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Emilio Aragón: «¿A quién no le han dado calabazas alguna vez?»
Publicado
hace 7 añosen
MADRID, 14 Dic. (EUROPA PRESS) – Emilio Aragón es uno de sus nuestros artistas y genios más importantes del panorama nacional. Cómico, actor, productor, compositor y sobre todo músico si le pones en el brete de tener que definirse. Todos le conocimos como payaso desde bien jovencito y desde entonces no ha parado. El forma parte de aquellos payasos que tanto cautivaron a tantas generaciones, con el orgullo de tener un padre como Miliki que conquistó a todos los corazones y que está presente con sus canciones en todos los cumpleaños con Feliz en tu día o en Navidad con su canción Navidad con Paz.
Hace 40 años que no pisaba la carpa de un circo y sus 59 años -este artista nacido en La Habana- ha vuelto a la carpa tras la insistencia de más de año y medio de los hermanos González Villanueva, que están detrás de Productores de Sonrisas que le decían que el circo le necesitaba y vuelve por la puerta grande en el 250 aniversario del circo pero con mucha humildad y aprendiendo de todo el mundo en Circlassica.
Dos sagas en el circo, tanto de artistas y productores se han unido tras una conversación en Miami donde reside largas temporadas Emilio junto a su mujer Aruca Fernández-Vega Feijóo y que alternan con su casa de El Viso, Madrid. Sin embargo, él no sabía si iba a estar a la altura o si iba a estar oxidado y asegura que ha tenido que aprender mucho. El hecho de volver, le ha valido para crear su propia carta de amor a sus antepasados y profesionales del circo, algo que cree que les debía.
Además, siendo abuelo ha visto que uno de los grandes objetivos era el que los niños y los adolescentes, los grandes olvidados, quisieran regresar al año siguiente y ‘unir familias’ porque es un espectáculo para todo el mundo.
Padre de tres hijos: Icíar, de 33 años; Macarena, de 30; y Nacho, de 23, tiene ya dos nietos de cuatro y dos años, y esperando otro, se muestra sensible, inseguro estructural, familiar, muy solidario y muy humano a la hora de trabajar con la gente que lo hace valorando su trabajo, habiendo tenido que saber superar la crítica.
CHANCE: ¿Por qué has vuelto?
Emilio Aragón: Yo estoy aquí por dos motivos, por lo pesados que son Manuel, María y Rafa, estos tres hermanos que se dedican tanto al circo, que estuvieron un año y medio insistiendo en que yo debía estar aquí para que dirigiera una función de circo y segundo porque son tres hermanos que merecen la pena que apoyemos todos, porque lo que están haciendo ellos, no lo están haciendo tantos otros que deberían. A la pasión la ilusión con la que llegan cada mañana es digna de mención.
CH: Emilio, te he visto muy emocionado. Cuando estaba el pase gráfico, he visto que lo estabas viviendo mucho.
E.A: Sí pero sobretodo, además de que sea emocionante por el hecho de que sea el 250 aniversario del circo y de algo que me toca muy de cerca, porque he tenido la oportunidad de trabajar con gente maravillosa, ha sido un viaje muy bonito, en el que he aprendido muchísimo de por ejemplo de Alessandro y de Manuel, que han sido dos bastones muy importantes en estos ensayos por que han sido muy intensos y en el que yo estos últimos 40 años he hecho más televisión o cine, el circo pertenece a la misma familia, pero hablan idiomas distintos, entonces hay cosas que yo tenía pensadas que se podían hacer y otras que no, pero afortunadamente ahí he tenido a Alessandro y a Manuel para que me echaran una mano. Pero luego el ambiente que se ha vivido ha sido fantástico, porque yo no he escuchado un ‘no’ en ningún momento, yo he propuesto cosas y la gente lo intentaba hacer, hemos tenido que ir cambiando a lo largo del camino porque evidentemente, porque una cosa es lo que tu escribas, el papel aguanta todo, pero otra cosa es que te encuentras ahí alambres que te cruzan, montajes y desmontajes de cosas para según que numero, y eso son hándicaps que tienes que intentar salvar como puedas o incorporar, convertir el defecto en virtud, y cuando trabajas tan de cerca con tanta gente entusiasmada, ilusionada, que nadie te dice que no a nada pues es maravillosos trabajar así, muy intenso, muy duro porque han sido muchísimas horas y literalmente he dormido una media de 4 horas a lo largo de estos últimos 15 días, pero venias aquí con la misma ilusión al día siguiente porque el ambiente era muy positivo y así da gusto trabajar.
