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Así ha sido el polémico discurso de Anil Murthy

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El Valencia denuncia amenazas de muerte contra Murthy

Discurso de Anil Murthy en la Junta General Ordinaria de Accionistas Valencia Club de Fútbol, S.A.D.

Me siento honrado por haber sido propuesto como presidente por Peter Lim y de representar a Meriton en la Asamblea Anual de Accionistas.

Vamos a proteger a este club para volver a tener éxitos deportivos. Vamos a proteger a nuestros jugadores para que puedan estar centrados en el fútbol.

Vamos a proteger a la inmensa mayoría de aficionados que quieren apoyar a su equipo.

Vamos a proteger a las familias que quieren asistir a los partidos en un Mestalla seguro.

Cuando nos dimos cuenta de que el 60 por ciento de las entradas para el derbi con el Levante estaban pre-reservadas para dos grupos y aficionados estaban haciendo cola durante tres horas bajo un sol ardiente por los asientos restantes, actuamos en interés de los aficionados.

Actuamos para detener la reventa y organizar la venta online con la misma preferencia para todos los abonados.

Actuamos para eliminar los privilegios y dar un trato igualitario.

Cuando la mayoría de los aficionados pidió una relación directa con el Club, abrimos un Área Afición cuyo único objetivo es construir una relación fuerte y directa con cada aficionado individual.

Hemos actuado para eliminar la violencia de Mestalla, para que las familias y otros aficionados se sientan seguros.

Hoy estamos actuando para parar a los ‘falsos aficionados’, cuya intención es dañar al Club y vender noticias falsas a nuestros verdaderos seguidores. Sabemos quiénes son los verdaderos aficionados. No son los tipos que afirman proteger el Club y, por el contrario, apedrean el autobús del equipo y amenazan a los jugadores.

Echen un vistazo a las pantallas. Y díganme si los aficionados reales le harían esto a nuestros jugadores, que han luchado por el Club y sus seguidores. Nuestros jugadores son como soldados que luchan por el Club. No matas a tus soldados que han peleado en la guerra y han perdido. Deberíamos alentarlos y apoyarlos para que peleen nuevamente. Están haciendo lo que nosotros no podemos hacer por el Club. Muchos de los jugadores en el autobús en ese vergonzoso día en diciembre pasado todavía están en el equipo y lo están haciendo muy bien.

Soy padre de tres hijos. Ellos disfrutan viendo al Valencia jugar y están orgullosos de ponerse esta camiseta. Muchos padres quieren llegar a sus hijos a Mestalla y enseñarles los valores correctos. Estos tipos violentos están arrebatando a los valencianistas ese derecho fundamental.

¿Cómo explico a mis hijos pequeños por qué algunos aficionados del Valencia son violentos y están furiosos contra su propio club y su equipo? ¿Cómo les explico que la gente me ha dicho que eso es parte del fútbol en Valencia?

Les he dicho claramente que son ‘falsos aficionados’. Toda la gente violenta en el fútbol son falsos aficionados. El fútbol no solo no les necesita sino que debería erradicarlos para siempre.

Nunca toleraremos los ataques contra el Club, sus jugadores, su reputación, por parte de estos ‘falsos aficionados’.

Esto me hace remontarme a hace tres temporadas, cuando Meriton salvó al Valencia CF de la bancarrota. Peter Lim ha invertido más de 200 millones de euros de su propio dinero en este club. Nunca en la historia de este club o en el fútbol español una persona invirtió algo parecido a esto.

Desde la compra de la entidad y especialmente en las dos últimas temporadas, algunos aficionados, accionistas, periodistas y demás han lanzado comentarios racistas, insultos y abusos hacia Peter Lim y Meriton. Que el grupo de Singapur debería marcharse y que ha dañado la imagen y la historia del Valencia CF. Que Meriton no tiene el «sentimiento» valenciano para que este club tenga éxito.

El sentimiento no salvó a este Club. Fue dinero contante y sonante el que impidió que el Club desapareciera a finales de 2014. Nadie en Valencia dio un paso adelante para salvar su propio club.

En 2009, muchos de ustedes, buenos valencianistas, se ofrecieron para salvar a este club durante la ampliación de capital. Ustedes y sus familias renuevan sus pases de temporada durante generaciones apoyando a su club.

Sin embargo, también algunos valencianos han engañado y decepcionado a estos verdaderos valencianistas, a menudo por un beneficio personal, a menudo por dinero, pero sin duda con la intención de beneficiar a un círculo muy cerrado de personas. Como decía el famoso locutor, “no vinieron a servir sino a servirse”. La mayor parte de la gente, especialmente los aficionados, lo sufrieron. El Valencia CF casi se muere. O casi lo matan.

