Salud y Bienestar
ESTUDIO| Estos son los efectos de dormir menos de seis horas
Publicado
hace 2 añosen
Los efectos de dormir menos de seis horas, no son ninguna tonteria. Un estudio de la Universidad del Sur de Georgia ha señalado que dormir menos horas de las recomendadas aumenta en un 80 por ciento la probabilidad de padecer trastornos mentales y experimentar sentimientos negativos. Los expertos también han alertado sobre la importancia de la dieta, que tiene que ser rica en alimentos frescos.
Cuando se habla de depresión, las recomendaciones más frecuentes para hacerle frente suelen referirse a la importancia de la dieta, a la necesidad de desconectar de las labores cotidianas y a mantener unas relaciones sociales positivas. Si bien todo esto es importante, los investigadores de la Universidad del Sur de Georgia (Estados Unidos) han añadido un factor clave: las horas de sueño.
Estos son los efectos de dormir menos de seis horas
Según este estudio, dormir seis horas o menos aumenta en un 80 por ciento el riesgo de sufrir depresión, además de incrementar entre un 60 y un 80 por ciento el riesgo de sentirse nervioso, indefenso o inquieto. Los expertos han concluido que esto se debe a que las personas insomnes son menos capaces de superar los pensamientos negativos o desconectar de las emociones perjudiciales.
Para desarrollar la investigación, los científicos realizaron una encuesta a más de 20.000 personas para conocer los estados de ánimo y los sentimientos que habían experimentado en los últimos 30 días y relacionarlo así con las horas que habían logrado dormir, como recoge Daily Mail.
Los investigadores también han aconsejado seguir la dieta DASH, basada en el consumo de frutas, verduras y cereales integrales, ya que se ha demostrado que estos alimentos pueden reducir un 11 por ciento la probabilidad de padecer trastornos mentales al aportar más energía y claridad mental que los ultraprocesados.
¿Cuántas horas hay que dormir?
La cantidad de horas de sueño necesarias puede variar según la edad, el estilo de vida y otros factores individuales. A continuación, te proporciono una guía general sobre la cantidad recomendada de horas de sueño para diferentes grupos de edad, según las pautas de expertos en salud:
- Recién nacidos (0-3 meses): De 14 a 17 horas por día. Los recién nacidos tienen un ciclo de sueño irregular y suelen despertarse cada pocas horas para comer.
- Bebés (4-11 meses): De 12 a 15 horas por día. A medida que crecen, los bebés pueden comenzar a dormir durante períodos más largos durante la noche.
- Niños pequeños (1-2 años): De 11 a 14 horas por día, incluyendo siestas. Los niños pequeños suelen necesitar una siesta durante el día además del sueño nocturno.
- Niños en edad preescolar (3-5 años): De 10 a 13 horas por día. La mayoría de los niños en esta edad aún necesitan una siesta diurna.
- Niños en edad escolar (6-12 años): De 9 a 12 horas por día. A medida que los niños crecen, es importante establecer rutinas de sueño regulares para mantener un sueño de calidad.
- Adolescentes (13-17 años): De 8 a 10 horas por día. Durante la adolescencia, los cambios hormonales pueden afectar el ciclo de sueño, pero es fundamental intentar dormir lo suficiente para apoyar el crecimiento y el desarrollo.
- Adultos (18-64 años): De 7 a 9 horas por noche. La mayoría de los adultos necesitan al menos 7 horas de sueño continuo para mantener un buen estado de salud y funcionamiento óptimo durante el día.
- Adultos mayores (65 años en adelante): De 7 a 8 horas por noche. A medida que envejecemos, es posible que experimentemos cambios en el patrón de sueño, pero seguir manteniendo un número adecuado de horas de sueño es importante para la salud física y mental.
Es importante recordar que estas son recomendaciones generales y que la cantidad óptima de sueño puede variar entre individuos. Algunas personas pueden sentirse bien descansadas con menos horas de sueño, mientras que otras necesitan más tiempo para sentirse renovadas y alertas. Escuchar las señales de tu cuerpo y mantener hábitos de sueño regulares puede ayudarte a determinar cuántas horas de sueño son necesarias para ti.
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La Navidad es una época llena de celebraciones, reencuentros familiares y abundantes cenas, pero también puede ser un período en el que muchas personas experimentan trastornos del sueño. A pesar de que las fiestas deberían ser sinónimo de relajación y descanso, la realidad es que el estrés, las alteraciones en la rutina y otros factores propios de la temporada pueden dificultar un sueño reparador. A continuación, exploramos las razones por las que durante la Navidad muchas personas duermen peor y cómo podemos intentar mejorar la calidad del sueño en estas fechas tan ajetreadas.
1. Alteración de las rutinas
Durante las festividades, las rutinas diarias suelen verse interrumpidas. Las cenas, las reuniones familiares y los compromisos sociales pueden hacer que nos acostemos más tarde de lo habitual, lo que afecta negativamente nuestro reloj biológico. El cuerpo humano tiene un ciclo natural de sueño y vigilia que puede desajustarse fácilmente cuando cambiamos nuestros horarios de descanso. Al no seguir un horario regular de sueño, es más probable que nos sintamos cansados o que tengamos dificultades para dormir.
