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Salud y Bienestar

Advierten del riesgo del COVID-19 en personas con cáncer o enfermedades raras

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Madrid, 1 de abril de 2020.- A estas alturas no hay nadie en el mundo que no sepa qué es el COVID-19 y cómo ha impactado en la población. Sabemos que este coronavirus, que no entiende de fronteras, afecta con especial virulencia a las personas mayores y las que padecen afecciones médicas subyacentes, como hipertensión arterial, problemas cardiacos o diabetes. ¿Pero, qué pasa con las personas que se enfrentan a un cáncer o acaban de vencerlo? ¿Tienen que seguir unas pautas de prevención diferentes? ¿Y qué sucede con aquellas con enfermedades raras que requieren de cuidados específicos a diario? Todas ellas pertenecen a los colectivos de riesgo a los que se debe dedicar especial atención en esta crisis, advierte la Fundación Columbus, que trabaja para facilitar su acceso a las terapias más avanzadas.

Pese a que todavía no se sabe todo sobre la evolución y el comportamiento del coronavirus en pacientes con cáncer, esta infección nueva podría dificultar más la vida de las personas que están recibiendo tratamientos oncológicos, ya que su sistema inmune está debilitado. Por ello, es necesario que pacientes y familiares estén informados sobre las recomendaciones específicas para evitar el contagio del COVID-19 y también saber cómo deben actuar en caso de tener síntomas. De la misma manera, en España hay más de tres millones de personas que conviven con enfermedades raras, algunas muy graves y especialmente sensibles a los efectos adversos del coronavirus. “La situación actual les impide disponer del seguimiento que tenían antes, por ejemplo con las consultas de fisioterapia o logopedia. Las rutinas en la escuela y esos cuidados se han tenido que posponer o adaptarse por el confinamiento, porque ahora más que nunca hay que evitar la sobreexposición de estos niños”, comenta la directora de la Fundación Columbus, Ana Gómez.

Los expertos aconsejan seguir las mismas recomendaciones que la población general: minimizar las salidas de casa, limitar el contacto con otras personas, mantener una higiene de manos frecuente, limpiar las superficies de contacto o menaje, no tocarse la cara, y toser o estornudar cubriéndose la boca y nariz con el codo flexionado o un pañuelo.

El confinamiento de Alma e Irai, dos luchadoras

Desde la Fundación Columbus se sigue de cerca el estado de los pacientes oncológicos, tanto de aquellos que ya recibieron su terapia de protones a través de la mediación de la organización, como de los que acaban de comenzar el tratamiento. Este es el caso de Alma. La pequeña, de 3 años, se trasladó hace dos semanas junto a sus padres a Essen, Alemania, para recibir protonterapia. Ya lleva varias sesiones y está en todo momento controlada por el personal sanitario para evitar un posible contagio. 

“Para los padres que tenemos niños con cáncer las medidas para no contraer el coronavirus no nos son ajenas: la mascarilla, lavarse las manos… En el hospital donde estamos, ahora solo puede ir un acompañante. Nosotros estamos haciendo un confinamiento voluntario por Alma. Y las medidas de higiene que seguimos son las mismas que empezamos en España el mes de octubre, cuando comenzó nuestra lucha: lavado minucioso de manos y mascarilla para Alma cuando salía a la calle. Además de tener precaución con ella, también la tenemos con nosotros, porque si alguno de los dos enfermara de coronavirus sería una catástrofe. De momento Alma anda bien de defensas, pero podrían empezar a bajar. Hasta ahora va todo genial”, cuenta Miguel, el papá de la pequeña.

