Síguenos

Cultura

Las mejores lecturas para este 2017

Publicado

en

Con el nuevo año reforzamos nuestros propósitos y entre ellos suelen estar nuestras mayores aficiones. Y, para los que lo pasamos en grande con la literatura, solemos agradecer mucho las recomendaciones que puedan aumentar el disfrute de nuestra dinámica como lectores, y más si somos de los que llevamos la cuenta de todos libros que nos zampamos durante cada vuelta de la Tierra alrededor del Sol. Así que aquí tenéis algunos de los que quizá os sirvan para este saludable propósito en 2017.

La Biblia de neón (1954)

Adoptaunlibro.com
Por derecho propio, la obra más conocida del malogrado John Kennedy Toole siempre ha sido una enormidad como La conjura de los necios (1962), que a algunos no nos tiembla el pulso al señalarla como la posible mejor novela estadounidense de cuantas nos ha brindado el gigante de la cultura globalizada. Pero a su sombra también podemos encontrar un librito anterior de Toole que se titula La Biblia de neón y que describe, con una madurez impropia de los dieciséis años que contaba cuando lo redactó, lo que es vivir durante la niñez y primera etapa adolescente en una opresiva localidad sureña. El buen ojo para la sátira social de Toole, desatado en la maravilla sobre Ignatius J. Reilly, ya puede verse con sutileza en su primera narración, a la que merece la pena acercarse, aunque sólo sea porque este autor no nos ha dejado nada más para saborearlo.

El Señor de los Anillos (1954)
Googleusercontent.com
Pese a que haya a quien le parezca obvio, la obra capital del británico John Ronald Reuel Tolkien es una recomendación segura y obligatoria: que a nadie le dé pereza leer los tres volúmenes de El Señor de los Anillos aunque ya conozca los detalles del relato por la trilogía fílmica de Peter Jackson (2001-2003) ni porque le ponderen el mayor dinamismo de El hobbit (1932) frente a la densidad de El Señor de los Anillos, pues lo descriptiva que es esta larga novela sobre las cuitas de Frodo Bolsón y compañía para combatir a las huestes del mal que pretenden engullir la Tierra Media resulta, en verdad, un auténtico gustazo, como finalmente inolvidable su gran aventura.

Alumno aventajado (1982)

Mlstatic.com
Si uno lee Las cuatro estaciones, una recopilación de novelas cortas de Stephen King, lo más probable es que se fije sobre todo en «Rita Hayworth y la redención de Shawshank», adaptada maravillosamente al cine por Frank Darabont en The Shawshank Redemption (1994), y en «El cuerpo», que también cuenta con su propia traslación al cine en el mito ochentero que es Stand by Me, de Rob Reiner (1986). Pero entre ambas hay una más sugestiva y estremecedora: «Alumno aventajado», sobre un inquietante jovenzuelo que descubre que un aparentemente inofensivo anciano de su población es, en realidad, un nazi huido tras la Segunda Guerra Mundial, y el vínculo que se establece entre los dos tiene consecuencias tan terribles como inesperadas.

La saga narrativa de Isaac Asimov (1950-1993)
Fastcompany.net
Sabido es que Asimov se dedicó a contarnos cómo podría ser el desarrollo de la humanidad en nuestra futura expansión por la galaxia y, como las dieciséis novelas y el montón de relatos en que lo narra están interconectados, uno prefiere recomendar que os los leáis todos a indicaros solamente una pieza del fascinante puzle que escribió, preñado de inteligencia. Si su lectura ha de ser cronológica y no según el orden en que fue publicando los libros, habría que empezar con El fin de la eternidad (1955) y seguir con los relatos sobre robots en cualquiera de sus ediciones, y luego, con Némesis (1989).

A continuación, es conveniente zambullirse en las cuatro novelas del ciclo de Elijah Baley: Las bóvedas de acero (1954), El sol desnudo (1957), Los robots del amanecer (1983) y Robots e Imperio (1985). Después, en el ciclo imperial: En la arena estelar (1951), Las corrientes del espacio (1952) y Un guijarro en el cielo (1950). Y por fin, en el de las Fundaciones: Preludio a la Fundación (1988), Hacia la Fundación (1993), Fundación (1951), Fundación e Imperio (1952), Segunda Fundación (1953), Los límites de la Fundación (1982) y Fundación y Tierra (1986). Miles de páginas de lectura, y una absoluta gozada.

El elemento del que sólo hay un gramo y otras historias sobre física, química y sustancias asombrosas (2015)
Guadalmazán
Este es uno de esos libros que hará las delicias de todas aquellas personas que se priven con las curiosidades científicas, los datos estadísticos y lo insólito de la naturaleza. Pero el español Sergio Parra ha escrito este ensayo divulgativo de una forma tan amena y con cierta predisposición a ocuparse de la cultura popular que debería leerlo cualquiera con un mínimo de inquietudes culturales. Porque los elementos que podrían antojársenos de la fantasía y la ciencia ficción están más cerca de lo que pensamos.

