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Cristiano Ronaldo revienta la #ChampionsLeagueFinal

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Cristiano Ronaldo hablaba a los micrófonos de BeIN Sports y un día más quiso llevarse el protagonismo con unas declaraciones fuera de tono además de inoportunas. Lanzó una bomba que luego quiso rebajar pero ya era tarde. La Decimotercera del Madrid se vio empañada por las palabras de Cristiano en las que dejaba ver que su marcha del equipo blanco es prácticamente inminente. Sin duda, no era el momento ni el lugar.  Lamentable.

Trece veces reyes de Europa. La leyenda del mejor club de la historia continúa. El Real Madrid conquistó en Kiev la tercera Champions consecutiva al superar al Liverpool por 3-1. La huella que está dejando esta generación de futbolistas dirigidos por Zidane ya es eterna. Pasarán los años y siempre se hablará del actual Real Madrid como uno de los grandes equipos de todos los tiempos. Bale fue el gran protagonista de la final, tras saltar al campo con empate a uno y resolver con dos tantos, uno de ellos tras una chilena para la historia. Benzema fue el encargado de abrir el marcador para los madridistas y Mané hizo el tanto inglés.

El partido arrancó con un ritmo pausado y mucho respeto entre los dos conjuntos. El Real Madrid intentaba elaborar desde atrás y el Liverpool buscaba transiciones rápidas hacia sus atacantes. Una de ellas estuvo a punto de aprovecharla Mané en el 7’, pero cortó bien Varane. Poco después llegó el primer disparo madridista, obra de Marcelo, que se marchó desviado. Con los dos equipos bien posicionados tácticamente, el peligro solo podía llegar aprovechando errores rivales. De esta manera, en el 15’, Carvajal robó un balón en el centro del campo y combinó con Cristiano, que conectó un potente lanzamiento que se fue arriba por poco.

Lesionados
Alexander-Arnold dio la réplica con un tiro cruzado que hizo estirarse por primera vez a Keylor Navas. La mala suerte se cebó con los dos equipos en forma de lesión. Salah y Carvajal tuvieron que abandonar la final. Nacho ocupó el lugar del lateral blanco. Los últimos minutos del primer periodo fueron madridistas. En el 43’, Karius desvió un gran cabezazo de Cristiano y Benzema marcó en el rechazo, pero el árbitro anuló el gol por fuera de juego. Al filo del descanso, Nacho disparó al lateral de la red y Benzema probó fortuna desde fuera del área, pero el partido se mantenía en tablas.

ZIDANE ES EL PRIMER ENTRENADOR DE LA HISTORIA QUE GANA TRES COPAS DE EUROPA SEGUIDAS.

La segunda parte arrancó como terminó la primera, con el Real Madrid decidido a por el gol. Isco pudo lograrlo tras recoger un balón muerto dentro del área y disparar al larguero. El 1-0 llegó en el 51’: Karius intenta sacar rápido con la mano y Benzema, muy listo, corta con el pie derecho y desvía la trayectoria del balón enviándolo al fondo de la red. Sin embargo, la alegría solo duró cuatro minutos, ya que un córner botado por el Liverpool acabó en gol de Mané después de que Lovren tocara de cabeza. El partido estaba mucho más abierto y, de nuevo, Isco tuvo la ocasión de adelantar a los blancos, pero se topó con el meta rival.

La chilena de Bale
Zidane 
comenzó a mover el banquillo y dio entrada a Bale. El galés, en su primera intervención, aprovechó un centro de Marcelo para conectar una tremenda chilena y firmar el 2-1 (64’). Un golazo para la historia que puso en pie al Olimpiyskiy de Kiev. El Liverpool no se rindió y respondió rápidamente con un disparo al palo de Mané. Mientras, el Madrid podía matar a la contra y Cristiano estuvo cerca de hacerlo en el 74’, pero salvó Robertson.

El encuentro continuó abierto hasta el final. El Liverpool buscaba el empate, pero eran los de Zidane quienes disfrutaban de las mejores opciones de gol. Benzema, tras un gran centro de Bale, hizo emplearse a fondo a Karius en el 81’. Dos minutos más tarde, el galés sentenció con un disparo desde fuera del área que no logró despejar el portero del equipo inglés. A partir de ahí, el grito de “campeones, campeones” retumbó en las gradas de Kiev. La Decimotercera ya es nuestra.