No es necesario examinar con una mente despierta dónde estaba este Club y quién realmente le hizo daño a la entidad antes de que Meriton llegara. Está muy claro y un ejemplo se está viendo abiertamente hoy en día. No mencionaré nombres.

En primer lugar, el club había acumulado deudas enormes y se estaba hundiendo. Ni siquiera podía pagar los salarios. Esto se había estado acumulando durante varios años y se había acelerado tras la crisis económica de 2008.

En segundo lugar, debido al ego de un presidente y de todas las personas relacionadas con él, se inició un nuevo proyecto de estadio. Esta fue una de las razones principales por las que este Club estuvo a punto de declararse en quiebra. Esto ha estado estancado durante tantos años. Una gran espina en la ciudad de Valencia. El proyecto Porxinos fue otro gran compromiso inmobiliario del Club que ahora está causando grandes problemas. En tercer lugar, se han acumulado una serie de casos legales contra el Club, que vienen de gestiones anteriores. En cuarto lugar, el Club no había obtenido las licencias de funcionamiento adecuadas para funcionar legalmente.

Todo esto le ha sido impuesto a Meriton. Un resultado de malas gestiones y errores graves. Durante décadas. Algunas de las mismas personas responsables de esta mala administración hablaron en contra de Meriton afirmando proteger al club.

Nosotros sí que vamos a hacer frente a los problemas heredados. Defenderemos a este club contra demandas injustas cuyo único objetivo es debilitar a la entidad y buscar su propio beneficio. Tenemos muy claro que somos los únicos que lo vamos a hacer. No podemos permitir que estos problemas disminuyan nuestro rendimiento deportivo y que, potencialmente, lo hagan fracasar.

En el área deportiva, seleccionamos a Mateu Alemany y a continuación a Marcelino, dos grandes profesionales del fútbol español, para hacer grandes cambios en el aspecto deportivo.

Después del mercado de verano, se sacó a catorce jugadores del equipo. Y trajimos sólidos refuerzos. Peter Lim participó activamente en el mercado y obtuvo la cesión de Guedes desde el PSG.

Vamos a fortalecer la Academia para garantizar que los jóvenes talentos no le sean arrebatados al primer equipo. Sabemos que cada año el mercado va a ser más difícil. Este año, hemos tomado riesgos financieros calculados para cambiar la plantilla. Y está funcionando.

Otra área importante en la que el Club ha estado trabajando duro es su relación con sus aficionados. Sabemos que hay una base muchísimo más grande de aficionados reales. Pueden llamarse la mayoría silenciosa. Necesitamos construir una relación renovada y mejor entre el club y esta gran base de seguidores. El Club va a hablar directamente con cada uno de estos seguidores y los va a conocer bien. Vamos a luchar contra los aficionados falsos que les venden mentiras.

Es por este motivo que estamos reduciendo los intermediarios. No más intermediarios tratando de controlar la relación entre los aficionados y el Club. La mayoría de los seguidores quiere una relación directa y estamos en ello.

Para el nuevo proyecto del estadio, hemos empezado a negociar las licencias con las autoridades locales. Muchos aficionados han comentado que prefieren quedarse en Mestalla. Es cierto que Mestalla es un gran estadio con mucha historia. La capacidad actual es suficiente y la experiencia para los aficionados es excelente. Es un verdadero desafío reemplazar a Mestalla.

Sin embargo, el Club tiene obligaciones y hemos comenzado las negociaciones con el objetivo de cumplir con los plazos estipulados. Estas obligaciones se toman en serio por parte de Meriton a pesar de que este proyecto existe desde hace más de diez años. Percibimos la ansiedad de los aficionados que se preguntan si después de más de diez años el Club tomará una decisión y se mudará. Han pasado por tantas propuestas y promesas diferentes. Y están decepcionados.

Hoy el Valencia CF es segundo clasificado después de 11 partidos. Nunca en su historia el Valencia CF anotó tantos goles y acumuló tantos puntos después de 11 partidos.

Valencia está feliz porque el equipo está bien. Mateu, Marcelino y su equipo han hecho un trabajo increíble al hacer de este equipo un equipo serio. Los jugadores, algunos de los cuales han estado con el equipo durante varios años, están comprometidos y quieren pelear por este Club. Aplaudimos a Mateu, a Marcelino y a los jugadores por lo que han hecho.

