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Fallas

#BenditosVestidores, así es el nuevo vídeo de Santos Textil protagonizado por Falleras Mayores de València

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València, 29 ene.- Un año más la firma Santos Textil homenajea a las Fallas con un emotivo y sentido vídeo protagonizado por diferentes Falleras Mayores de València y Falleras Mayores Infantiles de València.

En esta ocasión la firma ha querido homenajear los vestidores y vestidoras que ayudan en el momento de ponerse el traje de valenciana destacando el espíritu colaborador de la fiesta. Un papel que desarrollan habitualmente las madres, pero también otros familiares y amigos a los que Santos Textil, uno de los líderes de la tradición bordadora valenciana, ha querido rendir homenaje de la mano de seis Falleras Mayores y Falleras Mayores Infantiles de València.

Marina Civera (FMV 2019), Sandra Muñoz (FMV 2012), Laura Caballero (FMV 2011), Nuria Llopis (FMIV 2006), Sofía Soler (FMIV 2016) y Sara Larrazábal (FMIV 2019) son las protagonistas de #BenditosVestidores un emotivo vídeo cuyo objetivo es rendir homenaje a los vestidores y vestidoras que les ayudan en el momento más íntimo de las tradiciones falleras, cuando realizan el ritual de vestirse de valenciana. Rafael Martí, la voz en off de las exaltaciones de las Falleras Mayores de València, cambia su discurso por primera vez desde 2006 para homenajear el trabajo de las vestidoras y vestidores.

Durante las jornadas de grabación las protagonistas de este sentido vídeo cuentan sus emociones de este ritual tan íntimo. Marina Civera, Fallera Mayor de València 2019, confía en su madre el protocolo a la hora de vestirse «tienes que delegar muchas cosas, la vestidora te tiene que conocer al máximo para saber cómo te gusta que quede todo y cómo te favorece más» y afirma que este momento para ella es mágico: “cuando te pasan la falda y se abre, al entrar en el corpiño y sentir la seda… son sensaciones muy agradables, que nunca se normalizan, las sientes cada vez que te vistes de valenciana”.

Sandra Muñoz, Fallera Mayor de València 2012, coincide con ella en que ‘el hábito hace al monje’. “Cuando te ponen el traje de valenciana, sobre todo si recuperas un vestido tan significativo para mí como el que llevé en La Crida, por ejemplo, te sientes más segura a la hora de desfilar, más bella. Es como si entraras en un papel. Quien crea que es un disfraz, no tiene ni idea de toda la tradición, de los valores y de las emociones que hay detrás”.

UN TRABAJO IMPRESCINDIBLE, PERO QUE PASA DESAPERCIBIDO
Una relación sentimental con las prendas que también se extiende al ritual de vestirlas. “Hacía un montón de tiempo que no me ponía este traje y es muy curioso cómo hemos vuelto a hacer exactamente lo mismo, ha sido muy bonito”, comenta Laura Caballero, Fallera Mayor de València 2011, sonriendo a su madre, Maribel Molina, su vestidora oficial, “tendrían que ponerle una banda también a las vestidoras porque, sin ellas, sería imposible ser fallera. ¡Y no te digo ya ser Fallera Mayor de València! Hay momentos de mucha tensión, de agotamiento, de emociones a flor de piel y, claro, los que están más cerca son quienes pueden acabar pagando el pato. Pero también es una alegría poder compartir todo eso con mi madre”.

“Yo era una niña y no sabía dónde estaban las cosas, qué había que hacer”, reconoce Nuria Llopis, Fallera Mayor Infantil de València en 2006, para quien el soporte de la familia y una educación sólida son imprescindibles para encajar todo lo que se vive en un año como ese. Su madre, su padre y sus hermanos se convirtieron en el bastón en que apoyarse. “Mi hermana melliza y yo habíamos sido falleras mayores infantiles de nuestra comisión a la vez, pero las normas hacían que sólo una pudiera presentarse para ser Fallera Mayor Infantil de València. Ella me lo cedió y, cuando gané, se volcó conmigo, estuvo ayudándome todo el tiempo”, recuerda Llopis.

