Síguenos

Deportes

Los mensajes de Baraja, tras su renovación

Publicado

en

baraja renovacion
El entrenador del Valencia FC, Rubén Baraja. EFE/ Juan Carlos Cárdenas/Archivo

València, 15 jun (OFFICIAL PRESS- EFE).- El entrenador del Valencia, Rubén Baraja, señaló este jueves tras haberse confirmado su renovación por dos temporadas que se marca como objetivo “crecer” respecto a esta última campaña, en la que el equipo se salvó del descenso en la última jornada, y dijo que deben ser ambiciosos pero asumir la realidad.

Baraja, tras su renovación

“Mi reto personal es conseguir que el Valencia crezca y que tengamos un objetivo ambicioso, pero real. La ambición tiene que ir en función a tus posibilidades y lo más importante es saber nuestro punto de partida y el objetivo a cumplir. Esto no se puede saber en este momento, pero hay que ser ambiciosos en cuanto a que podemos hacer crecer al equipo y mejorar respecto a lo que hicimos la temporada pasada”, explicó en una entrevista con los medios del club.

“Hay una serie de cosas que el club debe tener claras y una de ellas es el objetivo. Es muy importante saber de dónde vienes, cuál es tu punto de partida, al punto donde quieres llegar, tener tu hoja ruta marcada con objetivos alcanzables y, a partir de ahí, crecer, trabajar y estar muy fino a la hora de confeccionar la plantilla, que es lo más importante en una pretemporada”, deslizó.

Baraja quiere construir un equipo competitivo

El técnico dijo que es “fundamental” construir un equipo “competitivo con los perfiles de jugadores que necesita el club para poder crecer”. “Hay que marcar un objetivo en función de nuestra realidad, la cual hay que asumir, pero con la ambición, las ganas y la ilusión para, a través del trabajo, construir un buen equipo y crecer. Este es el objetivo”, reiteró.

El entrenador del club de Mestalla dijo que les toca “trabajar mucho y acertar mucho en reforzar el equipo”. Baraja dijo que el Valencia “debe tener la mejor plantilla posible cuando empiece La Liga” pero señaló que todos tienen “que hacer un esfuerzo por entender la situación que tiene el club en este momento”.

“Históricamente, el Valencia CF ha sido un buen equipo cuando ha tenido connotación de equipo, cuando ha sido un bloque con plantillas competitivas, cuando todo el mundo sabía cuál era su rol y en la que cualquier jugador sabía lo que es el Valencia CF, lo que significa y la exigencia que tienes por ser jugador de este club”, recordó.

Los jugadores que vengan

“Para mí, es muy importante que los jugadores que vengan al Valencia CF y los que ya están tengan hambre, ambición y energía. Tenemos que ser capaces de encontrar los rendimientos y las certezas, que te dan la posibilidad de hacer un equipo competitivo. Ese el objetivo que me planteo”, añadió.

Baraja dijo está “feliz y entusiasmado con la posibilidad de poder seguir en el Valencia” y subrayó “la gran ilusión de poder empezar un proyecto de cero”. “Estoy radiante de alegría, de optimismo y, sobre todo, de ilusión para el futuro”, apuntó.

El técnico dijo que la pasada campaña les debe servir “de aprendizaje”. “A mí, me ha servido de muchísimo estos meses para conocer el club, saber cómo funciona y, a partir de ahí, tratar de imponer la idiosincrasia del Valencia CF. Exigencia, mucho trabajo, afinar a la hora de configurar la plantilla y, sobre todo, la ambición de mejorar, de hacer mejorar al equipo y que el club esté en esa línea”, señaló.

El vallisoletano agradeció el apoyo de la afición la pasada campaña y dijo que los seguidores han demostrado “que son fundamentales para nosotros”. “Nosotros, debemos devolverles ese cariño con esfuerzo, competitividad en cada partido y con un equipo que tenga un sello propio”, avanzó.

“La situación era muy complicada y Mestalla ha respondido como lo ha hecho siempre. Creo que se ha demostrado que esta afición es enorme por cómo ha apoyado al equipo no sólo en casa, sino también fuera. Tenemos que cuidar a nuestros aficionados, ya que son los que nos empujan, nos apoyan y nos dan ese aliento. Luego, debemos transmitirles lo que significa el Valencia CF en el campo”, reiteró.

Carlos Marchena no seguirá como ayudante de Rubén Baraja en el Valencia

El exfutbolista Carlos Marchena, que ha sido técnico ayudante de Rubén Baraja en la recta final de la temporada, no formará parte del equipo del técnico vallisoletano en el Valencia la próxima temporada, según pudo confirmar EFE por diversas fuentes.

