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Cultura

‘La alquimia de la personalidad’, el libro de Josep Guarch

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la alquimia de la personalidad

‘La alquimia de la personalidad’, es el último trabajo de Josep Guarch, terapeuta floral, homeópata y astrólogo humanista, parte de la idea de que cada individuo es único, y por ello entiende que es necesario contar con un modelo capaz de individualizar la personalidad.

En la primera parte del libro Josep Guarch, aborda con un estilo divulgativo y comprensible, las bases de la Astrología Humanista, para luego aplicarlas al modelo de personalidad diseñado por él mismo: «Los cuatro pilares de la Personalidad».

La segunda parte, se centra en la relación de los Signos Zodiacales con las doce flores tipológicas del sistema floral del Dr. Edward Bach, incluyendo una descripción de estos doce signos alejada de cualquier tópico y en base a su forma arquetípica.

Este libro nos permitirá comprender de forma precisa las bases de nuestra personalidad y, como si fuésemos alquimistas, hacer alquimia con los elementos propios de nuestra personalidad, haciendo realidad el antiguo aforismo: «Conócete a ti mismo».

«Un libro que constituye una herramienta accesible para comprender el complejo mundo de la personalidad humana»

¿CÓMO SE ESTRUCTURA EL LIBRO?

La primera parte, «Astrología humanista como herramienta de autoconocimiento», es una introducción a la astrología humanista (que no está destinada a «adivinar el futuro», sino a conocerse a uno mismo) en la que se revisan las funciones de los planetas en el sistema astrológico, y cómo se relacionan con la personalidad.

En la segunda parte, «La terapia floral del doctor Edward Bach asociada a los signos zodiacales», el autor propone asociar cada uno de los doce curadores a un signo zodiacal, complementando y ampliando lo considerado en el sistema floral.

LA IMPORTANCIA DE LA ASTROLOGÍA. ¿EN CRISIS?

Indudablemente, el conocimiento astrológico siempre ha fascinado a los estamentos de poder, de ahí que, desde antaño hasta la actualidad, han confiado en ella a la hora de tomar decisiones importantes. La historia está repleta de gobernantes que consultaron a un astrólogo en circunstancias   de                                 especial relevancia, o incluso para fijar fechas que iban a ser determinantes para el futuro de un país.

No deja de ser sorprendente que aquellos que, con tanta insistencia, procuran desprestigiar la astrología luego asistan de forma confidencial a

nuestras consultas profesionales buscando consejo o respuesta a sus preguntas. Esto sucede tanto en estamentos científicos o académicos como políticos o religiosos. Hoy, sobre todo, cuando la humanidad se ve azotada por una crisis terrible que no tiene otra finalidad que desencadenar los cambios que nuestro planeta y la humanidad en su conjunto necesitan, incluso aquellos que en otros momentos mostraron un escepticismo feroz vienen a buscar consejo y orientación.

NECESITAMOS CONOCERNOS A NOSOTROS MISMOS

Hoy ya nadie duda de que estamos en el final de una etapa vital, lo que va a suponer el inicio de una nueva con otros preceptos y necesidades.

En un mundo en el que se ha insistido mucho en «globalizar» o «universalizar», no se ve con buenos ojos un saber que nos habla del valor de lo individual.

Ciertamente hoy más que nunca resulta necesaria una participación global en los problemas del mundo de cada uno con los seres humanos que lo integramos. No obstante, para que el resultado sea correcto, debe partir necesariamente de un conocimiento lo más profundo posible del ser individual.

La mejor forma de participar en el todo universal es desarrollando al máximo nuestras potencialidades, habilidades, características y dones personales.

VIVIMOS UN MOMENTO MUY ESPECIAL: VIENEN GRANDES CAMBIOS

Por todo ello, en esta nueva era están confluyendo toda una serie de aspectos cósmicos que van a desencadenar de una forma u otra los cambios que esta humanidad nuestra necesita, en concreto, un cambio de signo zodiacal por parte de tres planetas: Urano ingresó en el signo de Aries, Plutón en el signo de Capricornio y Neptuno en el signo de Piscis. Solo para que el lector se haga una idea del momento tan especial que estamos viviendo, una circunstancia parecida la encontramos en el momento de la caída del feudalismo, que marcó grandes cambios en la forma de entender el mundo.

