Salud y Bienestar
¿Cuándo dejan los niños de ir al pediatra?
Publicado
hace 10 mesesen

El cuidado de la salud infantil es una prioridad para cualquier familia. Desde que un bebé llega al mundo, los padres comienzan a recibir visitas periódicas al pediatra, un médico especializado en la salud de los niños. Estas consultas son esenciales para el seguimiento del desarrollo físico y emocional, la vacunación, y la prevención de enfermedades. Sin embargo, con el paso de los años, surge la pregunta: ¿cuándo dejan los niños de ir al pediatra? A continuación, te ofrecemos una guía sobre este proceso y todo lo que debes saber acerca de la transición a la atención médica para adultos.
El papel del pediatra en la infancia
El pediatra es fundamental durante los primeros años de vida del niño. En sus consultas, no solo se encarga de las revisiones físicas, sino que también realiza un seguimiento del desarrollo emocional y cognitivo. Entre las principales funciones del pediatra se encuentran:
- Control de crecimiento y desarrollo: El pediatra evalúa el desarrollo motor, cognitivo y emocional del niño. Esto incluye la observación de hitos como caminar, hablar y socializar.
- Vacunación: Asegura que el niño reciba todas las vacunas necesarias para prevenir enfermedades graves.
- Diagnóstico y tratamiento de enfermedades comunes: Los pediatras tratan desde resfriados y fiebre hasta problemas más complejos como infecciones o enfermedades crónicas.
- Consejos sobre la salud y el bienestar: Los pediatras brindan orientación sobre la alimentación, el sueño, la actividad física y otros aspectos del cuidado general del niño.
¿Hasta qué edad es recomendable seguir visitando al pediatra?
Aunque la recomendación general es que los niños sigan siendo atendidos por un pediatra hasta los 14 o 15 años, esta edad puede variar dependiendo del país, la cultura y las necesidades individuales de cada niño. La transición a un médico de adultos, como un médico de familia o un internista, puede realizarse gradualmente a medida que el niño crece. Aquí te presentamos los momentos clave:
1. Hasta los 2 años: Consultas frecuentes
Los bebés y niños pequeños requieren visitas al pediatra con mayor frecuencia, debido a su rápido desarrollo y a la necesidad de seguir el calendario de vacunas. Entre los 0 y los 2 años, las consultas son habituales, ya que el pediatra monitorea el crecimiento, las enfermedades comunes y las etapas de desarrollo.
2. De 2 a 6 años: Visitas periódicas
Durante la infancia temprana, las visitas al pediatra siguen siendo necesarias, aunque no tan frecuentes. El pediatra continúa controlando el crecimiento, las enfermedades, la nutrición y el desarrollo físico. También se realizan revisiones periódicas a medida que el niño comienza la escolarización. El calendario de vacunación sigue siendo una prioridad.
3. De 6 a 12 años: Visitas anuales
A medida que el niño entra en la escuela primaria, las consultas al pediatra suelen ser anuales, salvo que haya problemas de salud que lo requieran. Durante este período, el pediatra también revisa el desarrollo social, emocional y físico, y se asegura de que el niño se esté desarrollando adecuadamente en todas las áreas. También se trata el control de enfermedades comunes y se sigue con el esquema de vacunación.
4. De 12 a 14 años: Adolescencia temprana
Cuando los niños entran en la adolescencia, las visitas al pediatra continúan siendo importantes. A esta edad, los pediatras están acostumbrados a tratar problemas relacionados con la pubertad, cambios hormonales, salud mental y orientación sobre hábitos saludables. La adolescencia es un momento crítico para la prevención de problemas como el acné, trastornos de la conducta alimentaria o problemas de salud mental.
5. ¿Cuándo se transita a un médico de adultos?
Alrededor de los 14 o 15 años, algunos pediatras sugieren que es el momento de realizar la transición a un médico de adultos, en parte debido a los cambios fisiológicos que ocurren durante la pubertad. Sin embargo, este paso no es obligatorio y depende de las necesidades específicas del adolescente. En algunos casos, especialmente si el niño tiene una afección crónica o un problema médico significativo, el pediatra puede seguir siendo el médico principal hasta los 18 años.
Consideraciones para la transición al médico de adultos
El paso del pediatra a un médico de adultos no siempre es fácil. Aquí hay algunos factores a tener en cuenta:
- La relación con el pediatra: Muchos niños y adolescentes se sienten cómodos con su pediatra, que ha sido parte de su vida durante años. La transición puede ser emocionalmente difícil para algunos, ya que pueden sentirse inseguros al cambiar de médico.
- El tipo de atención médica necesaria: Si el niño o adolescente tiene una condición crónica (como asma, diabetes o problemas cardíacos), es posible que necesite un seguimiento más cercano y especializado. En este caso, el pediatra podría seguir involucrado en el tratamiento hasta la edad adulta.
- La disponibilidad de un médico de adultos: La transición también depende de la disponibilidad de un médico de adultos en la localidad, especialmente si el niño vive en una zona rural o tiene un acceso limitado a servicios médicos.
¿Qué sucede si el niño tiene problemas de salud a una edad avanzada?
