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Valencia

Fallas 2023: Colores vivos, vareta y arte urbano para las fallas más caras

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fallas 2023 valencia
Vista del montaje de la falla municipal en València, que encara un fin de semana con altas temperaturas y miles de visitantes.EFE/ Juan Carlos Cárdenas/Archivo
València, 14 mar (OFFICIAL PRESS- EFE).- Las Fallas 2023 de València se presentan como una de las más caras debido al encarecimiento de las materias primas en un 60 % de media por la inflación que ha generado la guerra en Ucrania.

Fallas 2023 de València

Un hecho que ha marcado el trabajo de los artistas falleros para las Fallas de 2023, en las que se verán monumentos innovadores en el uso del color, con tonos vivos y casi fosforescentes, y que en algunos casos llevan la firma de artistas urbanos.

Así lo asegura en una entrevista con EFE el maestro mayor del Gremio de Artistas Falleros, Paco Pellicer, que asegura que el aumento de precios ha sido completamente «imprevisto» para los artistas que, cuando se disparó la curva de la inflación, ya habían comenzado a trabajar en los monumentos más grandes que ya se empiezan a ver «plantados» por toda València.

«Normalmente, el reto es partir de los presupuestos de las comisiones y ser capaces de desglosar qué porcentaje puede ir al monumento», explica Pellicer, pero este año la subida de precios se ha dado «a lo largo del proceso de construcción de la falla», con todo presupuestado y algunos ninots ya construidos, y se ha llegado a «distintas soluciones» según el caso.

«Algunos han llegado a un entendimiento con las comisiones para reducir trabajo y mantener el presupuesto, y en otros casos se ha podido incrementar el presupuesto», detalla.

LAS MATERIAS PRIMAS, DE UN 60 % AL DOBLE DE CARAS EN LAS FALLAS 2023

En un sector donde el trabajo es esencialmente manual, los costes de la energía no han sufrido un incremento tan grande como el precio de las materias primas, que, de media, han visto crecer su precio en un 60 % en unos meses.Pero hay materiales que incluso han duplicado su precio, como la madera o el poliestireno, este último porque en su proceso de producción interviene el petróleo.

En general, eso hace que todas las fallas que se planten este año sean más pequeñas o se hayan hecho con un coste mayor al previsto, asegura Pellicer.

«La ilusión de todos, tanto de las comisiones como de los artistas, era tener un año completo y tranquilo», lamenta, especialmente tras la cancelación de las Fallas de 2020 por la pandemia, la celebración de las de 2021 en septiembre también por el covid y el mantenimiento de algunas restricciones en las de 2022.

Los artistas querían «poder acometer la construcción de fallas habitual» y las comisiones plantar monumentos «que llamasen la atención, que saltasen a la vista», y por ello habían presupuestado monumentos más caros de lo habitual, en los que el incremento de costes todavía ha sido mayor.

CACHÉS Y PRESUPUESTOS PARTIENDO DEL ARTISTA

La dificultad económica puede abrir una perspectiva diferente de futuro, según Paco Pellicer, que apuesta por acordar con las comisiones falleras «la manera de presupuestar el monumento partiendo del caché del artista».»Es una necesidad para tener un sueldo claro y, a partir de ahí, poder prever el coste del material, el almacenamiento y otras cosas», considera.

El maestro mayor del Gremio de Artistas Falleros, Paco Pellicer. EFE/Biel Aliño

En cualquier caso, «habrá que llegar a un acuerdo» y el maestro mayor se muestra convencido de que se llegará a «lo mejor para la fiesta», porque «ganas de plantar falla siempre hay».

Pero lo peor de la crisis generada por la pandemia ya ha pasado, gracias, dice, a las ayudas de la administración que, sin embargo, «no dieron para seguir adelante» a muchas personas que se han «buscado otro trabajo».

También gracias a que el sector está «diversificado» y muchos artistas se dedican durante el resto del año a hacer escenografía, decorados para cine, series y anuncios publicitarios, expositores para ferias o los escenarios de los grandes conciertos y festivales, como el Medusa o el Tomorrowland.

