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Cultura

CRÓNICA| Ópera Don Giovanni de Mozart: más luces que sombras

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Ópera Don Giovanni
Davide Luciano como Don Giovanni (i), Elsa Dreisig (Donna Elvira) y Riccardo Fassi (Leporello) en el estreno de la produccion de la ópera Don Giovanni, de Mozart,en el Palau de Les Arts . EFE/ Kai Forsterling

Joan Castelló

València, 2 mar (OFFICIAL PRESS- EFE).- La producción de la ópera «Don Giovanni», de Wolfgang Amadeus Mozart, estrenada este jueves en el Palau de les Arts de València, ha tenido más luces que sombras, con un reparto lírico equilibrado en el que han destacado las actuaciones de Davide Luciano, en el papel protagonista, y de Elsa Dreisigen el papel de Donna Anna.

Con dirección musical de Ricardo Minasi, muy expresivo con la batuta y demostrando que es un gran especialista en la obra mozartiana, la Orquestra de la Comunitat valenciana cumplió con esta exigente partitura, en la que se alternan arias hermosas y, sobre todo, excelentes escenas concertantes (cuartetos, sextetos y septetos) en los que dejó su impronta el genio salzburgués.

Ópera Don Giovanni

En líneas generales, la representación fue de menos a más, con una primer acto en el que música y voces sonaban amortiguadas, pese a desenvolverse con vivacidad y agilidad teatral. En el segundo acto cambiaron las tornas, y las voces sonaron con más convicción y «alma».

El barítono italiano Davide Luciano encarnó con corrección a un Don Giovanni conquistador sin escrúpulos, que trata de forma vejatoria a todas las mujeres que conquista y que, con una óptica del siglo XXI, sería un personaje repudiado y condenado con la ley del solo sí es sí, como también lo es en la obra, al morir víctima de su propia perfidia. A destacar el efecto escénico protagonizado por Don Giovanni que consigue que todos los personajes sucumban finalmente a su propia muerte.

Aceptable fue también la actuación de la soprano zaragozana Ruth Iniesta como Donna Anna, la mujer ultrajada por don Juan, que no terminó de emocionar al público en el aria Or sai chi l’onore (del primer acto), aunque remontó en la segunda parte.

La soprano

Más acertada estuvo la soprano franco-danesa Elsa Dreisig como Donna Elvira, dispuesta a desenmascarar el comportamiento libertino de Don Giovanni, abriendo los ojos a las diferentes víctimas de sus correrías amorosas, con una sentida interpretación del aria Mi tradi quell’alma ingrata.

En el papel de Leporello, el bajo italiano Riccardo Fassi fue un fiel escudero que actuó con desenvoltura, soportando con estoicismo (y también por un poco más de dinero) las trapisondas de su amo y, aunque posiblemente le faltó un gramo más de comicidad, tuvo algunos momentos de gloria, como en el relato de conquistas de Don Giovanni.

Gianluca Buratto, en el breve papel de Comendador al principio y final de la obra, dejó constancia de su buen hacer como bajo profundo como ejecutor moral de don giovanni, después de que este, a los pies de su féretro, le convidara a cenar a su casa.

Acertada estuvo también Jacquely Stucker como la pizpireta campesina Zerlina, y correctos Giovanni Sala (don Ottavio) y Adolfo Corrado (como Masetto).

La escenografía de esta producción, diseñada por Paolo Fantin para el teatro La Fenice de Venecia, situó la acción en el interior un palacio del siglo XVIII, tal como establece el libreto, con una serie de paneles móviles que se iban transformando con perfecta sincronización en diferentes estancias plagadas de puertas por donde entraban y salían los protagonistas en sus diferentes escaramuzas.

Este movimiento escénico sin solución de continuidad dióon unidad de acción y agilidad al desarrollo de la trama, pero en el camino quedaron situaciones inconexas, como la muerte del comendador en la cama, una deslucida escena de máscaras y escondites forzados detrás de una planta.

La representación de Don Giovanni, un ‘drama giocoso’ con libreto de Lorenzo da ponte y basada en la obra teatral El burlador de Sevilla y convidado de Piedre de Tirso de Molina, consiguió un lleno absoluto en la sala principal del Palau de les Arts, como hacía algún tiempo que no se conseguía.

