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Salud y Bienestar

¿Te cuesta dormir durante el confinamiento? 6 claves de expertos para conciliar el sueño

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Consejos para dormir pese a las altas temperaturas

Son muchos los españoles que estos días están experimentando problemas para dormir. El estar en casa todo el día, la falta de rutinas y una menor exposición a la luz solar afecta a nuestros ritmos circadianos, encargados de regular las fases de sueño y vigilia. ante esta nueva situación podemos estar experimentado incluso trastornos como estrés o ansiedad que afectan a la duración y calidad de nuestro sueño.

Por otro lado, si nuestra actividad física diaria ha disminuido gastamos menos energía y esto puede hacernos más difícil conciliar el sueño cuando llega la noche. Además, estos días de confinamiento ha aumentado considerablemente el uso de smartphones y tablets, y nos puede ser más difícil desconectar de la información o de las redes sociales a la hora de ir a dormir.

Un sueño reparador y de calidad es fundamental para nuestro bienestar y poder sobrellevar con ánimo esta nueva rutina. Un buen descanso reduce el riesgo de caer en depresión y contribuye a reforzar nuestro sistema inmunitario, que se regenera durante las horas de sueño, y nos ayudará a levantarnos con más energía y alegría.

Aquilea, marca especializada en productos naturales de Uriach, nos da unas pautas a seguir para poder cuidar la calidad de nuestro sueño durante las semanas de confinamiento, para gozar de un descanso de calidad y cuidar nuestra energía para el día a día.

1. Mantén una alimentación sana y equilibrada. Evita hacer cenas copiosas e ingerir alimentos altos en grasas y acidificantes. Es preferible optar por tomar fruta, verduras o caldos calientes. Evita también las bebidas con cafeína, el tabaco y el alcohol a partir de media tarde.

2. Realiza ejercicio físico durante el día. Aunque no puedas salir de casa intenta practicar ejercicio durante algunos minutos cada día o varias veces a la semana. Puedes hacer alguna tabla sencilla de ejercicios o seguir algunas de las múltiples opciones online para practicar deportes como yoga, pilates, baile, etc. Te ayudará a sentirte con más vitalidad, liberarás endorfinas y conciliarás mejor el sueño cuando llegue la noche. Eso sí, no lo practiques justo antes de acostarte, porque tu cuerpo y tu mente se activarán en lugar de relajarse.

3. Establece una rutina diaria. Aunque no tengas que desplazarte para ir a trabajar, ponte el despertador y levántate a tu hora habitual. También es conveniente seguir unos horarios fijos para comer y dormir.

4. Desconecta de los dispositivos móviles y las noticias. Antes de ir a dormir intenta no utilizar dispositivos móviles y deja de consumir información. Opta por actividades relajantes como tomar una infusión, leer o iníciate en la práctica de la meditación. Las pantallas de dispositivos móviles o de la televisión emiten luz que mantiene activo tu cerebro y te hace más difícil conseguir un sueño de calidad.

5. Diferencia los espacios. Vas a tener que pasar todo el día en casa, así que es mejor que diferencies los espacios vinculados a cada actividad. Si estás haciendo teletrabajo asigna una estancia de la casa o rincón para trabajar. Nada de usar la cama como tu mesa de trabajo o consultar desde ella el móvil. De este modo evitarás que tu cerebro asocie este espacio como un lugar en el que estar despierto, ya que te será mucho más difícil conciliar el sueño por la noche.

6. Si no puedes dormir, no te quedes en la cama. Si a pesar de todo lo que hagas no consigues conciliar el sueño, levántate y haz alguna actividad relajante que te pueda ayudar a dormir. Lee un rato, haz ejercicios de relajación o toma algo caliente. A pesar de lo que se suele pensar, seguir en la cama no hará que te acabes durmiendo, y si lo haces el sueño no será reparador.

Y si a pesar de seguir estos consejos no logras conciliar el sueño puedes consultar con tu farmacéutico o un especialista de la salud sobre las diferentes opciones naturales que te ayudarán a dormir de una manera profunda y de calidad, como infusiones o complementos elaborados a base de plantas con propiedades relajantes o sedantes.

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¿Sabes por qué no hay que chupar las cabezas de las gambas?

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chupar cabezas de gambas
PEXELS

Las gambas son uno de los mariscos más populares en la gastronomía, especialmente en celebraciones y cenas festivas. Su carne tierna y sabrosa es un manjar que muchos disfrutan en una gran variedad de platos, pero una parte de la gamba que causa controversia es su cabeza. Hay quienes disfrutan chupar las cabezas de las gambas para aprovechar todo su sabor, mientras que otros se abstienen de hacerlo por diversas razones. Entonces, ¿es seguro chupar las cabezas de las gambas? Aquí te contamos por qué es recomendable evitar esta práctica.

Las cabezas de las gambas: ¿una fuente de sabor o de riesgo?

Las cabezas de las gambas contienen una gran cantidad de jugos y una sustancia gelatinosa que, para muchos, tiene un sabor muy intenso y delicioso. Sin embargo, esta «delicadeza» puede ser más problemática de lo que parece.

