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El Valencia sorprende en el Sánchez-Pizjuán a un Sevilla que acabó con diez (1-2)

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SEVILLA-VALENCIA CF
Los jugadores del Valencia celebran el segundo gol ante el Sevilla, durante el partido de LaLiga disputado este viernes en el estadio Sánchez Pizjuán, en Sevilla. EFE/José Manuel Vidal

Antonio Gutiérrez

Sevilla, 11 ago (OFFICIAL PRESS-EFE).- Un gol de Javi Guerra en el minuto 88 (1-2) le dio este viernes la victoria al Valencia en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán cuando el Sevilla ya jugaba con diez jugadores por la expulsión poco antes del central francés Loïc Badé, con lo que el equipo de Rubén Baraja suma sus primeros tres puntos en LaLiga y deja frenado al del José Luis Mendilibar.

Los sevillistas, que no tienen mucho tiempo para lamentaciones, ya que el próximo miércoles juegan en Atenas la Supercopa de Europa ante el Manchester City, nunca estuvieron cómodos y empezaron con un 0-1 a la hora gracias a Diakhaby, empataron nueve minutos después con el tanto de En-Nesyri y volvieron a ser superados con el de Javi Guerra.

Sevilla-Valencia CF

El entrenador del conjunto andaluz debió pensar que lo que bien acabó la pasada temporada, con un título continental como la Liga Europa, debía tener continuidad en ésta y así dispuso de un equipo titular que fue base en el pasado ejercicio para el técnico vizcaíno.

Sin ninguno de los tres refuerzos hechos este verano estuvo en el once inicial, los locales se midieron a un rival con una plantilla muy renovada, pero sobre todo por las numerosas salidas, ya que su entrenador sí que hizo debutar en LaLiga al único fichaje hecho por ahora por su club, el del centrocampista procedente del Levante José Luis García Vayá, quien precisamente este viernes cumplía 25 años.

Los visitantes quisieron mostrar desde el arranque que se presentaban en el Sánchez-Pizjuán sin complejos, queriendo el balón y con ganas de que su rival no le atosigara en ese previsible empuje inicial de los equipos de casa.

Lo intentó el Sevilla, primero con una llegada por la derecha del argentino Erik Lamela que no acabó en las botas del punta marroquí Youssef En-Nesyri y poco después con un remate que se le fue alto al argentino Marcos Acuña, pero pronto también respondió en una contra para el Valencia Diego López con un disparo que se le fue desviado.

Le costó a la formación andaluza tomar el control en el centro del campo y que sus jugadores creadores, como el croata Iván Rakitic y Suso Fernández, dieran juego al ataque, mientras que a los levantinos le bastó tapar huecos en esa zona a la espera de que el rival le diera sus opciones.

Hubo a la media hora una pausa de hidratación que sirvió a los técnicos para corregir cosas y dar nuevas instrucciones y pareció que fueron las de Rubén Baraja las que mas se notaron sobre el terreno, hasta el punto de que otra vez Diego López se puso de gol con el recurso de un taconazo.

Se jugó mas en el campo sevillista, con estos intentado el recurso de salir a la contra, como en una del argentino Lucas Ocampos, pero sin que ninguno de los equipos dieran la sensación de tenerlo claro ante las porterías.

En la segunda, los locales quisieron darle algo mas de ritmo al encuentro, sobre todo por el costado izquierdo con Acuña y Lamela, hasta que éste, que salía de una lesión, fue sustituido por Óliver Torres, instante en el que también se vio que el Valencia y a Hugo Duro haciendo intervenir con acierto al meta marroquí Yassine Bono.

El lance que solo fue el preludio del 0-1, que llegó a la hora de juego con el remate del guineano Mouctar Diakhaby, lo que pareció dejar noqueado a los locales, pero, ya con el canterano Juanlu y el refuerzo suizo Djibri Sow recién ingresados al campo, Suso Fernández sirvió un balón al área que no perdonó En-Nesyri nueve minutos después del tanto visitante.

Parecía que el tanto le iba a dar al Sevilla un impulso en el tramo final para irse por los tres puntos, pero en el minuto 81 se quedó con diez sobre el terreno al ser expulsado el central francés Loïc Badé por hacerle falta a Hugo Duro siendo el último defensor.

Eso rompió el partido y Javi Guerra en el minuto 88 puso el 1-2 ya definitivo, pese a que el partido tuvo una prolongación de once minutos, pero ese tiempo no fue suficiente para los locales y mas en inferioridad numérica.

– Ficha técnica:

1 – Sevilla: Bono; Jesús Navas (Juanlu, m.69), Badé, Gudelj, Acuña; Fernando (Sow, m.69), Rakitic; Lamela (Óliver Torres, m.56), Suso, Ocampos; y En-Nesyri (Gattoni, m.82).

