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Valencia

Acusación popular: «Sólo Antonio Anglés podría resolver las dudas del caso Alcàsser»

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Diego Costa
El abogado Diego Costa, en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. EFE/Ramón de la Rocha
València, 28 nov (OFFICIAL PRESS- EFE).- La acusación popular que ejerce en el caso Alcàsser la Asociación para la Lucha contra el Crimen y la Prevención (Laxhsmi) defiende una “reapertura” del caso «con perspectiva analítica forense y criminológica» que no había en los 90 y pide buscar mejor a Antonio Anglés: “Hay interrogantes que sólo él podría resolver”.

En una entrevista con la Agencia EFE, el letrado de esta asociación, Diego Costa, explica que en la investigación del caso únicamente se hallaron evidencias documentales de la participación de Anglés en los crímenes, “ninguna prueba forense”.

Por ese motivo, ha pedido a la instructora -y ésta lo ha ordenado- el análisis de los vehículos de Miguel Ricart y Antonio Anglés, por si se pudiese hallar evidencias de la presencia de las menores asesinadas en ellos, así como de pelos hallados en los escenarios del crimen.

Pregunta.- ¿Quiénes conforman la asociación Laxshmi y cómo justifican su personación como acusación popular en el caso Alcàsser?

Respuesta.- Somos un grupo heterogéneo conformado por expertos forenses de toda España que colaboran de manera voluntaria y algunos abogados, conmigo al frente para los casos de mayor relevancia (el de Soledad Donoso en Córdoba, el triple asesinato de Piedra Hincada o el asesinato de Raimundo Toledo en Tenerife, entre otros), dada mi experiencia como penalista y estrecha colaboración con el criminólogo Félix Ríos (fundador de la asociación).

P.- ¿Qué cree que ha llevado a la Policía a solicitar permiso para usar el perfil de Anglés y poner en marcha una campaña de divulgación en la que pedirá el apoyo ciudadano?

R.- Seguramente lo hacen para intentar esclarecer todo lo posible el caso, ya que hay aún interrogantes que solo Anglés puede resolver, y llevar a quien tal vez sea el principal responsable ante la Justicia, para que responda por unos hechos tan reprobables.

P.- ¿Por qué ahora, casi tres décadas después de los crímenes?

R.- Pretendemos que se analice el caso con las técnicas forenses actuales. Apoyamos la necesidad de una reapertura en conciencia y con perspectiva analítica forense y criminológica que no existía en los años noventa.

P.- ¿Hubo fallos en el dispositivo de búsqueda de Anglés? ¿Qué se hizo mal o se pudo hacer mejor?

R.- Más que de fallos, hablaría de limitaciones técnicas y de los medios de la época en la que se realizó la investigación. También de la necesidad de esclarecer con celeridad el caso, que tal vez provocaron una cierta precipitación en la instrucción cuando se tuvo claro quiénes eran los autores y el móvil.

Quizá se tuvo la idea de estar ante un crimen simple en cuanto a su motivación y sobre todo en su autoría, y quizá hubo la sensación de que era innecesario profundizar en los aspectos forenses del caso, pero el tiempo ha demostrado que pudo ser un error.

P.- ¿Dónde se debería buscar a Antonio Anglés? La Policía informó recientemente al juzgado de que lo haría en Europa, en colaboración con la Interpol.

R.- Esto quedará a criterio del grupo de fugitivos de la Policía Nacional, pero creemos que se debe de extender a todos los países sospechosos de acoger a Anglés, como Argentina, Uruguay, Brasil o México, entre otros, y de hecho se han hecho algunas comprobaciones incluso en Estados Unidos (en referencia a la investigación, en 2009, del origen de unas llamadas telefónicas recibidas por la hermana de Anglés).

P.- ¿Cómo de consistente es la teoría de la muerte de Anglés en aguas de Irlanda frente a la de su posible supervivencia y huida todos estos años?

R.- Mientras no sea posible encontrar restos biológicos que apunten a la segura muerte de Anglés, entendemos que no debe descartarse ninguna hipótesis, incluida la de haber sobrevivido y que siga ocultándose a la acción de la justicia. No es intención de esta parte mantener abierta la investigación por razones mediáticas, sino para agotar toda posibilidad, por pequeña que sea, que lleve a localizarle, vivo o muerto.

El caso se cerraría así definitivamente, tanto para las familias como para una sociedad que quedó conmocionada por el atroz crimen cometido contra tres niñas que tenían toda una vida por delante. En caso de ser encontrado, deberá responder de los mismos hechos por los que fue juzgado el único condenado (Miguel Ricart).

P.- ¿Hay evidencias que conecten a Anglés con los crímenes?

R.- Por el momento, solo hay evidencias documentales (la multa y el parte médico a nombre del hermano que aparecieron en los escenarios), pero ninguna forense que lo inculpe. Sólo el testimonio de Ricart. Las evidencias forenses que hay son solo de su fuga (se encontró su esperma en un corral de Alborache (Valencia) donde se ocultó en su huida).

P.- En el caso de Marta del Castillo, un reciente documental apunta a nuevas pesquisas basadas en el posicionamiento de los móviles de los sospechosos. ¿En qué medida cree que el interés mediático mantiene vivo este caso?

