Luis Soler y Andrea, Supervivientes de la DANA en Paiporta: Una Historia de Coraje y Resiliencia
Luis Soler y su esposa Andrea, de 34 y 32 años, vivieron el pasado martes uno de los momentos más aterradores de sus vidas. En Paiporta, un «auténtico río» de agua y lodo arrasó la localidad valenciana sin previo aviso, poniendo en riesgo la vida de cientos de vecinos, incluidos Luis y Andrea. Su historia de supervivencia en estos treinta minutos de terror es un testimonio de coraje, del apoyo entre vecinos y de la pericia para enfrentarse a una situación extrema.
Luis, quien se recupera de una reciente operación de espalda, relata que tanto él como su mujer “volvieron a nacer” ese día. Las condiciones les exigieron superar obstáculos imposibles y el azar jugó un papel crucial: “Asumí que íbamos a morir», confiesa, recordando la fuerza incontrolable del agua y cómo él, pese a su reciente operación, logró trepar y sostenerse en medio del caos.
Un Escape Heroico y un Vecino Desconocido Que Les Salvó la Vida
Aquella tarde, en el chat de la comunidad, se sugirió que los vecinos movieran sus coches ante el riesgo de inundación. Aunque Luis se aventuró al garaje con Andrea, en un principio todo parecía estar bajo control. Pero minutos después, la situación empeoró drásticamente, y al intentar sacar su coche, una fuerte corriente de agua ya les alcanzaba. Decidieron subir al capó para evitar ser arrastrados, pero al ver a personas sucumbiendo ante el agua, temieron lo peor.
En medio de esa desesperación, un hombre que intentaba sobrevivir a la misma corriente se aferró a Luis en busca de apoyo, pero la fuerza del agua era insostenible. “Ese hombre está muerto, seguro. No se me olvida su cara”, lamenta Luis.
Mientras el agua seguía subiendo, Luis y Andrea se aferraron a unos palés de cemento de una construcción cercana, aunque el agua movía todo a su paso. Allí lograron un breve respiro, rodeados por otros vecinos y apoyados por la comunidad, que les arrojaba ropa para resguardarse del frío. Pero pronto los palés también comenzaron a moverse y se vieron forzados a saltar nuevamente en busca de otra estructura a la que aferrarse.
La Resiliencia en el Peor Momento
Cuando el agua ya les llegaba al cuello, Luis y Andrea decidieron cruzar la calle abrazados para resistir la corriente, avanzando con dificultad mientras observaban a su alrededor la devastación: coches taponando accesos, vecinos desesperados, y edificios inundados. En el trayecto encontraron refugio en la entrada de una comunidad, donde un vecino les abrió las puertas y les permitió entrar, protegiéndolos del flujo de agua incesante.
Ya en su domicilio, Luis y Andrea agradecen la valentía de ese vecino y la ayuda de Raúl y Mar, quienes les acogieron en su hogar para que pudieran recuperarse. “Contra todo pronóstico, estamos vivos, pero este desastre ha arrasado con todo”, afirma Luis. La comunidad de Paiporta ha sufrido pérdidas incalculables: negocios destruidos, centros de salud y supermercados en ruinas, y hogares que ya no existen.
Un Llamado a la Prevención y Seguridad
A pesar de haber sobrevivido, Luis no puede evitar señalar la falta de alerta y prevención. “Esto se podía haber evitado”, lamenta. En Paiporta, la DANA no solo arrasó estructuras, sino que dejó un sentimiento de vulnerabilidad y una necesidad urgente de preparación y advertencia en eventos climáticos de esta magnitud.
Esta experiencia vivida por Luis y Andrea es un recordatorio del poder de la naturaleza y la importancia de la preparación ante catástrofes. Hoy, se consideran sobrevivientes de una tragedia que ha cambiado sus vidas y la de toda una comunidad.
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