LOS SIGNOS ZODIACALES COMO CIMIENTOS DE LA PERSONALIDAD

Partimos de cuatro signos que son nuestros cuatro cimientos. El signo solar es el signo en el que estaba situado el Sol en el momento del nacimiento, y lo mismo ocurre con la Luna y Marte. En cuanto al signo ascendente, si en el momento de nacer hubiésemos mirado hacia el este, de acuerdo con el plano del horizonte terrestre,

habríamos visto un signo elevándose. Ese signo en elevación es el que conocemos como signo ascendente, y por ese motivo tiene este nombre.

    • Signo solar: Representa nuestra identidad, carácter y forma de ser interna. Sería como nuestra esencia o
    • Signo lunar: Representa nuestros sentimientos y Se encarga de gestionar la red de vínculos afectivos que establecemos alrededor de nuestra vida y, por tanto, de nuestro Sol.
    • Signo de Marte o marcial: Representa nuestras Se encarga de defender el espacio para nuestro proyecto de vida. Podemos considerarlo como nuestro guerrero interior. El signo en el que se encuentre situado Marte nos indica el tipo de espada que disponemos para autoafirmarnos y defender nuestro plan de vida.
    • Signo ascendente: Representa nuestra personalidad externa y, por tanto, la herramienta a través de la cual nos mostramos a nivel público y

EL ASCENDENTE, NUESTRO TRAJE SOCIAL

El ascendente representa cómo hemos vivido o percibido nuestro primer contacto con este mundo. Es nuestro primer vestido o traje, como si nos hubiésemos vestido de una forma determinada para acudir a un acontecimiento muy especial que, en este caso, es nuestro nacimiento. El ascendente de un bebé podemos escucharlo verbalizado en la madre:

«Ha sido todo muy rápido», «Fue muy largo y difícil»,

«Pude disfrutarlo», «Fue muy bello y agradable»… Podríamos considerar este signo como nuestra primera presentación en sociedad. Por ello, condiciona hasta el fin de nuestros días cómo nos mostramos a nivel social.

Dado que el signo ascendente representa cómo ha sido nuestro primer contacto con la vida fuera del seno materno también condiciona los inicios de los asuntos más importantes de nuestra vida, aunque a veces incluso llega a condicionar los más banales. Ahí es donde le encontramos la explicación a que una persona que vivió un parto difícil, dado que el bebé venía con vuelta de cordón, viva con ansiedad algo tan cotidiano como ir al cine.

ASTROMEDICINA

Muchos profesionales de la salud constataron la importancia del conocimiento astrológico como una forma de diagnosticar e incluso de tratar las distintas patologías manifestadas, estableciendo una correlación entre las enfermedades, las influencias astrales y los distintos tratamientos médicos. Uno de dichos especialistas fue Paracelso (1493-1541), alquimista, médico y astrólogo suizo. A lo largo de su vida profesional, defendió la necesidad de conocer en profundidad la astrología, hasta el punto de que llegó a decir que era inconcebible que alguien pudiera llamarse médico y no saber astrología.

En efecto, sus libros están repletos de referencias astrológicas y muchas de ellas establecen claros paralelismos entre el cuerpo humano y sus patologías con el cosmos y las plantas. «Los astros nos enseñan a conocer las enfermedades, los astros nos enseñan a curarlas»; «Es necesario que el remedio sea reducido a una sustancia tan aireada que pueda estar regida y dirigida por Marte, Saturno, Júpiter o los demás, según lo que se requiera»… Indudablemente, Paracelso estaba estableciendo las bases de lo que iba a ser la terapia vibracional.

LA TERAPIA FLORAL DE BACH

Una de las dificultades que experimenta toda persona al acercarse a la terapia floral de Bach es descubrir su flor tipológica (aquella que se ajusta mejor al conjunto de características de la personalidad de cualquier individuo, según las características de personalidad asociadas con cada esencia floral). La importancia de conocer la flor tipo estriba en el hecho de que esta esencia floral tiene como finalidad aportarnos el estado de equilibrio o salud total (siempre que sea tomada en el momento oportuno del proceso terapéutico).