2 – Valencia: Mamardashvili; Thierry, Gabriel Paulista, Diakhaby, Gayà (Jesús Vázquez, m.87); Pepelu, Cenk, Almeida (Javi Guerra, m.61), Fran Pérez (Foulquier, m.61); Hugo Duro y Diego López (Pablo Gozálbez, m.65).

Goles: 0-1, M.60: Diakhaby. 1-1, M.69: En-Nesyri. 1-2, M.88: Javi Guerra.

Árbitro: José María Sánchez Martínez (Comité Murciano). Expulsó al sevillista Badé con roja directa (m.81) por hacer falta a Hugo Duro siendo el último defensor. Además, amonestó a los visitantes Diakhaby (m.10) y Cenk (m.16) y a los locales Rakitic (m.14), Gudelj (m.44) y Acuña (m.97).

Incidencias: Partido de la primera jornada de LaLiga EA Sports disputado en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán ante 34.184 espectadores. El presidente del Sevilla, José Castro, entregó a Jesús Navas una escultura conmemorativa por la consecución con la selección española de la Liga de Naciones. Se guardó un minuto de silencio en memoria de todos los socios y exjugadores fallecidos la pasada temporada. El seleccionador nacional, Luis de la Fuente, presenció el partido en el campo sevillista.

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Javi Guerra, 27-04-2023: radiografía de un gol que cambió el rumbo del Valencia

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Javi Guerra
La piña de compañeros, segundos después de haber marcado su celebrado tanto. EFE/ Kai Försterling/ARCHIVO

Nacho Herrero

València, 26 abr (OFFICIAL PRESS- EFE).- A las 21.25 del jueves 27 de abril de 2023, este sábado hace un año, Javi Guerra hizo estallar Mestalla con un gol en el descuento ante el Valladolid que sacó al Valencia del descenso y que en el imaginario colectivo del club ha quedado como punto de inflexión hacia una agónica salvación.

Cuando aquella tarde el autobús de la plantilla llegó a Mestalla sobre las 17.30, dos horas antes del choque de la jornada 31, le recibieron cientos de seguidores en la Avenida de Suecia, muchos de ellos jóvenes dada a hora.

Guerra, que tenía 19 años y cumplió 20 dieciséis días después, tenía sus cosas preparadas en el vestuario entre las de Alberto Marí y Jaume Doménech. No era una taquilla personalizada con su foto porque entonces tenía ficha del filial.

De hecho, llegaba con un escueto bagaje de 68 minutos en Primera que había conseguido en los anteriores once días y que se dividía entre los 18 en la derrota por 0-2 ante el Sevilla, incluidos ocho de descuento, y los 50, con cinco de prolongación y mucho más felices, del domingo anterior en Elche, donde hubo un desplazamiento masivo de aficionados.

Pese al 0-2 del Martínez Valero, el Valencia era decimoctavo, antepenúltimo, con 30 puntos, los mismos que el Almería, que era cuarto por la cola y que el día antes había aumentado la presión sobre los de Rubén Baraja al ganar en Getafe.

Aquella tarde, la angustia se disparó en Mestalla entre las 19.35 y las 20.43. Fueron casi setenta minutos en los que se asomó al abismo del descenso. A los seis de empezar el partido, un error de Mouctar Diakhaby en un control permitió a Cyle Larin adelantar al Valladolid. Cuarenta minutos después, Javi Puado marcó para el Espanyol en Vila-real. El equipo ‘perico’, que tenía 28 puntos, estuvo virtualmente durante media hora, con 31 y dejaba al Valencia penúltimo.

Antes de las 21 horas, la historia empezó a cambiar en los dos escenarios. Entre las 20.44 y las 20.54, Étienne Capoue y Dani Parejo le dieron la vuelta al marcador en La Cerámica. Sobre las 20.52 Mestalla había vivido su primera explosión de júbilo. Diakhaby remató un córner de cabeza sin aparente peligro pero el portero Jordi Masip, en otro error mayúsculo, pensó que iba fuera y dejó pasar el balón a su red.

Guerra lo vio desde el banquillo y saltó como un resorte. Se abrazó a Cenk Özkacar y a Marí, al que tenía a su izquierda en el banquillo tras haber salido a calentar su primer ‘vecino’, Diego López. En el asiento de la derecha tenía a Cristhian Mosquera.

Ese día acudieron a Mestalla 42.217 espectadores y un invitado: Kily González. El argentino había jugao su último partido oficial en Mestalla veinte años antes, cuando Guerra acababa de nacer. En verdad, los 27 de abril ya se veneraban en Mestalla antes del gol de Guerra y en parte era por él.

Aquel día pero en 2002, el Valencia recibió al Espanyol en la jornada 36. El equipo perico se adelantó, Amadeo Carboni fue expulsado y el sueño del título se esfumaba. Rafa Benítez dio entrada al Kily en el 66 y en el 78 el Valencia había enloquecido Mestalla con una remontada con dos asistencias suyas a Baraja. Ocho días después, el club conquistó la Liga tras más de treinta años de sequía.