Real Madrid

1 Keylor Navas
2 Daniel Carvajal 37
12 Marcelo
5 Raphael Varane
4 Sergio Ramos
14 Casemiro
10 Luka Modric
22 Isco 61
8 Toni Kroos
9 Karim Benzema 5189
7 Cristiano Ronaldo

Suplentes

6 Nacho 37
20 Marco Asensio 89
11 Gareth Bale 616483

Entrenador

Zinedine Zidane

Liverpool

1 Loris Karius
66 Trent Alexander-Arnold
26 Andrew Robertson
6 Dejan Lovren
4 Virgil van Dijk
14 Jordan Henderson
5 Georginio Wijnaldum
7 James Milner 83
9 Roberto Firmino
11 Mohamed Salah 30
19 Sadio Mané 5582

Suplentes

23 Emre Can 83
20 Adam Lallana 30

Entrenador

Jürgen Klopp

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Javi Guerra, 27-04-2023: radiografía de un gol que cambió el rumbo del Valencia

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Javi Guerra
La piña de compañeros, segundos después de haber marcado su celebrado tanto. EFE/ Kai Försterling/ARCHIVO

Nacho Herrero

València, 26 abr (OFFICIAL PRESS- EFE).- A las 21.25 del jueves 27 de abril de 2023, este sábado hace un año, Javi Guerra hizo estallar Mestalla con un gol en el descuento ante el Valladolid que sacó al Valencia del descenso y que en el imaginario colectivo del club ha quedado como punto de inflexión hacia una agónica salvación.

Cuando aquella tarde el autobús de la plantilla llegó a Mestalla sobre las 17.30, dos horas antes del choque de la jornada 31, le recibieron cientos de seguidores en la Avenida de Suecia, muchos de ellos jóvenes dada a hora.

Guerra, que tenía 19 años y cumplió 20 dieciséis días después, tenía sus cosas preparadas en el vestuario entre las de Alberto Marí y Jaume Doménech. No era una taquilla personalizada con su foto porque entonces tenía ficha del filial.

De hecho, llegaba con un escueto bagaje de 68 minutos en Primera que había conseguido en los anteriores once días y que se dividía entre los 18 en la derrota por 0-2 ante el Sevilla, incluidos ocho de descuento, y los 50, con cinco de prolongación y mucho más felices, del domingo anterior en Elche, donde hubo un desplazamiento masivo de aficionados.

Pese al 0-2 del Martínez Valero, el Valencia era decimoctavo, antepenúltimo, con 30 puntos, los mismos que el Almería, que era cuarto por la cola y que el día antes había aumentado la presión sobre los de Rubén Baraja al ganar en Getafe.

Aquella tarde, la angustia se disparó en Mestalla entre las 19.35 y las 20.43. Fueron casi setenta minutos en los que se asomó al abismo del descenso. A los seis de empezar el partido, un error de Mouctar Diakhaby en un control permitió a Cyle Larin adelantar al Valladolid. Cuarenta minutos después, Javi Puado marcó para el Espanyol en Vila-real. El equipo ‘perico’, que tenía 28 puntos, estuvo virtualmente durante media hora, con 31 y dejaba al Valencia penúltimo.

Antes de las 21 horas, la historia empezó a cambiar en los dos escenarios. Entre las 20.44 y las 20.54, Étienne Capoue y Dani Parejo le dieron la vuelta al marcador en La Cerámica. Sobre las 20.52 Mestalla había vivido su primera explosión de júbilo. Diakhaby remató un córner de cabeza sin aparente peligro pero el portero Jordi Masip, en otro error mayúsculo, pensó que iba fuera y dejó pasar el balón a su red.

Guerra lo vio desde el banquillo y saltó como un resorte. Se abrazó a Cenk Özkacar y a Marí, al que tenía a su izquierda en el banquillo tras haber salido a calentar su primer ‘vecino’, Diego López. En el asiento de la derecha tenía a Cristhian Mosquera.

Ese día acudieron a Mestalla 42.217 espectadores y un invitado: Kily González. El argentino había jugao su último partido oficial en Mestalla veinte años antes, cuando Guerra acababa de nacer. En verdad, los 27 de abril ya se veneraban en Mestalla antes del gol de Guerra y en parte era por él.

Aquel día pero en 2002, el Valencia recibió al Espanyol en la jornada 36. El equipo perico se adelantó, Amadeo Carboni fue expulsado y el sueño del título se esfumaba. Rafa Benítez dio entrada al Kily en el 66 y en el 78 el Valencia había enloquecido Mestalla con una remontada con dos asistencias suyas a Baraja. Ocho días después, el club conquistó la Liga tras más de treinta años de sequía.

