Cultura
Paz Castelló, escritora: «Las mejores historias están ahí fuera, en la calle, solo hay que saber descubrirlas»
Publicado
hace 4 añosen

Camila y Nora son dos mujeres muy diferentes, pero tienen algo en común: a las dos las utilizaron los hombres de su pasado y ahora no tienen miedo a enfrentarse a ellos.
Camila es ese tipo de mujer que no sabe lo fuerte que es hasta que tiene que ponerse a prueba a sí misma. Sin embargo, todo cambia el día que decide separarse de su marido y llega a sus manos el acuerdo de divorcio sospechosamente ventajoso para ella. Mientras investiga sobre las intenciones ocultas de su expareja, conoce a Nora, una joven estudiante que lleva años guardando un secreto y llega a Alicante en busca venganza. La especial relación que surge entre ellas revolucionará sus vidas.
‘Ninguna de nosotras tendrá compasión’ (Ed. B) es la última obra de Paz Castelló. Novela negra que respira sensualidad en cada página y en la que sus protagonistas se verán envueltas en una red de mentiras, estafas y amenazas que les demostrará su fortaleza.
Si miramos en la Wikipedia descubrimos que Paz Castelló Alberola es una escritora y periodista alicantina, licenciada en Derecho, ganadora en el año 2018, del Galardón Letras del Mediterráneo en la modalidad de Narrativa, con su novela, ‘Dieciocho meses y un día’.
Pero hay otras muchas cosas sobre ella que no vienen en la wikipedia. Por eso Official Press ha hablado con ella, para descubrir más sobre su obra, sobre el misterioso mundo de la novela negra y muchas otras cosas que deberás descubrir en esta entrevista.
#Entrevista OP a Paz Castelló
– ¿En qué se inspira Paz Castelló a la hora de escribir?
Tengo una mirada inquieta y crítica del mundo. La vida cotidiana puede resultar muy inspiradora, tanto en tramas como en personajes si sabes mirarla de la forma adecuada. Las mejores historias están ahí fuera, en la calle, solo hay que saber descubrirlas porque, a menudo, nos pasan desapercibidas. Mi carácter observador y meticuloso, me ayuda mucho en la labor de analizar el día a día. Proceso la realidad en modo escritora y siempre estoy atenta a esos detalles que la vida nos ofrece para crear una buena historia o un personaje carismático.
–Después de cuatro novelas llega ‘Ninguna de nosotras tendrá compasión’
Dicen que no hay quinto malo y me gusta pensar que así es con respecto a esta historia que es muy potente y cautivadora al mismo tiempo. La voz de dos mujeres diferentes, Camila y Nora, que entablan una relación y que deciden tomar las riendas de su vida a través de una venganza, es una narración en la que muchos lectores van a quedar atrapados. A las dos les han hecho daño los hombres de su vida y deciden que tienen que hacer algo al respecto. Misterio y sensualidad a partes iguales. Creo que esta quinta novela es muy madura y elaborada. Mantiene el equilibrio perfecto entre erotismo y perversión. Un thriller psicológico que me resultó apasionante escribir y que está gustando mucho. Hemos alcanzado la segunda edición en un solo mes.
–Si tuvieras delante a un futuro lector qué le dirías para que se leyera tu novela
Que es una novela atrevida, fuerte y emotiva al mismo tiempo. Si ese lector busca una historia que le quite el sueño, que le ponga los pelos de punta, que le excite y que le dé pena terminar porque le haya secuestrado, ‘Ninguna de nosotras tendrá compasión’ (Ed. B) es sin duda esa historia.
–Tus tramas transcurren en la Comunitat Valenciana, a diferencia de otros escritores que las ubican en Madrid, Barcelona, Londres, Nueva York…
‘Ninguna de nosotras tendrá compasión’ transcurre en Alicante como escenario principal, pero hay otros muchos. Manhattan, Barcelona, Oviedo, Lugones, por ejemplo.
‘La llave 104’ también transcurre en un pueblo imaginario de la costa levantina, pero la infancia de la protagonista se desarrolla en Cachorrilla, un diminuto pueblo extremeño.
‘Dieciocho meses y un día’, novela premiada por la Diputación de Castellón, se centra en Peñíscola porque era un requisito para poder optar al premio, que la localización fuera castellonense. Pero la protagonista es de origen madrileño. En realidad, me gusta jugar con diferentes localizaciones, aunque siempre tenga como referencia, de alguna manera, la Comunidad Valenciana. Es bonito que se conozca mi tierra a través de mis libros.