La flor tipo sería como nuestro patrón de vibración armónico (equivalente a la afinación de un determinado instrumento musical). Si el estado de enfermedad o desequilibrio está asociado a un patrón disarmónico, la toma de la esencia tipológica armoniza nuestro patrón en desequilibrio a través de las sucesivas tomas de la esencia, hasta completar el proceso de armonización (equivalente al estado de bienestar general).

IMPATIENS: LA ESENCIA IDÓNEA PARA UN/A ARIES… Y AQUELLOS QUE NO PARAN

Impatiens sería una de las esencias florales más importantes para poder situarse en el presente, en un mundo en el que al tiempo se le da tanta importancia que acabamos viviendo de forma acelerada. La toma de la esencia nos ayudará a descubrir que, por mucho que uno corra, no conseguirá estirar el tiempo, ya que el reloj no marcará más de veinticuatro horas. Si uno siente la necesidad de vivir corriendo, no es que le falte tiempo, el problema es que le sobran actividades. Por todo lo comentado, esta es una esencia muy importante, no solo para las personas de signo Aries, sino para todas aquellas que crean en la ilusión de que correr o realizar todo de forma apremiante es una solución a sus problemas. Impatiens aportará calma y tranquilidad, sin dejar de ser activo y resolutivo.

PRIMERA PARTE. ASTROLOGÍA HUMANISTA, HERRAMIENTA DE AUTOCONOCIMIENTO

Capitulo 1. Claves de la astrología humanista

Capítulo 2. Los cuatro pilares de la personalidad

Capítulo 3. Los signos zodiacales

Capítulo 4. La arquitectura de la carta

Capítulo 5. Los planetas

SEGUNDA PARTE. LA TERAPIA FLORAL DEL DOCTOR EDWARD BACH ASOCIADA A LOS SIGNOS ZODIACALES

Capítulo 6. Astrología y flores de Bach

Capítulo 7. Los doce signos y los doce curadores

Capítulo 8. Los cuatro pilares de la personalidad aplicados a las doce esencias florales de Bach

Capítulo 9. El uso de la astrología en una consulta de terapia

Josep Guarch

Astrólogo Humanista. Terapeuta Floral y Homeópata. Formador de Astrología y Terapia Floral.

Su prematura inquietud por entender la vida desde el esoterismo, le lleva a estudiar Astrología con tan solo doce años. Después de destacar en las diferentes ramas de la Astrología, se centra en el desarrollo de la Astrología Humanista, tanto a nivel de consulta como académico.

Su formación como Terapeuta Floral y Homeópata, le empuja a asociar la Astrología Humanista como herramienta básica con la consulta terapéutica.

Ha participado como ponente en numerosos congresos nacionales e internacionales. Destaca su trabajo como creador de un modelo de personalidad individualizada: «Los cuatro pilares de la personalidad» y su modo de relacionar doce Signos con las doce esencias florales tipológicas; ambos explicados en la presente obra.

 

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Los fracasos de España en Eurovisión

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Los últimos fracasos de España en Eurovisión

España es junto a Noruega, Alemania y Austria uno de los países con más fracasos en Eurovisión. Irlanda es el más exitoso con 7 victorias, seguido por Suecia, con 6. El estudio también constató cuáles son los países ‘mejores amigos’ que suelen entregar su voto a España y viceversa. Portugal es históricamente el país que más vota a los participantes españoles. Los españoles suelen entregar su voto preferentemente a los alemanes.

Los últimos fracasos de España en Eurovisión

España, entre los países con más canciones que han sido un fracaso en las votaciones

Lamentablemente, el máximo de puntos no se puede otorgar a todos y en algunas ocasiones ocurre que hay canciones que obtienen cero votos. Noruega encabeza la lista de los países que más veces (4) se ha ido para casa con las manos vacías. España ha participado en tres ocasiones con canciones que no las ha votado nadie, la primera ‘Llámame’, en 1962 interpretada por Víctor Balaguer, la segunda en 1965, titulada ‘¡Qué bueno, qué bueno!’, por Concha Bautista y la tercera, ‘Quién maneja’, en 1983 con Remedios Amaya.

Aunque la mayoría de las canciones con cero puntos corresponden al siglo XX, Alemania y Austria se fueron a casa sin nada en 2015.

Víctor Balaguer en Eurovisión 1962.

