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¿Por qué se cae el pelo en otoño?

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por que se cae el pelo en otoño
PEXELS

Con la llegada del otoño son muchas las personas que perciben una mayor caída del cabello. Lo primero que tienes que saber es que, el crecimiento y recambio del pelo humano se produce, de forma general, a lo largo de todo el año y no en una época determinada. Es decir, el cabello atraviesa por fases de caída (llamadas telógenas) y otras de crecimiento (las anágenas) de forma constante. De manera que de cada 100 pelos que tenemos, siempre existe un porcentaje, en torno al 15%, que está en fase de recambio. Entonces, ¿por qué noto que se me cae más el pelo en otoño?

Otoño y primavera son, principalmente, las épocas telógenas. Durante la época estival, nuestros hábitos y rutinas sufren alteraciones. Nuestra alimentación cambia y nuestros folículos están más expuestos a la radiación ultravioleta, los excesos de temperatura, el salitre del mar y el cloro de las piscinas. Todo ello puede provocar una caída del pelo más pronunciada durante los meses de otoño.

¿Cuándo debo preocuparme por la caída del pelo?

De manera general, se puede establecer que lo normal es perder cada día 100 pelos, aproximadamente. La cifra puede aumentar en épocas como el otoño, tal y como comentábamos, pero la mayoría de los cabellos perdidos se recuperan al cabo de tres o cuatro meses.  Por lo tanto, ¿cuándo debo preocuparme por la caída del pelo? Si bien no se puede dar una respuesta universal, sí que existen algunas señales de alerta sobre la pérdida de cabello:

  • La caída de cabello estacional se aprecia de manera más intensa durante el lavado o el cepillado diario. Sin embargo, cuando existe una patología capilar, la pérdida de cabello es lenta y contínua. Por lo tanto, salvo excepciones, notar la pérdida de pelo en un determinado momento no tiene por qué ser síntoma de preocupación, pues suele ser algo puntual y se recupera pasado cierto tiempo. Es lo que se conoce como efluvio telógeno.
  • Factores como el estrés o haber dado a luz tres o cuatro meses antes pueden desencadenar una pérdida de cabello más acusada. También es algo temporal, que por lo general no necesita tratamiento.
  • Si una vez transcurridos entre dos y cuatro meses de esa caída supuestamente estacional o temporal, percibimos una menor densidad del cabello, que el pelo está más fino o que el cuero cabelludo ha empezado a clarear debemos empezar a preocuparnos y acudir a un dermatólogo.
  • Cuando la caída del pelo se percibe también en otras partes del cuerpo como las cejas o las pestañas, si aparecen calvas circulares en varias zonas del cuero cabelludo, si notas picor, rojez o inflamación, también te recomendamos que acudas al especialista para determinar el origen del problema.

Cómo prevenir la caída del pelo en otoño

No se puede frenar la pérdida de cabello durante estos meses una vez que ha empezado, pero sí se puede prevenir. ¿Cómo? Lo principal es seguir un estilo de vida y una alimentación saludables. Algunos alimentos ricos en zinc, hierro, biotina, vitamina D y ácido fólico pueden ayudar, entre otros, arroz integral, huevos, semillas y frutos secos, mejillones, carne, queso… No obstante, recuerda que no existe una dieta milagro y que antes de llevar a cabo un cambio en tu estilo de alimentación es importante consultar con un especialista.

Además de la comida, hay otros factores que debes tener en cuenta.  Por eso, aquí te dejamos algunos consejos para cuidar tu cuero cabelludo:

  • Evita o reduce el uso del calor excesivo sobre el cabello con aparatos como secadores y planchas del pelo.
  • Cuidado con las permanentes y alisados de peluquería, pueden dañar tu cuero cabelludo.
  • Emplea buenos productos para lavar tu cabello. Si tienes dudas sobre cuáles elegir, acude a tu dermatólogo. Él te explicará cuáles son los más adecuados en tu caso.
  • Cepilla tu cabello preferiblemente cuando esté húmedo y hazlo con un cepillo o peine adecuado para no dañarlo.

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Los 5 ‘superalimentos’ de moda, ¿cuáles son?

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Los 5 'superalimentos' de moda

Están en todas las cartas de los restaurantes modernos, protagonizan los programas de cocina y poco a poco se están haciendo un hueco en los menús más demandados. Les precede su fama de superalimentos, pero en realidad ¿qué sabes de ellos? La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) los descubren.