Baraja llegó al club el pasado mes de febrero y en su presentación aseguró que su única petición al club fue estar acompañado en el cuerpo técnico como primer ayudante de Marchena, que como él formó parte como futbolista del Valencia en una de sus mejores etapas.

Según esas mismas fuentes habría sido Marchena quien habría renunciado a seguir formando parte del proyecto la próxima campaña.

Advertisement
Click para comentar

Tienes que estar registrado para comentar Acceder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Deportes

Javi Guerra, 27-04-2023: radiografía de un gol que cambió el rumbo del Valencia

Publicado

en

Javi Guerra
La piña de compañeros, segundos después de haber marcado su celebrado tanto. EFE/ Kai Försterling/ARCHIVO

Nacho Herrero

València, 26 abr (OFFICIAL PRESS- EFE).- A las 21.25 del jueves 27 de abril de 2023, este sábado hace un año, Javi Guerra hizo estallar Mestalla con un gol en el descuento ante el Valladolid que sacó al Valencia del descenso y que en el imaginario colectivo del club ha quedado como punto de inflexión hacia una agónica salvación.

Cuando aquella tarde el autobús de la plantilla llegó a Mestalla sobre las 17.30, dos horas antes del choque de la jornada 31, le recibieron cientos de seguidores en la Avenida de Suecia, muchos de ellos jóvenes dada a hora.

Guerra, que tenía 19 años y cumplió 20 dieciséis días después, tenía sus cosas preparadas en el vestuario entre las de Alberto Marí y Jaume Doménech. No era una taquilla personalizada con su foto porque entonces tenía ficha del filial.

De hecho, llegaba con un escueto bagaje de 68 minutos en Primera que había conseguido en los anteriores once días y que se dividía entre los 18 en la derrota por 0-2 ante el Sevilla, incluidos ocho de descuento, y los 50, con cinco de prolongación y mucho más felices, del domingo anterior en Elche, donde hubo un desplazamiento masivo de aficionados.

Pese al 0-2 del Martínez Valero, el Valencia era decimoctavo, antepenúltimo, con 30 puntos, los mismos que el Almería, que era cuarto por la cola y que el día antes había aumentado la presión sobre los de Rubén Baraja al ganar en Getafe.

Aquella tarde, la angustia se disparó en Mestalla entre las 19.35 y las 20.43. Fueron casi setenta minutos en los que se asomó al abismo del descenso. A los seis de empezar el partido, un error de Mouctar Diakhaby en un control permitió a Cyle Larin adelantar al Valladolid. Cuarenta minutos después, Javi Puado marcó para el Espanyol en Vila-real. El equipo ‘perico’, que tenía 28 puntos, estuvo virtualmente durante media hora, con 31 y dejaba al Valencia penúltimo.

Antes de las 21 horas, la historia empezó a cambiar en los dos escenarios. Entre las 20.44 y las 20.54, Étienne Capoue y Dani Parejo le dieron la vuelta al marcador en La Cerámica. Sobre las 20.52 Mestalla había vivido su primera explosión de júbilo. Diakhaby remató un córner de cabeza sin aparente peligro pero el portero Jordi Masip, en otro error mayúsculo, pensó que iba fuera y dejó pasar el balón a su red.

Guerra lo vio desde el banquillo y saltó como un resorte. Se abrazó a Cenk Özkacar y a Marí, al que tenía a su izquierda en el banquillo tras haber salido a calentar su primer ‘vecino’, Diego López. En el asiento de la derecha tenía a Cristhian Mosquera.

Ese día acudieron a Mestalla 42.217 espectadores y un invitado: Kily González. El argentino había jugao su último partido oficial en Mestalla veinte años antes, cuando Guerra acababa de nacer. En verdad, los 27 de abril ya se veneraban en Mestalla antes del gol de Guerra y en parte era por él.

Aquel día pero en 2002, el Valencia recibió al Espanyol en la jornada 36. El equipo perico se adelantó, Amadeo Carboni fue expulsado y el sueño del título se esfumaba. Rafa Benítez dio entrada al Kily en el 66 y en el 78 el Valencia había enloquecido Mestalla con una remontada con dos asistencias suyas a Baraja. Ocho días después, el club conquistó la Liga tras más de treinta años de sequía.