Nunca olvidaremos a nuestros amigos que nos han apoyado. Ellos saben que Meriton salvó este Club y aprecian que el Club haya sido gestionado con honestidad, por un cambio. Siempre recordaremos a aquellos que se volvieron contra nosotros pensando que podrían debilitarnos. Por el contrario, los ataques a Meriton nos han hecho más fuertes y mejor preparados.

Para concluir, me gustaría recordarles a todos que Peter Lim es propietario de Meriton y Meriton controla el Valencia CF. El objetivo de Meriton es asegurarse de que el Club y sus verdaderos aficionados estén unidos y protegidos. Y juntos respaldamos al entrenador y a su equipo.

https://soundcloud.com/valencia-cf/10-11-2017-discurs-danil-murthy-en-la-junta-general-daccionistes

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Javi Guerra, 27-04-2023: radiografía de un gol que cambió el rumbo del Valencia

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Javi Guerra
La piña de compañeros, segundos después de haber marcado su celebrado tanto. EFE/ Kai Försterling/ARCHIVO

Nacho Herrero

València, 26 abr (OFFICIAL PRESS- EFE).- A las 21.25 del jueves 27 de abril de 2023, este sábado hace un año, Javi Guerra hizo estallar Mestalla con un gol en el descuento ante el Valladolid que sacó al Valencia del descenso y que en el imaginario colectivo del club ha quedado como punto de inflexión hacia una agónica salvación.

Cuando aquella tarde el autobús de la plantilla llegó a Mestalla sobre las 17.30, dos horas antes del choque de la jornada 31, le recibieron cientos de seguidores en la Avenida de Suecia, muchos de ellos jóvenes dada a hora.

Guerra, que tenía 19 años y cumplió 20 dieciséis días después, tenía sus cosas preparadas en el vestuario entre las de Alberto Marí y Jaume Doménech. No era una taquilla personalizada con su foto porque entonces tenía ficha del filial.

De hecho, llegaba con un escueto bagaje de 68 minutos en Primera que había conseguido en los anteriores once días y que se dividía entre los 18 en la derrota por 0-2 ante el Sevilla, incluidos ocho de descuento, y los 50, con cinco de prolongación y mucho más felices, del domingo anterior en Elche, donde hubo un desplazamiento masivo de aficionados.

Pese al 0-2 del Martínez Valero, el Valencia era decimoctavo, antepenúltimo, con 30 puntos, los mismos que el Almería, que era cuarto por la cola y que el día antes había aumentado la presión sobre los de Rubén Baraja al ganar en Getafe.

Aquella tarde, la angustia se disparó en Mestalla entre las 19.35 y las 20.43. Fueron casi setenta minutos en los que se asomó al abismo del descenso. A los seis de empezar el partido, un error de Mouctar Diakhaby en un control permitió a Cyle Larin adelantar al Valladolid. Cuarenta minutos después, Javi Puado marcó para el Espanyol en Vila-real. El equipo ‘perico’, que tenía 28 puntos, estuvo virtualmente durante media hora, con 31 y dejaba al Valencia penúltimo.

Antes de las 21 horas, la historia empezó a cambiar en los dos escenarios. Entre las 20.44 y las 20.54, Étienne Capoue y Dani Parejo le dieron la vuelta al marcador en La Cerámica. Sobre las 20.52 Mestalla había vivido su primera explosión de júbilo. Diakhaby remató un córner de cabeza sin aparente peligro pero el portero Jordi Masip, en otro error mayúsculo, pensó que iba fuera y dejó pasar el balón a su red.

Guerra lo vio desde el banquillo y saltó como un resorte. Se abrazó a Cenk Özkacar y a Marí, al que tenía a su izquierda en el banquillo tras haber salido a calentar su primer ‘vecino’, Diego López. En el asiento de la derecha tenía a Cristhian Mosquera.

Ese día acudieron a Mestalla 42.217 espectadores y un invitado: Kily González. El argentino había jugao su último partido oficial en Mestalla veinte años antes, cuando Guerra acababa de nacer. En verdad, los 27 de abril ya se veneraban en Mestalla antes del gol de Guerra y en parte era por él.

Aquel día pero en 2002, el Valencia recibió al Espanyol en la jornada 36. El equipo perico se adelantó, Amadeo Carboni fue expulsado y el sueño del título se esfumaba. Rafa Benítez dio entrada al Kily en el 66 y en el 78 el Valencia había enloquecido Mestalla con una remontada con dos asistencias suyas a Baraja. Ocho días después, el club conquistó la Liga tras más de treinta años de sequía.

