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Salud y Bienestar

¿Cuáles son los signos de infección tras una cirugía?

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Tras someterse a una cirugía de cualquier índole, uno de los motivos más frecuentes de duda es la posibilidad de que aparezcan infecciones subclínicas, especialmente a nivel de las zonas de sutura o puntos.

Tras una intervención se produce una respuesta inflamatoria en el cuerpo que busca evitar las infecciones y favorecer la cicatrización de los tejidos. Esta situación desencadenada por la agresión quirúrgica conlleva la estimulación de células de defensa que al reaccionar, pueden provocar que se enrojezcan los tejidos, se calienten las cicatrices e, incluso, pueden generar exudados o colecciones líquidas alrededor de las heridas «sin que ello indique la presencia de una infección», detallan los expertos.

¿Cuáles son los signos de infección tras una cirugía?

En las zonas suturadas es frecuente la presencia de enrojecimiento y leves secreciones como resultado del proceso de reparación. Esas secreciones, habitualmente de un tono blanco amarillentas, que en algunos casos pueden llegar a alarmar, «son fisiológicas y deseables ya que son ricas en factores de crecimientos y otros estimulantes del cierre de las heridas», puntualiza el doctor.

Sin embargo, cuando producen un ‘mal olor’, esto puede ocurrir por tres motivos, en orden de frecuencia: insuficiente limpieza de la zona, lo que es frecuente en los primeros días tras la cirugía; por maceración o sufrimiento de la herida, lo que es habitual en zonas como la axila o el ombligo o si no secamos bien las heridas y, por último, puede deberse a infecciones subclínicas.

La presencia de exudado blanquecino en los puntos

«Otro signo que se confunde con frecuencia con una infección de la herida quirúrgica es la presencia de exudado blanquecino en los puntos, similar al pus, pero de menor densidad. Por lo general, lo que observamos es fibrina, creada por el organismo para cicatrizar».

«En pacientes con baja tolerancia a los puntos internos o que no son capaces de reabsorberlos esta formación de fibrina aumenta hasta aparecer en la zona de la herida. Es incluso frecuente, que días después veamos asomar los extremos de algún punto que el organismo no es capaz de digerir y trata de expulsarlo».

«La presencia de pequeñas zonas de piel blanquecina en la herida que suele crear alarma es debida, con cierta frecuencia, a la tensión a la que se encuentra la cicatriz que determina que la circulación llegue con dificultad a los bordes de la herida produciéndose un déficit de oxígeno en la zona y generándose una zona que, el propio cuerpo, elimina generando esa zona blanquecina y de aspecto poco agradable que suele desaparecer dejando una pequeña costra en su lugar mientras en profundidad se inicia la reparación del tejido», explica el Doctor.

La alerta de la fiebre

En todos los casos anteriores, lo ideal es mantener un contacto sencillo y ágil con el equipo quirúrgico. Muchas veces con una simple foto podemos obtener una respuesta tranquilizadora por parte del especialista.

Por otro lado, sí que debemos sospechar la aparición de infección si se dan «episodios de fiebre mayor de 37,5 grados, aparición de secreciones y exudados continuos y densos o ante el enrojecimiento y rubor de grandes áreas alrededor de las suturas».

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¿Es bueno para la salud congelar el pan?

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¿Es bueno para la salud congelar el pan?
¿Es bueno para la salud congelar el pan?-PIXABAY

La práctica de congelar el pan es común en muchos hogares como una forma de preservar la frescura y reducir el desperdicio de alimentos. Pero, ¿es realmente saludable congelar el pan? Vamos a explorar las opiniones de expertos para entender mejor los efectos de esta práctica en la salud y la calidad del pan.

Beneficios de congelar el pan

  1. Conservación de nutrientes y sabor: Según la dietista registrada Rachel Paul, congelar el pan puede ayudar a mantener sus nutrientes y sabor por más tiempo. El proceso de congelación detiene el crecimiento de moho y la degradación del pan, permitiendo que se conserve mejor que a temperatura ambiente .
  2. Reducción del desperdicio alimentario: La congelación es una forma efectiva de evitar que el pan se desperdicie. Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el desperdicio de alimentos es un problema significativo a nivel global, y congelar alimentos como el pan puede contribuir a reducir este problema .

Efectos en la calidad del pan

  1. Textura y frescura: La congelación puede alterar la textura del pan, pero si se hace correctamente, estos cambios pueden ser mínimos. Según la panadera profesional Elizabeth Yetter, la clave está en congelar el pan lo más fresco posible y en rebanadas, lo que facilita su descongelación y minimiza los cambios en la textura .
  2. Descongelación adecuada: Es importante descongelar el pan de manera adecuada para mantener su calidad. La dietista registrada Kristen Carli recomienda sacar el pan del congelador y dejarlo descongelar a temperatura ambiente o calentarlo ligeramente en el horno. Esto ayuda a preservar la textura crujiente y el sabor del pan .

Consideraciones sobre la salud

  1. Preservación de la frescura: Congelar el pan puede ser especialmente útil para las personas que no consumen pan rápidamente. Al mantener el pan congelado, se evita la formación de moho y el deterioro, lo que puede ser beneficioso para la salud al prevenir el consumo de pan en mal estado .
  2. Impacto en los nutrientes: Según la nutricionista Cynthia Sass, la congelación no tiene un impacto significativo en el valor nutricional del pan. Los nutrientes se mantienen estables durante el proceso de congelación y descongelación, lo que significa que el pan seguirá siendo una fuente de carbohidratos, fibra y otros nutrientes esenciales .

Recomendaciones para congelar el pan

Para congelar el pan de manera efectiva y mantener su calidad, los expertos recomiendan seguir estos pasos:

  1. Congelar el pan fresco: Congelar el pan lo más fresco posible ayuda a mantener su sabor y textura.
  2. Rebanar antes de congelar: Esto facilita la descongelación y permite sacar solo las porciones necesarias.
  3. Usar bolsas herméticas: Almacenar el pan en bolsas herméticas o envolturas plásticas ayuda a prevenir la formación de cristales de hielo y la pérdida de humedad.
  4. Descongelar adecuadamente: Dejar el pan descongelar a temperatura ambiente o calentar ligeramente en el horno mejora su textura y sabor.

En resumen, congelar el pan es una práctica saludable y efectiva para conservar su frescura y nutrientes, siempre y cuando se realice de manera adecuada. Esta técnica no solo ayuda a reducir el desperdicio de alimentos, sino que también asegura que el pan esté en condiciones óptimas para el consumo.

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