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Valencia

La caída de Mónica Oltra, pilar de Compromís

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La caída de Mónica Oltra

València, 21 jun (OFFICIAL PRESS- EFE).- La caída de Mónica Oltra ha sido la crónica de una muerte anunciada. Ha defendido durante semanas que dimitir sería rendirse al acoso y derribo de la extrema derecha pero al final Mónica Oltra, la política tenaz, ambiciosa y más mediática de la política valenciana actual, no ha tenido más remedio que renunciar al cargo de vicepresidenta, consellera y portavoz del Gobierno valenciano, así como a su escaño como diputada.

La caída de Mónica Oltra

La imputación judicial por la actuación de su Conselleria en el caso de abusos sexuales a una menor tutelada por su exmarido ha truncado una trayectoria política ascendente que le ha llevado a ser, hasta este martes, la número dos y la cara de un Gobierno valenciano tripartito en el que ha ejercido de portavoz siete años, y uno de los pilares de Compromís, el partido que contribuyó en 2015 a desalojar al PP de la Generalitat.

Oltra, en política desde la juventud

La política ha marcado desde bien joven la vida de Oltra, quien nació hace 52 años en Neuss (Alemania), ya que su padre estaba casado cuando se enamoró de su madre y, a falta de una ley de divorcio en España, se fueron a vivir su historia de amor a Alemania.

A los 15 años volvió a Valencia, donde inició una militancia política que arrancó en el Partido Comunista y que posteriormente le llevaría a Esquerra Unida y finalmente a Compromís, coalición en la que se integra su partido, Iniciativa del Poble Valencià (IdPV).

Abogada de profesión, accedió en 2007 a un escaño en Les Corts como diputada de Esquerra Unida dentro de la coalición Compromís, si bien al poco de comenzar la legislatura participó en la defenestración de la portavoz, Glòria Marcos, a la que sustituyó en el cargo, y tras ser expulsada de EU pasó a formar parte de IdPV.

Durante dos legislaturas protagonizó una dura oposición a un PP que gozaba de mayoría absoluta y al que se enfrentó sin tregua con vehemencia -también con lemas en sus camisetas- y denunciando su corrupción, lo que le llevó a ser la diputada más veces expulsada del pleno y la primera suspendida temporalmente de la condición de parlamentaria.

De política a oposición de gobierno

Su visceralidad en los discursos la hicieron cada vez más conocida fuera del Parlamento valenciano y en las redes sociales, hasta el punto de que en 2015, en las elecciones en las que concurrió como candidata a la presidencia de la Generalitat, se convirtió simbólicamente en una de las caras del cambio político, junto a Manuela Carmena (Madrid) y Ada Colau (Barcelona).

Las urnas dieron entonces un papel decisivo a Compromís, ya que aunque los socialistas fueron el partido de izquierdas más votado en la Comunitat Valenciana, poner fin a veinte años de gobiernos populares en la Generalitat estaba en la mano de este partido valencianista, y así lo peleó Oltra a cara de perro.

En ese primer Gobierno valenciano, integrado por PSPV y Compromís y con el apoyo parlamentario de Podem, y al que se dio el nombre del Botànic por el lugar donde se firmó el pacto (el Jardín Botánico de València), Oltra asumió la vicepresidencia, la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas y la portavocía, y demostró que además de ser política de oposición lo era de gobierno.

Hubo que recurrir a los equilibrios internos entre los partidos del Gobierno Botánico -como la fórmula del ‘mestizaje’, con cargos de las dos formaciones en cada Conselleria-, pero pese a algunos desencuentros personales siempre primó la necesidad de que el cambio no fuera solo un paréntesis de cuatro años.

Revolución social

Las elecciones autonómicas de 2019 -que fueron convocadas por Puig de manera anticipada, para disgusto de Oltra y su partido- permitieron reeditar el Pacto del Botànic, esta vez con la entrada de Unides Podem en el Consell, donde la dirigente de Compromís mantuvo las mismas responsabilidades.

Al frente de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas ha reivindicado haber aplicado estos años una “pequeña revolución social” tras asumir unos servicios sociales que el PP dejó “desmantelados”, de la que destaca el impulso del sistema de la dependencia o el Pacto valenciano contra la violencia machista.

Las fricciones políticas entre los socios se han hecho más evidentes esta segunda legislatura, cuando Oltra ha discrepado públicamente de cuestiones lideradas por los socialistas como las medidas contra el coronavirus, la forma de elaborar los presupuestos o la abolición de la prostitución, aunque siempre se han reconducido.