Algunos adolescentes pueden enfrentar problemas de salud a medida que entran en la adolescencia. El pediatra sigue siendo la mejor opción en estos casos debido a su experiencia con problemas específicos de la adolescencia, como trastornos hormonales o emocionales, aunque los médicos de familia también están capacitados para tratar estos problemas.
¿Es posible que el niño no pase directamente al médico de adultos?
En algunos casos, los pediatras pueden seguir atendiendo a niños mayores de 15 años si la situación lo requiere, especialmente si el niño tiene condiciones médicas complejas que necesitan seguimiento. Además, en algunos países, existen clínicas de atención para adolescentes donde se puede seguir recibiendo atención especializada, pero no necesariamente bajo el marco de la pediatría tradicional.
Conclusión
El momento de dejar de ir al pediatra depende de varios factores, incluidos el desarrollo físico y emocional del niño, así como la salud y el tipo de atención médica que necesite. Aunque la mayoría de los niños hacen la transición a un médico de adultos entre los 14 y 15 años, este proceso puede ser flexible, dependiendo de las circunstancias. Lo importante es asegurarse de que el niño o adolescente reciba el seguimiento médico adecuado en todas las etapas de su vida para garantizar su bienestar.
Es fundamental que los padres y cuidadores estén atentos a las necesidades de salud de sus hijos, y si tienen dudas sobre cuándo hacer la transición o cómo, pueden consultar con su pediatra para determinar la mejor opción para el futuro de la salud de su hijo.
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¿Se pueden tomar medicamentos caducados?
Publicado
hace 3 díasen
3 septiembre, 2025
Si hay una pregunta que muchos nos hemos planteado alguna vez es si se pueden tomar los medicamentos caducados.
Si accidentalmente ha tomado un medicamento caducado por un trastorno leve como un resfriado o un dolor de cabeza, no se preocupe, porque en el peor de los casos no le hará efecto.
En cambio, si se trata de un medicamento esencial para el tratamiento de una enfermedad grave o crónica, consulte con su profesional sanitario de referencia, ya que la potencial falta de eficacia podría perjudicar su salud.
Los medicamentos siempre deben tomarse antes de la fecha de caducidad que figura en el envase.
Este artículo le aclara todas las dudas.
¿Qué quiere decir la fecha de caducidad de un medicamento y cómo se determina?
La fecha de caducidad se puede encontrar en el envase de todos los medicamentos e indica el fin del periodo durante el cual se garantiza su eficacia y su seguridad, siempre que se haya almacenado en condiciones adecuadas de temperatura, luz y humedad.
El laboratorio fabricante determina la fecha de caducidad a partir de los resultados de estudios llamados de estabilidad, que someten a los medicamentos a condiciones ambientales extremas durante 6-12 meses.
Por este motivo cada medicamento presenta una fecha de caducidad diferente, que puede oscilar entre los 12 y los 60 meses.
¿Cómo debo guardar los medicamentos para preservar su eficacia?
La fecha de caducidad deja de ser válida cuando el envase se abre o se daña.
En general, se recomienda almacenar los medicamentos en un lugar fresco y seco, fuera de la luz directa del sol, y en algunos tipos de medicamentos como las vacunas o las insulinas seguir las instrucciones concretas de mantenerlos en la nevera.
Además deben respetarse las condiciones de uso que tienen algunos medicamentos, como los colirios o los jarabes reconstituidos, una vez se ha abierto el envase.
¿Por qué los medicamentos caducados pueden perder eficacia?
El hecho de que un medicamento preserve su eficacia una vez caducado depende de diferentes factores, como el tipo de principio activo, la presencia de conservantes, las fluctuaciones de temperatura, la luz y la humedad. Sin embargo, es muy difícil, sino imposible, identificar qué medicamentos podrían ser efectivos más allá de la fecha de caducidad.
¿Con qué medicamentos se debe tener especial precaución?
En general, los medicamentos sólidos, como los comprimidos o las cápsulas, son los más estables.
Las formas líquidas como los jarabes, especialmente los reconstituidos, los colirios o los inyectables presentan más problemas de estabilidad.
Debe tener especial precaución con los medicamentos inyectables y nunca debe inyectarse una solución turbia, esté o no caducada.
Debe tener especial cuidado y asegurarse de que siempre se utilizan dentro de la fecha de caducidad aquellos medicamentos esenciales para el tratamiento de enfermedades crónicas como la insulina para la diabetes o los inhaladores de rescate, como por ejemplo el Ventolin® (salbutamol), para el asma.
Se debe revisar periódicamente la fecha de los medicamentos que, aunque no se usan a diario, son esenciales en una emergencia médica, como la Solinitrina® (nitroglicerina) para la angina de pecho o como los medicamentos empleados para el choque anafiláctico (reacción alérgica súbita y grave), por ejemplo el EpiPen® (epinefrina).
He tomado un medicamento caducado… ¿puede ser tóxico?
Solo se ha documentado un caso de intoxicación como consecuencia de la ingesta de un antibiótico caducado y, por lo tanto, parece altamente improbable que la ingesta de un medicamento caducado tenga efectos tóxicos sobre la salud. Aun así, NO se recomienda tomar medicamentos caducados.
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