Abucheos, banderas, pancartas. ¿Contra quién es esta manifestación? #L6NoTincPor
— Cristina Pardo (@cristina_pardo) 26 de agosto de 2017
Cómo no, los populistas -liderados por Pablo Iglesias– se sumaban al aquelarre antiespañol y anticonstitucional. Ello se plasmó en la entrevista realizada, una vez finalizada la manifestación, por La Sexta al líder podemita, el cual alabó el clima de pluralidad democrática dentro de la unidad y justificó los silbidos y abucheos al Rey y a Mariano Rajoy como un ejercicio del derecho a la libertad de expresión. Como telón de fondo, una bandera republicana (del 36), alguna estelada y los vítores y aplausos de una clac entregada.
Acto seguido, esa libertad de expresión alabada por Iglesias fue negada a la dirigente catalana del PP, Andrea Levy por la misma clac indepe-republicana.
La respuesta de Andrea Levy a los que la abuchean en la manifestación de Barcelona: https://t.co/k6nX0FvDOt vía @sextaNoticias
— Francesc F(er)randis (@frandisiz) 27 de agosto de 2017
De “vergonzoso” fue calificado este acto de intolerancia y sectarismo políticos por los presentadores de La Sexta, una cadena televisiva que se ha caracterizado por aupar a los altares mediáticos a Pablo Iglesias y a toda su cuadrilla (antitaurina, aunque amante de los paseíllos ante las cámaras de TV) de podemitas (ex)indignados.
De todo ello, podemos sacar las siguientes conclusiones:
- Que la cabra tira al monte, y el movimiento independentista llevará hasta sus últimas consecuencias el procés golpista, en el camino hacia la consecución de un Estado propio (virtual o real). La presentación en el Parlament por Junts pel Sí y la CUP de la denominada “Ley de desconexión”, a los dos días de la manifestación de Barcelona, es la prueba palpable.
- Que se rompen todos los puentes con el Estado español a la hora de consensuar una salida, lo más digna posible, para los promotores de este reto anticonstitucional.
- Que la sociedad catalana está herida de gravedad, como consecuencia de la fuerte división interna causada por la hoja de ruta independentista, lo que se ha plasmado en la menor asistencia a la manifestación de la esperada.
- Que el problema catalán ha mutado en cáncer de difícil curación, y su metástasis ya corrompe toda la política española.
A los demócratas y gente de buena fe solo nos queda recordar a las víctimas de los viles atentados terroristas, y mostrar nuestra solidaridad con todas ellas.
Y, como signo de salud democrática, os propongo una exclamación liberadora: “#TodosSomosAndreaLevy“, aunque no comulguemos con sus ideas.
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