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¿Por qué España pasa directa a la final de Eurovisión?

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¿Por qué España pasa directa a la final de Eurovisión?
Los integrantes del dúo alicantino de electropop Nebulossa, la cantante María 'Mery' Bas y el teclista y productor Mark Dasousa, en una imagen reciente en Miami (Estados Unidos). EFE/AliciaCivita

Otro año más y como suele suceder por estas fechas llega la hora del Festival de Eurovisión. Y como cada año España no falta a la gran final. España sólo ha ganado Eurovisión en dos ocasiones; en 1968 con Massiel y su mítico ‘La, la, la’ y en 1969 con Salomé y ‘Vivo cantando’. Ha estado a punto de repetir como ganador en 1979 con Betty Missiego y su segundo puesto con ‘Su canción’, Anabel Conde en 1995 y su ‘Vuelve conmigo’ en segunda posición y la cuarta posición de Sergio Dalma con ‘Bailar Pegados’. Pero hemos quedado los últimos (o los primeros por la cola) en multitud de ocasiones.

Sin embargo, aunque quedemos los últimos o consigamos malos resultados que año tras año consigue nuestro país en el festival europeo de la canción, es uno de los cinco privilegiados que consigue una plaza directa para actuar en el mítico festival.

La próxima edición del Festival de Eurovisión se llevará a cabo en la ciudad sueca de Malmö el próximo mes de mayo. El dúo Nebulossa, compuesto por Mery Bas y Mark Dasousa, representará a España con la canción «Zorra». Este año, España participará por primera vez en una de las semifinales, aunque será solo como exhibición, ya que RTVE tiene garantizado el pase a la final por ser miembro del llamado Big Five. Pero, ¿qué significa ser parte del Big Five y cómo afecta esto a la candidatura española en el festival?

Big Five

El término Big Five se refiere a los cinco países que tienen el privilegio de avanzar directamente a la final de Eurovisión. Este selecto grupo está compuesto por España, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido, naciones que, hasta ahora, solo participaban en las semifinales para ofrecer un breve adelanto de su actuación en la gran final del sábado. Estos países son los principales contribuyentes financieros a la Unión Europea de Radiodifusión (UER).

El concepto del Big Five surgió en 1996, cuando Alemania, la economía más importante de la UER, no logró clasificarse para la final. En ese entonces, no existían las semifinales (la primera se introdujo en 2004 como una única gala, no dos), y se seleccionaron 25 países para competir en el Festival mediante una cinta de audio con su candidatura. España fue representada por Antonio Carbonell con la canción «Ay, qué deseo», compuesta por Ketama.

El Festival corrigió este error en la edición de 1997 con un nuevo sistema, pero la idea del Big Five persistió para asegurar la participación de los países que más contribuyen a la UER. En el año 2000 se estableció el privilegio actual de avanzar directamente a la final. Italia decidió retirarse voluntariamente de Eurovisión en ese momento (no regresaría hasta 2011), y el grupo se conoció como el Big Four. Tras el regreso de Italia, se consolidó como el Big Five.

Este sistema proporciona cierta seguridad a las televisiones de Italia, Francia, Alemania, Reino Unido y España, ya que su presencia en la noche del sábado es garantizada, independientemente de sus candidaturas y de los cambios en el reglamento a lo largo de los años.

¿Ventaja o desventaja?

¿Es beneficioso o perjudicial ser miembro del Big Five? Durante mucho tiempo se argumentó que los países de este grupo obtenían malas puntuaciones en Eurovisión. Sin embargo, el propio Festival ha demostrado que esto no siempre es cierto. Alemania ganó en 2011 y Italia en 2021, por ejemplo. Los italianos han obtenido excelentes resultados en la última década en general, y no podemos olvidar que Reino Unido y España quedaron en segundo y tercer lugar respectivamente en 2022.

A pesar de no participar en la fase de selección previa a la final, cada miembro del Big Five tiene derecho a votar en una de las dos semifinales del certamen, utilizando el mismo sistema de votación que en la final: el 50% del peso para los espectadores y la otra mitad para el jurado nacional. En el año 2024, específicamente, España participará en la votación de la segunda semifinal.

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