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Espolín Fallera Mayor de Valencia: esta es su historia

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Espolín Fallera Mayor de València

Las exaltaciones de las Falleras Mayores de Valencia tienen desde hace años un momento clave, la bajada de sus casas de las máximas representantes de la fiesta. Ese es el momento en el que televisiones, periodistas, curiosos y aficionados a la indumentaria acuden para ver el color del espolín Fallera Mayor de Valencia que ha sido elegido. Es el secreto mejor guardado y la foto más buscada para ver con atención cada detalle de ese vestido.

Espolín Fallera Mayor de Valencia y Fallera Mayor Infantil de Valencia

Fue en el año 2001 cuando Junta Central Fallera instauró los espolines oficiales Fallera Mayor de Valencia y Fallera Mayor Infantil de Valencia, dos cartonajes exclusivos cuyo dibujo es propiedad del Ayuntamiento de Valencia y que está reservado para lucir únicamente por las máximas representantes de las Fallas. La sedería encargada de tejer el espolín dispone de él en régimen de cesión y lo devuelve una vez acabado el trabajo

Durante su reinado, las Falleras Mayores de Valencia tienen la oportunidad de conocer de primera mano el trabajo artesano que desempeñan los telares en la elaboración de sus espolines.

El color elegido para el fondo, las flores y las tramas le otorgan un carácter especial y único a cada espolín año tras año. Además, adivinarlo días antes de su estreno se convierte en una quiniela para los adeptos de la indumentaria valenciana.

¿Qué es un espolín?

Según, Garín el espolín es la pequeña lanzadera con la que se pasan las tramas de los motivos del dibujo para confeccionar el tejido de seda. La tela espolinada adquiere su denominación por este instrumento con el que es elaborada.

Esta herramienta permite utilizar las tramas exclusivamente necesarias, al tratarse de una lanzadera muy pequeña que puede deslizarse fácilmente entre los hilos de urdimbre.

El proceso da como resultado tejidos con mucho colorido, pero mucho más ligeros de lo que resultarían tejiéndolos en telares mecánicos. En definitiva, auténticas joyas artesanales.

Espolín, según el diccionario de la Real Academia Española:

1. Lanzadera pequeña con que se tejen aparte las flores que se mezclan y entretejen en las telas de seda, o plata.

2. Tela de seda con flores esparcidas, como las del brocado de oro o de seda.

GALERÍA| Así han sido los trajes oficiales elegidos por las Falleras Mayores de València para su Exaltación

Origen de los espolines:

Según el Colegio del Arte Mayor de la Seda la técnica del espolinado se utilizó por primera vez en España en el siglo XV para la elaboración de tejidos hispano-árabes. La tradición sedera de Valencia contribuyó a que los maestros «velluters» alcanzaran un gran dominio en esta técnica que se ha mantenido hasta el presente.

Características

El espolín es una tela estrecha, generalmente de 54 centímetros de ancho, fabricada con hilos de seda natural y de metal (oro, plata) que reproduce dibujos con motivos florales, guirnaldas geométricas y espigas.​

Los dibujos provienen de cartones perforados antiguos que se han conservado,​ aunque también se han creado algunos cartones nuevos como los que lucen, en exclusiva, desde 2001 las Falleras Mayores y Falleras Mayores Infantiles de Valencia y que llevan ese nombre.

Lo que hace especial al tejido espolinado o espolín respecto a las sedas estrechas convencionales es la forma de tejerlo:

  • se fabrican en telares manuales, con la misma técnica que en su origen;
  • la fabricación manual permite dibujos con una variedad de colores ilimitada, elegidos uno a uno tanto para la urdimbre como para la trama y los dibujos; de un mismo dibujo de espolín pueden existir miles de variantes en función de los colores que se elijan;
  • no es necesario que los motivos guarden simetría en la forma o el color, permitiendo diseños más complejos y ricos que con la producción mecánica, ya que cada hilo que conforma el dibujo es rematado al inicio y al final de la pasada sin llegar a la orilla como sí ocurre en los telares mecánicos. De hecho, una de las formas de diferenciar un espolín de una seda estrecha es observarlo por el revés. En una seda convencional los hilos de la trama y del dibujo forman franjas horizontales que van de lado a lado de la tela mientras que en el espolín se ve el mismo dibujo de que en el derecho pero con las imperfecciones del corte y remate de los hilos del dibujo;
  • el peso de la pieza es menor que el de una tela de aspecto similar tejida en telar industrial al utilizar menor cantidad de hilo para hacer el dibujo;
  • las orillas de la tela son más limpias, blandas y menos deshilachadas que en los tejidos de confección mecánica, ya que la trama del hilo no se corta al llegar al extremo sino que vuelve hacia el otro lado para continuar la confección.