EMILIO ARAGÓN, CINCO GENERACIONES DENTRO DEL CIRCO Y 40 AÑOS SIN PISARLO: «PENSABA QUE PODÍA ESTAR OXIDADO»
CH: ¿Qué es Circlassica para ti?
E.A: Pues Circlassica es mi pequeña carta de amor a muchas generaciones de circo, a mi familia, a la esencia de este espectáculo, a lo que ha significado para muchas generaciones. Porque hay que entender que el circo ha vivido épocas de crisis en donde había perdido su esencia. Este homenaje es al circo puro y evidentemente a mis antepasados, yo soy la quinta generación de una familia de artistas y la culpa la tiene una pareja que se enamoró hace no sé cuántos años y ellos fueron los que arrancaron esto, eran gente de circo. Te puedes imaginar, había momentos muy emocionantes, estaba sentado con gente que me contaba historias, que habían hablado alguna vez con mi padre muchos años atrás o que familiares suyos habían tenido contacto con mi familia o mis abuelos.
CH: ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que pisaste por última vez una carpa de un circo?
E.A: Yo hacía 40 años que no pisaba un circo y tenía miedo por un montón de cosas, por sentirme oxidado, por no estar a la altura* pero al final pensé que sí que debía de estar para escribir mi carta de amor a mis antepasados, tantos profesionales que han hecho tanto por este espectáculo, e intenté reflejar de una manera pequeñita, por qué estoy yo aquí.
CH: Es una historia apasionante, eso que comentas del porqué estás hoy aquí en todos los sentidos…
E.A: Sí, un día un seminarista fue un día a ver una función de circo donde había una ecuyere (acróbata ecuestre), que se llamaba Virginia Foureaux que era mi bisabuela, y este seminarista que iba a ser cura, lo dejó, la siguió, se convirtió en Pepino ‘El Payaso’, se casó y tuvo quince hijos. Así que el seminarista* (se ríe) corrió bastante.
CH: O sea que realmente cuando has estado escribiendo esta historia estabas viviendo una película que realmente has sentido muy tuya.
E.A: Sí, sí, claro que sí. Al final sabes que la regla numero 1 a la hora de escribir es si puedes escribir o contar alguna historia que te toque de cerca o que la hayas vivido, mejor cuenta esa que ninguna otra que no hayas vivido, porque habrá mucha verdad.
Aunque sea el hilo conductor, la historia de Nim y Margot pues eso son mis bisabuelos, los tenía cerquita. Y luego la idea de hablar de los sueños. Todos hemos tenido y tenemos sueños, todos soñamos con tener una casa más bonita o conseguir el compañero o compañera ideal, o con dar la vuelta al mundo, y en este caso pues nuestro protagonista quiere conquistar el corazón de Margot. ¿Y quien no ha sentido el desamor alguna vez en su vida, a quien no le han dado calabazas alguna vez?