De nuevo en 2023, pese a que el Espanyol ya perdía en Vila-real y el Valencia había recuperado un punto, el empate era poco consuelo. Se quedaba con 31 puntos, empatado con el Getafe en la frontera del descenso y ni eso parecía seguro. El Valladolid, inmerso también en la batalla por la permanencia, buscaba el triunfo e Iván Fresnada estrelló en el larguero el 1-2.

En el minuto 83, Baraja hizo entrar a Diego López y a Ilaix Moriba. En ese momento mandó a Guerra a calentar, al parecer, más por precaución que por otra cosa, porque la activación previa suele ser mucho más larga. Pero André Almeida estaba muy fatigado.

Guerra no estuvo en la banda ni cuatro minutos e incluso su calentamiento ‘exprés’ fue algo más largo porque Baraja le tuvo que llamar dos veces. Cuando el reloj marcaba 86 minutos y 57 segundos, su primera señal para que regresara y saliera confundió al jugador. Veinticinco segundos después, contrariado, tuvo que repetir la llamada para poder sustituir al luso.

El joven llegó a la carrera y se puso la camiseta que ahora guarda en su casa de Gilet y que colgaba de su silla con el número 36, el que se le asignó en pretemporada. No fue Baraja, con el que apenas intercambió un par de palabras, sino su ayudante, Toni Seligrat, quien le dio indicaciones.

Finalmente, entró en el minuto 88 y 35 segundos y participó en tres acciones antes de la jugada decisiva. En ella, frenó un contragolpe pucelano al interceptar un pase de Robert Kennedy y soltó a Ilaix un balón que pasó por Diego López y de nuevo por Moriba antes de regresar a sus pies.

Controló la pelota con el izquierdo y con el primer toque con el derecho dejó atrás a Óscar Plano; con el segundo y el tercero avanzó y retomó la zurda para disparar desde la cruceta de la línea del área con su corona. Su trallazo cruzado pasó juntó a Joaquín Fernández y entró por el palo más alejado de Masip. Era el minuto 92 y 9 segundos y llevaba apenas 214 segundos en el campo.

Como veintiún años antes hiciera Baraja tras marcar contra el Espanyol en esa misma portería del fondo norte, Guerra abrió los brazos cuando vio la pelota en la red. Como le pasó al vallisoletano, la inercia de la diagonal que había trazado le llevó al córner más cercano a la tribuna. Ambos goles comparten lugar de celebración y piña colectiva.

Guerra, algo incrédulo, se giró a mitad de su carrera. El primero que le alcanzó fue el capitán José Luis Gayà pero pronto llegaron otros, incluso el portero Giorgi Mamardashvili, que se recorrió todo el campo. Mestalla había explotado y los vídeos y las fotografías muestran euforia, liberación y algún torrente de lágrimas incontrolable.

Sobre la bocina del minuto 95, sin añadir más de los cinco minutos previstos, José Luis Munuera Montero, señaló el final. Sus tres pitidos pillaron a Guerra en el medio campo y Toni Lato y Hugo Duro se lanzaron a abrazarle. De ahí fueron todos al fondo sur a agradecer el apoyo de la Grada de Animación.

Fue entonces cuando se le avisó de que era el elegido para la ‘Flash Interview’ de la televisión con derechos. “Me la ha dado Ilaix y tampoco veía un pase claro. He amagado, me he ido del defensor que tenía y me dio por tirar”, explicaba.

Esa temporada Guerra había acumulado 2164 minutos en Primera RFEF con un único gol, ante el Espanyol B. Tampoco había visto puerta ante el Sevilla y el Elche ni, al parecer, apenas en Paterna. “Javi Guerra no ha metido un gol en un entrenamiento, os lo juro”, escribió jocoso esa noche Hugo Duro en las redes sociales.

Antes de retirarse al vestuario, Guerra abrazó a sus padres y a su abuelo que le esperaban en la grada más cercana al túnel. Con el anciano empezó a jugar al fútbol en el jardín de una urbanización de Canet entre dos árboles, y era él quien le llevaba en tren a Vila-real, puesto que se formó en la cantera ‘grogueta’ hasta 2019.

Tras un nuevo estallido de alegría en el vestuario, regresó al césped. Era de los que menos había jugado y tuvo que hacer el ‘compensatorio’, un suave entrenamiento, ya con las gradas vacías.

Baraja había llegado a la sala de prensa y desde allí le recomendó que apagara el móvil, se fuera a casa y le diera un abrazo a sus padres. No le hizo caso y salió a cenar con sus amigos, que le esperaban en la Avenida de Suecia, donde cinco horas antes había comenzado todo.

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