El debut de España en Eurovisión en 1961 no fue muy exitoso. La candidatura de RTVE apenas logró ocho puntos y una novena posición con una canción que, sin embargo, ha perdurado con el paso de los años. La canción «Estando contigo» de Conchita Bautista precedió al primer gran fracaso de España en el certamen, cuando un año después Víctor Balaguer recibió el primer cero en la historia del país en Eurovisión.

El barcelonés interpretó su canción «Llámame» en el Villa Louvigny de Luxemburgo, pero no consiguió que ninguno de los jurados le otorgara los 1, 2 o 3 puntos que repartía cada país participante en ese momento. Así comenzó una de las peores rachas históricas de España en Eurovisión, ya que en los dos años siguientes obtuvo el puesto 12 con 2 y 1 punto, respectivamente.

Conchita Bautista en Eurovisión 1965.

Tras hacer historia como la primera representante española en el concurso organizado por la Unión Europea de Radiodifusión (UER), Conchita Bautista regresó al festival en 1965 decidida a mejorar su posición anterior. Lo intentó con «¡Qué bueno, qué bueno!», pero desafortunadamente acabó en la última posición con el segundo cero en la historia de España en Eurovisión.

Braulio en Eurovisión 1976.

Tras el revés de Conchita Bautista en Nápoles, España vivió su racha más exitosa en la historia de Eurovisión durante la siguiente década, sin salir del top 10 y logrando dos victorias (1968 y 1969) y dos segundos puestos (1971 y 1973).

Esta buena racha se detuvo en 1976 con la participación de Braulio y su canción «Sobran las palabras». Sin embargo, no faltaron puntos, ya que el cantante regresó a casa con apenas 11 puntos y el puesto 16 de 18 participantes.

Remedios Amaya en Eurovisión 1983.

En 1983, Remedios Amaya se preguntó quién manejaba su barca en el Rudi-Sedlmayer-Halle de Múnich. A pesar de que su actuación fue ovacionada por el público, ninguno de los jurados le otorgó puntos, sumando otro cero histórico para España en el festival.

Patricia Kraus en Eurovisión 1987.

El famoso tenor Alfredo Kraus fue el padrino excepcional de la candidatura española en Eurovisión 1987. Él mismo presentó en un programa de televisión a su hija, Patricia Kraus, como representante española en esa edición.

La joven, entonces con 22 años, defendió la canción «No estás solo», pero solo obtuvo 10 puntos, otorgados por el jurado de Grecia, quedando en el puesto 19 entre 22 propuestas.

Lydia en Eurovisión 1999.

La actuación de Lydia en Eurovisión 1999 es una de las más recordadas de la historia de España, pero no precisamente por su resultado. La cantante interpretó «No quiero escuchar» con un vestido diseñado por Ágatha Ruiz de la Prada que recibió críticas, vinculándolo incluso con el mal resultado de aquel año: última posición con un solo punto.

A pesar del tropiezo, Lydia tiene el curioso honor de ser la única representante española que ha ganado el Premio Barbara Dex, que premiaba a los peores vestidos de la edición.

Raquel del Rosario, vocalista de El Sueño de Morfeo, en Eurovisión 2013.

Raquel del Rosario desafió las supersticiones en 2013 al salir al escenario descalza y vestida de amarillo. Lo hizo junto a su grupo, El Sueño de Morfeo, para interpretar «Contigo hasta el final», la canción elegida por los espectadores de TVE para representar a España en Malmö.

Aunque no se sabe si fue mala suerte, España recibió su peor puntuación desde 1999 y quedó penúltima con ocho puntos.

Barei en Eurovisión 2016.

La última década no ha sido especialmente buena para España en Eurovisión. Por eso, cuando Barei se posicionó quinta en las apuestas tras actuar en Estocolmo, muchos soñaban con volver al esplendor de antaño y rozar una victoria que se había resistido durante demasiados años.

Sin embargo, esa ilusión quedó truncada y el resultado de ese año fue doloroso: vigesimosegunda posición con 77 puntos. Además, posteriormente la artista criticó duramente a la delegación de RTVE y aseguró que se vivía un ambiente tenso ante la posibilidad de que pudiera ganar, ya que, según ella, la cadena no quería organizar el festival al año siguiente.

Manel Navarro en Eurovisión 2017.