Unos hemos triunfado en el amor, otros no, y una cosa tan universal como una historia así pensé que podría ser el hilo conductor perfecto para este espectáculo y bueno es una pequeña historia que vamos contando a lo largo del espectáculo y nos hacían falta dos protagonistas muy importantes, para Nim y Margot, y la verdad es que el trabajo que están haciendo tanto Nardelis como Samuel en los papeles de Nim y Margot son únicos, la verdad es que estoy tan contento de haber tenido la suerte de haber trabajado con ellos…
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Rosarosae
8 años sin Chiquito, el creador del idioma ‘Grijarder’
Publicado
hace 3 horasen
19 noviembre, 2025
Como cada año por estas fechas, los medios de comunicación sacaremos las «listas del año»: que si las mejores películas, las canciones más escuchadas en la plataforma de moda. Incluso hay recuento de las palabras más utilizadas en cada país.
Precisamente, por estas fechas, un día como hoy de hace cinco años fallecía un humorista capaz de revolucionar por completo el Diccionario de la Real Academia de la Lengua.
Necesitábamos revolucionar nuestro lenguaje, sin necesidad de que lo hicieran desde fuera con nuevos vocablos. Y de eso se encargó, por la gloria de mi madre, Chiquito de la Calzada.
El humorista, cantaor y actor cómico revolucionó nuestra lengua. Todo el mundo niños, mayores, ancianos; ricos y pobres; perros y gatos. Nadie podía evitar contagiarse de esos vocablos que nos traía ese hombre y su nueva lengua, el grijander. Porque si esta persona fue capaz por aquel entonces de batir con más de cuatro millones de espectadores de audiencia un partido de Champions del todopoderoso Real Madrid, seguro que es capaz de terminar con la lengua de Shakespeare en un abrir y cerrar de ojos.
Así creo que sería justo que Chiquito de la Calzada tuviera una silla en la Real Academia Española (RAE) para darle aires nuevos a nuestra lengua y dejar de tomar palabras de otras.
¿Para qué queremos el spanglish? Ya puestos a inventar e incluir palabras nuevas prefiero que por lo menos sean graciosas.
Aquí van los motivos que refrendan el movimiento #chiquitoalarae
Palabra de Chiquito (de la Calzada)
Te das cuen; Quietorr; por la gloria de mi madre; al ataquerr; cobarde; pecador de la pradera; Bambino; jaaarl; era el año 4; ese caballo que viene de Bonansa; mamarl; no puedorl; asexuar; no te digo trigo por no llamarte Rodrigo; apitican de morenau; no puede sé; torpedor; y un largo, largo etcétera.
Que levante la mano aquel que no haya dicho ninguna palabra salida de esa brillante y lúcida mente.
Mi duda es, si la gente hizo suyo ese lenguaje, ¿por qué ninguno de esos términos está en el diccionario?
El idioma Grijander o chiquitistaní
En un país como España en el que todo el mundo tiene nivel medio de inglés aunque luego no sepa ni preguntar la hora, el grijander sería el segundo idioma que tanto nos exigen. Porque Chiquito tiene un método mucho mejor que Vaughan.
Ya imagino esos diccionarios de Español-Grijander/ Grijander-Español.
¿Podría ser el grijander ese idioma esperanto con el que todo el mundo pudiera entenderse con un simple “¡Jaaarl!”?
Su conjugación y formación de palabras es muy sencilla: simplemente basta con añadir las terminaciones “rr” (¿cómorr?), “rl” (fuegorl),… y otras muchas que el espíritu chiquitistaní nos sugiera.
Con el idioma Grijander no existirían las discusiones de si hay que llevar una canción a eurovisión en español o en inglés. Imaginad una versión del “La, la, la” de Massiel. No sería difícil: “Jarl, jarl, jarl”. ¡Nos votarían hasta los países del este! (Que tomen nota los del BenidormFest)
El doctor Grijander
Si hay un médico famoso en nuestro país, ese es el doctor Grijander.
Pupitas en el fistro de abajo; revisiones del diodeno; amatomas sexuales;… no había especialidad que se le resistiera.
Por muy asustado que estuviera el paciente, el doctor Grijander siempre sabía cómo tranquilizarlo con su “¡reláaajese usted!” o el “¡Ten cuidadín no te hagas pupita en el fistro duodenaaal!”