RETOS: LA CIUDAD DEL ARTISTA FALLERO Y REJUVENECER LA PROFESIÓN

En València, la Ciudad del Artista Fallero es la que acoge «la mayor concentración de talleres» dedicados a este tipo de monumentos, pero últimamente también talleres de coches e incluso una escuela de circo.Según Paco Pellicer, ello se debe a que algunos de los talleres tradicionales «se han buscado otros espacios fuera de València que fueran más baratos», si bien todavía se han quedado muchos en esta zona.

«Hay mucha intención de darle vida a la zona, ha habido acuerdos pero no se ha arrancado», considera el maestro mayor, que llama a trabajar con fondos europeos en hacer de esta zona de la ciudad «un verdadero centro cultural; no para salvar la profesión, porque se puede trabajar desde cualquier otro sitio, sino para salvar el espacio».

La supervivencia de la profesión tiene buenas perspectivas de futuro, según Pellicer, especialmente después de más de una década de implantación del Ciclo Superior de Formación Profesional de Artista Fallero y Construcción de Escenografías.

Ahora, «se ha renovado el personal y ha bajado mucho la media de edad» como consecuencia de esta FP, y el artista fallero celebra asimismo que, de este modo, «la gente que se va incorporando al sector ya tiene una formación específica».

TENDENCIAS DE LAS FALLAS 2023: COLOR VIVO, ARTE URBANO Y VARETA

A pesar de las trabas presupuestarias derivadas de la inflación, Pellicer cree que las Fallas de 2023 serán «una muestra amplísima de tendencias» y que no solo las de la Sección Especial (las más fotografiadas y de mayor coste), sino el conjunto de monumentos hará que «sea un gusto» pasearse esta semana por València.En cuanto a las tendencias que se verán en las calles de la ciudad este año, asegura que las fallas «más vistosas» apuestan «por el virtuosismo y la espectacularidad en la pintura».

Paco Pellicer aprecia cierto cambio en el uso de los colores en los últimos años, en los que cada vez más comisiones usan «tonos casi fosforescentes, más vivos o con matices más llamativos».

En cuanto a los materiales, los experimentos con la paja de arroz «no tuvieron éxito», con lo que siguen predominando la madera y el poliestireno.

Además, en los últimos años se ha recuperado la práctica ancestral de la vareta, el modelado de figuras utilizando listones de madera finos humedecidos para curvarlos, un material que había ido siendo sustituido progresivamente por el corcho polimérico blanco.

«La vareta es una técnica muy antigua, que se ha usado hace muchos años, pero ahora se vuelve a mostrar y la gente la valora», asegura. ¿Un ejemplo? La falla municipal de este año, el enorme corazón diseñado por Marina Puche y ejecutado por Manolo García.

El trabajo con artistas urbanos en el diseño de la falla es otra de las nuevas tendencias de los últimos años, con nombres como Dulk, Okuda o Escif firmando los bocetos de distintas comisiones.

«Siempre se ha colaborado con otros artistas, lo que pasa ahora es que se hacen patentes esas colaboraciones y se da a conocer su firma», asegura Paco Pellicer, que concluye que, en cualquier caso, las fallas siguen siendo, como siempre, «un trabajo en equipo».

Marta Rojo

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¿Qué cuesta realmente un colegio concertado en la Comunitat Valenciana?

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¿Qué cuesta realmente un colegio concertado en la Comunitat Valenciana?
Alumnos asisten a clase en el primer día del curso escolar. EFE/Raquel Manzanares

València, 24 abr (OFFICIAL PRESS-EFE).- Un 70 % de las escuelas concertadas cobra cuota a sus alumnos para financiar los gastos no concertados, por infrafinanciación, por diferenciación o por beneficio económico, y una proporción importante de casi el 40 % con cuotas bajas presenta precariedad financiera.

Así lo recoge la investigación ‘El coste de acceso a la escuela concertada en España: las cuotas que pagan las familias y sus causas», de abril, elaborada por el centro de política económica de Esade (EsadeEcPol), que contiene datos regionalizados de Andalucía, Cataluña, Madrid, Comunitat Valenciana y País Vasco por la mayor presencia en ellas del sector concertado.

