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Salud y Bienestar

¿Se puede volver a romper un ligamento cruzado?, por Enrique Gastaldi

Publicado

en

ligamento cruzado

Enrique Gastaldi-Orquín
Hospital La Salud
Valencia

Hablamos de si se puede volver a romper un ligamento cruzado. Hace unos meses asistí al partido de fútbol entre el Villarreal y el Atlético de Madrid. Hacía un tiempo que no me pasaba por el Madrigal. No por falta de ganas; sino por falta de tiempo. Un placer volver a ver a mis amigos del submarino amarillo, que siempre nos han tratado tan bien a mí, y sobre todo, a mi padre.

Como sabéis, el portero del Villarreal, Asenjo, se lesionó al caer de un salto. Lo vi en el campo y la repetición que mostraron los monitores, tomas magníficas, me lo dejaron claro:

• “Se ha roto el cruzado”, le dije a mi contertulio.
• “Pero si ya está operado”, me respondió.

¿Se puede volver a romper un ligamento cruzado?

Y es que es así. Lamentablemente se puede romper de nuevo. Yo les digo a los que opero: “Si te has roto lo que Dios te ha dado, te puedes romper lo que yo te ponga”. De ahí el temor que tienen los deportistas que sufren esta lesión, y que les incapacita para jugar más de seis meses, de volver a sufrirla.

Y es que en la mayoría de las ocasiones se lo rompen ellos solitos. No intervienen traumatismos externos. Como se vio en el caso referido, el jugador salta, y al caer la rodilla se le va hacia dentro (se llama desplazamiento en valgo) y el pie gira hacia fuera (rotación externa). Lo mismo sucede cuando un jugador va corriendo y hace una cambio de dirección brusco (otra imagen ilustrativa es la lesión de Jesé, el jugador del Real Madrid).

Son gestos deportivos más que habituales; pero en un momento dado, sobrepasan la capacidad de resistencia del ligamento, y éste se rompe.

El ligamento cruzado anterior (LCA) interviene en los mecanismos de giro y pivotaje estabilizando la rodilla. Por eso cuando se rompe los lesionados refieren que “cuando intento hacer un giro la rodilla se me va”, les falla: es la inestabilidad.

Por este motivo el LCA debe ser reparado, sobre todo en pacientes que practican deportes de riesgo. Los fallos de rodilla son la expresión de un desplazamiento anómalo de la articulación y en este movimiento se pueden “cazar” los meniscos y romperlos, con lo cual el cuadro se agrava.

El problema de las roturas del LCA es que no se puede reparar, es decir, “coser el ligamento”, porque no cicatriza. (Aunque actualmente hay alguna técnica que lo intenta. Ya veremos…). Lo que hacemos es sustituirlo (reconstruirlo) por un tendón, habitualmente de la parte de atrás de la rodilla (isquiotibiales) o del tendón rotuliano (que está delante). También pueden utilizarse tendones de transplante.

El problema es que este injerto necesita, al menos, unos seis meses para que cicatrice (se incorpore) y adquiera una resistencia similar al ligamento original. Algunos tardan dos años. Y siempre será un sustituto.

Por este motivo se deben respetar los plazos mínimos de recuperación. Adelantarlos o forzar la marcha es luchar contra la naturaleza y supone un riesgo añadido de sufrir una re-ruptura.

Consideramos que cuando un ligamento operado se vuelve a romper antes de un año se trata de una complicación. A partir del año, se trataría de un nuevo accidente.

Estos casos suponen una nueva y más compleja reconsideración de la lesión. Analizar las causas, valorar el estado de la rodilla, el tipo de injerto que se utilizó, como se colocó, qué tipo de injerto vamos a utilizar, si se va a hacer en una o dos operaciones y más. Todo un programa estratégico para el cirujano. Y todo un problema de recuperación para lesionado.

Porque si tras una cirugía del LCA, un 30% de deportistas operados en centros especializados, no vuelven a su nivel previo de actividad deportiva; tras una re-rotura habrá que considerar un porcentaje mayor.

Pero este es un reto de nuestro tiempo, que a mí personalmente, me apasiona. De hecho, en mi práctica cotidiana, estoy operando más revisiones de ligamentos que lesiones primarias. Será que voy peinando canas quirúrgicas.