2. Estrés y preocupaciones navideñas
Aunque la Navidad es sinónimo de alegría para muchos, también puede generar estrés. Las compras de último minuto, las celebraciones familiares, la planificación de viajes y la presión por cumplir con todas las expectativas sociales pueden causar ansiedad. Esta tensión emocional puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que afecta la capacidad del cuerpo para relajarse y conciliar el sueño. Las preocupaciones sobre los regalos, las cenas o incluso los compromisos laborales pueden mantener nuestra mente activa durante la noche, dificultando el descanso.
3. Comidas copiosas y alcohol
Las cenas y comidas abundantes son parte esencial de las celebraciones navideñas, pero la cantidad y el tipo de alimentos consumidos pueden influir negativamente en la calidad del sueño. El consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares puede aumentar la actividad digestiva durante la noche, provocando molestias estomacales y dificultando que el cuerpo entre en un estado de relajación necesario para dormir. Además, el alcohol, aunque inicialmente pueda inducir somnolencia, interrumpe los ciclos de sueño y reduce la calidad del descanso, lo que puede provocar despertares frecuentes a lo largo de la noche.
4. Falta de ejercicio físico
Durante las fiestas navideñas, muchas personas disminuyen su nivel de actividad física debido a las vacaciones o a las celebraciones. El ejercicio regular es esencial para un sueño saludable, ya que favorece la relajación del cuerpo y la liberación de endorfinas. Sin embargo, en Navidad, el sedentarismo aumenta debido a la cantidad de tiempo que pasamos en reuniones o en actividades que no requieren esfuerzo físico. Esto puede dificultar la conciliación del sueño, ya que el cuerpo no está lo suficientemente cansado para descansar de manera profunda.
5. Cambios en el ambiente de sueño
Las visitas a familiares o la llegada de familiares a nuestra casa también pueden alterar nuestro entorno de descanso. Dormir en un lugar diferente al habitual o compartir espacio con otras personas puede generar incomodidad y dificultar el sueño. Además, la decoración navideña, con luces brillantes y colores llamativos, puede interferir con el ambiente relajante necesario para dormir bien. Las luces intensas, como las de los árboles de Navidad o las decoraciones externas, pueden alterar la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.
6. Sobrecarga de estímulos sensoriales
La Navidad es una época cargada de estímulos visuales, auditivos y emocionales. Las luces brillantes, la música festiva y el bullicio de las reuniones familiares pueden mantenernos en un estado de alerta constante. Este exceso de estímulos puede dificultar que nuestra mente se relaje antes de acostarnos, retrasando la conciliación del sueño. Además, el ruido generado por las celebraciones o los fuegos artificiales puede interferir en un descanso tranquilo y reparador.
7. Cambios en la exposición a la luz natural
En invierno, los días son más cortos y la exposición a la luz natural disminuye, lo que puede alterar la producción de melatonina y afectar nuestro ritmo circadiano. Este desajuste de la luz natural y artificial, sumado a los cambios en los horarios durante las festividades, puede dificultar la sincronización de nuestro reloj biológico y empeorar la calidad del sueño. El aumento del uso de pantallas electrónicas (como smartphones, tabletas y televisores) por la noche también puede inhibir la producción de melatonina debido a la luz azul emitida por estos dispositivos.
¿Cómo mejorar el sueño en Navidad?
A pesar de que la Navidad puede traer consigo una serie de factores que afectan el sueño, hay varias estrategias que pueden ayudar a mejorar la calidad del descanso durante estas fechas:
- Mantener una rutina de sueño regular: Intenta mantener los horarios de acostarte y levantarte lo más consistentes posible, incluso durante las vacaciones.
- Evitar comidas copiosas y alcohol antes de acostarse: Trata de cenar de forma ligera y no consumir alcohol en exceso en las horas previas al sueño.
- Realizar actividad física: Aun durante las vacaciones, intenta incorporar ejercicio físico moderado durante el día para ayudar a tu cuerpo a relajarse por la noche.
- Crear un ambiente relajante: Asegúrate de que tu espacio de descanso sea cómodo, oscuro y silencioso. Si es necesario, usa tapones para los oídos o una máscara para los ojos.
- Limitar los estímulos antes de acostarse: Reduce el uso de dispositivos electrónicos y baja la intensidad de las luces al menos una hora antes de dormir.
- Practicar técnicas de relajación: La meditación, la lectura o tomar un baño caliente pueden ayudarte a calmar tu mente y preparar tu cuerpo para el sueño.
Conclusión
La Navidad puede ser una época de mucha diversión y alegría, pero también puede alterar nuestros hábitos de sueño debido al estrés, la interrupción de las rutinas, la comida y la bebida en exceso, y la sobrecarga de estímulos. Para disfrutar de unas fiestas más relajadas y descansar mejor, es fundamental prestar atención a las necesidades de nuestro cuerpo y adoptar hábitos saludables que nos ayuden a mantener la calidad del sueño.
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