–Te sueles mover en el misterio, suspense y la novela negra. ¿Te consideras una autora de «domestic noir»?
Entiendo que ahora vivimos en un momento en el que parece que es necesario ponerle etiquetas a todo y que hay que encajar a la perfección en una categoría. Creo más en la transversalidad. Pero, como yo escribo thriller psicológico cuyos acontecimientos les ocurren a personas convencionales, como tú y como yo, sin investigaciones policiales como columna vertebral, sino que, más bien, son los propios personajes cotidianos los que escudriñan en la trama, podríamos decir que, efectivamente, soy una autora “domestic noir”.
–¿Qué lee Paz Castelló?
No todo lo que me gustaría por cuestión de tiempo, pero procuro estar al día de todo cuanto se publica respecto al género que trabajo. El misterio me fascina, pero también dejo un hueco para la poesía y libros que me ayudan a documentarme sobre los temas que trato, sobre todo de psicología criminal.
–Compaginas la escritura con tu trabajo como periodista. ¿Alguna vez te ha inspirado alguna noticia para iniciar la trama de una novela?
Todas mis novelas nacen de mi experiencia como periodista. Siempre he pensado que la literatura es una herramienta perfecta para ahondar en aquellos temas que, como periodista, no puedes. El periodismo es objetividad y la literatura te permite ser subjetiva, a través de los distintos personajes. La corrupción política, el fútbol y sus negocios turbios, los malos tratos o el feminismo son, sin duda, temas que están a diario en las noticias. Ahora también están en mis novelas.
–Como periodista estarás acostumbrada a leer noticias de todo tipo ¿La realidad supera a la ficción?
Siempre. Muchas veces veo noticias en los informativos que si fueran inventadas por un escritor y las leyéramos en un libro, diríamos que resultan inverosímiles, poco creíbles.
–¿Cuáles son tus referentes literarios?
De niña me marcaron mucho Agatha Christie, Gloria Fuertes, Federico García Lorca, Henry Miller o Pearl S. Buck, entre otros muchos.
–Tu siguiente novela será sobre…
Me vas a permitir que no revele el tema. Sí te diré que sigo en la línea de tratar asuntos de interés social, de esos que aparecen en las noticias.
–¿Has pensado en escribir una trama con la pandemia como fondo?
En absoluto. No me resulta nada inspiradora. Tal vez dentro de varias décadas. Personalmente necesito tiempo para que todo lo ocurrido repose. Desde el punto de vista creativo no es un tema que encuentre estimulante.
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Cultura
Muere a los 47 años el valenciano Azuquita, creador del Rumbakalao e icono de la Ruta del Bacalao
Publicado
hace 3 horasen
7 septiembre, 2025
El mundo de la música en España llora la pérdida de Pedro Bermúdez, conocido artísticamente como Azuquita, fallecido a los 47 años en Palma de Mallorca, ciudad en la que residía en los últimos años. La noticia fue confirmada por la prensa balear en la mañana del sábado 6 de septiembre de 2025 y rápidamente se difundió entre seguidores y compañeros de profesión.
Azuquita deja tras de sí un legado musical muy singular, marcado por la creación del Rumbakalao, un estilo híbrido que en los años 90 unió la rumba con los sonidos electrónicos de la mítica Ruta del Bacalao. Con esta fusión, el artista valenciano alcanzó una gran popularidad y se convirtió en uno de los nombres propios de aquella época.
El origen del Rumbakalao: la rumba se cruza con la Ruta del Bacalao
En plena efervescencia de la Ruta del Bacalao, un movimiento musical y cultural que marcó la Comunitat Valenciana y se extendió por toda España en los 80 y 90, surgió la figura de Azuquita. Mientras los clubes de Valencia y alrededores vibraban con el techno, el dance y el house, él apostó por un camino alternativo: versionar los grandes éxitos de la música de discoteca desde un prisma rumbero.
Ese experimento dio lugar al Rumbakalao, un género propio que unía el ritmo festivo y cercano de la rumba con la energía electrónica que dominaba las pistas de baile. Fue en 1993, con apenas 17 años, cuando Azuquita saltó a la fama al versionar “Así me gusta a mí” de Chimo Bayo, uno de los himnos indiscutibles de la Ruta. Su propuesta sorprendió y conectó con un público que buscaba nuevas formas de vivir la música.