1. Posibles contaminantes y toxinas

Una de las razones principales para evitar chupar las cabezas de las gambas es que estas partes del marisco pueden concentrar una gran cantidad de contaminantes. Las gambas, como otros mariscos, filtran el agua mientras se alimentan, lo que significa que las toxinas, los metales pesados, los pesticidas y los productos químicos presentes en el agua pueden acumularse en sus sistemas digestivos, especialmente en las cabezas.

Cadmio: el peligro oculto

Uno de los metales pesados más peligrosos que se acumula en las cabezas de los crustáceos es el cadmio, un metal tóxico que puede tener efectos nocivos a largo plazo. El cadmio se encuentra principalmente en la cabeza de las gambas, cigalas, langostinos, cangrejos y otros crustáceos, ya que es una zona donde se concentra una mayor cantidad de residuos provenientes de su sistema digestivo.

Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), es conveniente «limitar en la medida de lo posible» el consumo de la carne localizada en la cabeza de estos crustáceos para evitar la acumulación de cadmio en nuestro organismo. Este metal pesado es altamente perjudicial para la salud humana, ya que se acumula lentamente en los órganos, principalmente en el hígado y los riñones.

El cadmio tiene un potencial cancerígeno y su eliminación del organismo es extremadamente lenta, lo que significa que puede permanecer en el cuerpo durante años, incluso décadas. El cadmio tarda entre 10 y 30 años en eliminarse, lo que incrementa su peligrosidad con el paso del tiempo.

2. Bacterias y parásitos

El consumo de mariscos crudos o mal cocidos, incluida la práctica de chupar las cabezas, puede aumentar el riesgo de contraer infecciones bacterianas o parasitarias. Las gambas pueden albergar bacterias como Vibrio o Salmonella, que son responsables de enfermedades transmitidas por alimentos. Aunque el proceso de cocción suele eliminar estas bacterias, algunas veces los jugos concentrados en las cabezas pueden no estar completamente libres de bacterias, especialmente si las gambas no se han cocinado de manera adecuada.

3. El sistema digestivo de las gambas

En el sistema digestivo de las gambas, particularmente en las cabezas, se encuentran restos de su alimentación, como pequeños organismos o residuos que no siempre son visibles a simple vista. Al chupar la cabeza, podrías estar ingiriendo estos residuos, que, aunque no sean peligrosos en su mayoría, pueden resultar poco agradables o incluso causar malestar digestivo en algunas personas, sobre todo si el marisco no ha sido completamente fresco.

4. El impacto en la salud de los consumidores vulnerables

Para ciertos grupos de personas, como las mujeres embarazadas, los niños pequeños, las personas con sistemas inmunológicos comprometidos o las personas mayores, el riesgo asociado a consumir mariscos en mal estado o mal cocidos es aún mayor. Las toxinas, bacterias y parásitos presentes en las gambas pueden ser peligrosos para su salud, por lo que se recomienda tener precauciones adicionales en el consumo de mariscos, especialmente de las partes más propensas a concentrar estos riesgos, como las cabezas.

Beneficios de evitar chupar las cabezas de las gambas

  • Reducción del riesgo de enfermedades: Al evitar chupar las cabezas, reduces la posibilidad de ingerir contaminantes y bacterias presentes en los jugos o residuos del sistema digestivo de la gamba.
  • Sabor más controlado: Si bien las cabezas de las gambas pueden tener un sabor fuerte, se pueden aprovechar de forma más segura en caldos o sopas, donde el sabor se extrae y se distribuye en toda la preparación. De esta forma, puedes disfrutar del sabor sin los riesgos asociados.
  • Mejor digestión: Al no consumir las partes menos apetitosas de la gamba, como los residuos de su sistema digestivo, tu sistema digestivo podrá trabajar de forma más eficiente.

¿Es necesario evitarlo por completo?

Si bien no es necesario evitar por completo chupar las cabezas de las gambas, es importante ser consciente de los riesgos potenciales. Para quienes no quieran prescindir de esta costumbre, es fundamental asegurarse de que las gambas estén bien cocidas y sean de buena calidad, procedentes de fuentes fiables y limpias.

Si eres una persona que disfruta de este ritual, ten en cuenta que la seguridad alimentaria siempre debe ser la prioridad. Si tienes dudas sobre la frescura o la procedencia de las gambas, lo mejor es optar por disfrutarlas de manera más segura, como en platos cocidos donde los contaminantes puedan ser eliminados mediante un buen proceso de cocción.

Conclusión

Si bien las cabezas de las gambas pueden parecer deliciosas y ofrecer un sabor profundo, existen riesgos asociados con chuparlas, especialmente en cuanto a toxinas, bacterias y otros contaminantes que pueden concentrarse en esa parte del marisco. El cadmio, un metal pesado presente en las cabezas de los crustáceos, es uno de los principales peligros, ya que puede acumularse en el organismo y tener efectos tóxicos a largo plazo. La mejor opción es disfrutar de las gambas de manera segura, cocinándolas adecuadamente y considerando aprovechar sus cabezas en caldos o sopas para extraer su sabor de manera más controlada y saludable.

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