El 70% de las escuelas concertadas cobra cuotas y un 40% tiene financiación precaria

La escuela concertada en la Comunitat Valenciana se caracteriza por una relación positiva entre el cobro de cuotas y el resultado económico, especialmente en la ESO; una enorme importancia del tamaño de centro para entender las dinámicas de cobro de cuotas; y una proporción importante de centros infrafinanciados que viven una situación precaria a nivel financiero (balance financiero negativo de al menos 200 euros por alumno al año).

Tiene un porcentaje elevado de centros con niveles de financiación intermedia, con importantes diferencias entre etapas educativas.

¿Qué cuesta un colegio concertado en la Comunitat Valenciana?

Comparativamente con otras comunidades, la cuota media por alumno y año de las familias que pagan asciende a 597 euros en la Comunitat Valenciana, frente a los 1.696 euros en Cataluña, 1.156 euros en Madrid, 959 euros en País Vasco y 453 euros en Andalucía.

La concentración en tramos medios de resultado económico antes de cuotas y gastos no concertados es más acusado en el Segundo Ciclo de Educación Infantil y en Primaria, con un 41 y un 45 % respectivamente, a costa de un menor peso de los centros en tramos elevados de financiación, especialmente en Primaria. Aunque la ESO presente también valores elevados en los tramos intermedios de financiación, es una diferencia mucho más tenue.

En concreto, en Segundo Ciclo de Educación Infantil y Primaria el porcentaje de centros que cobran cuotas pasa de un 60 % entre los peor financiados a un 86 %-88% entre los mejor financiados. Sin embargo, en la ESO la situación es radicalmente diferente, puesto que los centros mejor y peor financiados muestran porcentajes de cobro de cuotas casi idénticos, mientras que entre los centros de financiación media el porcentaje es ligeramente menor.

El informe destaca que en la Comunitat conviven muchos centros con una situación financiera muy delicada y otra proporción de centros con un resultado económico antes de cuotas y gastos no concertados medio o incluso elevado.

Las cuotas en la ESO

Los centros más grandes de más de 500 alumnos muestran un cobro unánime de cuotas en la ESO y casi total en Primaria (92 %), porcentajes que duplican los que presentan los centros más pequeños de menos de 100 alumnos en cada etapa, de los cuales apenas cobran cuotas un 52 % y un 42 % respectivamente. Aunque en Segundo Ciclo de Educación Infantil las diferencias no son tan acusadas, sí son mayores que las detectadas a nivel estatal.

La situación de los centros con un resultado económico bajo (antes de cuotas y gastos no concertados) es compleja. Exhiben niveles de cuotas muy bajos, inferiores a los 180 euros por alumno, que apenas compensan una parte de su infrafinanciación, que se aproxima a los -300 euros por alumno en varias etapas educativas.

Los centros en tramos intermedios de financiación, los más comunes en esta comunidad, están en una situación cercana al que sería el equilibrio deseable, puesto que su resultado económico ligeramente positivo permite cubrir casi la totalidad de sus gastos no concertados, mientras que las cuotas son el factor que finalmente inclina la balanza, con una cuota media muy similar respecto a los centros con menor financiación.

Centros con mayores niveles de financiación

Por último, los centros con mayores niveles de financiación se encuentran en una situación económica muy desahogada, con un resultado económico por alumno antes de cuotas y gastos no concertados superior a los 1.300 euros por alumno en todas las etapas, e incluso superior a los 1.500 euros en Primaria y ESO, valores que superan sus gastos no concertados medios.

Sin embargo, son precisamente estos centros los que muestran las cuotas medias más elevadas, que rondan los 500 euros en Primaria y ESO, y son algo más reducidas (213 euros) en Segundo Ciclo de Educación Infantil.

Según datos generales del informe, un 67 % del alumnado acude a centros de titularidad pública, cerca de un 30 % lo hace en centros financiados con fondos públicos pero de titularidad privada (centros concertados) y solo un 4 % acude a centros privados autofinanciados.

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