De nuevo en 2023, pese a que el Espanyol ya perdía en Vila-real y el Valencia había recuperado un punto, el empate era poco consuelo. Se quedaba con 31 puntos, empatado con el Getafe en la frontera del descenso y ni eso parecía seguro. El Valladolid, inmerso también en la batalla por la permanencia, buscaba el triunfo e Iván Fresnada estrelló en el larguero el 1-2.

En el minuto 83, Baraja hizo entrar a Diego López y a Ilaix Moriba. En ese momento mandó a Guerra a calentar, al parecer, más por precaución que por otra cosa, porque la activación previa suele ser mucho más larga. Pero André Almeida estaba muy fatigado.

Guerra no estuvo en la banda ni cuatro minutos e incluso su calentamiento ‘exprés’ fue algo más largo porque Baraja le tuvo que llamar dos veces. Cuando el reloj marcaba 86 minutos y 57 segundos, su primera señal para que regresara y saliera confundió al jugador. Veinticinco segundos después, contrariado, tuvo que repetir la llamada para poder sustituir al luso.

El joven llegó a la carrera y se puso la camiseta que ahora guarda en su casa de Gilet y que colgaba de su silla con el número 36, el que se le asignó en pretemporada. No fue Baraja, con el que apenas intercambió un par de palabras, sino su ayudante, Toni Seligrat, quien le dio indicaciones.

Finalmente, entró en el minuto 88 y 35 segundos y participó en tres acciones antes de la jugada decisiva. En ella, frenó un contragolpe pucelano al interceptar un pase de Robert Kennedy y soltó a Ilaix un balón que pasó por Diego López y de nuevo por Moriba antes de regresar a sus pies.

Controló la pelota con el izquierdo y con el primer toque con el derecho dejó atrás a Óscar Plano; con el segundo y el tercero avanzó y retomó la zurda para disparar desde la cruceta de la línea del área con su corona. Su trallazo cruzado pasó juntó a Joaquín Fernández y entró por el palo más alejado de Masip. Era el minuto 92 y 9 segundos y llevaba apenas 214 segundos en el campo.

Como veintiún años antes hiciera Baraja tras marcar contra el Espanyol en esa misma portería del fondo norte, Guerra abrió los brazos cuando vio la pelota en la red. Como le pasó al vallisoletano, la inercia de la diagonal que había trazado le llevó al córner más cercano a la tribuna. Ambos goles comparten lugar de celebración y piña colectiva.

Guerra, algo incrédulo, se giró a mitad de su carrera. El primero que le alcanzó fue el capitán José Luis Gayà pero pronto llegaron otros, incluso el portero Giorgi Mamardashvili, que se recorrió todo el campo. Mestalla había explotado y los vídeos y las fotografías muestran euforia, liberación y algún torrente de lágrimas incontrolable.

Sobre la bocina del minuto 95, sin añadir más de los cinco minutos previstos, José Luis Munuera Montero, señaló el final. Sus tres pitidos pillaron a Guerra en el medio campo y Toni Lato y Hugo Duro se lanzaron a abrazarle. De ahí fueron todos al fondo sur a agradecer el apoyo de la Grada de Animación.

Fue entonces cuando se le avisó de que era el elegido para la ‘Flash Interview’ de la televisión con derechos. “Me la ha dado Ilaix y tampoco veía un pase claro. He amagado, me he ido del defensor que tenía y me dio por tirar”, explicaba.

Esa temporada Guerra había acumulado 2164 minutos en Primera RFEF con un único gol, ante el Espanyol B. Tampoco había visto puerta ante el Sevilla y el Elche ni, al parecer, apenas en Paterna. “Javi Guerra no ha metido un gol en un entrenamiento, os lo juro”, escribió jocoso esa noche Hugo Duro en las redes sociales.

Antes de retirarse al vestuario, Guerra abrazó a sus padres y a su abuelo que le esperaban en la grada más cercana al túnel. Con el anciano empezó a jugar al fútbol en el jardín de una urbanización de Canet entre dos árboles, y era él quien le llevaba en tren a Vila-real, puesto que se formó en la cantera ‘grogueta’ hasta 2019.

Tras un nuevo estallido de alegría en el vestuario, regresó al césped. Era de los que menos había jugado y tuvo que hacer el ‘compensatorio’, un suave entrenamiento, ya con las gradas vacías.

Baraja había llegado a la sala de prensa y desde allí le recomendó que apagara el móvil, se fuera a casa y le diera un abrazo a sus padres. No le hizo caso y salió a cenar con sus amigos, que le esperaban en la Avenida de Suecia, donde cinco horas antes había comenzado todo.

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