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ENTREVISTA| Rozalén: «La gente feliz no está en redes insultando a la gente»

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Muere el padre de la cantante Rozalén y lo recuerda con una emotiva foto
EFE/ Rozalén/Juanjo Molina

Castelló, 4 nov (EFE).- La cantautora Rozalén defiende que, aunque se está viendo la luz «al final del túnel» en el sector musical, es necesario acabar con la desprotección de artistas y técnicos que se ha puesto de relieve durante la pandemia y pide poner el foco en las salas pequeñas y los grupos emergentes.

La artista albaceteña ha hecho estas reflexiones durante una entrevista telefónica con EFE antes de subirse al tren que le llevó este jueves a Castelló, donde participó en la Fira Valenciana de la Música Trovam!-Pro Weekend en una conversación con público con el periodista Arturo Paniagua.La feria reúne durante cuatro días a diferentes actores del sector musical para analizar su situación, plantear cómo afrontar los retos y compartir proyectos innovadores, propuestas y experiencias de personalidades como la propia Rozalén o Santiago Auserón.

Ambos músicos no solo compartirán cartel en este evento castellonense, sino que además han sido reconocidos con el Premio Nacional de Músicas Actuales, un galardón concedido por el Ministerio de Cultura y Deporte.

Rozalén hace una reflexión sobre el sector musical y explica que «de repente se ve la luz al final del túnel», como ocurrió, relata, en el festival SanSan el pasado fin de semana en Benicàssim, «con la gente de pie como si todo esto hubiera pasado», tras dos años «durísimos».

En el sector, indica, «hemos estado parados un año y medio» y la situación «ha dejado al descubierto muchas de sus carencias y de cómo se les trata, sobre todo si lo comparas con otros países europeos». Y se refiere no solo a los músicos, sino a los técnicos con los que asegura que ha sufrido en este tiempo un «dolor compartido».

Su «familia» musical no son solo los artistas que cantan o tocan instrumentos, añade, sino que la forman «25 o 30 personas que están detrás del escenario», muchos de ellos autónomos que en este tiempo «se han sentido desprotegidos».

Para la cantautora la pandemia ha puesto de manifiesto no solo estas carencias sino «la necesidad que tenemos como sociedad de acudir a eventos culturales y artísticos», y asegura que el confinamiento «habría supuesto un agotamiento psicológico cinco veces mayor sin el entretenimiento, el cine, las series, la cultura y el arte».

Ahora que la gente lo está «pillando de nuevo con ganas», es necesario que se tomen medidas para mejorar la situación del sector y que se valore como merecen, agrega.

Al mismo tiempo rompe una lanza en favor de las salas pequeñas y los grupos emergentes, que se están «descuidando», porque en los inicios y en proyectos pequeños es «cuando más ayuda se necesita» y sin ellos «no puede haber grandes artistas».

Mirando hacia su carrera, la artista aún muestra emoción al recordar el reciente Premio Nacional de Músicas Actuales, un galardón que le ha llegado en «el año más difícil», en el que no solo ha recibido este reconocimiento sino que también obtuvo un premio Goya por su tema «Que no, que no» para el film de Icíar Bollaín «La boda de Rosa» y en el que ya prepara su viaje a Las Vegas (EE.UU.) para asistir a la gala de los premios Grammy Latinos 2021, para los que está nominada en la categoría a Mejor álbum de cantautor.

Pese a ser un año complicado, todos estos reconocimientos hacen que Rozalén asegure que solo tiene palabras de agradecimiento hacia un público que «ha llenado todos los conciertos» al cumplirse un año de la publicación de su último trabajo, «El árbol y el bosque». «La gente ha respondido muy bien» y en esta época «tan complicada» no se puede pedir más.

«Que la gente haya respondido de esa manera es el cariño más grande que se puede pedir», apostilla la cantante.

Ahora sigue trabajando de manera incansable, sigue escribiendo y haciendo colaboraciones -aunque reconoce que ha bajado el ritmo-, y continúa afrontando «cosas muy diferentes con gente muy diferente» como un tema sobre el Medievo con Carlos Nuñez («Seguidillas del Sol y la Luna») o una canción en euskera con Olatz Salvador («Ahots Hari»).

Sobre si ese nivel de actividad le produce cansancio, la cantautora señala: «Abarcamos cosas tan diferentes que no me parece mal trabajar tanto» y está pensando en «todo» lo que quiere ofrecer en el futuro, en el que también se está planteando volver a dar el salto a América Latina y, por supuesto, «seguir contando muchas historias».