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2 Comentarios

1 Comentario

  1. Martín Ezequiel

    8 julio, 2018 en 7:14 pm

    Hola consulta me operé de LCA y meñiscos, estuve año y medio esperando para recuperarme y volver a patear el balón. Jugue un partido cancha de 11 y al tirar un pase terminando los dos tiempos casi con la punta del pie y sentí un movimiento lado interno rodilla. Fui con especialista y diagnóstico rotura LCA pero dudo en decirme, Vi otro especialista y me indico q la operación estuvo realizado muy derechos los orificios!! Ahora tengo 41 años y quisiera saber si es recomendable volver a operar? Gracias

    • fede

      22 mayo, 2019 en 5:39 pm

      te dolio?? o que sentiste porque ando preocupado por lo mismo pero no siento dolor

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Salud y Bienestar

Payasos de hospital se unen para reivindicar su integración en el sistema sanitario

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Payasospital Valencia

Payasos de hospital de toda España se han unido en una federación para reivindicar la integración profesional de su figura en la atención sanitaria, por su labor en la «mejora del bienestar emocional y psicológico» de las personas hospitalizadas y su contribución a reducir los costes asistenciales.

La recién creada Federación Española de Payasos de Hospital, Clowns por la Salud, está integrada por cinco entidades de todo el país y agrupa a 102 payasos de hospital.

Las asociaciones fundadoras, algunas con más de 30 años de actividad, son: Pallapupas (Catalunya), Payasospital (Comunitat Valenciana), Pupaclown (Región de Murcia), Saniclown (Comunidad de Madrid) y Sonrisa Médica (Illes Balears).

Todas ellas suman más de 65.000 intervenciones anuales realizadas en 33 hospitales y centros sociosanitarios, según informa la federación en un comunicado.

«La experiencia acumulada en 30 años de actividad y la demanda creciente de nuestros servicios por parte de profesionales de la salud, pacientes y sus familiares, así como numerosos estudios científicos avalan nuestra labor», señala el presidente de Clows por la salud, Sergio Claramunt.

La presentación de la federación coincide con la conmemoración, este lunes, del Día Nacional del Niño Hospitalizado, una jornada en la que las asociaciones quieren poner en valor el trabajo de los payasos de hospital, como una profesión especializada que contribuye a humanizar la atención sanitaria y con un impacto positivo en el proceso asistencial, avalado por estudios científicos.

La federación alude a los estudios, uno de los últimos de la Universidad de Murcia, que evidencian que, en el caso de pacientes pediátricos, la intervención de los payasos «amortigua la respuesta de miedo».

«Una realidad que también confirma Estudis VIDA, capitaneado por Pallapupas, y que revela que esta sensación de miedo disminuía en un 52 % de los casos, dando como resultado que un 79 % de los niños se sintiera más alegre», añade.

Defiende asimismo su contribución a «aliviar parte del estrés causado por situaciones emocionalmente desafiantes o como apoyo emocional y en la disminución significativa del síndrome de ‘burnout’ que padecen».

Por su parte, «los profesionales sanitarios admiten que tratar a un niño sonriente o entretenido con el juego de los payasos, es mucho más fácil que hacerlo con uno que está llorando y muy asustado», lo que permite que la atención se haga en menor tiempo y con una mayor satisfacción para ambas partes, añade la federación.

Esta situación, además, «repercute indirectamente en una reducción de costes asistenciales y en una mayor capacidad de atención por parte del personal sanitario».

Mejora del bienestar familiar

Clowns por la Salud destacan asimismo que la labor de los payasos de hospital apuesta por una prestación sanitaria que considera la salud de forma «integral», no solamente como la ausencia de enfermedades o dolencias, sino como un estado de completo bienestar que incluye además de lo físico el componente emocional.

Además, la presencia de los payasos no solo repercute positivamente en la salud de los pacientes, también mejora el bienestar de sus familias.

«Durante todos estos años, el apoyo de innumerables profesionales sanitarios ha propiciado la entrada de los payasos de hospital en espacios asistenciales como urgencias, los quirófanos, las consultas, las áreas de hospitalización o las unidades de cuidados intensivos, y nos consideran un miembro más del equipo asistencial», añade Claramunt.

Informa asimismo de que las asociaciones que componen la federación han consensuado un perfil profesional que define el ‘clown’ de hospital, y acordado un código deontológico común, con el objetivo de unificar criterios que garanticen la «profesionalidad y la calidad» de su trabajo.

Desde esta organización también quieren promover la investigación sobre los efectos terapéuticos de su labor y sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de la intervención de los payasos en la salud emocional y psicológica de los pacientes y en la «humanización» de la asistencia sanitaria.

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