Azuquita, un artista que rompió moldes en los 90
Con su estilo desenfadado, su humor característico y una personalidad cercana, Azuquita logró hacerse un hueco en la escena musical de los 90. Sus versiones convertían los éxitos electrónicos en temas que podían sonar tanto en una discoteca como en una verbena popular, lo que ampliaba enormemente su público.
Durante esa década lanzó tres discos:
-
Rumbakalao (1994)
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Escucha que te digo (1995)
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Sinelo Kalo (1997)
Cada uno de estos álbumes reforzaba su propuesta musical y consolidaba su imagen de artista rompedor. Su voz y su particular manera de interpretar canciones lo convirtieron en un referente de un estilo único que, aunque surgido en un contexto muy concreto, sigue siendo recordado por quienes vivieron aquella época.
La Ruta del Bacalao: un fenómeno cultural más allá de la música
Para entender la relevancia de Azuquita, es necesario recordar lo que supuso la Ruta del Bacalao. Más que un movimiento musical, fue una auténtica revolución cultural en la Comunitat Valenciana que tuvo su epicentro en discotecas míticas como Barraca, Spook, Puzzle o ACTV. Allí sonaban sesiones maratonianas de música electrónica que marcaron a toda una generación.
En ese ambiente dominado por el techno y el dance, irrumpió Azuquita con un toque inesperado: fusionar ese sonido de club con la rumba valenciana. Su propuesta, lejos de pasar desapercibida, ofreció un soplo de aire fresco y demostró que la Ruta también podía reinterpretarse desde otros estilos.
El Rumbakalao se convirtió así en un símbolo paralelo al fenómeno de la Ruta, con un aire más desenfadado y popular, que lo acercaba tanto a la cultura de la calle como a la de las discotecas.
Colaboraciones y proyección internacional
Aunque su época dorada estuvo en los 90, Azuquita no se quedó anclado en el pasado. Ya en los 2000, participó en proyectos que le llevaron más allá de España. Una de las colaboraciones más destacadas fue con el alemán Matthias Reim, lo que le permitió acercarse al público centroeuropeo.
Su versatilidad musical y su capacidad para adaptarse a diferentes estilos lo convirtieron en un artista querido dentro y fuera de la Comunitat Valenciana.
Azuquita y Los Rumba Kings: su etapa más reciente
En los últimos años, Azuquita formaba parte de Los Rumba Kings, un grupo que mantenía vivo el espíritu de la rumba española y con el que continuaba actuando en fiestas, conciertos y festivales. Desde Mallorca, su lugar de residencia, seguía compartiendo música y demostrando que su pasión por el escenario permanecía intacta.
Para sus seguidores, cada actuación era un viaje en el tiempo que recordaba la frescura de los años 90 y la época dorada del Rumbakalao.
El legado de Azuquita en la memoria musical valenciana
La muerte de Azuquita supone un golpe para quienes vivieron la Ruta del Bacalao y para los amantes de la música fusión en España. Su aportación fue única: logró unir dos mundos aparentemente opuestos, la rumba y la música electrónica, en un género propio que hoy sigue siendo recordado como una seña de identidad de los 90.
Además de su música, queda en el recuerdo su carácter alegre y su humor, que transmitía tanto en entrevistas como sobre el escenario. Su figura forma parte de la memoria colectiva de una generación que bailó sus versiones en discotecas, verbenas y fiestas populares.
La Ruta del Bacalao como patrimonio cultural
Hoy, con el paso del tiempo, la Ruta del Bacalao se reivindica como un fenómeno cultural que fue mucho más que ocio nocturno. Supuso un laboratorio musical, artístico y social que influyó en la música electrónica en España y dejó huella en generaciones posteriores.
En este contexto, artistas como Azuquita ayudaron a ampliar las fronteras de lo que podía ser la Ruta, demostrando que la innovación también cabía dentro de un movimiento ya de por sí experimental.
Un adiós con sabor a nostalgia
El fallecimiento de Azuquita a los 47 años deja un vacío en la música valenciana y en la historia reciente de la cultura popular española. Sus discos, sus versiones rumberas de clásicos de la Ruta del Bacalao y su papel en Los Rumba Kings forman parte de un legado que seguirá vivo en la memoria de sus seguidores.
En un momento en que se recupera la memoria de la Ruta y se organizan homenajes a aquel movimiento, la figura de Azuquita resurge como la de un artista que se atrevió a mezclar mundos y consiguió crear algo nuevo. Su Rumbakalao siempre será recordado como un sonido propio de los 90, un símbolo de una época irrepetible.
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