La artista no baja la guardia en su faceta de activista y se muestra dispuesta a seguir plantándose ante las injusticias y poniendo voz a aquellos que no pueden hacerlo, porque ella, asegura a EFE, sí que confía en el ser humano, en su bondad y en la posibilidad de «cambiar el mundo».

«Prefiero confiar en el ser humano y quedarme en la utopía» porque «lo destructivo es muy veloz y muy ruidoso», señala para añadir: «La gente feliz no está en redes insultando a la gente».

«A veces nos cuesta ver las cosas con perspectiva, pero vale la pena» y por ello, añade, «quiero pensar que la gente es buena».

Por Rosabel Tavera

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Cultura

Las diferencias entre «El caso Asunta» y la historia real

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diferencias entre "El caso Asunta" y la historia real
Las diferencias entre "El caso Asunta" y la historia real-NETFLIX

La serie «El caso Asunta» de Netflix ha capturado la atención del público al explorar uno de los crímenes más notorios en la historia reciente de España. Sin embargo, como suele ser el caso en las adaptaciones cinematográficas, la serie ha tomado ciertas libertades creativas para dar forma a su narrativa. Aquí analizaremos las diferencias más destacadas entre la ficción de la serie «El caso Asunta» y la historia real que conmovió al país.

Caracterización de Personajes Clave:

La representación de figuras cruciales en el proceso judicial, como el juez instructor y los abogados defensores de Rosario Porto y Alfonso Basterra, ha sido modificada en la serie. Por ejemplo, el juez en la ficción, llamado Malvar, difiere notablemente de la figura real, Vázquez Taín, quien aclaró públicamente su papel en la instrucción del caso. Además, la dinámica entre los abogados en la serie difiere de la realidad, especialmente en cómo se unieron para la defensa.

Enfoque en Personajes de la Guardia Civil:

La serie otorga relevancia a dos agentes de la Guardia Civil, interpretados por María León y Carlos Blanco, quienes desempeñaron un papel significativo en la investigación. Sin embargo, esta representación se simplifica en comparación con el equipo completo de agentes que estuvo involucrado en el caso real. La serie utiliza estos personajes para profundizar en temas como la paternidad y la relación con la niña fallecida.

Papel del Amante de Rosario:

La serie presenta al amante de Rosario como un personaje llamado Vicente, mientras que en la realidad su nombre era Manuel. La serie sugiere una implicación más directa del amante en el crimen, mientras que en el juicio real su testimonio fue descartado por la defensa.

Aspectos Sensacionales y Controversiales:

La serie explora temas sensibles como las fotografías de Asunta y el contenido encontrado en los dispositivos electrónicos de Alfonso Basterra. Aunque estos elementos fueron discutidos en los medios, su relevancia en el juicio real fue limitada.

Hipótesis y Versiones:

La serie presenta dos hipótesis sobre los posibles responsables del crimen, contrastando las perspectivas del juez instructor y la agente de la Guardia Civil. Aunque estas narrativas agregan dramatismo, el juicio concluyó con una sentencia firme.

Al explorar estas diferencias, podemos apreciar cómo la serie «El caso Asunta» equilibra elementos de la realidad con el entretenimiento dramático, generando debate sobre la ética de abordar eventos reales a través de la ficción televisiva.

El caso Asunta

El caso Asunta Basterra Porto fue un trágico suceso que conmocionó a España en septiembre de 2013. Asunta, una niña de 12 años, fue encontrada sin vida en una pista forestal cerca de Santiago de Compostela, Galicia. La investigación inicialmente se centró en descubrir las circunstancias de su muerte, que resultó ser un homicidio.

Los padres de Asunta, Rosario Porto Ortego y Alfonso Basterra Camporro, fueron los principales sospechosos desde el principio. Ambos fueron arrestados y posteriormente juzgados por el asesinato de su hija. Durante el juicio, se revelaron detalles escalofriantes sobre la relación de los padres con Asunta y las circunstancias que rodearon su muerte.

El sedante, clave

Uno de los aspectos más perturbadores fue la sospecha de que los padres administraron a Asunta una dosis letal de un sedante, lorazepam, para luego trasladar su cuerpo y simular un suicidio o un accidente. El caso fue ampliamente seguido por los medios de comunicación y generó un debate público sobre la violencia doméstica y el bienestar de los niños.

En 2016, tras un largo proceso judicial y un extenso juicio, Rosario Porto y Alfonso Basterra fueron declarados culpables de asesinato y condenados a penas de prisión. El caso Asunta sigue siendo recordado como uno de los crímenes más impactantes en la historia reciente de España, destacando las complejidades y tragedias dentro de las relaciones familiares.

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