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Las claves para aprobar la selectividad

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claves para aprobar la selectividad

Planificarse, comprender lo que se estudia, repasar, descansar bien y gestionar la ansiedad son las claves para superar con éxito la selectividad, una fórmula que también puede aplicarse en los exámenes de final de curso.

«Una planificación bien pensada ayuda a optimizar los recursos del estudiante: el tiempo que tiene para preparar las pruebas, el esfuerzo que hay que dedicarle y la motivación para poder hacerlo», explica la profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, Modesta Pousada.

Para conseguir una buena planificación –detalla– lo primero que debe hacer el alumno es identificar las materias que se sabe mejor y las que no para determinar cuáles tiene trabajar con más intensidad.

A continuación debe cuantificar el tiempo que tendrá para preparar los exámenes y hacer un calendario de trabajo «realista y con descansos».

Los contenidos más complicados se deberían estudiar en los momentos de más energía. «Hay personas diurnas y otras nocturnas; en este sentido es importante respetar los ritmos circadianos de cada uno», detalla Amàlia Gordóvil, también profesora de la UOC y doctora en Psicología Clínica.

Comprender lo que se estudia ayuda a recordar. Es por eso que Pousada destaca que el estudio se realice dando sentido a lo que se quiere aprender. «Una fórmula que funciona es relacionar lo que estudiamos con lo que ya sabemos o vincularlo con fenómenos cotidianos», aconseja.

Claves para aprobar la selectividad

Cuatro repasos

La retención de lo que se estudia siempre exige un repaso. «El olvido se produce de forma muy rápida; para evitarlo hay que planificar distintos repasos», alerta Pousada. El primero tiene que ser inmediato al aprendizaje, justo cuando se termina la sesión de estudio y antes del momento de descanso.

El segundo, al final de la jornada: «por ejemplo, antes de acostarse se puede hacer una rápida revisión de lo que se ha trabajado y dedicar unos minutos a los conceptos más costosos».

El tercero debería ser 24 horas más tarde, aunque sea solo una revisión visual de lo que se ha estudiado el día anterior, y el último repaso, unas horas antes del examen.

«Se puede repasar en grupo para reforzar el aprendizaje adquirido explicándolo a los demás o bien para asimilar aprendizajes explicados por los compañeros», añade Gordóvil, que también es psicóloga del centro GRAT.

Durante los días de estudio hay que descansar y comer bien. Según Pousada, los resultados son mucho mejores si las sesiones de estudio son más cortas y espaciadas en el tiempo.

De hecho, Gordóvil alerta que no tener cuidado de uno mismo puede dificultar la concentración y, de rebote, provocar angustia y miedo al fracaso.

«Resulta fundamental mantener unos buenos hábitos de alimentación y sueño para llegar al examen en buenas condiciones físicas», añade.

Técnicas de respiración, el antídoto contra la ansiedad

Muchos estudiantes viven los exámenes de selectividad con la presión de sentir que se juegan mucho y que su futuro dependerá del resultado que obtengan.

«Estos pensamientos a menudo generan mucha ansiedad y eso no va a favor del alumno, ni en el momento de preparar los exámenes ni tampoco en el momento de realizar la prueba.

Aprender, pues, a gestionar la ansiedad en situaciones de estrés es un buen recurso que hay que tener en cuenta», dice Pousada.

Para conseguirlo se pueden ejercer técnicas de respiración o visualizar imágenes que relajen. También resulta útil –añade Gordóvil– contactar con alguna situación estresante que hayan vivido y pensar a qué estrategias y herramientas recurrieron para hacerle frente.

«Todos tenemos maneras de manejar el estrés; lo importante es hacer conscientes estas estrategias y repetir las que nos funcionan», añade.

Pero ¿qué tiene que hacer el estudiante si se queda en blanco ante la prueba? Las expertas aconsejan que se tome algunos minutos para respirar y empiece el examen por la pregunta que encuentre más fácil.

«La respiración consciente nos ayuda a tener control del cuerpo y de la ansiedad, en lugar de que sea la ansiedad la que nos controle a nosotros. Por eso vale la pena dedicarle algunos minutos», concluye Gordóvil.

Fuente: UOC

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¿Qué es la fiebre hemorrágica Crimea-Congo?

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fiebre hemorrágica Crimea-Congo
¿Qué es la fiebre hemorrágica Crimea-Congo?-FREEPIK

La fiebre hemorrágica Crimea-Congo es una enfermedad viral grave que ha provocado la muerte de cinco personas en España. Se detectaron los primeros casos humanos en el país en 2016, tras hallarse el virus en garrapatas capturadas sobre animales en 2010.

Transmisión y Prevención

Esta enfermedad se transmite principalmente por la picadura de garrapatas del género Hyalomma, presentes en aves migratorias, zorros, jabalíes y perros. También puede contagiarse por contacto con sangre o fluidos corporales de una persona infectada, de manera similar a la hepatitis B.

Con la llegada del buen tiempo y las actividades al aire libre, es crucial extremar las medidas preventivas. Se recomienda utilizar ropa y calzado adecuados, como mangas y pantalones largos, y aplicar repelentes tanto en humanos como en animales de compañía.

¿Cuáles son los principales síntomas?

Los síntomas aparecen de repente. Se manifiestan en forma de fiebre, dolor muscular, mareo, dolor y rigidez de cuello, lumbago, cefalea, irritación de los ojos y fotofobia (molestia ocular que se produce ante una iluminación excesiva). Además, al principio, pueden existir náuseas, vómitos, diarreas, dolor abdominal y de garganta. A esto lo siguen cambios bruscos de humor y confusión.

Al cabo de dos o cuatro días, la agitación puede dar paso a somnolencia, depresión y debilidad. También aparece dolor abdominal en el cuadrante superior derecho con hepatomegalia (agrandamiento del hígado) detectable. Otros signos clínicos que pueden manifestarse son: taquicardias; adenopatías (inflación de los ganglios linfáticos); y erupción por hemorragia cutánea en mucosas internas (boca, garganta y piel).

Habitualmente, existen signos de hepatitis. Los pacientes, muy graves, sufren un rápido deterioro renal o insuficiencia hepática o pulmonar repentina después del quinto día de enfermedad. En los casos de no haber recuperación, la muerte sobreviene durante la segunda semana y, quienes la superan, la mejoría comienza al noveno o décimo día.

Tras el contagio, ¿cuánto tarda en manifestarse la fiebre?

A continuación de la picadura sufrida por la garrapata, la fase de incubación es de uno a tres días, siendo el máximo nueve. En el contacto con sangre o tejidos infectados, el periodo de incubación es mayor, de cinco a seis días, con un máximo documentado de trece.

¿Cómo ha llegado este virus a España?

En una investigación realizada por el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), España detectó por primeros casos humanos de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en 2016. Seis años antes, por primera vez, ya se habían observado en garrapatas capturadas sobre animales.

Fuente: RTVE

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