¡No, por dios! (Ateísmo para principiantes) (2015)
Twitter.com/elnocturno
El periodista mexicano Mauricio-José Schwarz, radicado en España, ha escrito un ensayo para todos aquellos que de veras deseen entender cuáles son las razones que sustentan el ateísmo, sin prejuicios de ninguna clase, de por qué es una opción moral perfectamente válida no creer en los dioses —la minúscula del título no es errónea ni accidental—, y que supone un apoyo para los que sienten rechazo en sus sociedades por ser ateos. Pero no se trata de un libro que deberían leer sólo los novatos en esto de la no creencia, sino que quienes ya llevan cierto bagaje cultural sobre el ateísmo, por otras lecturas y debates o sus propias vivencias, pueden encontrar unas cuantas ideas que quizá no se les habían ocurrido, y que seguramente adoptarían encantados, en esta necesaria defensa del pensamiento libre.

Advertisement
Click para comentar

Tienes que estar registrado para comentar Acceder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Cultura

Los secretos de la Casa Judía de València

Publicado

en

casa judia valencia,
Foto: Hugo Román
Los secretos de la Casa Judía de València-Fotos: Hugo Román-OFFICIAL PRESS

Entre los años 20 y 30 del siglo pasado el art déco dominaba en todas las artes decorativas a nivel mundial.

Había nacido en París y pronto Hollywood lo popularizó como símbolo de glamour.

Y esos aires y aquella esencia de aquella Belle Époque o los llamados Años Locos quedaron inmortalizados en una de las edificaciones más asombrosas de València.

El art déco bebía de todas las culturas, reutilizando de manera libre los elementos arquitectónicos de otras épocas.

Plasmaban los asombrosos hallazgos de aquellos tiempos.

En Egipto como el  descubrimiento de la tumba de Tutankamón, así como de culturas mesopotámica, africana, azteca, maya, hindú que fueron dotándole de un exotismo y una belleza única.

Los secretos de la Casa Judía de València

Caminando por la calle Castellón, en el número 20 nos encontramos con toda una joya que aguarda la mirada de los curiosos que se detienen para admirar un amalgama de formas y colores único.

Entre Germanías y la Estación del Norte está la conocida como Casa Judía de València, que fue construida hacia 1930 por el arquitecto valenciano Juan Francisco Guardiola Martínez.

Nacido en Sueca en 1895 en el seno de una familia de clase media, se trasladó a Barcelona en 1917 para estudiar arquitectura.

Allí fue premiado en  1922  por el proyecto de la estación de metro de la Plaza de Cataluña.

Según cuentan, los diversos viajes que realizó el arquitecto por Asia pudo influir en él a la hora de diseñar el estilo del edificio levantado en el ensanche de la capital valenciana a petición de Yosef Shalóm.

Su apellido nos da la pista del sobrenombre de Casa Judía.

Casa Judía.- Años treinta.- Archivo Ana María Ferrín.

La fachada de la Casa Judía

Un detalle de sus orígenes nos recibe en el dintel de la puerta principal, en el frontón curvilíneo.

Ahí se aprecia una estrella de seis puntas rematado por dos volutas y una hoja de acanto en el arco final.

Su fachada dividida en tres cuerpos, basamental, central y superior, nos transporta sin movernos de la calle a escenarios babilónicos y egipcios por su colorido y las formas de sus columnas, capiteles, remates con forma de pagoda y ventanas ojivales.

Si levantamos la vista podemos admirar el impresionante remate del edificio de inspiración oriental, árabe e hindú.

Foto: Hugo Román

Según cuentan ​en el edificio se reunía de manera discreta la reducida comunidad judía de la época que residía en València para realizar sus celebraciones religiosas.

¿Cómo es en la actualidad?

En la actualidad en el edificio de siete alturas viven familias particulares.

Las viviendas tienen unos 100 m2 cada una, y originalmente contarían con tres habitaciones, un baño, una cocina y un comedor.

Tan solo su fachada, su zaguán y la decoración exterior e interior mantienen la esencia de aquellos años en los que el arte iba asociado a la construcción, en el que cada ladrillo tenía una misión estética.

Años en los que los edificios eran monumentos esperando ser habitados.

Muchos comentan que su fachada parece salida del decorado de la película del Mago de Oz o tal vez de la mente de Tim Burton.

La Casa Judía no es un edificio protegido

Inspiradora y evocadora permanece allí pese a la bomba que cayó cerca durante la guerra y a pesar de que en alguna ocasión haya sufrido modificaciones debido a que, incomprensiblemente, no está protegida.

De hecho los remates del edificio de estilo hindú que lo coronaban fueron retirados en el pasado y su plantas baja han alterado su estilo original.

Guardiola falleció en Alzira en 1962.

Su trayectoria como arquitecto fue amplia con proyectos de viviendas residenciales, fábricas, almacenes, iglesias, teatros y cines, una estación y un banco.

Entre las más destacadas están el Ateneu del Socors en Sueca (1927) y la Casa Xina o Casa Ferran Guardiola en Barcelona (1929) que muestran su talento y originalidad.

Pero sin duda, la Casa Judía es su gran obra maestra.

Una obra que contempla el pasar de los años desde su espectacular fachada, una fachada que nos hace viajar a lugares remotos sin salir de la ciudad.

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

 

Continuar leyendo