Los 5 ‘superalimentos’ de moda

Bimi: rico y versátil

Si el brécol o brócoli tiene muchos partidarios, aún son más los que están descubriendo las virtudes de su primo el Bimi, que en realidad es una hortaliza de la familia de las crucíferas (coles), un híbrido natural entre el brócoli y el brócoli chino o kailan.

Su aspecto, a medio camino entre el brócoli y el espárrago, su sabor suave, su versatilidad (se puede comer tanto crudo como cocinado), y sus propiedades nutricionales justifican el auge de esta hortaliza, que es muy rica en diferentes compuestos bioactivos: vitaminas C y A, ácido fólico, y otras sustancias con capacidad antinflamatoria y antioxidante, lo que hace del bimi un alimento muy recomendable en una dieta equilibrada y saludable.

Kale: el triunfo de las coles

El famoso Kale es también una crucífera, una col rizada, lo que en España conocemos, con un nombre mucho más vulgar: berza. A la misma familia pertenece el espigado y moderno bimi, pero también los clásicos repollo, coliflor, brócoli y lombarda.

Son todas ellas hortalizas de invierno, alimentos cuyo consumo es muy recomendable por sus indudables propiedades nutricionales. El Kale es rico en vitaminas (B, C, E, y K) y en minerales: tiene mucho hierro, calcio, potasio, magnesio y boro. Con fibra y sin apenas calorías, el kale (berza) o las demás coles deberían ser siempre parte fundamental de nuestra dieta, así que es una moda que aplaudimos.

Quinoa: alternativa gluten free

En poco tiempo esta semilla originaria de los Andes se ha hecho un hueco en nuestros gustos, y se usa en muchos platos, desde guisos a ensaladas, sustituyendo al arroz o a algunos cereales, ya que no tiene gluten.

Le precede su fama de superalimento, justificado por su privilegiada composición nutricional, que combina de manera equilibrada proteínas de alto valor biológico, grasas cardiosaludables, carbohidratos. Además, es rica en vitaminas antioxidantes y minerales como magnesio y zinc. Una buena elección, que debe ser una opción más en nuestros menús.

Algas: ¿el futuro?

Cocinadas o crudas en ensalada, como parte de recetas de arroz o pescado…, las algas aportan nuevas texturas y sabores, todo un reto para los aficionados a la cocina. Pero además aportan interesantes propiedades nutricionales, con mucha fibra, poca grasa y además de vitaminas A, calcio, magnesio, hierro, fósforo, potasio, zinc, sodio y yodo.

En algunos tipos de alga la cantidad de minerales puede ser incluso excesiva (mucho yodo en algas kombu y wakame, demasiado sodio en hijiki), por eso, como curiosidad, como experiencia puede estar bien tomarlas, pero en general, con moderación, sin abusar a diario.

Aguacate: el clásico

Lleva años con la etiqueta de superalimento colgada. Y es que goza de una fama tan merecida… como exagerada. Es cierto que el aguacate aporta grandes cantidades de nutrientes, de fibra y de otros componentes bioactivos (fitoesteroles, luteína, compuestos fenólicos), de indudables propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Y sobre todo, que es un alimento muy rico en acidos grasos monoinsaturados, que es lo que realmente marca la diferencia porque consumir este tipo de grasas ayuda a reducir el colesterol, LDL y triglicéricos cuando reemplazan en la dieta a las grasas saturadas, por lo que contribuye a prevenir las enfermedades cardiovasculares. Es bueno comer aguacate, pero ni cura el cáncer, ni adelgaza, ni…

Variedad y equilibrio, la clave

De la clásica berza a las exóticas algas, estos cinco alimentos tienen en común sus innegables propiedades nutricionales… que por otro lado no son muy diferentes a las que ofrecen otras frutas y hortalizas. Es estupendo comer bimi, pero también unas coles de Bruselas; el kale es una maravilla de vitaminas, pero también la lombarda; la quinoa es una interesante alternativa a muchos cereales, pero también lo es el arroz integral, o las semillas de chía. Lo mejor, para exprimir al máximo el potencial y los nutrientes de todos estos productos y seguir una dieta tan completa como saludable es consumirlos en diferentes preparaciones, y alternándolos con otros productos, quizá menos a la moda, pero igual de ricos y nutritivos.

Fuente: OCU

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