De nuevo en 2023, pese a que el Espanyol ya perdía en Vila-real y el Valencia había recuperado un punto, el empate era poco consuelo. Se quedaba con 31 puntos, empatado con el Getafe en la frontera del descenso y ni eso parecía seguro. El Valladolid, inmerso también en la batalla por la permanencia, buscaba el triunfo e Iván Fresnada estrelló en el larguero el 1-2.

En el minuto 83, Baraja hizo entrar a Diego López y a Ilaix Moriba. En ese momento mandó a Guerra a calentar, al parecer, más por precaución que por otra cosa, porque la activación previa suele ser mucho más larga. Pero André Almeida estaba muy fatigado.

Guerra no estuvo en la banda ni cuatro minutos e incluso su calentamiento ‘exprés’ fue algo más largo porque Baraja le tuvo que llamar dos veces. Cuando el reloj marcaba 86 minutos y 57 segundos, su primera señal para que regresara y saliera confundió al jugador. Veinticinco segundos después, contrariado, tuvo que repetir la llamada para poder sustituir al luso.

El joven llegó a la carrera y se puso la camiseta que ahora guarda en su casa de Gilet y que colgaba de su silla con el número 36, el que se le asignó en pretemporada. No fue Baraja, con el que apenas intercambió un par de palabras, sino su ayudante, Toni Seligrat, quien le dio indicaciones.

Finalmente, entró en el minuto 88 y 35 segundos y participó en tres acciones antes de la jugada decisiva. En ella, frenó un contragolpe pucelano al interceptar un pase de Robert Kennedy y soltó a Ilaix un balón que pasó por Diego López y de nuevo por Moriba antes de regresar a sus pies.

Controló la pelota con el izquierdo y con el primer toque con el derecho dejó atrás a Óscar Plano; con el segundo y el tercero avanzó y retomó la zurda para disparar desde la cruceta de la línea del área con su corona. Su trallazo cruzado pasó juntó a Joaquín Fernández y entró por el palo más alejado de Masip. Era el minuto 92 y 9 segundos y llevaba apenas 214 segundos en el campo.

Como veintiún años antes hiciera Baraja tras marcar contra el Espanyol en esa misma portería del fondo norte, Guerra abrió los brazos cuando vio la pelota en la red. Como le pasó al vallisoletano, la inercia de la diagonal que había trazado le llevó al córner más cercano a la tribuna. Ambos goles comparten lugar de celebración y piña colectiva.

Guerra, algo incrédulo, se giró a mitad de su carrera. El primero que le alcanzó fue el capitán José Luis Gayà pero pronto llegaron otros, incluso el portero Giorgi Mamardashvili, que se recorrió todo el campo. Mestalla había explotado y los vídeos y las fotografías muestran euforia, liberación y algún torrente de lágrimas incontrolable.

Sobre la bocina del minuto 95, sin añadir más de los cinco minutos previstos, José Luis Munuera Montero, señaló el final. Sus tres pitidos pillaron a Guerra en el medio campo y Toni Lato y Hugo Duro se lanzaron a abrazarle. De ahí fueron todos al fondo sur a agradecer el apoyo de la Grada de Animación.

Fue entonces cuando se le avisó de que era el elegido para la ‘Flash Interview’ de la televisión con derechos. “Me la ha dado Ilaix y tampoco veía un pase claro. He amagado, me he ido del defensor que tenía y me dio por tirar”, explicaba.

Esa temporada Guerra había acumulado 2164 minutos en Primera RFEF con un único gol, ante el Espanyol B. Tampoco había visto puerta ante el Sevilla y el Elche ni, al parecer, apenas en Paterna. “Javi Guerra no ha metido un gol en un entrenamiento, os lo juro”, escribió jocoso esa noche Hugo Duro en las redes sociales.

Antes de retirarse al vestuario, Guerra abrazó a sus padres y a su abuelo que le esperaban en la grada más cercana al túnel. Con el anciano empezó a jugar al fútbol en el jardín de una urbanización de Canet entre dos árboles, y era él quien le llevaba en tren a Vila-real, puesto que se formó en la cantera ‘grogueta’ hasta 2019.

Tras un nuevo estallido de alegría en el vestuario, regresó al césped. Era de los que menos había jugado y tuvo que hacer el ‘compensatorio’, un suave entrenamiento, ya con las gradas vacías.

Baraja había llegado a la sala de prensa y desde allí le recomendó que apagara el móvil, se fuera a casa y le diera un abrazo a sus padres. No le hizo caso y salió a cenar con sus amigos, que le esperaban en la Avenida de Suecia, donde cinco horas antes había comenzado todo.

Puedes seguir toda la actualidad visitando Official Press o en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter o Instagram.

Continuar leyendo