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Fallas

Carmen Alcayde: “Cuando sales de Valencia te das cuenta que las Fallas son la mejor fiesta del mundo”

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La periodista valenciana y presentadora de televisión Carmen Alcayde ha pasado por el Balcón de Amstel en el Edificio Ateneu para ver la mascletà.

Gran aficionada a las Fallas, reconoce disfrutar de estas celebraciones a su aire, acudiendo a casales de amigos y  aprovechando el ambiente que hay en las calles. “Hace un tiempo me vestí para la ofrenda y estoy deseando hacerlo de nuevo con mis tres hijos, cuando la pequeña sea un poquito mayor”, ha señalado.

Dividido su tiempo entre Madrid y Valencia, su carrera profesional está en pleno auge. “Paso tres meses al año allí y hago constantes viajes, pero no me planteo mudarme. Me encanta vivir en Valencia, es la mejor ciudad del mundo por el clima, la cercanía, la cantidad de vida que tiene. Quería que mis hijos crecieran aquí, junto a mi familia. Y ahora que van a reabrir la televisión autonómica, me encantaría en un futuro poder trabajar en mi tierra”, confiesa la presentadora, que también ha publicado cuatro libros y ha hecho algunos pinitos en la interpretación apareciendo en series televisivas y cortometrajes.

“Los valencianos tenemos un carácter muy abierto, divertido, cercano, que ayuda en esta profesión. Yo no me veo de corresponsal de guerra, pero me encanta entretener, divertir a la gente, y la televisión es un medio fantástico para llegar a muchísimas personas”, ha afirmado la presentadora. Una cercanía que también valora mucho de las Fallas, la cooperación entre todos, el trabajo compartido y la celebración conjunta que caracteriza a estas fiestas. “Cuando tuve que irme a vivir un tiempo a Madrid por mi trabajo, se me encendió la ‘pasión fallera’. Aquí lo veías todo como algo natural, pero cuando estás fuera te das cuenta de la dimensión de esta fiesta, de la vestimenta, las tradiciones… para mí es la más bonita del mundo”, ha confesado Alcayde a su paso por el Balcón de Amstel, que este año está promoviendo el #MOVIMIENTOESPOLÍN (https://youtu.be/iEBCRSxVP64) precisamente para reivindicar y acercar a las nuevas generaciones uno de los elementos más auténticos de esta fiesta, la sedería valenciana, con más de 5 siglos de historia.

La iniciativa tiene una vertiente formativa, con la creación de un programa de estudios específicos y de  las becas para fomentar el relevo generacional entre los tejedores artesanos. Además, a partir del 15 de marzo arrancan los AMSTEL ESPOLÍN DAYS, actividades para acercarse al espolín desde la botánica, el arte urbano y el origami. Para participar se pueden consultar toda la información en los perfiles de redes sociales de la compañía.

Y la acción más destacada de este movimiento es la AMSTEL ESPOLÍN COLLECTION, una serie de objetos creados por 6 talentos valencianos del diseño de producto, de calzado, de complementos, de moda y hasta de la cerámica para dar una nueva vida a este tradicional tejido. Una colección de edición limitada que puede conseguirse a través de una promoción de la que se ofrecen todos los detalles en http://tejiendolasfallas.amstel.es/

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Fallas

GALERÍA| El emotivo encuentro de la Corte de 1998

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Corte de Honor 1998
Corte de Honor y Fallera Mayor de Valencia 1998-OFFICIAL PRESS

El pasado sábado, trece mujeres se reunieron para celebrar un evento cargado de recuerdos y emociones. Estas mujeres, que en 1998 fueron elegidas como Corte de Honor y Fallera Mayor de Valencia, se reencontraron 26 años después para rememorar uno de los momentos más significativos de sus vidas.

La Corte de Honor 1998

Corte y Fallera Mayor de Valencia 1998-Foto: JUNTA CENTRAL FALLERA

Inés Fresneda, Merche Ballester, Loles Fernández, Vicky Martínez, Gloria Torres, Victoria Bayarri, Auxi Pérez, Teresa Moret, Mª José Romero, Mónica Taberner, Marigi Usano, Vanessa Arnal y Susana Remohí fueron las representantes del mundo fallero en 1998.

Un año inolvidable

Para estas mujeres, el año 1998 marcó un antes y un después. Ser elegidas para formar parte de la Corte de Honor y, especialmente, ser nombrada Fallera Mayor de Valencia, es un honor que pocas pueden experimentar. Durante aquel año, compartieron experiencias únicas, desfiles, actos oficiales y una conexión especial que las unió de por vida. Las Fallas, más que una fiesta, son una tradición que tiene el poder de crear lazos profundos y duraderos entre quienes las viven intensamente.

Un reencuentro cargado de emociones

El reencuentro se celebró con una comida a la que asistieron no solo las trece integrantes de la Corte de 1998, sino también sus padres, parejas y los más pequeños. Este encuentro permitió que cada una compartiera cómo había cambiado su vida desde aquel entonces, y cómo la experiencia de ser parte de la Corte de Honor había influido en sus trayectorias personales y profesionales.

Aunque no todos los padres y parejas pudieron asistir, ya que la vida inevitablemente se lleva a personas queridas, la reunión fue un homenaje a los momentos compartidos y a aquellos que ya no están. Las ausencias fueron sentidas profundamente, pero también se celebró la alegría de poder reencontrarse y recordar juntos aquellos días especiales.

Las Fallas: Una tradición que une y transforma

Las Fallas son mucho más que una celebración; son una manifestación cultural que une a las personas y transforma vidas. Para estas trece mujeres, ser parte de la Corte de Honor no solo les dio la oportunidad de representar a Valencia y su tradición, sino que también les proporcionó una experiencia compartida que ha perdurado a lo largo de los años.

Durante la comida, se compartieron anécdotas, risas y, cómo no, algunas lágrimas de nostalgia. Cada una recordó con cariño los momentos vividos juntas, desde los preparativos hasta los actos oficiales, pasando por los momentos únicos que solo pueden vivir ellas y apoyo mutuo. Las Fallas de 1998 no solo las unieron como compañeras, sino como amigas que han mantenido el contacto y la conexión a lo largo de más de dos décadas.

Un vínculo inquebrantable

El reencuentro de la Corte de 1998 es un testimonio del poder de las Fallas para crear vínculos duraderos. Para estas mujeres, la experiencia de ser parte de la Corte de Honor fue un momento que marcó sus vidas de manera profunda y significativa.

El emotivo encuentro de la Corte de 1998 es una muestra más de cómo las Fallas pueden cambiar vidas y unir a las personas en una experiencia compartida de celebración, cultura y tradición. Aunque el tiempo pase y las circunstancias cambien, los lazos creados en torno a esta fiesta tan especial permanecen fuertes y significativos.

La capacidad de unir personas

Este reencuentro no solo fue una oportunidad para recordar el pasado, sino también para celebrar el presente y mirar hacia el futuro con la esperanza de seguir compartiendo momentos inolvidables. Las Fallas, una vez más, demostraron su capacidad para unir a las personas y transformar vidas, creando recuerdos que perduran para siempre.

El emotivo encuentro de la Corte de 1998, en imágenes:

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