ANÉCDOTAS Y EMOCIONES ENTORNO A LA VESTIMENTA TRADICIONAL VALENCIANA
Quien recogió el testigo familiar en su momento es Paqui Casas, madre y vestidora de Sofía Soler, Fallera Mayor Infantil de València 2016. “El traje de valenciana tiene un valor tan grande que es normal que el momento de vestirse se haya convertido en un ritual. Yo hago con ella lo mismo que mi madre hacía conmigo. Y, aunque he sido fallera toda la vida, cuando la visto a ella es diferente. Lo haces todo con un cuidado muy especial, siempre quiero que vaya perfecta”, apunta Casas, aunque madre e hija reconocen entre risas que una vez se les olvidó la banda. “Eran los primeros días después de la exaltación y todavía no estábamos acostumbradas. Nos tocó volver corriendo a casa a por ella”, recuerda Soler, para quien el año de su reinado fue frenético.

También fueron ganando en velocidad la pareja formada por Sara Larrazábal, Fallera Mayor Infantil de Valencia en 2019, y su madre Rosana Bernal, quien rompió a llorar la primera vez que le colocó la banda. “Fue un momento que no olvidaré nunca. También me parece muy bonito ponerle la mantilla porque se usa para actos oficiales más emotivos, como La Ofrenda y procesiones”, señala Bernal. Mientras que su hija destaca otro momento inolvidable, cuando las dos cortes y las Falleras Mayores viajaron a un festival en Francia: “lo pasábamos genial, era todo muy sencillo y, a la hora de vestirnos, las pequeñas y las mayores nos ayudábamos las unas a las otras”. Una muestra más de la germanor que también forma parte de ese ritual en que la indumentaria comparte protagonismo con las emociones, la camaradería y la ilusión de construir algo en común.

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SANTOS TEXTIL PROVEEDOR OFICIAL DE LAS FALLERAS MAYORES DE VALÈNCIA 2020 Y SUS CORTES DE HONOR
Santos Textil es una empresa familiar fundada en 1970 dirigida en la actualidad por Miriam Santos, quien toma las riendas de la empresa hace 11 dotándola de una mayor visibilidad a través de diferentes acciones de marketing que han situado a la firma en lo más alto de la indumentaria valenciana avanzando hacia los tiempos actuales. Las puntillas son el pilar básico de la empresa, con dos líneas diferenciadas: las bordadas a mano con un hilo muy fino y delicado, muy visibles en falleras mayores, y las bordadas a máquina inspiradas en dibujos antiguos confeccionadas con dos tipos de hilo para lograr un mayor relieve y resaltar la forma del diseño.

Poco a poco la firma ha ido introduciendo en su catálogo nuevos productos como mantillas, manteletas y tejidos, que es la nueva línea que están trabajando con dos líneas, una más austera sin brillos ni metales y otra de elegantes sedas.

Este año vuelven a ser proveedores oficiales de las Falleras Mayores de Valencia y sus Cortes de Honor, lo que supone para ellos un gran orgullo. Para las Falleras Mayores de València han realizado dos dibujos, que serán exclusivos para ellas durante su reinado, inspirados en patrones antiguos con delicados detalles florales. En el caso de Consuelo Llobell unas elegantes herraduras llenas de detalles son las protagonistas en su traje del siglo XIX y en el caso de Carla García destacan los lazos que recogen todo el bordado. Para sus segundos trajes oficiales las Falleras Mayores de València se han confeccionado unas puntillas bordadas a mano con un hilo mercerizado sobre tul antiguo.

En el caso de las Cortes de Honor, tanto en sus trajes del siglo XIX como en los del siglo XVIII, lucen puntillas en tono ivoire, dando un toque más señoral y antiguo a su indumentaria.