De nuevo en 2023, pese a que el Espanyol ya perdía en Vila-real y el Valencia había recuperado un punto, el empate era poco consuelo. Se quedaba con 31 puntos, empatado con el Getafe en la frontera del descenso y ni eso parecía seguro. El Valladolid, inmerso también en la batalla por la permanencia, buscaba el triunfo e Iván Fresnada estrelló en el larguero el 1-2.

En el minuto 83, Baraja hizo entrar a Diego López y a Ilaix Moriba. En ese momento mandó a Guerra a calentar, al parecer, más por precaución que por otra cosa, porque la activación previa suele ser mucho más larga. Pero André Almeida estaba muy fatigado.

Guerra no estuvo en la banda ni cuatro minutos e incluso su calentamiento ‘exprés’ fue algo más largo porque Baraja le tuvo que llamar dos veces. Cuando el reloj marcaba 86 minutos y 57 segundos, su primera señal para que regresara y saliera confundió al jugador. Veinticinco segundos después, contrariado, tuvo que repetir la llamada para poder sustituir al luso.

El joven llegó a la carrera y se puso la camiseta que ahora guarda en su casa de Gilet y que colgaba de su silla con el número 36, el que se le asignó en pretemporada. No fue Baraja, con el que apenas intercambió un par de palabras, sino su ayudante, Toni Seligrat, quien le dio indicaciones.

Finalmente, entró en el minuto 88 y 35 segundos y participó en tres acciones antes de la jugada decisiva. En ella, frenó un contragolpe pucelano al interceptar un pase de Robert Kennedy y soltó a Ilaix un balón que pasó por Diego López y de nuevo por Moriba antes de regresar a sus pies.

Controló la pelota con el izquierdo y con el primer toque con el derecho dejó atrás a Óscar Plano; con el segundo y el tercero avanzó y retomó la zurda para disparar desde la cruceta de la línea del área con su corona. Su trallazo cruzado pasó juntó a Joaquín Fernández y entró por el palo más alejado de Masip. Era el minuto 92 y 9 segundos y llevaba apenas 214 segundos en el campo.

Como veintiún años antes hiciera Baraja tras marcar contra el Espanyol en esa misma portería del fondo norte, Guerra abrió los brazos cuando vio la pelota en la red. Como le pasó al vallisoletano, la inercia de la diagonal que había trazado le llevó al córner más cercano a la tribuna. Ambos goles comparten lugar de celebración y piña colectiva.

Guerra, algo incrédulo, se giró a mitad de su carrera. El primero que le alcanzó fue el capitán José Luis Gayà pero pronto llegaron otros, incluso el portero Giorgi Mamardashvili, que se recorrió todo el campo. Mestalla había explotado y los vídeos y las fotografías muestran euforia, liberación y algún torrente de lágrimas incontrolable.

Sobre la bocina del minuto 95, sin añadir más de los cinco minutos previstos, José Luis Munuera Montero, señaló el final. Sus tres pitidos pillaron a Guerra en el medio campo y Toni Lato y Hugo Duro se lanzaron a abrazarle. De ahí fueron todos al fondo sur a agradecer el apoyo de la Grada de Animación.

Fue entonces cuando se le avisó de que era el elegido para la ‘Flash Interview’ de la televisión con derechos. “Me la ha dado Ilaix y tampoco veía un pase claro. He amagado, me he ido del defensor que tenía y me dio por tirar”, explicaba.

Esa temporada Guerra había acumulado 2164 minutos en Primera RFEF con un único gol, ante el Espanyol B. Tampoco había visto puerta ante el Sevilla y el Elche ni, al parecer, apenas en Paterna. “Javi Guerra no ha metido un gol en un entrenamiento, os lo juro”, escribió jocoso esa noche Hugo Duro en las redes sociales.

Antes de retirarse al vestuario, Guerra abrazó a sus padres y a su abuelo que le esperaban en la grada más cercana al túnel. Con el anciano empezó a jugar al fútbol en el jardín de una urbanización de Canet entre dos árboles, y era él quien le llevaba en tren a Vila-real, puesto que se formó en la cantera ‘grogueta’ hasta 2019.

Tras un nuevo estallido de alegría en el vestuario, regresó al césped. Era de los que menos había jugado y tuvo que hacer el ‘compensatorio’, un suave entrenamiento, ya con las gradas vacías.

Baraja había llegado a la sala de prensa y desde allí le recomendó que apagara el móvil, se fuera a casa y le diera un abrazo a sus padres. No le hizo caso y salió a cenar con sus amigos, que le esperaban en la Avenida de Suecia, donde cinco horas antes había comenzado todo.

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