Kabul ha vuelto a ser objetivo de un gran atentado que todavía no ha sido reivindicado, aunque tiene todos los elementos de los últimos ya realizados en anteriores ocasiones en la capital de Afganistán. Se trata de un atentado suicida con un coche cargado de explosivos, que ha causado al menos la muerte de 35 civiles y 40 heridos. El lugar, una zona residencial en la que viven un buen número de funcionarios del gobierno afgano, pero también una zona comercial, la más afectada en el atentado.

El atentado tuvo lugar poco antes de las 7.00, hora local, y como consecuencia de la explosión tres vehículos y 15 tiendas también quedaron gravemente dañados. Según las autoridades afganas, el objetivo del atentado eran dos autobuses que llevaban bajo vigilancia dos meses. También un pequeño autobús del Ministerio de Minas ha resultado destruido por la deflagración. Además, tres vehículos particulares y quince tiendas también han resultado destruidas o dañadas.

El presidente afgano, Ashraf Ghani  ha condenado este último atentado, que ha calificado de ‘cobarde’ y han recordado que todos los autores responderán de sus acciones ante la justicia. Este es uno más de los atentados en la capital de Afganistán, pero no el más sangriento, ya que el pasado mes de mayo se produjo otro atentado, en esa ocasión con un camión suicida, que llegó a causar 150 muertos y más de 300 heridos.