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Cultura

El IVAM amplía su colección con obras por un valor de más de 800.000 euros

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Imagen de una de las obras, en una foto cedida por el IVAM, de la Generalitat Valenciana. EFE

Valencia, 27 jul (OFFICIAL PRESS – EFE). El Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) incrementa su colección con la adquisición de un conjunto de obras de 19 artistas, de los cuales nueve son mujeres, por un valor global que supera los 800.000 euros.
Entre los trabajos adquiridos se incluyen todo tipo de manifestaciones artísticas, desde pinturas, esculturas, instalaciones, fotografías o dibujos, informa el IVAM.

El IVAM amplía su colección con obras de 19 artistas, por un valor de más de 800.000 euros

Las nuevas adquisiciones confirman el compromiso del IVAM con la producción contemporánea en la Comunitat Valenciana, apuestan por obras de referentes históricos del arte contemporáneo, como Otto Peine o Miroslaw Balka, y ahondan en la inclusión de mujeres artistas en distintos momentos de sus trayectorias.

El listado incluye trabajos de Miroslaw Balka (Polonia, 1958); Otto Piene (Laasphe, 1928–Berlín, 2014); Gina Pane (Biarritz, 1939–París, 1990); Dadamaino (Milán, 1930-2004); Jordi Teixidor (València 1941); Gabriel Cualladó (Massanasa, València, 1925–Madrid, 2003) o Antoni Miralda (Terrassa, Barcelona, 1942).

También de Patricia Gómez (València, 1978) y Mª Jesús González (València, 1978); LUCE (València, 1989); Azucena Vieites (Hernani, 1967); Andrea Canepa (Lima, 1980); Alejandro S. Garrido (Madrid, 1986); Claudia Pagès (Barcelona, 1990); Fermín Jiménez Landa (Pamplona, 1979); Belén Rodríguez (Valladolid, 1981); Ángela García Codoñer (València, 1944); Nico Munuera (Lorca, 1974) y Diego del Pozo (Valladolid, 1974).

Entre las piezas adquiridas destacan obras de creadores históricos internacionales, como el alemán Otto Piene, fundador junto a Heinz Mack del grupo ZERO, un colectivo fundamental del arte de posguerra europeo.

La colección también se amplía con la incorporación de una escultura de Miroslaw Balka, uno de los artistas polacos vivos más destacados y uno de los escultores más relevantes de su generación.

Otro ejemplo es la pieza «Moduli sfasati» (1959-60) de Eduarda Emilia Maino, conocida como Dadamaino, fundamental para comprender la abstracción geométrica y sus derivas en los años sesenta del siglo pasado en Italia.

La adquisición de la obra de Dadamaino ahonda, asimismo, en la inclusión de mujeres artistas en momentos distintos de sus carreras.

La apuesta del IVAM incluye creadoras imprescindibles dentro de las prácticas con el cuerpo, como Gina Pane o Claudia Pagès, artistas como Ángela García Codoñer, Andrea Canepa o Belén Rodríguez, que deconstruyen el trabajo textil como elemento de vinculación a la identidad de lo femenino, y mujeres que trabajan el pensamiento feminista, como Azucena Vieites.

«Falla acuática»

El IVAM también añade a su colección la obra «Falla acuática» de uno de los artistas conceptuales más destacados del país: Antoni Miralda, que remite a la popular tradición valenciana de las fallas.

Miralda contó con la colaboración del maestro fallero Manolo Martín para su elaboración, informa el museo.
Otra línea fundamental es la apuesta del IVAM por artistas valencianos, como Jordi Teixidor, sumando a su colección un óleo de grandes dimensiones que lleva por título «Final de partida».

El museo también adquiere un conjunto de 684 ‘polaroids’ de Gabriel Cualladó, Premio Nacional de Fotografía en 1992. Estas obras no solo amplían el corpus del artista que ya posee el museo, sino que entran en diálogo con otros creadores que trabajan con la imagen de una forma más experimental.

Siguiendo la línea de apostar por la creación contemporánea, cercana en el tiempo y en el contexto, próxima en lo geográfico, el IVAM adquiere una instalación del dúo de valencianas Patricia Gómez y Mª Jesús González, un conjunto de piezas del artista urbano LUCE y una obra de Nico Munuera.

