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Salud y Bienestar

ESTUDIO| Los efectos inmediatos de dormir menos de seis horas

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9 consejos para dormir bien en verano

Como sugieren distintos estudios consultados por tiendas.com, disfrutar seis horas de sueño, que puede sonar como aceptable en algunos casos, pueden ser tan malo como no dormir ninguna. Los humanos son criaturas sorprendentemente resistentes; los cuerpos y las mentes son muy buenos para hacer las cosas que no son exactamente buenas para las personas, como la privación crónica de sueño. Es fácil ver cómo las personas caen rápidamente en un patrón de dormir muy poco y luego llegar a la conclusión de que esa es solo su línea de base normal.

Incluso después de una jornada laboral muy larga, es posible que mucha gente aún necesite desconectar por la noche, por lo que pueden navegar por las redes sociales o ver un poco de televisión. Y antes de que se se den cuenta, ya ha pasado una hora, o incluso dos, desde que se deberían haber acostado. Los fines de semana, se intenta desconectar, con más fuerza si cabe, y se quedan hasta tarde cenando con amigos, disfrutando de un concierto o viendo una película y luego esperan recuperarse a la mañana siguiente, pero su reloj interno les despierta cuando suena la alarma de forma habitual entre semana. Y antes desean conscientes, han acumulado una gran ‘deuda’ de sueño.

Un poco de café extra puede aliviar de forma momentánea el cansancio pero es solo un parche superficial al problema, porque el funcionamiento cognitivo del cerebro está pagando un precio invisible. Por ello, María José Capdepón CCO de tiendas.com recomienda analizar algunas de las áreas donde el cerebro podría estar luchando, incluso si la persona no es consiente todavía del cansancio:

Perdida de concentración y memoria de trabajo
Una de las primeras sensaciones que se experimentan cuando la persona está falta de sueño es la capacidad para concentrarse. Es más difícil mantenerse concentrado en el trabajo que está realizando cuando se está cansado, pero en un principio bien se podría atribuir a casi cualquier otra causa y si se trabaja a propio ritmo puede pasar desapercibido totalmente.

En días cansados, un modus operandi que se produce casi en todos los casos es ir cambiando de tareas y distraerse con nuevos correos electrónicos que van entrando en la bandeja del email, voces que se oyen desde el siguiente cubículo de trabajo o desde el despacho anejo, e incluso solo los pensamientos aleatorios que tiene. Sin mencionar que uno se puede quedar dormido en medio de leer algo importante.

La falta de sueño también reduce su capacidad de memoria de trabajo, que se refiere a la cantidad de información que puede tener en mente al mismo tiempo. Cuanto mayor sea la capacidad de memoria de trabajo, más complejo será el pensamiento que puede hacer. Resolver los rompecabezas mentales más difíciles es en realidad una tarea para su memoria: para encontrar una buena solución, debe extraer información relevante de su memoria. Pero cuando la memoria de trabajo está más restringida, será más difícil escabullirse de lo que necesita y, posteriormente, tomar decisiones difíciles bien.

Incapacidad de recordar
Al no dormir lo suficiente, es más difícil recordar cosas nuevas. El sueño en realidad tiene dos efectos diferentes en la memoria; recordar es solo uno de ellos. También afecta el funcionamiento de una estructura cerebral llamada hipocampo, que es crucial para ayudar a aprender cosas nuevas. Y, desafortunadamente, consumir un poco de cafeína no ayudará al hipocampo a funcionar mejor, incluso si le hace sentir más alerta.

Al dormir se forman nuevos recuerdos en un proceso que se llama ‘consolidación’. Es cuando el cerebro encaja en la cadena de experiencias recientes que ha tenido la persona en recuerdos coherentes que se almacenan. Si no se duerme lo suficiente, este proceso de consolidación no puede llevarse a cabo de una manera muy efectiva, y cuando el individuo se despierte nuevamente, tendrá problemas para recordar la nueva información que encontró.

Estado anímico y depresión
No dormir lo suficiente también afecta al estado de ánimo. Pero se tiende a atribuir el mal humor a una amplia gama de experiencias diferentes que rodean cada día.

La interrupción de su ciclo de sueño puede aumentar los síntomas de la depresión. Es posible que no se sienta que está clínicamente deprimido (o incluso tan cansado) simplemente porque resulta difícil ser amable con sus compañeros de trabajo, familiares, etc. Sin embargo, la falta de sueño puede ser la causa.

Daños a largo plazo
Por último, la calidad de su sueño puede tener consecuencias a largo plazo para el cerebro. A medida que envejece, sobre todo al pasar la barrera de los cuarenta, la falta de sueño en una noche concreta no tiene un impacto tan grande en la capacidad para funcionar como lo hace cuando se es más joven. Y diversos estudios han venido a confirmar que es posible que se tenga más problemas para saber cuándo no se está bien descansado a medida que envejece.

