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Salud y Bienestar

Hasta el 91% de mujeres que reciben tratamientos de reproducción asistida sufren una mala calidad de sueño

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Hasta el 91% de mujeres que reciben tratamientos de reproducción asistida sufren una mala calidad de sueño. Es uno de los datos que destaca del estudio realizado por el grupo de investigación IPES (Investigación en Personalidad, Emoción y Salud) del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón e investigadores de la Universidad de Zaragoza promovido por la Fundación del Sueño Mónica Duart.

Este equipo liderado por el Dr. Jorge Osma ha realizado un trabajo de revisión para analizar las guías clínicas y artículos científicos recientes en relación con los trastornos del sueño en las mujeres que están en procesos de fertilidad. Un proyecto que ha contado con el apoyo de la Conselleria de Sanidad de la Generalitat Valenciana.

Más del 35% de las mujeres atendidas en una clínica de infertilidad afirmaban que experimentaba problemas de sueño

Prácticamente todos los artículos analizados coinciden en señalar que más del 35% de las mujeres atendidas en una clínica de infertilidad afirmaban que experimentaba problemas de sueño. Unos trastornos que varían a lo largo de las diferentes fases del tratamiento.

Los motivos científicos

Según las conclusiones del estudio, el 23% de las mujeres que estaban en tratamiento de fecundación in vitro, durante la recuperación de ovocitos, tenían una pobre calidad del sueño, mientras que las dificultades del sueño ascienden al 46% en el momento de la transferencia de embriones. Esto se podría explicar tanto por los cambios hormonales que se producen durante estas fases como por las emociones, como la ansiedad, que pueden aparecer en el curso de los tratamientos de fertilidad y que se han relacionado con alteraciones en el sueño, según explica el responsable de la investigación y presidente de la Sociedad Marcé Española para la Salud Mental Perinatal (MARES), Jorge Osma.

El 91% de mujeres que reciben tratamientos de reproducción asistida sufren una mala calidad de sueño

El investigador también señala que “estos trastornos del sueño pueden afectar significativamente a la calidad de vida y al bienestar emocional de las mujeres que se encuentran en tratamientos de reproducción asistida. Parece que las mujeres con trastornos del sueño tienen entre el doble y el triple de probabilidades de presentar malestar psicológico durante los tratamientos de fertilidad que las mujeres sin alteraciones de sueño”. Además, Osma añade que “este malestar emocional es el principal causante de abandono del tratamiento”.

Las investigaciones sobre el sueño de la Fundación Mónica Duart

Por su parte, la presidenta de la Fundación del Sueño, Mónica Duart ha señalado que “hemos querido profundizar sobre la relación entre los problemas de sueño y la infertilidad, ya que es un problema de gran relevancia social, que cada vez afecta a más parejas, de hecho, la infertilidad ya afecta a 1 de cada 6 personas. Pero sobre todo con esta acción queremos, desde el rigor científico, aportar recomendaciones para mejorar el sueño de las mujeres que están en tratamientos de fertilidad, ya que como señala el estudio no hay guías específicas del sueño para este colectivo. Para ello, hemos diseñado un díptico digital con las principales conclusiones del estudio y con pautas para una mejor higiene del sueño para concienciar sobre esta problemática”.

 

Según la literatura científica está demostrada la relación entre las alteraciones del sueño y la infertilidad. Así, el ritmo circadiano y el sistema reproductivo están interrelacionados el uno con el otro, por lo que las alteraciones en los ritmos de sueño pueden afectar a las hormonas reproductivas y viceversa.

En este sentido, las conclusiones del estudio señalan que, en diferentes periodos como la búsqueda de embarazo, el embarazo, el posparto o la menopausia, las fluctuaciones hormonales pueden afectar a la aparición de trastornos del sueño entre los que se encuentran el insomnio o la somnolencia diurna excesiva. Además, también parece existir una relación entre estos desordenes en el sueño y una alteración en las funciones reproductivas.

 

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¿Por qué dormimos peor en Navidad?

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Por qué dormimos peor en Navidad
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La Navidad es una época llena de celebraciones, reencuentros familiares y abundantes cenas, pero también puede ser un período en el que muchas personas experimentan trastornos del sueño. A pesar de que las fiestas deberían ser sinónimo de relajación y descanso, la realidad es que el estrés, las alteraciones en la rutina y otros factores propios de la temporada pueden dificultar un sueño reparador. A continuación, exploramos las razones por las que durante la Navidad muchas personas duermen peor y cómo podemos intentar mejorar la calidad del sueño en estas fechas tan ajetreadas.

1. Alteración de las rutinas

Durante las festividades, las rutinas diarias suelen verse interrumpidas. Las cenas, las reuniones familiares y los compromisos sociales pueden hacer que nos acostemos más tarde de lo habitual, lo que afecta negativamente nuestro reloj biológico. El cuerpo humano tiene un ciclo natural de sueño y vigilia que puede desajustarse fácilmente cuando cambiamos nuestros horarios de descanso. Al no seguir un horario regular de sueño, es más probable que nos sintamos cansados o que tengamos dificultades para dormir.