De Fermín Jiménez Landa, un creador que forma parte del contexto cultural valenciano, se compra una instalación formada por un vídeo, publicaciones, objetos, dibujos y fotografías, mientras que de Alejandro S. Garrido se adquiere una serie de fotografías en color que completa la colección de fotografía contemporánea del IVAM vinculada al contexto urbano.

El listado de nuevas adquisiciones se completa con una obra audiovisual de Diego del Pozo, que trabaja desde las políticas de los afectos, según el comunicado del IVAM.

 

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Las diferencias entre «El caso Asunta» y la historia real

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diferencias entre "El caso Asunta" y la historia real
Las diferencias entre "El caso Asunta" y la historia real-NETFLIX

La serie «El caso Asunta» de Netflix ha capturado la atención del público al explorar uno de los crímenes más notorios en la historia reciente de España. Sin embargo, como suele ser el caso en las adaptaciones cinematográficas, la serie ha tomado ciertas libertades creativas para dar forma a su narrativa. Aquí analizaremos las diferencias más destacadas entre la ficción de la serie «El caso Asunta» y la historia real que conmovió al país.

Caracterización de Personajes Clave:

La representación de figuras cruciales en el proceso judicial, como el juez instructor y los abogados defensores de Rosario Porto y Alfonso Basterra, ha sido modificada en la serie. Por ejemplo, el juez en la ficción, llamado Malvar, difiere notablemente de la figura real, Vázquez Taín, quien aclaró públicamente su papel en la instrucción del caso. Además, la dinámica entre los abogados en la serie difiere de la realidad, especialmente en cómo se unieron para la defensa.

Enfoque en Personajes de la Guardia Civil:

La serie otorga relevancia a dos agentes de la Guardia Civil, interpretados por María León y Carlos Blanco, quienes desempeñaron un papel significativo en la investigación. Sin embargo, esta representación se simplifica en comparación con el equipo completo de agentes que estuvo involucrado en el caso real. La serie utiliza estos personajes para profundizar en temas como la paternidad y la relación con la niña fallecida.

Papel del Amante de Rosario:

La serie presenta al amante de Rosario como un personaje llamado Vicente, mientras que en la realidad su nombre era Manuel. La serie sugiere una implicación más directa del amante en el crimen, mientras que en el juicio real su testimonio fue descartado por la defensa.

Aspectos Sensacionales y Controversiales:

La serie explora temas sensibles como las fotografías de Asunta y el contenido encontrado en los dispositivos electrónicos de Alfonso Basterra. Aunque estos elementos fueron discutidos en los medios, su relevancia en el juicio real fue limitada.

Hipótesis y Versiones:

La serie presenta dos hipótesis sobre los posibles responsables del crimen, contrastando las perspectivas del juez instructor y la agente de la Guardia Civil. Aunque estas narrativas agregan dramatismo, el juicio concluyó con una sentencia firme.

Al explorar estas diferencias, podemos apreciar cómo la serie «El caso Asunta» equilibra elementos de la realidad con el entretenimiento dramático, generando debate sobre la ética de abordar eventos reales a través de la ficción televisiva.

El caso Asunta

El caso Asunta Basterra Porto fue un trágico suceso que conmocionó a España en septiembre de 2013. Asunta, una niña de 12 años, fue encontrada sin vida en una pista forestal cerca de Santiago de Compostela, Galicia. La investigación inicialmente se centró en descubrir las circunstancias de su muerte, que resultó ser un homicidio.

Los padres de Asunta, Rosario Porto Ortego y Alfonso Basterra Camporro, fueron los principales sospechosos desde el principio. Ambos fueron arrestados y posteriormente juzgados por el asesinato de su hija. Durante el juicio, se revelaron detalles escalofriantes sobre la relación de los padres con Asunta y las circunstancias que rodearon su muerte.

El sedante, clave

Uno de los aspectos más perturbadores fue la sospecha de que los padres administraron a Asunta una dosis letal de un sedante, lorazepam, para luego trasladar su cuerpo y simular un suicidio o un accidente. El caso fue ampliamente seguido por los medios de comunicación y generó un debate público sobre la violencia doméstica y el bienestar de los niños.

En 2016, tras un largo proceso judicial y un extenso juicio, Rosario Porto y Alfonso Basterra fueron declarados culpables de asesinato y condenados a penas de prisión. El caso Asunta sigue siendo recordado como uno de los crímenes más impactantes en la historia reciente de España, destacando las complejidades y tragedias dentro de las relaciones familiares.

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