Cacería política

Su imparable trayectoria política ascendente -de la que en los últimos meses había levantado recelos el posible impulso de una plataforma de izquierdas junto a Yolanda Díaz, Ada Colau o Mónica García- empezó a cambiar, sin ella saberlo, un viernes de agosto de 2017 que, según confiesa, no olvidará nunca.

Asegura que fue entonces cuando conoció una citación judicial que afectaba a su entonces marido y que cinco años después, tras un proceso impulsado por denuncias de la extrema derecha -lo que le ha llevado a decir que es una “cacería política” de esos partidos para lograr en los tribunales lo que no pueden en las urnas- ha acabado en su imputación judicial.

Pese al «nunca caminarás sola» o al «si nos tocan a una, nos tocan a todos», proclamadas por sus compañeros de partido en los últimos días y tras una «fiesta» de Compromís del pasado sábado donde fue la gran homenajeada, Oltra, finalmente, ha claudicado.

Loli Benlloch

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Valencia

Los afectados del incendio de Campanar podrán seguir 3 meses más en las viviendas municipales de Safranar

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Familias afectados incendio Campanar dejan Safranar
Viviendas facilitadas por el Ayuntamiento de València en el barrio de Safranar a los afectados por el incendio de Campanar. EFE/Manuel Bruque

València, 26 abr (EFE).- Las personas afectadas por el incendio de un edificio en el barrio de Campanar de València el pasado 22 de febrero y que fueron alojadas en unas viviendas municipales del barrio de Safranar para un periodo de tres meses, podrán seguir en ellas tres meses más.

Así lo ha aprobado la Junta de Gobierno municipal tras informar la alcaldesa de la ciudad, María José Catalá, al resto de formaciones políticas municipales en la Junta de Portavoces.

Catalá ha afirmado que el objetivo de esta prórroga es que las personas afectadas por el incendio en el que murieron diez personas tengan «un poco más de margen para buscar una vivienda de alquiler y recomponer su situación».

Con esta prórroga de tres meses, que ya no podrá ampliarse más, ha destacado la alcaldesa, se hace coincidir el tiempo ofrecido por el Ayuntamiento en estas viviendas públicas de forma totalmente gratuita con el plazo que tienen para presentar la solicitud de ayudas al alquiler de la Generalitat.

De esta forma, ha añadido Catalá, «las personas saldrían de las viviendas de Safranar y podrían estar en viviendas con una ayuda para pagar el alquiler de la Generalitat».

Ha asegurado que se trata de un «criterio objetivo» con el que se tiene una «especial sensibilidad» con la situación que han vivido estas personas, y al mismo tiempo, se hace compatible con el uso final de las viviendas de Safranar y el listado de más de 1.000 personas que esperan una vivienda de alquiler asequible.

Catalá ha asegurado que no van a dejar a nadie atrás, ni a los vecinos de Campanar ni a los de la avenida de la Constitución, que fueron desalojados el miércoles tras detectarse una grieta en la finca, supuestamente provocada por unas obras contiguas.

 

Familias de afectados por incendio de Campanar dejan Safranar

Las familias fueron alojadas en el edificio de 131 viviendas de propiedad municipal y según explicó en su momento el concejal de Urbanismo, Juan Giner, comenzaron a trasladarse pocos días después del siniestro, con prioridad para las familias con niños, mayores, dependientes y con necesidades especiales.

De las 131 viviendas, 85 tienen dos dormitorios con una superficie útil de 45-53 metros cuadrados, mientras las 46 viviendas restantes tienen tres dormitorios y cuentan con una superficie entre 65 y 74 metros cuadrados.

El edificio tiene una superficie de 15.104,05 metros cuadrados, de los que 10.476,04 metros son de uso residencial y también dispone de 84 plazas de garaje distribuidas en dos sótanos y 22 cuartos trasteros, igualmente construidos en los dos sótanos.

Además, tiene habilitadas 131 plazas de bicicleta en la planta baja con acceso desde el zaguán.

Los trabajos de adecuación de los inmuebles se llevaron a cabo por una treintena de trabajadores de la Concejalía de Vivienda y Urbanismo que, desde el día siguiente al incendio trabajaron voluntariamente para dotar a estos hogares de los servicios de luz y agua.

El personal de esta Concejalía se sumaba a otros centenares de trabajadores y trabajadoras municipales que se movilizaron para atender las necesidades surgidas y varias empresa contribuyeron para su adecuación total como hogares.

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