“A Alma aún le quedan 18 sesiones de protones y una recuperación por delante que esperamos que sea tan buena como la de Irai”, recuerda la directora de la organización. La pequeña recibió en mayo de 2019 un innovador tratamiento con terapia génica para hacerle frente a la deficiencia de aminoácido aromático de descarboxilasa (deficiencia de AADC), una enfermedad rara que le impedía estar sentada, mantener la cabeza erguida o usar sus brazos o piernas. Ahora se recupera de manera asombrosa en su casa, aunque sin poder seguir con las rutinas que le ayudaban a mejorar. Así lo explica su madre, Carolina:

“De los tres hermanos, Irai es la que más está echando de menos estar en la guardería y seguir sus rutinas. Estamos intentando sobre todo que no pierda nada de lo que estaba ganando, que era mucho. A nivel de logopedia, le estamos dando ahora muchos sólidos, para ayudarle a reforzar todo el tema bucal y que aprenda más a masticar, cosa que aún le cuesta. También intentamos trabajar la vocalización y que experimente mucho a nivel táctil. Respecto a la fisioterapia, la dejamos bastante en el suelo con cosas que no estén a su alcance de una manera fácil, para que se tenga que desplazar. En eso hemos notado que ha ganado. Y, a nivel psicológico, tanto mi marido Alex como yo intentamos estar muy felices. No ponemos la tele delante de los niños. Estamos tratando de crear un pequeño búnker de felicidad, porque Irai es muy sensible a estas cosas”.

El caso de Alma o Irai son ejemplos de los miles de niños y niñas cuya comprometida situación de salud les expone más a una posible infección. “Queremos mandar un mensaje de tranquilidad a las familias y advertir a la población de que quedarse en casa también debe ser un ejercicio de responsabilidad frente a estas personas más vulnerables. En la Fundación Columbus seguimos en constante contacto con ellas, si bien recomendamos, ante cualquier duda, hablar con sus oncólogos y equipos de atención médica para analizar sus opciones y protegerse de la infección”, añade Gómez.

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Descubren un alzhéimer genético que afecta a millones de personas

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alzhéimer genético
Descubren alzhéimer genético que afecta a millones de personas-FREEPIK

El alzhéimer es una enfermedad neurológica compleja que provoca un deterioro progresivo en la memoria, el pensamiento, el comportamiento y las habilidades sociales. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), alrededor de 800.000 personas en España padecen esta enfermedad, y esta cifra sigue en aumento.

La posibilidad de predecir la enfermedad

Un estudio publicado en la revista Nature Medicine, liderado por el neurólogo Juan Fortea del Hospital Sant Pau de Barcelona, revela que es posible predecir si los pacientes desarrollarán alzhéimer en el futuro. Los investigadores analizaron miles de muestras cerebrales de personas fallecidas y realizaron pruebas en 10.000 pacientes para estudiar el efecto de tener dos copias del gen de la apolipoproteína 4 (APOE4).

Este gen es conocido por aumentar significativamente el riesgo genético de desarrollar alzhéimer, pero hasta ahora se desconocía su impacto exacto. Durante el estudio, se encontró que el 95% de los pacientes con esta variante genética mostraban marcadores biológicos tempranos relacionados con el alzhéimer, como la acumulación de proteína amiloide en el cerebro, y se pudo prever que comenzarían a padecer la enfermedad alrededor de los 65 años.

Un nuevo subtipo de alzhéimer

Según los investigadores, el APOE4 no solo es un factor de riesgo, sino una forma distinta de alzhéimer genético, similar al alzhéimer temprano y al asociado al síndrome de Down. Este tipo de alzhéimer es el más común entre la población, afectando a entre el 2% y el 3% de las personas caucásicas, lo que representa millones de individuos en todo el mundo.

El APOE4 contribuye al 15% de todos los casos de alzhéimer. «Normalmente, decimos que las causas de esta enfermedad son desconocidas, pero con este estudio podemos explicar ese 15% de los casos», explica Fortea en una entrevista para El País. El próximo paso para los investigadores es recopilar datos de miles de pacientes para determinar el riesgo exacto que enfrentan los portadores de esta variante de desarrollar alzhéimer.

Cambios en la comunicación médico-paciente

Hasta ahora, los médicos no podían comunicar con certeza a los pacientes si padecerían alzhéimer en el futuro, ya que «la práctica clínica no lo recomienda». Sin embargo, en casos donde se confirme que la enfermedad es genética y predispone casi al 100% a sufrirla, la forma de informar a los pacientes cambiará.

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