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Fallas

GALERÍA| El emotivo encuentro de la Corte de 1998

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Corte de Honor 1998
Corte de Honor y Fallera Mayor de Valencia 1998-OFFICIAL PRESS

El pasado sábado, trece mujeres se reunieron para celebrar un evento cargado de recuerdos y emociones. Estas mujeres, que en 1998 fueron elegidas como Corte de Honor y Fallera Mayor de Valencia, se reencontraron 26 años después para rememorar uno de los momentos más significativos de sus vidas.

La Corte de Honor 1998

Corte y Fallera Mayor de Valencia 1998-Foto: JUNTA CENTRAL FALLERA

Inés Fresneda, Merche Ballester, Loles Fernández, Vicky Martínez, Gloria Torres, Victoria Bayarri, Auxi Pérez, Teresa Moret, Mª José Romero, Mónica Taberner, Marigi Usano, Vanessa Arnal y Susana Remohí fueron las representantes del mundo fallero en 1998.

Un año inolvidable

Para estas mujeres, el año 1998 marcó un antes y un después. Ser elegidas para formar parte de la Corte de Honor y, especialmente, ser nombrada Fallera Mayor de Valencia, es un honor que pocas pueden experimentar. Durante aquel año, compartieron experiencias únicas, desfiles, actos oficiales y una conexión especial que las unió de por vida. Las Fallas, más que una fiesta, son una tradición que tiene el poder de crear lazos profundos y duraderos entre quienes las viven intensamente.

Un reencuentro cargado de emociones

El reencuentro se celebró con una comida a la que asistieron no solo las trece integrantes de la Corte de 1998, sino también sus padres, parejas y los más pequeños. Este encuentro permitió que cada una compartiera cómo había cambiado su vida desde aquel entonces, y cómo la experiencia de ser parte de la Corte de Honor había influido en sus trayectorias personales y profesionales.

Aunque no todos los padres y parejas pudieron asistir, ya que la vida inevitablemente se lleva a personas queridas, la reunión fue un homenaje a los momentos compartidos y a aquellos que ya no están. Las ausencias fueron sentidas profundamente, pero también se celebró la alegría de poder reencontrarse y recordar juntos aquellos días especiales.

Las Fallas: Una tradición que une y transforma

Las Fallas son mucho más que una celebración; son una manifestación cultural que une a las personas y transforma vidas. Para estas trece mujeres, ser parte de la Corte de Honor no solo les dio la oportunidad de representar a Valencia y su tradición, sino que también les proporcionó una experiencia compartida que ha perdurado a lo largo de los años.

Durante la comida, se compartieron anécdotas, risas y, cómo no, algunas lágrimas de nostalgia. Cada una recordó con cariño los momentos vividos juntas, desde los preparativos hasta los actos oficiales, pasando por los momentos únicos que solo pueden vivir ellas y apoyo mutuo. Las Fallas de 1998 no solo las unieron como compañeras, sino como amigas que han mantenido el contacto y la conexión a lo largo de más de dos décadas.

Un vínculo inquebrantable

El reencuentro de la Corte de 1998 es un testimonio del poder de las Fallas para crear vínculos duraderos. Para estas mujeres, la experiencia de ser parte de la Corte de Honor fue un momento que marcó sus vidas de manera profunda y significativa.

El emotivo encuentro de la Corte de 1998 es una muestra más de cómo las Fallas pueden cambiar vidas y unir a las personas en una experiencia compartida de celebración, cultura y tradición. Aunque el tiempo pase y las circunstancias cambien, los lazos creados en torno a esta fiesta tan especial permanecen fuertes y significativos.

La capacidad de unir personas

Este reencuentro no solo fue una oportunidad para recordar el pasado, sino también para celebrar el presente y mirar hacia el futuro con la esperanza de seguir compartiendo momentos inolvidables. Las Fallas, una vez más, demostraron su capacidad para unir a las personas y transformar vidas, creando recuerdos que perduran para siempre.

El emotivo encuentro de la Corte de 1998, en imágenes:

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