 

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GALERÍA| El emotivo encuentro de la Corte de 1998

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Corte de Honor 1998
Corte de Honor y Fallera Mayor de Valencia 1998-OFFICIAL PRESS

El pasado sábado, trece mujeres se reunieron para celebrar un evento cargado de recuerdos y emociones. Estas mujeres, que en 1998 fueron elegidas como Corte de Honor y Fallera Mayor de Valencia, se reencontraron 26 años después para rememorar uno de los momentos más significativos de sus vidas.

La Corte de Honor 1998

Corte y Fallera Mayor de Valencia 1998-Foto: JUNTA CENTRAL FALLERA

Inés Fresneda, Merche Ballester, Loles Fernández, Vicky Martínez, Gloria Torres, Victoria Bayarri, Auxi Pérez, Teresa Moret, Mª José Romero, Mónica Taberner, Marigi Usano, Vanessa Arnal y Susana Remohí fueron las representantes del mundo fallero en 1998.

Un año inolvidable

Para estas mujeres, el año 1998 marcó un antes y un después. Ser elegidas para formar parte de la Corte de Honor y, especialmente, ser nombrada Fallera Mayor de Valencia, es un honor que pocas pueden experimentar. Durante aquel año, compartieron experiencias únicas, desfiles, actos oficiales y una conexión especial que las unió de por vida. Las Fallas, más que una fiesta, son una tradición que tiene el poder de crear lazos profundos y duraderos entre quienes las viven intensamente.

Un reencuentro cargado de emociones

El reencuentro se celebró con una comida a la que asistieron no solo las trece integrantes de la Corte de 1998, sino también sus padres, parejas y los más pequeños. Este encuentro permitió que cada una compartiera cómo había cambiado su vida desde aquel entonces, y cómo la experiencia de ser parte de la Corte de Honor había influido en sus trayectorias personales y profesionales.

Aunque no todos los padres y parejas pudieron asistir, ya que la vida inevitablemente se lleva a personas queridas, la reunión fue un homenaje a los momentos compartidos y a aquellos que ya no están. Las ausencias fueron sentidas profundamente, pero también se celebró la alegría de poder reencontrarse y recordar juntos aquellos días especiales.

Las Fallas: Una tradición que une y transforma

Las Fallas son mucho más que una celebración; son una manifestación cultural que une a las personas y transforma vidas. Para estas trece mujeres, ser parte de la Corte de Honor no solo les dio la oportunidad de representar a Valencia y su tradición, sino que también les proporcionó una experiencia compartida que ha perdurado a lo largo de los años.

Durante la comida, se compartieron anécdotas, risas y, cómo no, algunas lágrimas de nostalgia. Cada una recordó con cariño los momentos vividos juntas, desde los preparativos hasta los actos oficiales, pasando por los momentos únicos que solo pueden vivir ellas y apoyo mutuo. Las Fallas de 1998 no solo las unieron como compañeras, sino como amigas que han mantenido el contacto y la conexión a lo largo de más de dos décadas.

Un vínculo inquebrantable

El reencuentro de la Corte de 1998 es un testimonio del poder de las Fallas para crear vínculos duraderos. Para estas mujeres, la experiencia de ser parte de la Corte de Honor fue un momento que marcó sus vidas de manera profunda y significativa.

El emotivo encuentro de la Corte de 1998 es una muestra más de cómo las Fallas pueden cambiar vidas y unir a las personas en una experiencia compartida de celebración, cultura y tradición. Aunque el tiempo pase y las circunstancias cambien, los lazos creados en torno a esta fiesta tan especial permanecen fuertes y significativos.

La capacidad de unir personas

Este reencuentro no solo fue una oportunidad para recordar el pasado, sino también para celebrar el presente y mirar hacia el futuro con la esperanza de seguir compartiendo momentos inolvidables. Las Fallas, una vez más, demostraron su capacidad para unir a las personas y transformar vidas, creando recuerdos que perduran para siempre.

El emotivo encuentro de la Corte de 1998, en imágenes:

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