Insultar con gracia
Chiquito te ofrecía la posibilidad de decirle a tu jefe en toda su cara “Me cago en tus muelars… Eres un fistro-pecador-cobarde” Y no solo no te despedía, sino que te subían el sueldo y te ascendían a director.
Fácil de aprender (no requiere de un nivel alto de estudios)
Por aquel entonces sin internet, wikipedias, ni redes sociales, todos sabíamos de memoria sus consignas ya fueras muy listo o no tan listo. Tal vez no recordáramos ya los afluentes del Tajo pero sí que el sastre de Tarzán trabajaba poco; que había un hombre que había nacido después de los dolores; que había gente que en vez del graduado tenía una etiqueta de anís del mono o que se podía freír un huevo con saliva.
Gromenauer, Peich,… números y letras fáciles de recordar. ¿Para cuándo unos Cuadernos Rubio?
Sensualidad y sexualidad
Las novelas eróticas que están tan de moda en la actualidad no serían los mismo si se escribiera en el idioma de Chiquito (serían mejores):
“El señor Grey la recibirá ahora para borrarle el cerito mientras hacen guarreridas españolas con el fistro sexual. Después irán en helicopteror hasta su habitación roja donde allí le hará la caidita de Roma varias veces hasta que grite: ¡Por la gloriaa de mi madrer!”.
¿Y los anuncios de colonias? También cambiarían ligeramente. La imagen en blanco y negro de ese hombre perfectamente esculpido en busca de su camisa en un interminable vestidor mientras camina dando pequeños saltitos con la mano en sus lumbares. Una vez vestido, mirada a cámara frunciendo el ceño en plan malote y grito: ¡¡¡Al ataaqueeerrr!!!
¿Os imagináis a Kate Moss en un anuncio de “A-canemor”, la fragancia para ella”?
El movimiento chiquito
No me refiero a ningún partido, moda o grupo social. Me refiero a esos pequeños saltitos que hacía el señor Chiquito para caminar con la mano colocada en las lumbares como si tuviera un terrible dolor. Esa perfecta coreografía no era algo banal ni superfluo, era una forma de ser. Una forma de vida. One lifestyle que dirían otros.
Si el siglo XXI nos ha traído a los metrosexuales y a los hipster, los últimos años del siglo pasado nos dejó el chiquitismo como forma de ver las cosas y afrontar el día a día. ¿Por qué no recuperarlo ahora?
Si el chiquitismo hubiera surgido hoy en día en pleno auge de las redes sociales y sus vídeos virales, estoy seguro que hasta el mismísimo Obama habría aparecido en la portada de la revista Time con el titular: “I can´t, can´t”.
Incluso las crisis económicas se podrían afrontar de una manera bien distinta.
–Periodistas: ¿Cómo esta el asunto?
–Político: La cosa está muy malitaaaar.
–Periodistas: ¿Sabría decirnos cuándo saldremos de la crisis?
–Político: No puedorr, no puedorr… ¡jaaaarl!
Y la sociedad ante eso habría reaccionado de otra manera seguro: “nos hemos quedado sin trabajo pero ¡nos hemos reído!”, comentarían por las calles los ciudadanos entre lágrimas de alegría.
Expresiones llenas de sabiduría popular
Tengo más nervios que un filete de cinco pesetas; Trabajas menos que el sobaco de un churrero; Te mueves más que los precios;…
Son solo unos pocos ejemplos de las cientos y cientos de expresiones que a mediados de los 90 invadieron nuestras conversaciones. Contar la comparación más ocurrente se convirtió en deporte nacional, creciendo de paso el ingenio lingüístico de los españoles.
Por eso, desde aquí pido (exigir me parece demasiado) una silla en la RAE para don Chiquito de la Calzada, con el fin de salvar nuestra lengua de la invasión anglosajona.
Él que tanto hizo revolucionando nuestro lenguaje merece un asiento o incluso un tresillo. El de la letra Peich.
¡Hasta luego… Lucas!
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