Mientras mejor se duerma, en todas las edades, mejor será la protección que se brinda al cerebro para sus últimos años de vida. Los malos hábitos de sueño, incluso en la mediana edad, se asocian con niveles más altos de problemas cognitivos, como la demencia senil, más adelante en la vida. Muchas personas sufren ese desgaste lentamente y pasa desapercibido, pero con el paso del tiempo, la falta de sueño elimina la productividad y el funcionamiento cognitivo.

Así que por la noche sea consciente de apagar el televisor, apagar el móvil (redes sociales), e irse pronto a la cama y descansar un poco. El cerebro y la salud se lo agradecerá más tarde, no solo mañana por la mañana, sino años después.

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Salud y Bienestar

¿Cómo comemos los valencianos? Esta es la alerta de los nutricionistas

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Nutricionistas alertan mala alimentación niños

Los niños y adolescentes son el segmento de población que peor se alimenta en la Comunitat Valenciana, a causa de la falta de tiempo para cocinar de las familias, la ausencia de menús planificados, las carencias en educación alimentaria y el consumo excesivo de productos ultraprocesados.

Así lo refleja el tercer informe ‘¿Cómo comemos en la Comunitat Valenciana?‘, elaborado por el Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana, que también expone que 9 de cada 10 pacientes que solicitan cita por primera vez con un dietista-nutricionista lo hacen por problemas de exceso de masa grasa.

El informe, que se elabora de manera bienal, concluye que los dietistas-nutricionistas otorgan un 6 sobre 10 a la alimentación de la población valenciana, lo que supone una mejora de 3 puntos con respecto con respecto a hace dos años.

Asimismo, ha detectado un cambio de tendencia entre los 31 y 45 años, en el que se percibe mayor adherencia a los hábitos de alimentación saludable, mientras que quienes mejor se alimentan son los mayores de 45 años.

El presidente del CODiNuCoVa, Luis Cabañas, ha explicado que han aumentado los casos de obesidad y sobrepeso entre los pacientes que acuden al nutricionista en la Comunitat Valenciana, donde el exceso de peso continúa representando uno de los principales problemas de salud pública, pues 1 de cada 2 personas adultas la padecen.

En el caso de la población de 5 a 14 años, el estudio muestra que «el 23 % de los menores valencianos padecen de exceso de peso», una tendencia al alza cada vez más visible que constituye un problema del presente y del futuro: un niño con problemas de exceso de peso hoy es un adulto con una patología el día de mañana.

Aunque el perfil mayoritario de los pacientes que acude a consultas de nutrición son mujeres, ha habido un aumento significativo de hombres, en la mayoría de los casos para mejorar su alimentación relacionada con la práctica deportiva, por ejemplo para ganar masa muscular o para complementar el deporte con una correcta alimentación.

Pero al igual que hace dos años, el estudio refleja que la población infantojuvenil es la que peor come. Las comidas menos saludables entre los menores de 18 años son el desayuno y la merienda, cuando se consumen productos «con alta cantidad de azúcar, sal o grasas de mala calidad».

«Los más pequeños de la casa han superado la ingesta de azúcar recomendada para un día sólo con el desayuno», explica la nutricionista María Alonso, que indica que ha aumentado en esta etapa la presencia de bollería y ultraprocesados, y siguen importantes carencias en consumo de fruta, verduras y hortalizas, legumbres y pescado.

Sin embargo, los valencianos y valencianas a partir de 30 años han experimentado un cambio en sus hábitos saludables respecto al informe de hace dos años. Son la edad más frecuente en consulta y no para pesar más o menos, sino buscan un cambio en su estilo de vida y en su dieta para hacerla más saludable y encontrarse mejor.

De esta forma, en la etapa de los 31 a 45 años cobran más protagonismo alimentos como las verduras y hortalizas o la carne, desaparece prácticamente el consumo de alimentos ultraprocesados y comida basura, y empiezan a optar más por alimentos frescos.

Este cambio se debe a que es una generación abierta al cambio de hábitos, con una franja de edad en la que empiezan a aparecer patologías típicas de edades mayores y la preocupación provoca un cambio en los estilos de vida, sumado al reconocimiento de la figura del dietista-nutricionista.

Quienes mejor se alimentan son los mayores de 45, pues a partir de esa edad hay un aumento en el consumo de alimentos frescos, muy relacionado con más poder adquisitivo: carne, pescado, frutas, verduras y hortalizas, con una alimentación más variada y equilibrada.

En mayores de 60 años empieza a pesar la soledad, los cambios de ritmo vitales o el cansancio y la falta de interés por cocinar, mientras que entre la población mayor de 75 años las limitaciones físicas y la falta de memoria puede derivar en una peor alimentación.

 

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