R.- Es evidente que existe un interés mediático, pero desde la Asociación queremos y deseamos pensar que este interés responde a la necesidad de dar respuesta y sentido a unos hechos que solo pueden calificarse de inhumanos. De encontrar alguna explicación y sobre todo de que quienes lo cometieron, o participaron de alguna manera, respondan por ello.

P.- ¿Creen que Anglés sigue con vida?

R.– En estos años ha habido muchas diligencias policiales tendentes a verificar si sigue con vida y si mantiene contacto con alguien. El caso nuca ha estado parado para la Policía, pero ha habido repuntes en la investigación en determinados momentos.

Creo que todas las acusaciones trabajamos para evitar la prescripción de los hechos y que sea posible cerrar el caso con la condena de Anglés y de quienes hayan participado o ayudado en su huida. El último cálculo para la prescripción se fijó en 2029, pero todas las gestiones que se están practicando volverán a ampliar esa fecha.

Jordi Ferrer

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Valencia

El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita

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El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita
El president de la Generalitat, Carlos Mazón. EFE/ Biel Alino/Archivo

La catástrofe desencadenada por la DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunitat Valenciana, que dejó un lacerante saldo de más de 229 víctimas, no puede quedar impune. Más allá del dolor humano y de la reconstrucción material, está la responsabilidad política. Y en ese terreno, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, acumula mentiras, contradicciones y el profundo desgarro de quienes lo perdieron todo. Por dignidad, por ética y por justicia, Mazón debe dimitir.

Una gestión inexcusable

Cuando la alerta roja estaba activada, Mazón estaba ausente del lugar que le correspondía. Según los informes oficiales, llegó al comité de crisis (CECOPI) a las 20:28 horas, cuando ya se había emitido la alerta a la población minutos antes. No fue un “error de agenda”, sino un fallo estructural que costó vidas.

Mientras Valencia vivía una riada devastadora, el presidente se encontraba en una comida privada en lugar de supervisar la emergencia. Su entorno lo justificó como una reunión de trabajo, pero el contexto lo desmiente: fue ausencia, negligencia y falta de liderazgo.

La falta de movilización de efectivos tampoco puede justificarse. Los informes cruzados detectan irregularidades en el número de bomberos y medios activados. Cuando una emergencia reclama transparencia, los datos confusos o manipulados son una afrenta.

Mentiras, contradicciones y silencio

Mazón ha intentado derivar responsabilidades hacia la Agencia Estatal de Meteorología o la Confederación Hidrográfica del Júcar, en lugar de asumir el liderazgo que su cargo exige. Cuando el caos se instala, quien gobierna debe estar al frente, no buscando culpables.

Peor aún, ha ofrecido versiones cambiantes sobre su paradero, sus llamadas y las decisiones adoptadas aquel día. La investigación judicial avanza con pruebas que desmontan la versión oficial. Cuando un líder debe explicar dónde estaba durante una tragedia, el problema ya no es circunstancial: es estructural.

Las víctimas, traicionadas

No basta con lamentar lo sucedido cuando la dignidad exige acción. Las asociaciones de víctimas han expresado su malestar y exigido respeto ante la falta de explicaciones claras. “Estar con las víctimas también implica asumir responsabilidades”, repiten familiares que aún esperan una disculpa sincera.

No es solo la ausencia inicial. Es el desfile de versiones, el silencio, la falta de empatía y la reconstrucción lenta. Mientras las familias siguen llorando, el presidente intenta sostener su imagen pública como si nada hubiera ocurrido.

La única salida digna: la dimisión

Integridad política. Quien incumple los principios básicos de responsabilidad pierde la legitimidad para seguir al frente.

Justicia para las víctimas. Pedir perdón no basta cuando no se explica con claridad, cuando no se asumen errores ni se ofrecen soluciones. Las víctimas merecen que se depuren responsabilidades reales.

Confianza institucional. La credibilidad de la Generalitat se resquebraja cuando su presidente ofrece explicaciones tardías, contradictorias y evasivas. Eso no solo afecta a Mazón, afecta a toda la Comunitat Valenciana.

Renovación del liderazgo. El desastre del 29-O no puede cerrarse con un “sigo al mando”. Hace falta un relevo que reconstruya no solo los territorios inundados, sino también la confianza de los ciudadanos.

La responsabilidad compartida

Los silencios cómplices también pesan. Los partidos que sostienen a Mazón deben preguntarse si su apoyo es ético o meramente político. Cada día que pasa sin rendir cuentas es una herida más para las víctimas y una mancha más para las instituciones.

La dimisión no sería una derrota política, sino un acto de respeto hacia los que sufrieron, hacia los que murieron y hacia toda una sociedad que exige transparencia y verdad.

La tragedia del 29 de octubre no son solo cifras. Son vidas, familias, municipios arrasados y una sociedad herida. Carlos Mazón mantuvo su comida en El Ventorro cuando la provincia se inundaba, cambió versiones cuando se investigaba y continúa en el cargo pese al clamor ciudadano.

Por integridad, por dignidad, por justicia: Carlos Mazón debe dimitir.
Y quienes lo sostienen, deberían preguntarse si su silencio también los convierte en responsables.

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