2. Estrés y preocupaciones navideñas

Aunque la Navidad es sinónimo de alegría para muchos, también puede generar estrés. Las compras de último minuto, las celebraciones familiares, la planificación de viajes y la presión por cumplir con todas las expectativas sociales pueden causar ansiedad. Esta tensión emocional puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que afecta la capacidad del cuerpo para relajarse y conciliar el sueño. Las preocupaciones sobre los regalos, las cenas o incluso los compromisos laborales pueden mantener nuestra mente activa durante la noche, dificultando el descanso.

3. Comidas copiosas y alcohol

Las cenas y comidas abundantes son parte esencial de las celebraciones navideñas, pero la cantidad y el tipo de alimentos consumidos pueden influir negativamente en la calidad del sueño. El consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares puede aumentar la actividad digestiva durante la noche, provocando molestias estomacales y dificultando que el cuerpo entre en un estado de relajación necesario para dormir. Además, el alcohol, aunque inicialmente pueda inducir somnolencia, interrumpe los ciclos de sueño y reduce la calidad del descanso, lo que puede provocar despertares frecuentes a lo largo de la noche.

4. Falta de ejercicio físico

Durante las fiestas navideñas, muchas personas disminuyen su nivel de actividad física debido a las vacaciones o a las celebraciones. El ejercicio regular es esencial para un sueño saludable, ya que favorece la relajación del cuerpo y la liberación de endorfinas. Sin embargo, en Navidad, el sedentarismo aumenta debido a la cantidad de tiempo que pasamos en reuniones o en actividades que no requieren esfuerzo físico. Esto puede dificultar la conciliación del sueño, ya que el cuerpo no está lo suficientemente cansado para descansar de manera profunda.

5. Cambios en el ambiente de sueño

Las visitas a familiares o la llegada de familiares a nuestra casa también pueden alterar nuestro entorno de descanso. Dormir en un lugar diferente al habitual o compartir espacio con otras personas puede generar incomodidad y dificultar el sueño. Además, la decoración navideña, con luces brillantes y colores llamativos, puede interferir con el ambiente relajante necesario para dormir bien. Las luces intensas, como las de los árboles de Navidad o las decoraciones externas, pueden alterar la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.

6. Sobrecarga de estímulos sensoriales

La Navidad es una época cargada de estímulos visuales, auditivos y emocionales. Las luces brillantes, la música festiva y el bullicio de las reuniones familiares pueden mantenernos en un estado de alerta constante. Este exceso de estímulos puede dificultar que nuestra mente se relaje antes de acostarnos, retrasando la conciliación del sueño. Además, el ruido generado por las celebraciones o los fuegos artificiales puede interferir en un descanso tranquilo y reparador.

7. Cambios en la exposición a la luz natural

En invierno, los días son más cortos y la exposición a la luz natural disminuye, lo que puede alterar la producción de melatonina y afectar nuestro ritmo circadiano. Este desajuste de la luz natural y artificial, sumado a los cambios en los horarios durante las festividades, puede dificultar la sincronización de nuestro reloj biológico y empeorar la calidad del sueño. El aumento del uso de pantallas electrónicas (como smartphones, tabletas y televisores) por la noche también puede inhibir la producción de melatonina debido a la luz azul emitida por estos dispositivos.

¿Cómo mejorar el sueño en Navidad?

A pesar de que la Navidad puede traer consigo una serie de factores que afectan el sueño, hay varias estrategias que pueden ayudar a mejorar la calidad del descanso durante estas fechas:

  • Mantener una rutina de sueño regular: Intenta mantener los horarios de acostarte y levantarte lo más consistentes posible, incluso durante las vacaciones.
  • Evitar comidas copiosas y alcohol antes de acostarse: Trata de cenar de forma ligera y no consumir alcohol en exceso en las horas previas al sueño.
  • Realizar actividad física: Aun durante las vacaciones, intenta incorporar ejercicio físico moderado durante el día para ayudar a tu cuerpo a relajarse por la noche.
  • Crear un ambiente relajante: Asegúrate de que tu espacio de descanso sea cómodo, oscuro y silencioso. Si es necesario, usa tapones para los oídos o una máscara para los ojos.
  • Limitar los estímulos antes de acostarse: Reduce el uso de dispositivos electrónicos y baja la intensidad de las luces al menos una hora antes de dormir.
  • Practicar técnicas de relajación: La meditación, la lectura o tomar un baño caliente pueden ayudarte a calmar tu mente y preparar tu cuerpo para el sueño.

Conclusión

La Navidad puede ser una época de mucha diversión y alegría, pero también puede alterar nuestros hábitos de sueño debido al estrés, la interrupción de las rutinas, la comida y la bebida en exceso, y la sobrecarga de estímulos. Para disfrutar de unas fiestas más relajadas y descansar mejor, es fundamental prestar atención a las necesidades de nuestro cuerpo y adoptar hábitos saludables que nos ayuden a mantener la calidad del sueño.

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