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Cultura

5 curiosidades de los petardos y la pólvora que no sabías

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EFE/Kai Försterling/Archivo

Su olor inunda las calles de València estos días mezclándose con el olor del azahar, los chocolates, los buñuelos y el fuego. La ciudad del Turia huele a fallas y el aroma de la pólvora se respira en cada calle, porque ¿qué sería de las Fallas sin los petardos y los fuegos artificiales? Por eso, OFFICIAL PRESS te trae curiosidades sobre los petardos que seguramente no sabias.

Official Press te explica 5 curiosidades sobre los petardos que no sabías:

1. Para encontrar el origen de los petardos hay que viajar hasta China. Se cree que antes del nacimiento de Jesucristo los chinos descubrieron que al quemar bambú éste se expandía con el calor y producía un fuerte ruido que asustaba a los animales salvajes y a los hombres y mujeres no civilizados.

2. Precisamente es en China cuando en el siglo IX fue descubierta la pólvora. Como dato curioso hay que contar que su descubrimiento fue de pura casualidad. Un alquimista realizaba mezclas en busca de un elixir de la vida eterna, y lo que consiguió fue el huŏ yào(polvora)  cuya traducción literal es «medicina de fuego». Aunque unos siglos más tarde le encontraron una utilidad como arma en la guerra contra los japoneses y los mongoles, al principio el invento se utilizó para ahuyentar a los malos espíritus.

3. Los fuegos artificiales se extendieron hasta Arabia. Allí se siguieron utilizando como armamento de fuego. Los musulmanes llamaron a los cohetes «las flechas chinas».

4. Los bizantinos y los árabes la introdujeron en Europa alrededor del 1200. Italia fue el primer país donde se comenzaron a fabricar, vender y comprar petardos. Desde ese momento los petardos y fuegos artificiales comenzaron a tener una connotación festiva. Muchos reyes quedaron impresionados por estos espectáculos de luces y sonido. Incluso el Rey Jacabo II de Inglaterra llegó a nombrar caballero a su maestro pirotécnico.

5. La luna valenciana. Todos conocemos la expresión «Quedarse a la luna de València». Según la Real Academia Española, dicha locución se refiere al estado en el que se queda alguien cuando se ven frustradas las esperanzas de lo que deseaba o pretendía. Son muchas las teorías sobre el origen de esta expresión, pero lo que muchos no saben es que la luna tiene algo en común con la ciudad del Turia. La luna, como le pasa a València en fallas, huele a pólvora. Eso aseguran los tripulantes y astronautas del Apolo 16: que el suelo de la luna tenia olor a pólvora quemada. Ese dato ha sido corroborado por otros astronautas que también han estado en nuestro querido satélite.

 

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Cultura

Los secretos de la Casa Judía de València

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Foto: Hugo Román
Los secretos de la Casa Judía de València-Fotos: Hugo Román-OFFICIAL PRESS

Entre los años 20 y 30 del siglo pasado el art déco dominaba en todas las artes decorativas a nivel mundial.

Había nacido en París y pronto Hollywood lo popularizó como símbolo de glamour.

Y esos aires y aquella esencia de aquella Belle Époque o los llamados Años Locos quedaron inmortalizados en una de las edificaciones más asombrosas de València.

El art déco bebía de todas las culturas, reutilizando de manera libre los elementos arquitectónicos de otras épocas.

Plasmaban los asombrosos hallazgos de aquellos tiempos.

En Egipto como el  descubrimiento de la tumba de Tutankamón, así como de culturas mesopotámica, africana, azteca, maya, hindú que fueron dotándole de un exotismo y una belleza única.

Los secretos de la Casa Judía de València

Caminando por la calle Castellón, en el número 20 nos encontramos con toda una joya que aguarda la mirada de los curiosos que se detienen para admirar un amalgama de formas y colores único.

Entre Germanías y la Estación del Norte está la conocida como Casa Judía de València, que fue construida hacia 1930 por el arquitecto valenciano Juan Francisco Guardiola Martínez.

Nacido en Sueca en 1895 en el seno de una familia de clase media, se trasladó a Barcelona en 1917 para estudiar arquitectura.

Allí fue premiado en  1922  por el proyecto de la estación de metro de la Plaza de Cataluña.

Según cuentan, los diversos viajes que realizó el arquitecto por Asia pudo influir en él a la hora de diseñar el estilo del edificio levantado en el ensanche de la capital valenciana a petición de Yosef Shalóm.

Su apellido nos da la pista del sobrenombre de Casa Judía.

Casa Judía.- Años treinta.- Archivo Ana María Ferrín.

La fachada de la Casa Judía

Un detalle de sus orígenes nos recibe en el dintel de la puerta principal, en el frontón curvilíneo.

Ahí se aprecia una estrella de seis puntas rematado por dos volutas y una hoja de acanto en el arco final.

Su fachada dividida en tres cuerpos, basamental, central y superior, nos transporta sin movernos de la calle a escenarios babilónicos y egipcios por su colorido y las formas de sus columnas, capiteles, remates con forma de pagoda y ventanas ojivales.

Si levantamos la vista podemos admirar el impresionante remate del edificio de inspiración oriental, árabe e hindú.

Foto: Hugo Román

Según cuentan ​en el edificio se reunía de manera discreta la reducida comunidad judía de la época que residía en València para realizar sus celebraciones religiosas.

¿Cómo es en la actualidad?

En la actualidad en el edificio de siete alturas viven familias particulares.

Las viviendas tienen unos 100 m2 cada una, y originalmente contarían con tres habitaciones, un baño, una cocina y un comedor.

Tan solo su fachada, su zaguán y la decoración exterior e interior mantienen la esencia de aquellos años en los que el arte iba asociado a la construcción, en el que cada ladrillo tenía una misión estética.

Años en los que los edificios eran monumentos esperando ser habitados.

Muchos comentan que su fachada parece salida del decorado de la película del Mago de Oz o tal vez de la mente de Tim Burton.

La Casa Judía no es un edificio protegido

Inspiradora y evocadora permanece allí pese a la bomba que cayó cerca durante la guerra y a pesar de que en alguna ocasión haya sufrido modificaciones debido a que, incomprensiblemente, no está protegida.

De hecho los remates del edificio de estilo hindú que lo coronaban fueron retirados en el pasado y su plantas baja han alterado su estilo original.

Guardiola falleció en Alzira en 1962.

Su trayectoria como arquitecto fue amplia con proyectos de viviendas residenciales, fábricas, almacenes, iglesias, teatros y cines, una estación y un banco.

Entre las más destacadas están el Ateneu del Socors en Sueca (1927) y la Casa Xina o Casa Ferran Guardiola en Barcelona (1929) que muestran su talento y originalidad.

Pero sin duda, la Casa Judía es su gran obra maestra.

Una obra que contempla el pasar de los años desde su espectacular fachada, una fachada que nos hace viajar a lugares remotos sin salir de la ciudad.

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