con sus actos haya ocasionado. La víctima puede solicitar una indemnización por daños y perjuicios o daño moral que el juez determinará en la sentencia en función de la gravedad de los hechos y de las circunstancias que concurran.

En este tipo de delitos contra la intimidad es requisito legal la denuncia de la víctima o de su representante legal, padres o tutores, si la persona fuera menor de edad. Además, el perdón del ofendido conlleva que se extinga la acción penal finalizando en tal caso el proceso penal.

¿Cómo influye este tipo de actos en caso de separación o divorcio?

Legálitas recuerda que, desde la modificación del Código Civil en el año 2005, no existe causa legal de separación o divorcio más que la pérdida del afecto marital. En consecuencia, ni la infidelidad en sí, ni los correos electrónicos o los WhatsApp que acrediten dicha infidelidad, tienen efectos en las medidas a adoptar en cuanto a los hijos comunes (patria potestad y régimen de guarda y custodia) o, incluso, en las medidas económicas entre cónyuges como la pensión compensatoria, salvo en ciertas ocasiones. Por ejemplo, si un cónyuge decide trasladar su residencia con su nueva pareja a otra comunidad autónoma, esto sí puede tener consecuencias en relación a la guarda y custodia de los hijos comunes o si la nueva convivencia con una pareja supone el no establecimiento de una pensión compensatoria.

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LISTADO| Los principales motivos de ruptura de pareja

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Los motivos de ruptura de pareja según una encuesta realizada a 2.000 personas, casi la mitad (49%) ha puesto fin a una relación a causa de un «asco o manía» y el 56% ha dejado a alguien plantado en una cita por este motivo.

Una octava parte de los encuestados (el 12%) ha puesto fin a una relación romántica porque estaba obsesionado con los signos del zodíaco, mientras que el 11% ha terminado con alguien que aplaudía al aterrizar un avión.

Una décima parte de los hombres también se plantearía romper con alguien que quisiera compartir la comida en la primera cita y el 14% de las mujeres odia que su pareja se refiera a su equipo de fútbol como «nosotros».

El estudio fue encargado a OnePoll por la plataforma de dating up Seeking.com, cuya experta en citas, Emma Hathorn, dijo: «La gente tiene muy claro lo que quiere, lo cual es alentador. Las citas online han abierto todo un nuevo mundo de solteros, lo que significa que la gente puede permitirse tener unos estándares más altos. Si para ti es absolutamente decisivo alguien que nunca lleve gafas de sol dentro de casa o que mastique con la boca abierta, tienes todo tu derecho a decirlo».

Según el estudio, el 16% de los encuestados considera que oler mal es lo más desagradable. Le siguen fingir que se sabe más de lo que realmente se sabe y ser prepotente o grosero (15%).

Sin embargo, el 53% de los encuestados no explicaron a su pareja qué les había molestado antes de dejarles. Además, el 36% creen que han podido provocar «asco» en alguien y esto les hizo sentir fatal.

Dos tercios (67%) se describen a sí mismos como al menos algo quisquillosos a la hora de encontrar pareja, y el 22% son «muy quisquillosos». Y el 61% cree que se merece lo mejor, por lo que intenta subir el listón a la hora de buscar pareja.

Sin embargo, el 15% cree que a la hora de buscar pareja nunca se es demasiado exigente. Casi cuatro de cada 10 (35%) creen que su nivel de exigencia a la hora de buscar compañero ha aumentado con la edad, siendo los mayores de 65 años los más propensos a pensar así.

El estudio también reveló que el 65% juzgaría negativamente a alguien que quisiera compartir la cuenta de la comida, sobre todo si fuera él quien propusiera la cita.

El 60% criticaría el lugar elegido para la primera cita si no cumpliera sus expectativas.

A la hora de buscar una pareja potencial, el 28% afirma que el salario es lo más importante, seguido del 19% que se decanta por un buen sentido del estilo y la moda.

Sin embargo, el mismo número de adultos cree que las citas se vuelven más difíciles a medida que aumentan los años, a pesar de que el 28% está completamente decidido a salir con alguien que coincida exactamente con sus preferencias.

Emma Hathorn añade: «Como en todas las cosas de la vida, se trata de encontrar el equilibrio exacto que funcione para cada uno, y esto puede ser complicado si uno es totalmente inflexible en cuanto a las personas con las que sale. Mantener la mente abierta es clave, y puede que encuentres a alguien que eleve tu vida en todos los sentidos posibles, aunque lleve unos zapatos horribles».

Los principales motivos de ruptura de pareja

Las 40 cosas que provocan más asco o manía en las parejas:

  1. Oler mal
  2. Fingir que se sabe más de algo de lo que realmente se sabe
  3. Ser prepotente y grosero
  4. «Que te envíen un segundo mensaje de texto si no te han respondido al primero»
  5. Tener mala dentadura
  6. Ser grosero con un camarero
  7. Vivir desordenadamente
  8. Tener las uñas sucias
  9. Masticar con la boca abierta
  10. Ser demasiado pegajoso
  11. Hablar demasiado alto
  12. Comer y hablar al mismo tiempo
  13. Estar obsesionado con sus signos del zodiaco
  14. Tener las uñas de las manos largas
  15. Poner voz de bebé
  16. Llevar demasiado maquillaje
  17. Respirar con dificultad
  18. Compartir demasiado en las redes sociales
  19. Referirse a sí mismos en tercera persona
  20. Tener un tatuaje en mal estado
  21. Llevar un pintalabios de un color raro
  22. Tener los zapatos demasiado sucios
  23. Tener una cuenta de Instagram para su mascota
  24. Referirse a su equipo de fútbol como ‘nosotros’
  25. Aplaudir cuando aterriza un avión
  26. Llevar vaqueros en mal estado
  27. Llevar gafas de sol en interiores
  28. «Tardar más que tú en arreglarse»
  29. Llevar demasiados botones de la camisa desabrochados
  30. «Llevar zapatos que no te gustan»
  31. Vivir en casa de los padres
  32. No llevar calcetines con los zapatos
  33. Querer compartir la comida en la primera cita
  34. Llevar un reloj hortera
  35. Usar emojis en los mensajes de texto
  36. Llevar calcetines a la cama
  37. No pagar en la primera cita
  38. Llevar la ropa arrugada
  39. Decir nombres cariñosos como ‘cariño’ o ‘bebé’
  40. Pronunciar mal el nombre de un cantante famoso.

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