El camino de España hacia Eurovisión 2017 estuvo marcado por la polémica desde el principio. Manel Navarro ganó Objetivo Eurovisión después de que el jurado rompiera el empate con la favorita, Mirela. El artista dedicó un gesto obsceno al público que coreaba «tongo» en el plató de RTVE, siendo uno de los episodios más bochornosos de nuestra historia en el certamen europeo.

La actuación de Manel en Kiev también dejó un momento histórico: un desafortunado gallo que se volvió viral al instante y causó gran pesar emocional al representante, quien luego confesaría que no había podido cantar la versión de «Do it for your lover» que realmente quería. Su posición fue una de las peores de la trayectoria española: último con cinco puntos.

Blas Cantó en Eurovisión 2021.

La pandemia obligó a Blas Cantó a esperar dos años para poder representar a España en Eurovisión. Finalmente, pudo hacerlo en Róterdam en 2021 con el tema «Voy a quedarme», una balada que presentó con una puesta en escena desconcertante coronada por una luna hinchable gigante.

El artista tuvo que enfrentarse al hecho de que el televoto le otorgó c

ero puntos, aunque los seis puntos del jurado (cuatro de Bulgaria y dos de Reino Unido) le permitieron evitar el último lugar por poco. Blas Cantó quedó antepenúltimo y hasta el momento tiene el último gran fracaso de España en Eurovisión.

España, 52 años sin conocer la victoria en Eurovisión

España ha ganado dos veces el festival, la primera el año 1968, en Londres, con la canción ‘La, la la’, interpretada por Massiel, y la segunda, al año siguiente, en 1969, con ‘Vivo Cantando’ bajo la voz de Salomé.

Han pasado ya 52 años desde la última victoria de España en este certamen, por lo que se encuentra entre los países que más tiempo llevan sin ganarla. La victoria más reciente es de los Países Bajos, que con 5 trofeos en total, tiene potencial para escalar hasta el segundo puesto.

Los países con más talento en Eurovisión

Que Irlanda sea el país que más ha ganado el certamen no le convierte en el más talentoso. De hecho, Reino Unido ha sido el receptor de la mayor cantidad de votos de primer lugar y ocupa el segundo lugar junto a Francia como el país que ha llegado a más finales. Irlanda les sigue en la tercera posición.

España, en tanto, ha participado en el concurso en 60 ocasiones, ganando dos veces y quedando en otras 28 oportunidades entre los diez primeros. Sin embargo, nunca se ha llegado a una final sin ganarla.

En cuanto a la proporción de puntuaciones máximas, Australia es el país más talentoso, ya que consiguió más puntuaciones máximas en las cinco finales que llegó. Esto significa que, si bien Australia solo ha alcanzado cinco finales, en comparación con las 62 que participaron Reino Unido y Francia, acumuló más puntos que cada país, respectivamente.

Mejores amigos en Eurovisión

Los mejores amigos no solo existen entre personas, también entre países. Año tras año, la naturaleza política de Eurovisión sale a jugar y los países a menudo votan por su mejor amigo en lugar del más talentoso. Hay algunos de ellos que parecen estar unidos con pegamento como es el caso de Grecia y Chipre, los cuales se apoyan mutuamente, aunque parece que Chipre está más comprometido con la amistad a largo plazo, ya que le han dado el máximo de puntos 7 veces más que Grecia a Chipre.

En el caso de España y Portugal resulta curioso. Se podría hablar de una amistad no correspondida. Portugal le ha dado sus puntos máximos en 11 oportunidades a España, sin embargo, los españoles han votado con puntuación máxima en 12 oportunidades a Alemania. Italia es el segundo país más votado por España, seguido por Portugal en la tercera posición y Reino Unido, en la cuarta.

Puntos necesarios para ganar

Debido a que en su primera edición participaron sólo 7 países, los puntos necesarios para ganar fueron mucho menores que en los últimos años. Si en 1957 se necesitaron sólo 31, en 2019 el ganador consiguió la victoria con 498 unidades.

En la actualidad la competencia es mucho más dura, ya que los ganadores necesitan conseguir cada vez más votos para hacerse con la victoria.

Este año se volverá a ver una gran competencia entre los países favoritos y los que, en principio, no lo son. Sin embargo, Eurovisión cada año sorprende al mundo con nuevos talentos de países que no figuraban entre los favoritos.

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